jueves, 15 de octubre de 2009

Dos caminos para la oposición boliviana

Por Alejandro Peña Esclusa (*)

UnoAmérica, Caracas

www.unoamerica.org

Octubre 13 de 2009

El Fiscal General de Bolivia, Eduardo Morales, anunció ayer que acusará al candidato a vicepresidente, Leopoldo Fernández, por “terrorismo, homicidio, lesiones graves, asesinato, y asociación delictuosa”, debido a su presunta responsabilidad en la masacre de Pando. Evidentemente, el gobierno boliviano quiere inhabilitar a Fernández, tal como lo hizo Chávez el año pasado con centenares de opositores. Frente a esta situación, los factores democráticos bolivianos tienen dos alternativas: tratar a Evo Morales como un presidente legítimo, tal como hacen los opositores venezolanos con Chávez; o luchar por liberar a su país de una tiranía castro-comunista, imitando el ejemplo de los hondureños.

Si optan por el segundo camino, hay tres elementos que podrían serles de gran utilidad: Primero, el informe sobre Pando -presentado por UnoAmérica ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)- que prueba la clara culpabilidad del Alto Gobierno en los asesinatos perpetrados en las localidades de El Porvenir y Cobija (septiembre de 2008). Se trató de una agresión planificada con el objetivo de encarcelar a los opositores y de tomar el control del departamento de Pando.

Segundo, las nuevas evidencias -presentadas la semana pasada por un equipo de peritos húngaros- las cuales demuestran que las muertes de Eduardo Rózsa, Arpád Magyarosi y Martin Dwyer en el Hotel Las Américas (abril de 2009), fueron ejecuciones a sangre fría, ordenadas por el gobierno. Los objetivos de esta operación fueron responsabilizar a los autonomistas de un golpe separatista y justificar una razzia contra la oposición cruceña.

Y tercero, los indicios, cada vez más preocupantes, sobre los planes del gobierno para llevar a cabo un fraude electoral en gran escala, basado en la tergiversación del padrón electoral y la incorporación de millones de votos fantasma. Todo con el apoyo de técnicos cubanos y venezolanos.

Para Evo Morales, los próximos comicios constituyen una farsa. Lo único que le interesa es legitimarse, para luego radicalizar su posición e iniciar una feroz persecución -definitiva y final- contra todos sus adversarios. Los factores democráticos bolivianos deben moverse con rapidez; puesto que ya se ha difundido una matriz de opinión nacional e internacional -en mi opinión financiada con petrodólares venezolanos- según la cual Evo Morales es el seguro ganador de las elecciones presidenciales de diciembre. Confío en que la triste experiencia venezolana les sirva, al menos, para no cometer los mismos errores. Y espero que el valioso testimonio de los hondureños les ayude a impedir que se consolide una tiranía en Bolivia.


(*) Presidente de UnoAmérica www.unoamerica.org

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