miércoles, 14 de octubre de 2009

Los hacendados de las Farc

Editorial

El Mundo, Medellín

Octubre 14 de 2009

Los más pesimistas piensan que una organización criminal tan ostensiblemente rica nunca tendrá interés en negociar la paz.

Para nadie es un secreto que las Farc han acumulado una riqueza inmensa como producto del narcotráfico, el secuestro, la extorsión, el abigeato, fortuna que además acrecientan invirtiéndola, a través de testaferros, en lucrativos negocios legales o en cuentas depositadas en bancos de Suiza, Alemania, Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Ecuador, Venezuela y Panamá. Esa realidad está ampliamente documentada en informes de inteligencia del Estado y en investigaciones independientes.

El último estudio serio que se conoce sobre las finanzas de esa guerrilla fue realizado hace unos cuatro años por la Unidad Administrativa Especial de Información y Análisis Financiero del Ministerio de Hacienda, y está basado en un análisis exhaustivo de material de inteligencia recogido por el DAS, la Armada Nacional, el Ejército, la Policía, la Fuerza Aérea, la Fiscalía y el Comité Interinstitucional contra las finanzas de la subversión. En ese documento quedó consignado que difícilmente puede concebirse un negocio más lucrativo que el de las Farc, pues sus ingresos rondaban la cifra de los tres billones de pesos anuales, mientras que sus egresos no superaban el billón de pesos, representados en material de intendencia y logística, alimentación y salud de su personal y de los secuestrados; compra de armas, municiones y explosivos; comunicaciones (celulares, radiotelefonía y sostenimiento de páginas de Internet y emisoras); pago de precursores químicos y gasolina para el procesamiento de cocaína (sólo en esto último se gastaba anualmente $12.500 millones).

Ya para entonces, las Farc estaban metidas de lleno en la explotación de toda la cadena del narcotráfico: cultivo de coca y amapola, procesamiento y comercialización de las sustancias derivadas, cocaína y heroína. El 97% de los ingresos provenía del narcotráfico, la extorsión y el secuestro, siendo el primero la tajada más grande (45.8%). En la época del estudio, las Farc percibían en un año, sólo por secuestros, cerca de $88.500 millones. Son algunas de las cifras que traemos a manera de ilustración. Cabría esperar que hoy no son tan abultadas, gracias a los certeros golpes del Ejército, la muerte o caída en poder de las autoridades de miembros del Secretariado y de comandantes de frente, los cuantiosos decomisos de armas, drogas y caletas de dinero, y la sensible disminución de los secuestros con fines económicos.

También se ha documentado que al interior de la opulenta empresa criminal de las Farc hay verdaderos magnates, con bienes a su nombre por cuantías que hacen ver insignificantes los patrimonios de muchos de los llamados “ricos del establecimiento”. Un caso que causó estupor cuando se descubrió y que comentamos aquí hace siete años, fue el de ‘Fabián Ramírez’, el alias de Benito Cabrera, comandante del sanguinario bloque Sur de las Farc, a quien la Fiscalía General de la Nación le dictó entonces medida de extinción de dominio sobre haciendas, centros recreativos y otros bienes que tenía en la tristemente célebre región del Caguán, algunos a nombre de familiares que le servían como testaferros. En el 2000 había caído preso ‘Felipe Rincón’, del comité temático del Secretariado, quien poseía en Montería, a su nombre y el de otros miembros de las Farc, propiedades entre las que se contaban haciendas, centros recreativos y moteles. Y anotábamos: “Por la importancia de estos grandes propietarios en la cúpula de esa guerrilla, queda la impresión de que no se trata de excepciones dentro de ese grupo, sino de gentes que actúan con la tolerancia de sus compañeros de Secretariado, a los que sería importante que la Fiscalía también les investigara sus patrimonios”.

No estábamos equivocados. El domingo los colombianos conocimos la noticia de que La Dijín, en coordinación con la Fiscalía General de la Nación, ocupó cinco fincas de Gener García Molina, alias ‘John 40’, cabecilla del frente 43 de las Farc, cuatro de ellas en Puerto Lleras y la otra en Vista Hermosa, Meta, todas avaluadas en $7.500 millones. Según la Fiscalía, los inmuebles, con una extensión total de 1.441 hectáreas, y un título valor por un millón de dólares incautado al delincuente, serán objeto de extinción de dominio. Pero eso no es todo. También nos enteramos de que a ese señor, quien tomó la posta del negocio del narcotráfico, tras la muerte de Tomás Medina Caracas, alias ‘Negro Acacio’, en septiembre de 2007, ya le habían sido ocupados otros 40 bienes, avaluados en $5.000 millones.

Los más pesimistas piensan que una organización criminal tan ostensiblemente rica nunca tendrá interés en negociar la paz. Nosotros creemos que la política de seguridad democrática ha conseguido golpear severamente, no sólo su capacidad militar sino también su estructura financiera, y si el país entiende que en ese frente no puede haber vacilación y que la lucha contra el narcoterrorismo debe ser una política de Estado, independientemente del gobierno de turno, tarde o temprano sus mandamases se avendrán a una negociación para salvar lo que más puedan de su naufragio definitivo.

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