martes, 13 de octubre de 2009

Libertad amenazada

Editorial

El País, Cali

Octubre 13 de 2009

Tras duros cuestionamientos de la oposición, el Senado de Argentina aprobó la llamada Ley de Comunicación Audiovisual, acelerando un proceso que debe culminar antes de diciembre, cuando el oficialismo pierda las mayorías en la Cámara Alta, luego de su derrota en las elecciones de junio.


Esta polémica Ley de iniciativa gubernamental, que pretende “desconcentrar y desmonopolizar” los medios, parece tener nombre propio. Se trata de golpear al grupo empresarial Clarín, el principal multimedios del país, duro opositor de la señora Cristina Fernández y de su esposo Néstor Kirchner.


Pero la norma va mucho más allá. Y presenta al menos tres grandes problemas, que pueden conducir a que el Estado, y por ende los gobiernos, asuma el control de los medios audiovisuales argentinos. Primero, al dividir el espacio radioeléctrico en tres sectores, uno para el Estado, otro para el capital privado y el tercero para las organizaciones sin ánimo de lucro, abriendo la posibilidad de que el Gobierno entregue la mayor parte del tercer sector a organizaciones afines a su política.


Segundo, al crear una autoridad de control del área audiovisual encargada de otorgar y renovar las licencias, conformada de manera mayoritaria por delegados del Gobierno y dependiente del Ejecutivo. Para los opositores este organismo debe ser autónomo e independiente del Gobierno, como es apenas lógico.


Tercero, al prohibir a un operador de televisión abierta prestar servicios de televisión por cable en la misma zona. Con ello se vulneran derechos adquiridos en la legislación vigente y se produce un golpe económico a algunas empresas. Por supuesto, la primera víctima será Clarín, que tendría que vender su importante Canal 3, seguramente a menos precio.


Adicionalmente, la Ley prevé que la autoridad de control revisará las licencias cada dos años, lo que los medios argentinos han considerado como la consagración de una amenaza constante contra su independencia. El Gobierno quiere colocar una especie de Espada de Damocles pendiendo sobre la cabeza de los medios audiovisuales gauchos.


Para la oposición argentina esta Ley viola el principio básico según el cual los medios de comunicación deben ser guiados por la libertad de prensa, sin injerencias de los gobiernos y regidos de manera autónoma. Es el principio de la democracia, que impide a las autoridades gubernamentales interferir su labor o comprarlos.


La verdad es que, pese a la aparente buena intención por “desconcentrar y desmonopolizar” los medios en Argentina, lo que se ha abierto es una tronera para la indebida injerencia del Estado y el Gobierno en la libertad de información. Además de que la motivación no parece ser otra que golpear al grupo mediático que ha sido opositor del matrimonio Kirchner.


Este es un mal precedente para la libertad de prensa en América Latina, cuyos medios de comunicación son amenazados tanto en Honduras como en Venezuela, Ecuador y Bolivia. Ahora se suma Argentina a este coro de tintes dictatoriales que se corresponde con gobiernos que se autocalifican de socialistas y defensores de las libertades.

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