viernes, 27 de noviembre de 2009

De cara a Copenhague

Editorial

La Patria, Manizales

Noviembre 27 de 2009


La cita en Manaos ha tenido toda suerte de dificultades. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció previamente que no asistiría porque se le cruzaba con un viaje internacional que tenía programado de antemano. Luego fue el mandatario colombiano quien debido a una lesión en un pie, de acuerdo con un comunicado de la Presidencia, se excusó ante el anfitrión, Lula da Silva, por no acudir a la importante cita. A última hora fue Hugo Chávez quien manifestó su ausencia porque debe atender a su homólogo de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, luego de despedir a Mahmud Admadineyad, líder iraní. También Evo Morales había anotado que su país está en estado preelectoral y no podía dejar Bolivia.

El liderazgo que ha querido asumir Brasil para salvar la Conferencia de Copenhague en dos semanas tiene este tropiezo, pues la ausencia de cuatro mandatarios de países amazónicos puede ser vista por otras naciones como la falta de convocatoria del gigante suramericano, esto a pesar de la asistencia del presidente francés, Nicolás Sarkozy, quien llega a la cumbre por el departamento transoceánico que se encuentra a este lado del mundo, la Guyana francesa.

Lástima esta respuesta, ya que la cita multilateral de Dinamarca será clave, debido a que grandes líderes mundiales han manifestado que no están dispuestos a ceder a muchas peticiones, ni a asumir mayores compromisos de los ya tomados en encuentros anteriores. La tierra está en peligro, la deglaciación, el aumento de la temperatura en el mundo, las catástrofes por cuenta de los extremos climáticos la están llevando a un estado sin retorno que puede poner en peligro la supervivencia del planeta.

El 80 por ciento de emisiones de dióxido de carbono en la tierra es por cuenta de los países industrializados, que no están dispuestos a ceder. Resulta sí esperanzadora la decisión de Barack Obama de comprometerse a bajar en 17% en 11 años sus emisiones contaminantes. Esta decisión que anunciará oficialmente en Copenhague se suma al anuncio hecho por el mandatario norteamericano de promover y generar incentivos para la investigación en su país sobre energías alternativas a los combustibles fósiles.

Lo que pretende Lula es que se asuman compromisos reales por la protección y privilegiar la importancia del mayor pulmón con que cuenta el planeta que es la selva amazónica. Esto no es un tema de poca monta, se debe recordar que buena parte de las emisiones de gases producidas por Brasil son precisamente por cuenta de la deforestación y la quema de bosques amazónicos, por lo que ese país ha asumido el compromiso de reducir la emisión de gases de efecto invernadero entre un 36 y un 38 por ciento, a pesar de no estar entre los principales contaminantes del mundo.

La cumbre de Manaos seguramente se vio enrarecida por los problemas bilaterales de Colombia y Venezuela. La no asistencia de Uribe y Chávez le resta importancia, pero eso también debe ser una lección para Lula, quien tiene que asumir una acción mucho más contundente en busca de lograr que el presidente venezolano morigere su tono contra Colombia y su mandatario. De lo contrario este par de líderes van a estar cada vez más distantes y pueden enredar toda la agenda multilateral suramericana, prevista para una supuesta unión futura. El mandatario brasilero debe hacer mucho más por lograr una actitud imparcial que ayude a desenredar semejante maraña y se puedan concretar los objetivos comunes que con tan buenas intenciones ha promovido.

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