viernes, 13 de noviembre de 2009

El realismo de Chávez

Federico Hoyos Salazar

http://www.fhoyos.blogspot.com/, Medellín

Noviembre 12 de 2009

Existen dos ramas principales en la Teoría de las Relaciones Internacionales: Realismo y liberalismo político. Dos presidentes norteamericanos han sido grandes expositores de cada una de estas corrientes políticas: Theodore Roosevelt del realismo y Woodrow Wilson del liberalismo. El realismo que representaba Roosevelt se fundamentaba en el balance y la lucha por el poder entre las naciones. El liberalismo por el contrario, personificado en Wilson, se construye no en el poder bélico sino en el poder de los argumentos, en el diálogo y la diplomacia. El presidente Hugo Chávez viene apostándole al realismo político por medio de sus constantes provocaciones e insinuaciones de guerra con Colombia. Una buena manera para enfrentar los ánimos belicistas del Teniente Coronel debe ser por medio del liberalismo político: diálogo, diplomacia y argumentación.

Antes de entrar a especular sobre las posibilidades de guerra con el país vecino es importante tener claro que para Colombia sería fatal entrar en este escenario. Digo fatal por que enfrentar a dos enemigos en frentes diferentes, FARC al interior y Venezuela en la frontera; generaría un esfuerzo militar extraordinario además de una posible alianza entre Venezuela y los países del ALBA (Ecuador, Nicaragua, Cuba, Bolivia, etc.). Esta hipotética situación sería problemática para los Estados Unidos puesto que al tener presencia militar en bases colombianas, asume un compromiso importante con Colombia de cooperación militar que lo presionaría a actuar de alguna manera en contra de Venezuela y compañía. Esta situación sería inviable; abrir un tercer frente de batalla además del iraquí y afgano con un país que no genera una amenaza directa para su territorio americano es innecesario.

La histérica reacción de Chávez con respecto al acuerdo militar entre Colombia y Estados Unidos, parece ser el inicio de lo que podría denominarse la Doctrina Chávez: Latinoamérica para los latinoamericanos. Cero presencia extranjera y mucho menos “yanqui”. Una posición bastante hipócrita si se tiene en cuenta los acuerdos de cooperación y compra de armamento de Venezuela con Rusia.

La concepción realista de la política internacional se asemeja a la del presidente americano Theodore Roosevelt. Dice el ex Secretario de Estado, Henry Kissinger, en su célebre obra,Diplomacy: “Roosevelt esperaba ser el presidente destinado a posicionar a su nación en la escena mundial de manera que moldeara el siglo veinte como lo hizo en el siglo diecinueve Gran Bretaña” (Kissinger, 1994: 40). Chávez a su vez espera ser el Bolívar Libertador del siglo XXI, el líder que le de protagonismo a Venezuela por medio de la unificación de las naciones latinoamericanas. Al no haber sido capaz de hacerlo por medio de la implementación de un sistema económico efectivo, Chávez está usando la técnica de la guerra con el fin de generar unidad nacional e ideológica con sus principios socialistas.

El realismo de Chávez no sólo se ha demostrado por medio de sus ansias de protagonismo sino además por su concepción de las relaciones internacionales como un sistema basado en la fuerza de las naciones y en la influencia de modelos políticos. “En un mundo regulado por el poder, Roosevelt creía que el orden natural de las cosas se veía reflejado en el concepto de las esferas de influencia, el cual le asignaba una influencia preponderante sobre grandes regiones a poderes específicos…” (Kissinger, 1994: 40). De manera análoga, Chávez teme que la esfera de influencia norteamericana sobre Colombia pueda trascender la frontera con Venezuela e impregnar de principios económicos liberales su revolución socialista.

La estrategia de emplear la diplomacia para contener los deseos de guerra chavistas es inteligente y acertada debido a que le suma actores nuevos como Brasil, España y el Concejo de Seguridad de las Naciones Unidas al antes juego bilateral de poder entre Colombia y Venezuela. Adicionalmente a la diplomacia, la presencia militar norteamericana en bases colombianas, es un factor disuasivo efectivo. La mezcla de diplomacia respaldada por un objeto de poder que desincentive la confrontación armada, constituye una mezcla ideal de realismo y liberalismo.

Finalmente, es aconsejable no desestimar ni minimizar las amenazas y provocaciones venezolanas. Si bien es improbable que una guerra ocurra, no se puede olvidar que el presidente Chávez es un líder no convencional que irrespeta las reglas del juego y cuyos rasgos de Libertador moderno merecen especial atención no sólo por parte del gobierno colombiano sino además de la comunidad internacional. Roosevelt solía decir: “habla suavemente pero carga un palo grande”. El gobierno colombiano no debe caer en la trampa de la retórica belicista dura, por el contrario debe seguir hablando suave pero teniendo a sus espaldas un palo grande que hable por sí mismo y que haga pensar dos veces al presidente vecino antes de cometer una locura.

Post Scriptum: Enhorabuena por la visita del grupo The Killers a Bogotá. Esperemos que la racha de visitas de buenas bandas continúe en 2010 no sólo en la capital sino en toda Colombia.

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