Editorial
El Colombiano, Medellín
Noviembre 19 de 2009
La primera gira por Asia de Barack Obama volvió a poner sobre la mesa la necesidad de la cooperación económica entre grandes potencias y ratificó que el Presidente de Estados Unidos sigue fiel a su propósito de escuchar en vez de mandar, como fundamento de nuevas relaciones con la comunidad internacional.
Su periplo por Japón, Singapur, China y Corea del Sur, alcanzó su mayor expectativa durante la reunión con el presidente chino, Hu Jintao, pues durante poco más de dos horas, ambos mandatarios dieron el paso que necesitan para aliviar la alicaída economía mundial: promover un crecimiento equilibrado, sin distorsiones en materia cambiaria y con reglas de juego claras para combatir el contrabando.
Estados Unidos es el principal mercado exportador de China y Pekín es el mayor comprador de bonos estadounidenses. No en vano, lo llaman el banquero de Washington. Ambos países mantienen una dura controversia por las diferencias cambiarias y Estados Unidos, de la mano del Fondo Monetario Internacional, ha pedido la apreciación del yuan, moneda china, como parte fundamental para lograr también la recuperación del dólar. De lo contrario, según el FMI, el déficit comercial de Estados Unidos con China seguirá creciendo exponencialmente. Hoy está en 22.100 millones de dólares, con un incremento de 9,2 por ciento en septiembre pasado, el mayor nivel desde noviembre de 2008.
Además de lo comercial, Obama revisó el tono del diálogo que ya había comenzado con Hu Jintao en la Cumbre del G-20, en Pittsburg, a finales de septiembre pasado. Sin reclamar protagonismos, ambos presidentes dejaron las bases para acercamientos futuros, conscientes de que se demorarán en lograr cambios en materia política.
No obstante, sin pronunciar palabras incómodas para el régimen chino, como Tíbet, Obama recitó de memoria apartes de su discurso de posesión, hace casi un año: "La libertad de expresión y de participación no son principios que queramos imponer; son valores universales"
La apuesta dura y prioritaria de Obama fue por el tema económico, pero su mayor preocupación sigue marcada por conseguir avances significativos en el desarme nuclear de Corea del Norte.
Las continuas amenazas y provocaciones de Pyongyang, no sólo hacia Estados Unidos, sino hacia Corea del Sur, uno de los socios de Washington en la región, mantienen distantes las posibilidades de que el gobierno surcoreano descongele la ayuda humanitaria hacia Corea del Norte, y la ONU lo ayude a salir del aislamiento mundial en que se encuentra. Norcorea ha perdido más de 1.000 millones de dólares por las sanciones impuestas por la ONU, desde mayo pasado.
Obama termina su gira hoy en Corea del Sur, donde tiene menos problemas que en China y Japón, pero también muchas prioridades. Una de ellas, reactivar el acuerdo de libre comercio que firmó George W. Bush, hace más de dos años, estancado por Washington, que reclama más apertura del mercado surcoreano a los productos estadounidenses, incluyendo los autos.
El tema climático también estaba en la agenda, pero Obama sabe que su gran reto es seguir recuperando la economía. Su mirada, sin duda, seguirá puesta en China y, de reojo, en Japón y las dos Coreas.
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