jueves, 26 de noviembre de 2009

Asesora: buen balance

Editorial

El Tiempo, Bogotá

Noviembre 26 de 2009

A pesar de que el ambiente que reinaba en la víspera auguraba un encuentro difícil y conflictivo, la reunión de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores del lunes pasado fue tranquila y constructiva. En medio de una crisis grave con Venezuela y de una pugnacidad exacerbada en el frente doméstico, el análisis con cabeza fría de la política exterior es más importante que nunca. Y la vocación natural de la Comisión, en la que tienen asiento los ex presidentes de la República, es precisamente construir posiciones de consenso, unir discursos y evitar que la competencia partidista debilite la posición internacional de Colombia.

Al final del prolongado encuentro, el ex presidente César Gaviria, jefe del Partido Liberal, leyó en nombre de todos los asistentes un comunicado en el que se cierran filas en torno al Jefe del Estado -director natural de las relaciones exteriores- y se subraya la falta de pronunciamientos, dentro del país y en el continente, para cuestionar las recientes agresiones del mandatario venezolano, Hugo Chávez, contra Colombia. En verdad no guarda ninguna coherencia la serie de debates, fustigamientos y polémicas que suscitó la firma del acuerdo de cooperación colombo-estadounidense, y la falta de crítica frente a las declaraciones de Chávez, la voladura de dos puentes y las medidas de restricción del comercio con Colombia. La voz de reclamo de la Asesora, en consecuencia, fue pertinente y acertada.

El ex presidente Gaviria, vocero del cónclave, cambió el tono pugnaz que ha utilizado en ejercicio de la oposición al referendo reeleccionista. Lo cual es ejemplar y responde a una larga tradición nacional, que genera admiración en el exterior: la lucha política y las diferencias de criterio sobre la manera como se debe conducir la diplomacia no se deben ventilar frente a las contrapartes externas. Menos aún en épocas de campaña, en las que se incrementan las tentaciones de despertar sentimientos nacionalistas. Que la reunión de la Asesora haya transcurrido en paz es una señal de civilidad y de fortaleza institucional.
En esta estuvieron presentes los ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa y, entre otros temas, se ocuparon del complejo momento que viven las relaciones con Venezuela.

Aunque hay discrepancias, que en el caso del ex presidente Ernesto Samper son de fondo y se han hecho públicas, no hubo grietas en la expresión de apoyo al Gobierno ni a la postura prudente y discreta -pero firme- que ha mantenido el presidente Uribe en respuesta a los provocadores botafuegos de Chávez.

La Comisión escuchó también una versión preliminar y verbal del informe de la Misión sobre Política Exterior convocada por el canciller Jaime Bermúdez. Un grupo de expertos, que durante meses ha analizado los cambios que se han producido en la política mundial, sus repercusiones para Colombia y las opciones de manejo de la diplomacia para defender los intereses nacionales en el futuro inmediato. El informe fue bien recibido. Y aunque su contenido aún no se conoce, quedó en claro que la coyuntura compleja de las relaciones exteriores y los problemas externos que ha tenido Colombia ameritaban esta iniciativa. El ex presidente Andrés Pastrana -un coherente defensor de la Comisión Asesora como institución- debería revisar su posición de no asistir para expresar su desacuerdo por la convocatoria de esta misión de expertos. El solo hecho de que una primera exposición de sus conclusiones se haya hecho en el seno de la Asesora demuestra que el trabajo de los académicos es un valioso insumo que no la remplaza, ni la opaca, ni la suplanta. La una es una pertinente reflexión académica. La otra, la máxima instancia de discusión política y de formación de consenso. Y ambas dimensiones son cruciales en estos momentos críticos.

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