miércoles, 25 de noviembre de 2009

¿Estamos solos?

Editorial

La Patria, Manizales

Noviembre 25 de 2009



Hace falta un apoyo más decidido del Gobierno de EE.UU. a Colombia frente a las agresiones de Chávez, pues es la presencia militar gringa en las bases militares de nuestro país lo que ha causado toda esta tensión.

Muy a pesar de la firmeza diplomática con que Colombia ha enfrentado las múltiples dificultades con los países vecinos en los últimos años, pero sobre todo las serias amenazas de Venezuela que con su vociferante presidente Hugo Chávez ha llamado a su pueblo a armarse bajo el sofisma de una inminente invasión nuestra, mientras utiliza un lenguaje de insultos contra su homólogo Álvaro Uribe, la comunidad internacional calla ante semejantes despropósitos.


No hay semana en que Chávez no termine siendo noticia por efecto de su incontinencia verbal cargada de improperios contra Uribe (que son contra el país) con los peores epítetos. Sin embargo esas grotescas intervenciones, las cuales sólo aplauden los serviles seguidores de su “revolución”, siguen sin encontrar el menor pronunciamiento de los gobiernos de América y de la comunidad europea.


Con razón se pronunció hace poco más de una semana el Ministro de Relaciones Exteriores, Jaime Bermúdez, cuando llamó la atención de los países que integran Unasur, que velan por la integridad de esta parte del continente, por su silencio ante los ataques verbales del mandatario venezolano. A la par con el canciller, comenzaron a voces en el país que le reclamaron a Estados Unidos (EE.UU.) por su extraño silencio cuando los insultos son contra un país y un gobierno aliados suyos y por un tema que lo involucra de manera directa pues tiene que ver con el acuerdo para que sus tropas utilicen bases militares en nuestro suelo.


Extrañados ante la soledad y el silencio externos los ex presidentes y ex ministros de Relaciones Exteriores acudieron a una reunión de
la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores que convocó el gobierno antenoche y allí después de escuchar las explicaciones del gobierno nacional y de examinar los resultados preliminares de una Misión de Política Exterior, conformada por expertos internacionalistas y ex diplomáticos de otros países que elaboraron un informe con recomendaciones para mejorar las relaciones exteriores de Colombia, le dieron su apoyo total al Presidente en la búsqueda de salidas diplomáticas y en la exigencia de respeto frente al país, mientras manifestaron su extrañeza por el desentendimiento de los demás.


Se trata de un espaldarazo alentador del cual sólo estuvo ausente el ex presidente Andrés Pastrana quien parece se marginó por no compartir la existencia de
la Misión, pues a su juicio le quita facultades a la Comisión. Uno que asistió, aunque es contrario al acuerdo con la potencia norteamericana fue Ernesto Samper. Él al final, sin ser claro frente al tema, parece que se acogió a la decisión general de apoyo al gobierno, o si sigue siendo crítico por lo menos no lo hizo manifiesto.


Vale la pena, sin embargo, analizar lo que pasa con EE.UU. Nadie desconoce que su presidente Barack Obama tenga infinidad de problemas muchos de los cuales están haciendo mella en su popularidad que ha caído vertiginosamente después de mitad de año y que eso lo haya llevado a desinteresarse del resto del continente. No obstante su política diplomática internacional parece no funcionar, pues no considera ni el más mínimo gesto de gallardía para declararle su respaldo a Colombia. Es como si le diera lo mismo que Chávez se arme, amenace con guerras y hostigue al pueblo colombiano que si estuviera callado.

Qué importante es pues es que queden en evidencia los amigos de Chávez que son esos que aunque manifiestan sus preocupaciones por la presencia de militares gringos en bases colombianas no adviertan los riesgos que representa un mandatario lenguaraz, lleno de armas de guerra, violador de tratados comerciales y bombardero de puentes peatonales que por años les han servido a comunidades pobres en la extensa frontera.

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