miércoles, 10 de junio de 2009

El mayo de las Farc

Por General (r) Luis Ernesto Gilibert

Nuevo Siglo, Bogotá

Junio 10 de 2009


Mayo fue preocupante para todos los colombianos, ya que se esperaban muchas actividades armadas por parte de las Farc, movimiento compuesto de armados ilegales que en esta época cumple 45 años de establecido, se creía que estábamos en la antesala de actividades tendientes a demostrar ante el país su vigencia armada, sin embargo, no obstante haber hecho algunos esfuerzos por protagonizar actos armados de diferente índole -pues se presentaron asaltos en varios departamentos a unidades de la Fuerza Pública, como fue el caso del Guaviare con un triste saldo de soldados muertos, voladuras de torres energéticas que dejaron sin luz varios municipios de Arauca y el secuestro de un concejal en el municipio de Garzón (Huila)- no lograron amedrentar a las autoridades ni al país en la dimensión que seguramente se proponían. No porque estén acabadas o exterminadas sino porque hoy ese tipo de actividades necesitan un mayor esfuerzo.

Son muchas las cosas que se dicen de las Farc, algunos sostienen que estamos viviendo el principio de su final, otros aseguran que están acorraladas y desorientadas, se escuchan voces que sostienen que su capacidad económica sustentada en el narcotráfico está reducida en una apreciable proporción, no faltan quienes piensan que estos armados ilegales se han replegado con el fin de evitar un enfrentamiento con la Fuerza Pública y lógico existen opiniones tendientes a afirmar que están concentradas en el interior de la selva (preocupante porque proyectan) esperando revitalizar su capacidad bélica o una salida política.

Todo lo anterior es posible, pero no podemos olvidar que las acciones efectuadas en el pasado por estos delincuentes necesitaron una infraestructura económica de grandes proporciones; independiente de la táctica utilizada, la información recolectada y la misma programación del asalto, fue necesario un respaldo económico y una capacidad en hombres, sustentando como lo sabemos una supremacía numérica, maniobra recomendada por los grandes estrategas en el ámbito bélico, debiendo contar por lo menos con superioridad de 15 hombres por uno para asegurar la victoria, requisitos que hoy difícilmente podrían lograr. Si bien sus intenciones por hacer mal no han cesado, la Fuerza Pública cuenta con una mejor infraestructura y reconocida capacidad de respuesta superior al pasado.

Si en mayo se cumple un año más de iniciadas las Farc, como un movimiento guerrillero campesino, también debemos fijar un punto de referencia que marque la época en que se revitalizó la Fuerza Pública, pues a partir del gobierno Pastrana se iniciaron ingentes esfuerzos para dar al Ejército y la Policía de Colombia, una capacidad de respuesta a los diferentes ataques perpetrados por las fuerzas subversivas, esfuerzos estos que es bueno reconocer fueron continuados y potenciados por el actual gobierno, por lo tanto si no estamos en el principio del fin o frente a los conceptos anteriormente esbozados, sí podemos pensar con optimismo que esos éxitos anteriores de la subversión son cosa del pasado.

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