viernes, 31 de octubre de 2008

Las FFAA ¿con el fardo a cuestas?

Por: Jaime Jaramillo Panesso
Manos en el fuego


La Constitución colombiana habla de la Fuerza Pública al referirse a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional. Las Fuerzas Armadas de la República, creadas por los Libertadores Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, están integradas por el Ejército, la Armada y la Aviación.
Aunque la Policía es un cuerpo civil, está adscrita al Ministerio de la Defensa debido a un hecho histórico, pues en la época recia y dictatorial del Presidente Laureano Gómez (1951), la policía chulavita estuvo marcada con el símbolo de la violencia que replicaron las guerrillas liberales. Dependía entonces del Ministerio de Gobierno, hoy Ministerio del Interior y de Justicia. Con el Frente Nacional se tomó la medida de trasladarla al Mindefensa para evitar su manipulación y compromiso partidista y así continúa hasta hoy.

El Ejército es la fuerza predominante desde siempre por razones mediterráneas de la Capital del país, Bogotá, ciudad que no tiene mar, pero si muchas vías, así como “Santa Marta tiene tren, pero no tiene tranvía”, como reza la vieja canción. Pero en la medida que pasa el tiempo y se asumen con mayor confianza y urgencia la ciencia y la tecnología, la Aviación y la Armada adquieren importancia y protagonismo en las tareas de la seguridad y la soberanía.

En los países del cono sur del continente como Argentina, Chile, Uruguay y Brasil, hace una treintena de años, los militares ejercieron el mando desde la jefatura del estado nacional y se ungieron dictadores. Dichos gobiernos militares aplicaron unas políticas oficiales, que van desde la eliminación de los focos de resistencia armada o desarmada, hasta la desaparición forzada y el rapto de niños hijos de las víctimas. Cuando se restablece la democracia, se inicia el largo camino que va de la dictadura a la democracia. El caso colombiano es distinto. Los militares obedecen al ordenamiento civil, no ejercen la dirección del estado y confrontan a la subversión hace más de 40 años. Por lo tanto en Colombia realizamos el tránsito de la guerra a la paz. De allí se desprende la novedosa propuesta de la justicia transicional que se aplica a los actores en conflicto armado, estimula el abandono de las armas y condiciona los privilegios penales a la reparación, a la no repetición y a la verdad. La justicia transicional solo se aplica a los criminales del orden civil que han participado en el conflicto, no a los militares y policías, pues si así fuere, estos tuviesen acceso a los privilegios de la justicia transicional. Es algo similar a lo que ocurriría de igualar los actos criminales que nacen de su propia esencia doctrinaria y táctica operativa de la guerrilla, como el secuestro o el reclutamiento de niños, con los actos criminales de agentes del gobierno que no son políticas públicas de la nación, ni del estado, ni del gobernante, sino hechos repudiables por la degradación de la guerra. Por lo tanto su juzgamiento corresponde a las leyes ordinarias y la de aquellos (autodefensas y guerrillas) a la ley extraordinaria de Justicia y Paz.

Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional han jugado un papel preponderante en la seguridad democrática y en la nueva situación de orden público, hasta el punto de llegar a un reconocimiento positivo del 85% de la opinión ciudadana. Los colombianos nos merecemos una Fuerza Pública que además de ser sacrificada, heroica y patriótica, sea limpia de toda violación de los derechos fundamentales. Se necesitan hombres y mujeres como los de Operación Jaque, pero sin contaminación con los delincuentes de la coca, ni de los rateros de bancos, ni de los asaltantes de caminos. ¿Es mucho pedir que además de Armadas sean Fuerzas Amadas?

lunes, 27 de octubre de 2008

El afán de Samuel por limpiar la imagen de la CUT, bastión de sus votos.

Por: Jaime Restrepo Vásquez.

Durante 10 meses de “gobierno”, nunca se había visto una reacción tan rápida y contundente del alcalde Samuel Moreno Rojas. Muchas cosas han pasado en la capital del país y prácticamente el último pronunciamiento que se conocía era el del burgomaestre.

Sin embargo eso cambió el jueves pasado. Después de una nueva escalada terrorista en la que resultaron heridos 18 colombianos, Samuel Moreno salió presuroso ante los medios de comunicación a decir que “los ataques no tuvieron nada que ver con el paro ni con las marchas”.

Una afirmación tan contundente, y tan presurosa, no tiene fundamento probatorio en la realidad: nadie sabe si los terroristas participaron o no en la marcha, pues el método utilizado para la detonación fue el del temporizador, con lo cual, los terroristas pudieron estar a kilómetros de los sitios en los que cometieron los atentados.

No se puede perder el hilo de la situación: el video presentado por el ministro de la Protección Social, en el que se ve a un miembro de la CUT coordinando la sincronización de las protestas para el mes de octubre, demuestra que sí se dio un acuerdo entre los diferentes sectores para emprender las protestas al unísono.

También es importante recordar que el paro de los corteros de caña ha sido respaldado decididamente por Piedad Córdoba, senadora que ha demostrado hasta la saciedad sus simpatías con las Farc. Y ni hablar del senador Alexander López, algunos de cuyos colaboradores están siendo investigados por reunirse con voceros de las Farc para ultimar detalles con miras a las protestas que él apoya entusiasta.

Tampoco se puede pasar por alto que en la protesta indígena se han presentado, por lo menos, acciones criminales contra la Fuerza Pública y existen evidencias de la infiltración de las Farc en el movimiento indígena.

Entonces, si un representante de la CUT sincroniza las protestas en las que hay participación de simpatizantes y operadores del terrorismo, y justamente el día del paro se presenta una escalada terrorista en Bogotá, resulta irresponsable la sentencia del alcalde Moreno de asegurar que nada tuvo que ver una cosa con otra.

Seguramente los organizadores del paro del pasado 23 de octubre y los manifestantes sindicalizados no tuvieron ninguna participación en los atentados. Pero eso no significa que el paro, y las demás protestas organizadas en varias zonas del país, no hayan sido tomadas por las Farc como vitrina para que sus acciones de terror tuvieran la divulgación que ellos pretendían.

De hecho, el mejor escenario para los operadores de campo de las Farc es el de un ambiente aparentemente caldeado de insatisfacciones y protesta social generalizada. Es ahí donde las Farc tienen el plato servido para manifestar, a su manera, el respaldo a la inconformidad popular contra el enemigo número uno de la organización terrorista: el gobierno de Álvaro Uribe Vélez.

Entonces, lo admita Moreno o no, si existe un hilo que vincula ambas situaciones, pues abrirle espacio político a las Farc para que aprovechen un escenario, concertar con sectores simpatizantes e incluso con terroristas de campo y hacer eco de las arengas de las Farc para aparentar una supuesta revuelta social de grandes dimensiones, deja un tufillo de servicios prestados al terrorismo ya sea por ingenuidad o por afinidad.

Tradicionalmente los “gobernantes” de izquierda en Bogotá han incurrido en el error de subestimar a las Farc, de ocultar su presencia en diferentes zonas de la Capital y de soñar con que no existen reductos de milicianos. A eso se suma la irresponsabilidad de personajes de la izquierda como el rector de la Distrital, Carlos Ossa Escobar, que observa impávido como un grupo de encapuchados simpatizantes de las Farc se pavonea ante unos indefensos estudiantes, gritando arengas e invitando a los nóveles alumnos a ingresar a las filas del terrorismo.

Esos errores se han pagado con la vida de varios ciudadanos y con la sangre de decenas de heridos y en el afán de tapar el accionar de las Farc en sus últimos estertores, prefieren hacerse los de la vista gorda y no enfrentar el problema con responsabilidad y seriedad.

sábado, 25 de octubre de 2008

Contra Obama y Vivanco

Por: Alfredo Rangel
Revista Semana. Sábado 18 Octubre 2008

Suscitan muchas sospechas la falta de objetividad y el sesgo ideológico de quienes asesoran a Obama en esos temas. Colombia y su gobierno han sido víctimas esta semana de dos ataques desproporcionados e injustos. Uno por parte del candidato demócrata Obama y otro del director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco. Ninguno de los dos ataques se compadece de la situación colombiana y ambos están totalmente alejados de la realidad.

El candidato Obama afirmó en su último debate con McCain que su oposición a la aprobación del TLC con Colombia no se debía a que estuviera en contra del libre comercio per se, sino a la situación de violencia contra los sindicalistas. Según Obama "la historia actual en Colombia es que dirigentes sindicales han sido blanco de asesinatos de forma sistemática y no ha habido juicios". Esta afirmación demuestra un absoluto desconocimiento de la forma como ha venido mejorando la situación de los derechos humanos en nuestro país y, en particular, la de los mismos sindicalistas. También pasa por alto los enormes esfuerzos realizados por el gobierno de Uribe, no sólo para proteger a los sindicalistas, sino para investigar los crímenes contra ellos y enjuiciar a los culpables. Avances que, entre otras cosas, no se habían logrado en anteriores gobiernos colombianos que fueron objeto del apoyo decidido de administraciones y de bancadas demócratas en el Congreso norteamericano.
Examinemos los hechos. En el año 2001, antes del gobierno de Uribe, hubo en Colombia 213 sindicalistas asesinados, según la AFL-CIO, la central sindical norteamericana. Para el año 2006, en el gobierno Uribe, esa cifra se había reducido a 60 homicidios y en 2007 bajó a 26, es decir, una cifra ocho veces menor que antes de este gobierno. Además, en contravía de lo que afirmó Obama sobre el carácter sistemático de los asesinatos contra los sindicalistas, para la Fiscalía General de la Nación, que en nuestro país es un ente investigador independiente del gobierno, la gran mayoría de las muertes de sindicalistas ocurridas el año pasado no está relacionada con motivos políticos ni con el vínculo de las víctimas con los sindicatos, sino con razones de delincuencia común, como atracos, disputas pasionales y otras distintas a las políticas. Adicionalmente, hay que recordar que en Colombia la tasa general de homicidio es de 33 víctimas por cada 100.000 habitantes.
Para los miembros de la Policía, que están muy expuestos a la violencia, esa tasa es de 86. La misma tasa para los sindicalistas es de cuatro. Esto quiere decir que, en puros términos estadísticos, un sindicalista tiene ocho veces menos riesgos de ser víctima de un homicidio que un ciudadano que no es miembro de un sindicato. O, en otros términos, que no es verdad que por el sólo hecho de ser sindicalista, una persona tenga en Colombia más riesgos de ser víctima de la violencia.
De otra parte, con respecto a la afirmación de que en Colombia no ha habido juicios para esclarecer los asesinatos de sindicalistas, los asesores del senador Obama deberían informarle que según el último informe sobre los derechos humanos en Colombia, realizado por el mismísimo Departamento de Estado de Estados Unidos, el gobierno nombró recientemente 13 fiscales y 78 investigadores especiales para investigar esos casos. Que la Fiscalía y los tres sindicatos más grandes del país identificaron los 187 casos más importantes de violencia contra sindicalistas ocurridos en años anteriores. Y que en lo corrido del presente año, los jueces han proferido 134 condenas contra asesinos de sindicalistas. No se explica uno cómo el senador Obama puede afirmar tan impasible y categórico que "no ha habido juicios". Es lamentable su falta de información.
Y suscitan muchas sospechas la falta de objetividad y el sesgo ideológico de quienes lo asesoran en estos temas. Sobre el documento del señor Vivanco no vale la pena entrar en detalles. Su animadversión personal contra el presidente Uribe les ha quitado todo rigor y objetividad a sus apreciaciones. Lo cierto es que el gobierno de Uribe desmovilizó 32.000 paramilitares, desarmó 16.000 de ellos, sometió a más de 2.000 a una justicia rigurosa y exigente, encarceló a decenas de sus principales dirigentes y extraditó a los 14 más peligrosos. Pero todo el documento del señor Vivanco se basa en la tesis de que Uribe quiere obstaculizar la justicia dizque para "perpetuar la influencia paramilitar". Seamos serios, señor Vivanco.

viernes, 24 de octubre de 2008

Nuestra Fahrenheit 451

Alfonso Monsalve Solórzano
almonsol@hotmail.com

En 1953, Ray Bradbury, maestro de la ciencia ficción, escribió un libro perturbador: Fahrenheit 451. Quise presentar en mis propias palabras su argumento, pero encontré a otros –Francisco Ontanaya y Antonio Pérez- que lo hacen mejor que yo, al menos en el papel que le corresponde a los bomberos de la sociedad –ya no tan imaginaria, como se verá más adelante- que representan un estilo de vida y una forma de organización social atroces.

451 grados en la escala Fahrenheit es “la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde […].En un futuro no muy lejano, un cuerpo de bomberos con el anagrama 451 en el casco, conduciendo vehículos con apariencia de salamandra, no se dedica a extinguir fuegos, si no a provocarlos. Un millón de libros han sido prohibidos, libros que se contradicen entre sí, que sostienen argumentos opuestos, y que por ello impiden que la gente sea feliz. Guy Montag, y la brigada de bomberos, acuden a la emergencia de cada propietario de libros localizado, con las salamandras y las mangueras que lanzan petróleo, para incinerar hasta la última hoja”.

La metáfora no puede ser más diciente: para algunos, como el conocimiento se construye mediante la controversia, especialmente, en el debate de las ideas contrapuestas, y, para el colmo, no asegura verdades absolutas, sino a lo sumo, condicionales, concluyen que no sólo no produce la felicidad sino que se opone a ella. La felicidad, piensan, está contenida en el conjunto de fórmulas que sus mentes calenturientas consideran verdades absolutas que tienen el deber moral de imponer a todo el mundo. Su consigna es obligar a la gente a ser feliz, y sólo hay una manara para serlo, la que ellos practican.

El deber ‘moral’ de imponer su propio punto de vista ha sido justificado desde diferentes perspectivas, ya sea porque se trata de una verdad divina revelada, típica de todos los fundamentalistas pasados, como los inquisidores del tipo de Tomás de Torquemada (¡qué apellido más acorde con su actividad de llevara a la hogera a los ‘infieles!’) o ciertos actuales mullas del Islam o porque se trata de una verdad ‘científica’ como las que proponen determinadas interpretaciones (porque no son todas, por supuesto) del materialismo dialéctico o el histórico o de las tesis de El Capital, de la doctrina marxista.

Quien posee la verdad absoluta ha encontrado la formula de la felicidad: adecuar la vida a dicha verdad. Quien no lo haga merece la hoguera, el escarnio y la humillación. Pero, además, si ya existe la receta, sólo hay un libro que es sagrado y que por serlo, merece ser conservado. Los demás son tentaciones del demonio o panfletos metafísicos carentes de todo valor. Quemar la biblioteca, el lugar por excelencia del disenso, del debate y la aceptación terrible de que no hay fórmulas para ser feliz, ha sido una tradición que viene de la Antigüedad.La Biblioteca de Alejandría, la más importante de la Antigüedad, muchas veces incendiada, lo fue la última vez por el fundamentalista islámico el califa Omar, en el 643 de nuestra era, con el siguiente argumento: “Los libros de la Biblioteca o bien contradicen al Corán, y entonces son peligrosos, o bien coinciden con el Corán, y entonces son redundantes”. La ‘verdad absoluta’ conduce así a la barbarie, a la negación del otro o a su sometimiento. La religión o la ciencia, dos prácticas tan constitutivas de lo humano, son convertidas en armas mortales en manos de las hordas que actúan en sus nombres.

Pues bien, el modo de vida de los bomberos de la sociedad Fahrenheit 451 ya está en Colombia, en nuestra Medellín. El día jueves fue asaltada la Biblioteca de la Universidad Nacional sede Medellín por bárbaros encapuchados. La biblioteca de una Universidad es su espacio más simbólico. Encarna el conocimiento, la sabiduría, el disenso, la controversia, En ella está la ciencia con sus verdades condicionales, los textos religiosos, los libros en los que se inspiran los fundamentalistas y aquellos que los rechazan. Todo lo que se ha pensado, las distintas versiones del pasado, el conocimiento que posibilita un futuro mejor o una sociedad que se autoinmola. En fin, la biblioteca, cada biblioteca, pero especialmente, una universitaria, representa todo lo que un fundamentalista odia.

Estos bárbaros, creyentes enceguecidos de la ‘verdad histórica absoluta’ de la revolución, destruyeron 18 cámaras usadas para evitar la mutilación o el robo de libros; hurtaron, como vulgares delincuentes, un computador y destrozaron otro tirándolo al piso; amenazaron e intimidaron a los usuarios, evitando que evacuaran el edificio, apilaron las cámaras a las afueras de la biblioteca y les pusieron explosivos para destruirlas. No fue un ataque al sistema de vigilancia, materializado en las cámaras, que podrían documentar sus fechorías, aunque así se quiera presentar argumentando que representaban el ojo opresor del Gran hermano que interfiere sus actividades ‘libertarias’. No. Es el acto de unos fundamentalistas que destruyen y vandalizan el lugar que pone de presente su pequeñez mental y su intolerancia desenfrenada.

Me solidarizo con la Universidad Nacional, con sus directivas, profesores, estudiantes y empleados. Me duele el destino de nuestra academia y no me resigno a que los bárbaros nos dobleguen. No puede haber espacio para ellos en las universidades. Todos aquellos que respetamos el conocimiento y practicamos el disenso, cualquiera sea la tendencia ideológica o política que practiquemos, debemos unirnos y manifestarnos pública contra estos individuos. Hagamos un acto colectivo de rechazo a este acto y de desagravio con la Universidad Nacional.

jueves, 23 de octubre de 2008

DESCUBIERTA COMBINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE LUCHA, VERSIÓN 10/08.

Por: Samuel Ángel*.

Poco común en los años de gobierno del presidente Uribe, son los hechos que se han venido registrando en diferentes partes del país durante el presente mes de octubre.

Pero mucho mas curioso y porque no decirlo, impresionante, es ver la ejecución en la practica de lo que desde el siglo pasado se denomino por la extrema izquierda colombiana como la combinación de todas las formas de lucha, una importación ideológico-militar Estalinista, expresada por este en 1925, y que desde 1949 apareció en Colombia en una resolución de la dirección del Partido Comunista Colombiano, y que llevada a la practica, causa los mayores destrozos en la población donde se ejecuta buscando desestabilizar a los gobiernos.

Los dirigentes del PCC, partido fundador de las FARC en la resistencia campesina del Tolima de 1964, y que posteriormente fundaron el Polo Democrático, siempre encubrieron esta practica, la cual consiste en hacer avanzar su causa mediante ”las armas y la subversión, mediante la acción política clandestina y la acción abierta, mediante la propaganda y el espionaje, mediante la acción parlamentaria y el terrorismo, mediante la desinformación y la información dirigida”.

No podemos desconocer los acontecimientos del Cauca y Valle en los que la violencia terrorista se ha disfrazado de protesta social. Una cosa es solicitar el apoyo del gobierno mediante las protestas pacificas para solucionar alguna necesidad y otra es, que los indígenas caucanos hayan resultado lanzando granadas, bloqueando carreteras, que un intendente tristemente tuviese que ser amputado de ambas manos, que secuestren un soldado y lo torturen con azotes, y que se haya incautado armamento terrorista en los lugares de las refriegas.

Además, la fuerza publica escapo de una granada que pudo matar 17 policías y las declaraciones del vocero indígena que sorprenden por su elaborado contenido subversivo. Además de las denuncias del ministro de defensa en el sentido de haber encontrado indicios de financiación extranjera para el terrorismo en el Cauca.

Lo único que en esta ocasión los terroristas no tuvieron en cuenta es que toda su estrategia quedo registrada en videos, uno muestra en el Cauca, las armas no convencionales que portan ”ciertos indígenas”, otro muestra a un personaje enseñando a atacar a los policías en las manos, porque según dice, es el único sitio descubierto, y otro muestra al senador del Polo Democrático Alexander López, con los corteros de caña incitando al paro y la protesta, lo cual no es permitido para un senador, además en una reunión sindical de hace cuatro meses, uno de los sindicalistas invita a coordinar los paros en el país coincidentemente el 7 de octubre. Por si fuese poco la infiltración de agentes extranjeros clandestinos en las protestas, los cuales fueron detenidos por el DAS y expulsados del país.

Luego muy majos y muy orondos salen a la opinión publica a rasgarse las vestiduras por el paro indígena Tarcisio Mora Godoy presidente de la CUT y Carlos Bula, secretario general del Polo Democrático, como quien dice, tiramos la piedra y escondemos la mano. Y exponen la realización del paro nacional del próximo 23 coordinado por la CUT.

No olvidemos que “Tirofijo fue un mitómano que mintió durante mas de 44 años sin el menor escrúpulo, pero que no fue el quien inicio el terrorismo en Colombia sino sus superiores del PCC a quienes se deben esas graves decisiones”.

* Director Nacional de Medios.
Centro de Pensamiento Primero Colombia

martes, 21 de octubre de 2008

Obama se equivoca sobre Colombia

Por: Mary Anastasia O'Grady

Tras el debate final de la semana pasada entre John McCain y Barack Obama, los medios de comunicación no perdieron tiempo en buscar los trapos sucios de Joe el Plomero. Es una pena que el mismo nivel de escrutinio no se haya aplicado a las declaraciones difamatorias que hizo Obama contra Colombia.

Joe, en caso que haya estado siguiendo la política estadounidense, es un hombre de la clase trabajadora de Toledo, Ohio, que la semana pasada entregó un resumen claro del plan económico de Obama: aumentar los impuestos para los emprendedores exitosos y utilizar el dinero para expandir los programas de asistencia social.

Joe llevó adelante lo que denomino la audacia de la veracidad. Hizo que el candidato educado en Harvard quedara mal. Por ese motivo, los medios decidieron que había que disminuir un poco su relevancia. En tanto, el cuarto poder dejó de lado cualquier discusión seria sobre la difamación que hizo Obama del mejor aliado de Estados Unidos en América Latina.

Para ser justos, es probable que Obama no se haya dispuesto a insultar a millones de colombianos el miércoles por la noche y revivir la noción del Gringo Feo que tienen muchos vecinos. Pero cuando McCain señaló que no tiene sentido oponerse al Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Colombia, puesto que EE.UU. ya está abierto a las importaciones de Colombia y porque el acuerdo abrirá nuevos mercados para los exportadores estadounidenses en tiempos económicos difíciles, Obama no estaba bien preparado para responder.

Acudió a sus archivos mentales, en búsqueda de lo que fuera que le habían dicho que dijera sobre Colombia. Parece que encontró su disco duro lleno de los argumentos de los grandes sindicatos estadounidenses. Esto es lo que arrojó: "En este momento, la historia en Colombia", dijo, "es que los líderes sindicales han sido blancos de asesinatos, en forma consistente, y no han habido procesamientos".

McCain debería haber sonado el silbato en ese mismo instante. Levantar falso testimonio en contra de un vecino, que además es un amigo, constituye una infracción. Los asesinatos de sindicalistas en Colombia han descendido pronunciadamente en los últimos cinco años y las condenas han aumentado. Obama se equivocó. Además, McCain perdió una oportunidad de preguntarle a Obama cómo cuadra su antagonismo hacia Colombia —cuyo presidente tiene un índice de aprobación de 80%— con su promesa de apuntalar la imagen de EE.UU. en el exterior.

Un político estadounidense debería saber que no es adecuado darle un sermón sobre moralidad a Colombia. La demanda estadounidense de cocaína, que financia a lo peor de la criminalidad colombiana —incluidas las sangrientas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)—, casi ha arruinado ese hermoso país. Los colombianos, quienes han cooperado con valentía con la desafortunada "guerra a las drogas" de EE.UU., han pagado un alto precio.

Cuando el presidente Álvaro Uribe llegó al poder en agosto de 2002,Colombia era casi un Estado fallido. Ese año hubo casi 28.837 homicidios en todo el país, convirtiéndolo en uno de los lugares más peligrosos del planeta. 196 sindicalistas fueron asesinados ese año. Sus muertes estaban relacionadas a la violencia política que recorría todo el país.

Los sindicatos dominantes del sector público tienen sus orígenes en una ideología revolucionaria que comparten con las FARC. Esto los ha dejado del lado izquierdo de la violenta política colombiana durante décadas. Del otro lado se han ubicado aquellos que levantaron las armas para oponerse a la agresión de la guerrilla.

Uribe ha trabajado para restaurar la paz al fortalecer al Estado. Esto ha sido malo para ambos bandos. Pero a medida que los rebeldes han sido relegados, simpatizantes de las FARC han ido a Washington para desacreditar a su némesis. Los demócratas les han dado la bienvenida. En tanto, el número de víctimas ha caído de forma pronunciada y los miembros de los sindicatos se han beneficiado en especial de la mayor seguridad.

Como explicó un editorial de The Wall Street Journal el viernes, entre 2002 y 2007 el número de sindicalistas colombianos asesinados cayó casi un 87%. Según cualquier estándar justo, eso es progreso, en especial considerando lo que heredó Uribe. En 2000, fueron asesinados 155 sindicalistas; en 2001, 205, y en 2002, 196. Las cifras recién comenzaron a bajar cuando él tomó el timón.

En octubre de 2006, el presidente creó una unidad de investigación especial dentro de la Procuraduría General de la Nación, el organismo encargado de investigar los asesinatos de sindicalistas. La unidad comenzó a operar en febrero de 2007 y afirma que hasta agosto de este año, "se han abierto investigaciones sobre unos 855 casos" y que "se han emitido 179 medidas de detención preventiva para la seguridad, 61 casos están listos para ser enviados a la corte para ir a juicio, y 115 sospechosos han sido condenados en 75 sentencias".

Hoy en día es más seguro ser miembro de un sindicato que ser miembro de la población en general. Eso es un hecho y sería interesante saber por qué Obama se ha negado en reiteradas ocasiones a aceptarlo.

¿Acaso se debe a su fuerte dependencia de las contribuciones de campaña de la organización anti-comercio AFL-CIO (una federación de sindicatos internacionales)? O tal vez, al igual que la presidenta de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense, Nancy Pelosi, Obama tiene una preferencia ideológica en favor de la izquierda dura colombiana. Si es lo último, entonces vale la pena preguntar si una presidencia de Obama cambiaría la política exterior estadounidense para volverla más favorable hacia insurgentes de la calaña de las FARC.

Escriba a: mailto:O%27Grady@wsj.comThe New Yor Times - OCTOBER 20, 2008

lunes, 20 de octubre de 2008

Venezuela y Nicaragua: el ataque constante a los medios de comunicación opositores

Por Jaime Restrepo Vásquez.
Director de Atrabilioso.
El día que capturaron al senador Álvaro Araujo -en el momento en que era trasladado del búnker de la Fiscalía a la cárcel de La Picota- se escucharon los gritos e insultos proferidos por uno de los periodistas que cubrían la noticia. El protagonista de la andanada fue Ignacio Gómez de Noticias Uno.

No me imagino en qué lugar le enseñaron ética, ni los motivos que tenía para pasar por encima de la presunción de inocencia a la que, en teoría, tenemos derecho todos los colombianos.

Lo cierto es que los medios de comunicación del país han destrozado ese derecho fundamental y ahora, con el tema de la para-política, han contribuido a difundir un clima amenazante en el que la apertura de una investigación por parte de la “honorable” Corte Suprema de Justicia, es asumido por los periodistas como una condena que resulta inapelable. En otras palabras, aquel que sea llamado a indagatoria es juzgado y sentenciado de una vez por el público que atiende los preceptos de esos medios de comunicación.

Pese a la cacería de brujas de la oposición, a la que se han sumado entusiastas Noticias Uno y El Espectador, esos medios no tienen restricciones en su accionar, ni han sido amenazados con procesos penales, ni sus instalaciones han sido objeto de ataques. A lo sumo, algún colombiano airado les ha expresado su inconformidad con el manejo político que hacen de la información. Y cuando el director de Noticias Uno ha incurrido presuntamente en un delito, el propio Presidente ha solicitado que lo investiguen, como ocurrió en el caso de Daniel Coronell y su inexplicable y nada profesional ocultamiento de la entrevista de Yidis Medina.

Sin embargo, esos mismos sectores opositores que tildan a Uribe de fachista, autista y una cantidad de cosas más, ven admirados los procesos totalitarios que avanzan en Venezuela y Nicaragua.

En el país del coronel golpista Hugo Chávez, la situación de los medios de comunicación es crítica. Esta semana, para solo citar los últimos acontecimientos, el ministro de información Andrés Izarra anunció que él era el encargado del presupuesto para medios de comunicación y que nunca entregaría ni un centavo para los medios “golpistas”.

A la mañana siguiente, un equipo del canal opositor Globovisión fue atacado en el barrio 23 de enero: un grupo de encapuchados pertenecientes a una banda criminal que se hace llamar La piedrita, delante de las autoridades, les arrebataron la cámara y el micrófono al equipo de comunicadores.

Un día después, el periodista Rafael Poleo, director del periódico Tal Cuál, concedió una entrevista en el canal Globovisión. En ella comparó al coronel golpista con Benito Mussolini y advirtió que Chávez podría terminar como el dictador italiano… ¡Ira socialista! El gobierno de inmediato solicitó investigar al canal, al periodista que lo estaba entrevistando (que dicho sea de paso, cortó al entrevistado y le llamó la atención, pues el programa se transmite en directo) y por supuesto al entrevistado. La solicitud fue respaldada por la Asamblea Nacional Bolivariana y ya la denuncia está en curso en la Fiscalía de ese país.

Unas horas más tarde volvió a aparecer La piedrita, pero esta vez en la casa del periodista que entrevistó a Poelo, y lanzaron granadas de gas lacrimógeno contra su casa. Es bueno recordar que el canal Globovisión también había sido atacado con estos mismos artefactos -que no se consiguen ni en las droguerías, ni el los puestos de revistas- por integrantes de La piedrita.

En Nicaragua la situación es semejante. Ese 24% de aprobación de los ciudadanos a la gestión de Daniel Ortega tiene con los nervios de punta a los totalitarios nicaragüenses. Los sandinistas, hermanitos de las Farc como el propio Ortega lo ha reconocido, utilizan unas bandas denominadas Consejos del Poder Ciudadano (CPC) para agredir a los medios de comunicación que no respaldan el desgobierno de Daniel Ortega.

En los últimos meses, tres emisoras opositoras –La Corporación, El Pensamiento y La 15 de septiembre- han padecido la persecución: les han robado las antenas, los cables y los equipos de emisión para intentar sacarlas del aire. Además, la justicia adelanta dos procesos contra el diario La Prensa.

El jueves pasado, los miembros de los CPC (La piedrita nicaragüense) agredieron a varios defensores de derechos humanos que cuestionan la gestión de Daniel Ortega.

Cada día las tensiones aumentan tanto en Venezuela como en Nicaragua y la respuesta de sus gobiernos totalitarios es la represión, a como dé lugar, de los medios de comunicación que no son afines al proyecto comunista que sus gobernantes quieren instaurar a la fuerza.

Pero eso no lo ven los simpatizantes colombianos del totalitarismo, quienes pretenden homologar la democracia inmadura e imperfecta que existe en Colombia, con el caos totalitario en el que sobreviven los venezolanos y los nicaragüenses.

viernes, 17 de octubre de 2008

KIT AGROINDUSTRIALES TIPO EXPORTACIÓN

POR: URIEL ORTIZ SOTO (*)

El proyecto es innovador, permite que miles de pequeños y medianos empresarios del sector agroindustrial, exporten sus productos a los mercados internacionales con un mínimo costo y facilidad, desde luego que, obteniendo el pago justo de los mismos y beneficiándose de los incentivos que otorga el Ministerio de Comercio Exterior para los exportadores de menor escala.

El sistema de exportación masiva de productos integrados en un kit, es la respuesta al clamor de pequeños y medianos productores del agro, que individualmente no pueden hacerlo, por los altos costos que les representa la logística exportadora. Cada kit agroindustrial estará conformado por 12 productos de no más de 500 gramos de peso cada uno, más un CD de música Colombiana de diferentes regiones del País. Los productos irán en una mochila preferiblemente de fique con el emblema de: “Colombia es pasión” y la bandera tricolor.

El proyecto está diseñado con el esquema de promoción masiva de productos alimentarios, siempre con el criterio de posicionarlos en los mercados externos. A los productores no se les limitará bajo ningún punto de vista su venta posterior en forma individual, precisamente bajo esta modalidad se les abre las puertas para que los ingresen, eso sí, con productos de muy buena calidad y con el lleno de todos los requisitos legales para exportación.

Es de público conocimiento que, el sector agroindustrial está conformado por pequeños y medianos productores, que no disponen de los recursos suficientes para diligenciar los registros sanitarios nacionales e internacionales que, tanto las autoridades del país de origen, como de destino, con justificada razón los exigen, por tratarse de productos altamente sensibles y proclives a altos niveles de descomposición.

Es también preocupante, que muchas veces se tengan que votar productos de excelente calidad, sencillamente, porque carecen de una asesoría adecuada. Existe un inventario de más de doscientos items de diferentes posiciones arancelarias, aptos para exportación pero, sus productores se han cansado de tocar las puertas del sector oficial y no han encontrado solución adecuada que les permita adquirir los recursos financieros para desarrollar programas de penetración a los mercados internacionales.

El primer mercado de exportación para esta modalidad de Kit Tipo Exportación, sería el de los Estados Unidos. No olvidemos que la Ley Atpdea, -por sus sigla en inglés-, acaba de ser prorrogada hasta el 31 de diciembre del año 2009 y así mismo ampliada con más productos del sector. Esto, mientras nos llega el TLC, que con absoluta seguridad será aprobado muy posiblemente antes de finalizar el presente año, o a más tardar para el primer semestre del 2009. También hay que tener presente que en los mercados de la Unión Europea UE, podemos ingresar con miles de productos que están beneficiados por el programa del, Sistema General de Preferencias SGP. En los Países de América Latina, existen los beneficios de la: PAR, Programa Arancelario Regional, que por lo general establece un diferencial arancelario del 4% con respecto al común. En la misma forma se puede entrar al mercado de Canadá, en aprovechamiento del TLC, recientemente firmado, y con los países Centro Americanos del Triangulo Sur. El mercado de Caricom, que está integrado por más de 17 islas del Caribe, y que son esencialmente turísticas, sería otro potencial exportador con los Kit Agroindustriales Tipo Exportación.

Las oficinas comerciales de Proexport en el exterior, deberían habilitarse para promocionar todos estos proyectos. Infortunadamente, estas se encuentran en manos de burócratas que fuera de ser ignorantes en asuntos de Comercio Internacional, están simplemente de paseo, premiados por el cacique político de turno mientras llegan las próximas elecciones

Fue gratificante escuchar recientemente a nuestra embajadora en Japón doctora Patricia Cárdenas, quién nos dejó sorprendidos al explicar las posibilidades que tiene nuestro País, para ingresar a dicho mercado, productos varios del sector agroindustrial.


Asesor Comercio Internacional

urielos@cable.net.co

martes, 14 de octubre de 2008

La Fuerza de la verdad.

Por: Alfonso Monsalve Solórzano
alminsol@hotmail.com

La Fiscalía General de la Nación ordenó archivar la investigación abierta contra el gobernador Luís Alfredo Ramos, por posible apoyo de grupos paramilitares en su elección como primer mandatario de los antioqueños. La investigación, recuérdese, comenzó a raíz de las afirmaciones hechas por Claudia López en su ensayo “La Ruta de la expansión Paramilitar y la Transformación política de e Antioquia” y la aparición de un supuesto testigo que corroboraría tal vínculo.

Un año duró el proceso en el que una persona respetable fue sometida al escarnio público, y su vida y honra cuestionadas. La conclusión, afortunadamente para Antioquia y el país, es que el gobernador Ramos no tuvo ningún apoyo criminal de paramilitares en su elección, pues no realizó ni pactos ni componendas con ellos. Digo que es una conclusión afortunada porque cualquiera que sea la orientación de las fuerzas políticas antioqueñas, el acto inhibitorio de la Fiscalía termina con el manto de duda que sobre la legitimidad de la elección del gobernador Ramos se tendió. Aclarado este asunto, el gobierno y la oposición deberán concentrase sobre las acciones de su ejercicio. Es la normalización de la política, donde no todos tienen que estar de acuerdo con el gobernante, pero donde todos admiten la legitimidad de su mandato.

Pero hay que sacar lecciones de lo ocurrido. La más importante es que la investigación judicial puso en evidencia lo que algunos nos hemos atrevido a decir: que eran infundadas las acusaciones hechas por la señora Claudia López, quien estaba haciendo política con la disculpa de una investigación académica. La respetabilidad que da a un argumento el hecho de que se presente como si fuese el resultado de una juiciosa indagación académica, sirvió de arma política para desacreditar a personas y a sus políticas.

Que alguien no comparta los lineamientos de la política del presidente Uribe o de sus aliados, es absolutamente respetable en una sociedad pluralista. Que opine y sea responsable de su opinión. Pero lo que no es correcto ni admisible, porque viola los más elementales códigos de la ética pública -que obligan a los que quieren influir, desde cualquier posición, en el curso de los acontecimientos- es presentar su particular punto de vista, sus sospechas y su deseo (pensar con el deseo, se llama) con el manto de investigaciones académicas, porque está vendiendo como buena una mercancía averiada (como dice el adagio chino), para obtener ganancia políticas indebidas. Calumniad, calumniad que de la calumnia algo queda.

Y lo digo conciente de lo que afirmo. Sé perfectamente que en ciencias sociales y políticas hay desacuerdos y márgenes de interpretación. Sé que la escritura académica en temas de política no está exenta de sesgos ideológicos, y que los hechos están sujetos a interpretaciones Es más, entiendo perfectamente la tesis de algunos teóricos, según la cual, en estos campos no hay hechos sino interpretaciones. El punto es que ninguna interpretación puede pasar por alto criterios elementales como los de no confundir una hipótesis con una insinuación perversa basada en una ‘intuición’ que carece de sustento empírico, pero que señala y hace sospechosa a una persona o una acción; o de unas categorías de análisis que no resisten la menor confrontación como la de ‘atipicidad’

La señora Claudia López ha escrito repetidamente en defensa del sistema judicial y de la Fiscalía. Espero que hoy acepte con humildad esta actuación del ente acusador, ahora que éste concluye la sinrazón de sus aseveraciones. Le queda debiendo al país una explicación y una disculpa, más allá de las consecuencias legales que sus afirmaciones, ahora refutadas por la Fiscalía, le acarreen por los perjuicios que le causaron al gobernador Luís Alfredo Ramos. Así es como actúan los verdaderos académicos, quienes se inclinan ante la verdad. Éstos actúan según la máxima de un lógico contemporáneo, que detestaba la silogística: “soy enemigo de Aristóteles, pero más enemigo de la falsedad.

lunes, 13 de octubre de 2008

Esos fallos que sacuden a la oposición.

Por Jaime Restrepo Vásquez.

Curiosa, por decir lo menos, es la reacción unánime de algunos columnistas opositores ante la decisión del Consejo Superior de la Judicatura de tutelar los derechos del ministro de la Protección que fueron vulnerados por la Corte Suprema de Justicia.

Todos han escrito con tinta rabiosa en contra del Consejo Superior de la Judicatura y se han concentrado en las consecuencias y en la forma como fueron elegidos los actuales magistrados del organismo administrador del poder judicial. Prácticamente se podría pensar que se pusieron de acuerdo para escribir sobre el mismo tema, aunque abordándolo desde aristas diferentes.

Es más: el único análisis serio que he leído sobre la decisión del Consejo Superior de la Judicatura la encontré en Picotazos de gaviota, un blog escrito por un abogado que a partir de sus conocimientos jurídicos aborda diferentes temas de la actualidad nacional. Espanta que los análisis mejor fundamentados no aparezcan en la prensa tradicional sino en un medio de escasa difusión que no tiene los “pergaminos” que aparentan ostentar los columnistas de siempre.

Por un lado, Pedro Medellín Torres se concentra en tratar de demostrar que la sentencia de la Consejo Superior de la Judicatura no es un choque de trenes porque este organismo solo tiene funciones administrativas y disciplinarias. De igual forma, asegura que en la decisión” se encuentran varios hechos que trascienden el debate jurídico sobre las tutelas contra sentencias, para situarse en el terreno político de la confrontación institucional.”

Además, Medellín Torres duda de las facultades que tendría el Consejo Superior para fallar la tutela y sugiere la existencia de un plan de embestida contra la “honorable” Corte Suprema de Justicia.

Cosa distinta argumenta un estudioso del derecho: “Pareciera como si la Corte Suprema no hubiese leído el contenido del fallo de tutela, donde se parte del hecho de que la parte resolutiva no se modifica, luego no se afecta la labor de juzgamiento de los aforados. En segundo lugar, el Consejo Superior de la Judicatura parte del hecho de que no desconocerá la decisión adoptada respecto de Yidis Medina, en la medida en que las normas en materia de sentencia anticipada fueron debidamente atendidas. En consecuencia, no se entiende –nuevamente– la postura asumida por la CSJ, que claramente responde como un grupo de caprichosos ególatras, y no como Magistrados realmente honorables.”

A su turno, en la misma página de opinión de El Tiempo, la “investigadora” Claudia López -¿quién sería el ladrón que supuestamente le enseñó a escribir a esta agitadora política?- se despacha contra Uribe asegurando que logró vulnerar la Constitución para ubicar a cinco magistrados en la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura. La señora López se lamenta de que los actuales magistrados no sean abogados serios de la carrera judicial –léase Asonal Judicial y simpatizantes de la izquierda colombiana- sino unas cuotas de los partidos de la supuesta coalición uribista.

Después de inocular todo el veneno, Claudia López entra a descalificar a los magistrados: a unos por haber sido miembros del Congreso y a otros por ser supuestos recomendados con “oscura trayectoria personal y pública”.

Eso sí: la señora López no hace el menor esfuerzo por analizar la sentencia desde la perspectiva primaria, es decir, desde el ámbito jurídico, lo que tritura de plano las arengas de la aclamada “investigadora” de siete colores.

Y no podía faltar en esta muestra el ex director del DAS durante el gobierno Samper, abogado de Daniel Coronell y del magistrado César Julio Valencia Copete, el jurisconsulto Ramiro Bejarano, quien remató su columna con el siguiente párrafo:

“Si el ministro Diego Palacio —el “innombrable”— creyó que salvaría su prestigio con la absurda sentencia del uribizado Consejo Superior de la Judicatura, se equivocó, pues ahora está más comprometido que antes. ¡Qué vergüenza y qué miedo! Al paso que vamos, la justicia politizada acabará con lo que resta del Estado de Derecho.”

No obstante, un abogado de verdad, no un tinterillo parásito que solo busca posiciones burocráticas; dice lo siguiente, después de analizar la decisión del Consejo Superior de la Judicatura:

“Cuando las citaciones que se hacen del Ministro en la sentencia de condena de Yidis Medina dan lugar a un debate de moción de censura, al inicio de procedimientos disciplinarios (en donde el fallo constituye una de las pruebas), podría afirmar sin temor alguno, que eso constituye un prejuzgamiento que atenta contra la presunción de inocencia. De hecho, no es este el primer caso en el que la Corte comete esta clase de pronunciamientos. Recordemos que las sentencias en materia de parapolítica hacen referencia a la forma en que los candidatos se repartían el mapa electoral entre ellos, a pesar de que solo se estuviera dictando sentencia respecto de uno de ellos. De tal suerte, entonces, esta situación no es nueva.”

Las tres columnas tienen varias cosas en común: señalar la politización uribista del Consejo Superior de la Judicatura para descalificar el fallo a favor del ministro Palacio. También se concentran en la conformación del organismo, en sus supuestas intenciones y en las consecuencias, según ellos nefastas, de la decisión judicial.

Sin embargo, ninguno de ellos aborda el fallo de tutela en sí, no analizan los derechos que le fueron vulnerados a Diego Palacio por la politizada Corte Suprema de Justicia ni mencionan siquiera que ésta última está incurriendo en lo que tanto critica: el desconocimiento de un fallo judicial.

No se espera que Claudia López tenga la capacidad ni los conocimientos para leer una decisión judicial y mucho menos para entenderla. No ocurre lo mismo con Pedro Medellín, quien por lo menos debió apartar los fantasmas políticos y profundizar también en la gravedad del sesgo político que le imprime la Corte Suprema de Justicia a sus decisiones, especialmente cuando afectan al gobierno.

De igual forma, en cuanto a Ramiro Bejarano, algún lector desprevenido buscaría un análisis jurídico de la situación, y no una arenga babosa y vacía como la que profirió en su columna. Uno se pregunta: ¿Por qué no entró a analizar el fallo? ¿Será que está bien sustentado y por eso entra a descalificarlo y se inhibe de presentar argumentos frente a la decisión?

Muy grave que los columnistas que proclaman a grito herido el respeto por los fallos judiciales y que condenan a los que nos oponemos a algunas decisiones políticas de un organismo judicial, ahora salgan a contradecirse de semejante manera, a irrespetar una decisión y al tribunal que la promueve simplemente porque va en contravía de sus oscuros deseos.

Evidentemente la coherencia no es un asunto que les competa a los columnistas rabiosamente opositores: es solo parte de su estrechez mental y de sus pasiones oportunistas.

martes, 7 de octubre de 2008

EL CARTEL DEL SECUESTRO

Por: Rafael Guarin.
El Nuevo Herald - Miami -
El informe de Pax Christi Holanda sobre el secuestro es una oportunidad para colocar el tema en la agenda pública mundial. A pesar de ser un crimen de lesa humanidad que inflige tratos crueles e inhumanos a sus víctimas y acaba con la libertad individual, carece de atención suficiente por parte de la comunidad internacional.El título de esta columna no es original.
La Revista Semana lo empleó en 1996 para mostrar la gravedad del secuestro en Colombia. Un año antes se reportaron 1,158 casos y se pagaron cerca de 530 millones de dólares por rescates y extorsiones. La cifra era superior a las ganancias del grupo Santo Domingo, el mayor conglomerado económico del país. Tales ingresos se convirtieron en una de las principales fuentes de financiación de las FARC, el ELN y la delincuencia común.
La enorme rentabilidad del negocio y la incapacidad del Estado para proteger a los ciudadanos y sancionar a los criminales, llevó a la industrialización del secuestro y a la creación de grupos especializados en cada una de sus fases. Surgieron bandas ''profesionales'' capaces de efectuar complejas operaciones de inteligencia, seguimiento y rapto en las ciudades, en algunos eventos con la complicidad de miembros de la fuerza pública.
En las selvas, las guerrillas construyeron lugares de confinamiento que denominan ''bodegas'', protegidas por unidades armadas dedicadas exclusivamente a esa labor. Estos grupos llegaron al extremo de ejecutar secuestros colectivos e indiscriminados en carreteras, a treinta minutos de Bogotá.Doce años después los indicadores demuestran que el fenómeno se redujo sustancialmente, a pesar de que las principales noticias relacionadas con Colombia tienen que ver con ese delito. Los datos oficiales registran en el año 2000, en pleno ''diálogo de paz'', que se presentaron 3,572 secuestros. En el 2007 bajaron a 521. Pero no se puede cantar victoria. Las víctimas totales de ese delito en los últimos ocho años han sido 14,940 mientras que entre 1976 y 1996 fueron 10,442.
De acuerdo con Fondelibertad 2,801 personas siguen secuestradas desde 1996. Pax Christi considera que son muchas más: 3,235. Las FARC tendrían 783, el ELN 240, las AUC 279 y otras organizaciones de delincuencia 296, del resto no hay certeza sobre la autoría.Este último punto es espinoso. Probablemente un alto porcentaje de quienes engrosan esa estadística tuvieron la suerte de los abuelos Angulo, asesinados por las FARC debido a los problemas de salud que tuvieron durante el plagio. Lo cierto es que el acoso de las fuerzas militares a las guerrillas no les permite el mismo ritmo criminal y les impide mantener en cautiverio a un número tan grande de personas.
Una fuente gubernamental lo describió: ''Estos grupos realizaron una especie de control de calidad''. Sí, así como suena. ¡Absurdo y brutal! Al estilo de cualquier ''capitalista salvaje'' decidieron desechar a quienes no reportaban ganancias.El caso de las AUC es igual de aberrante. No obstante la desmovilización de más de 30,000 paramilitares no se devolvió ni a un secuestrado, tampoco lo hicieron con los niños reclutados por la fuerza. A esta altura, la tenebrosa conclusión es que los primeros fueron masacrados y que no hay mucha esperanza de conocer siquiera dónde reposan sus restos, si no fueron desmembrados y arrojados a los ríos.No es sólo un problema colombiano. El analista Rodrigo Rojas, que contribuyó al estudio de Pax Christi, tiene razón al afirmar que ''a nivel mundial el secuestro es una epidemia''. Según esa ONG, en 2006 ``fueron cometidos al menos 25,000 secuestros", sin incluir a China (que no da información). El siguiente dato del informe es más aterrador: ``resulta verosímil pensar que el número real de casos haya sobrepasado los 100,000''.La dramática situación mexicana lo ilustra. En 2006 ocupó el primer lugar en secuestros por encima de Irak, Brasil, Ecuador, Venezuela y Colombia. El ICESI, a partir de las Encuestas Nacionales sobre Inseguridad, calcula que durante 2007 se presentaron 6,500 secuestros tradicionales y exprés, es decir ''más de 17 secuestros al día''. El Instituto afirma que los que terminaron en homicidio se incrementaron en un 80% en los últimos años y que ``son cada vez más aquellos que terminan en mutilaciones de las víctimas''.Ante este crimen no caben distinciones. No hay porqué calificar unos de políticos y otros de económicos. Frente a la dignidad humana y los derechos ciudadanos el secuestro no es válido como herramienta política. En el caso de las FARC y del ELN la decisión debería ser la liberación inmediata de todos los secuestrados y la renuncia definitiva a esta práctica.El desafío del secuestro sólo puede enfrentarse si existe cooperación. Funciona a nivel transnacional y requiere una respuesta global. En México esa actividad se vincula con el narcotráfico y éste con las FARC. Esa guerrilla también estuvo detrás del rapto y asesinato de Cecilia Cubas en Paraguay y secuestra en las fronteras con Venezuela y Ecuador. El tema mundialmente tiene tal vez más trascendencia que la ''guerra contra el terrorismo'' y debiera exigir por lo menos semejante atención de la OEA y de las Naciones Unidas.

http://www.elnuevoherald.com/opinion/story/293543.html
www.rafaelguarin.blogspot.com

lunes, 6 de octubre de 2008

Los computadores de ‘Raúl Reyes’: Ecuador vuelve a hacer el ridículo.

Si hay algo que angustia a los aliados de las Farc es el contenido de los computadores de ‘Raúl Reyes’. Hemos escuchado a Hugo Chávez y a Rafael Correa tratando de minimizar la calidad de la información y descalificando el hallazgo más importante para develar los vínculos del terrorismo con sectores políticos nacionales e internacionales. A la coral se ha unido, ¡cómo no!, la senadora Piedad Córdoba.

Han dicho de todo: que es un montaje de la CIA y del FBI, que los archivos los están escribiendo todavía y que los computadores son una cajita de donde sacan –refiriéndose al gobierno colombiano y a los Estados Unidos- lo que necesitan para desestabilizar los procesos “revolucionarios” que ellos lideran.

Pero Rafael Correa fue más allá y ordenó un supuesto peritaje para intentar golpear la credibilidad de la información encontrada en los aparatos. La semana pasada, el director nacional de informática de la Fiscalía de Ecuador informó que sus expertos determinaron que hubo manipulación en el acceso a la información de los computadores de ‘Raúl Reyes’.

Básicamente el peritaje ecuatoriano descubrió algo que ya se sabía desde mayo: que en el acceso a la información de los aparatos, entre el 1 y el 3 de marzo, no se siguieron los cánones determinados por la ley. ¡Caramba! La fiscalía ecuatoriana descubrió que el agua moja. De repente hubiera sido menos vergonzoso que fotocopiaran el informe de Interpol y lo sacaran a la luz como una investigación propia, pues son las mismas palabras consignadas en el documento de la policía internacional que fue entregado en mayo pasado.

Es más: los peritos ecuatorianos descubrieron que hubo “discrepancias temporales en los archivos”, como si eso no estuviera descrito perfectamente en el informe de Interpol.

¿Qué se entiende por manipulación en el ACCESO a la información de los computadores? Que el grupo que incautó los aparatos intentó, sin éxito, entrar a la información contenida en los computadores, adivinar claves de acceso y buscar la forma de abrir la puerta a los diferentes archivos, programas y correos encriptados o con clave para ingresar. En esto lo más importante del informe ecuatoriano, como lo consignado en el de Interpol, es que no se menciona siquiera la posibilidad de que la INFORMACIÓN haya sido manipulada por los policías colombianos. En otras palabras: intentaron entrar, no lo consiguieron y la información, que es lo importante en este caso, se mantuvo intacta.

El informe del funcionario de la fiscalía de ese país demuestra hasta dónde puede llegar la manipulación del gobierno vecino. Dice el funcionario: “Eso nos da la idea de que alguna cosa pasó”… ¿Cómo así? Esto es increíble. ¿Un perito que debe determinar de manera precisa lo que está investigando solo puede llegar a la conclusión de que “TIENE LA IDEA” de que “ALGO PASÓ”?

Esto es una burla, o podría ser considerado como un mal chiste, si no fuera porque en el fondo lo que se busca es restarle credibilidad a la información encontrada en los computadores de ‘Raúl Reyes’ sobre los vínculos de las Farc con el gobierno ecuatoriano y sobre todo, atacar el informe de Interpol.

¿Alguien se puede imaginar que en un juicio, un perito en balística salga al estrado a asegurar que su conclusión sobre un proyectil encontrado en el cuerpo de una víctima es que tiene la idea de que algo pasó? Me imagino al abogado de la defensa controvirtiéndolo:

-Si, si. Algo pasó, pero ¿qué fue?
Entonces el perito pasaría saliva y, como los funcionarios de la fiscalía ecuatoriana, tendría que responder:
-Ni idea.

No es que desconfíe de las capacidades investigativas de los ecuatorianos, pero esta es la segunda vez que salen con semejantes babosadas que aseguran en su ignorancia, son hallazgos científicos.
La primera situación ocurrió hace un par de años con el tema de las fumigaciones aéreas en la frontera. El gobierno ecuatoriano se apoyó en una “investigación” realizada en la universidad Central de Quito en la cual los peritos encontraron, supuestamente, que el Glifosato y el coadyuvante, el Cosmoflux, podían afectar la salud de los seres humanos que tuvieran contacto con el pesticida. Incluso tuvieron la osadía de utilizar esa investigación para denunciar a Colombia ante la ONU.

Este año la ONU encontró tantos vacíos en la investigación, que los ecuatorianos consideraban irrefutable, que la Organización volteó el asunto y exigió que Colombia demostrara que las fumigaciones no afectaban a los seres humanos. En el mundo del absurdo esto significa que el acusado tiene que demostrar su inocencia, cuando la norma universal es que quien acusa tiene que demostrar la culpabilidad del sindicado. Pero el fondo del tema es demoledor: ¿Si la investigación ecuatoriana era tan seria y bien hecha, por qué no sirve como sustento para condenar a Colombia? La respuesta es de Perogrullo: porque no es una investigación sino un compendio de manipulaciones políticas elaborado en la misma universidad en la que se reúne la Coordinadora Continental Bolivariana.

Ahora la bufonada es peor: los peritos encontraron lo mismo que determinó Interpol y la conclusión científica más seria es que “tienen idea de que algo pasó”. Con lacayos del régimen disfrazados de peritos e investigadores, Ecuador solo hace el ridículo ante propios y extraños.

domingo, 5 de octubre de 2008

El remate boliviano

Por: Antonio Sánchez García
03/10/2008 - 16:47:42.
http://www.hoybolivia.com/

Los venezolanos conocemos el guión de la película que se rueda en Bolivia como a la palma de nuestras manos.

La trama es la misma, las circunstancias levemente distintas. Sólo han cambiado el escenario y los protagonistas: director, productor y financista son los mismos.En el trasfondo, un campo minado de pozos petroleros y sembradíos de coca.
De coprotagonistas, la misma izquierda latinoamericana que - dividida entre reformistas y revolucionarios - repite hasta el cansancio los roles del buen policía y el mal policía. Unos marean, los otros rematan. Al final, el desenlace debiera ser el mismo: la liquidación de la frágil democracia boliviana y el entronizamiento de un régimen totalitario.La música sigue otra partitura: no suenan cuatro, arpa y maracas, sino quena y charango.
También los extras: aquí masas irredentas y marginalizadas que siguen prisioneras de la barbarie caudillesca decimonónica. Allí, millones de indígenas que despiertan de un golpe al siglo XXI y creen seguir a Manco Cápac.Es la versión cinematográfica de la revolución del realismo mágico, como escrita por García Márquez y filmada por Spielberg, tan cercano a los dinosaurios. En el perfil de los caudillos el lejano fondo de héroes trasnochados por el trajín a que han sido sometidos: Bolívar, en Venezuela, Tupac Amaru en Bolivia.
Del fondo de los baúles del rencor y el despecho que lastran dos siglos de historia trunca y mal parida salen los vestuarios, los prejuicios, los odios y los lugares comunes. Zapatero aún no quiere enterarse que sus ancestros son el fantasma a descabezar por estas momias que resucitan de los tiempos de la Guerra a Muerte al fragor de La Internacional Comunista: desde Colón hasta los virreyes, desde la Perricholi hasta la Quintrala.Es la resurrección en technicolor de los caudillos que se hicieron a la tarea de destrozar tres siglos de historia y cultura, los despojos de nuestros héroes independentistas, malversados, mancillados y castigados por sus culpas.
Que las tienen y en abundancia. Se hicieron a su epopeya sin tener la más mínima idea de los fantasmas que invocaban. Ni de los desastres que prohijaron. Aquí los tienen. Este es el resultado: Chávez, Rafael Correa, Daniel Ortega y Evo Morales. A esto vinieron a parar Bolívar, Sucre, San Martín y O'Higgins.
El caldo de cultivo de estos embates es la crisis de las democracias, acelerada por la miopía política de sus élites, que propician y prohíjan tanto el desprestigio del sistema como la propagación del virus golpista, en las diversas expresiones de sus síntomas.
En ese clima enrarecido de sálvese quien pueda no faltan los oportunistas de siempre, quienes creen poder pescar en río revuelto precipitando la caída de los liderazgos tradicionales, montándose en las turbulencias del caos y sumándose a las filas del golpismo extremo o apadrinando a sus líderes.Lo vivimos en la Venezuela de los noventa, cuando la izquierda se montó en las tanquetas del golpismo chavista, sabiéndolo pro castrista; la extrema derecha siguió al teniente coronel creyendo llegada la hora del militarismo perezjimenista; y la clase media partidofóbica, ansiosa de pasarle factura a quienes hizo responsable de sus propios desatinos. Fue el epílogo de la democracia, coreada por sus propios fundadores, como Rafael Caldera, y celebrada por sus propios medios, inconscientes del gigantesco daño que se les vendría encima. Al grito de ¡fuego, fuego! las mayorías corrieron a arroparse en las faltriqueras de los nuevos Mesías. La mesa estaba servida para aclamar al tirano y pasar por sus horcas caudinas.Luego del golpe -o de los golpes sucesivos y asordinados, propiamente políticos y civiles, como en Bolivia- y como siguiendo el guión del nazismo clásico, la tarea de los golpistas ha sido la misma: derrumbar los diques de contención del democratismo parlamentario y asaltar el ejecutivo por la puerta grande de los comicios presidenciales. Con un solo y único fin: vaciar las instituciones democráticas de todo significado, coparlas con sus anti valores y ponerlas al servicio del déspota. Sin la más mínima alarma de la comunidad democrática internacional por tres razones:1) la película se está filmando en un país del tercer mundo, y allí todo vale; 2) los asaltantes son de izquierda y se declaran socialistas, indigenistas, cocaleros, piqueteros, es decir: pobres. Y con los pobres, también todo se vale; y 3) dado que los pobres son mayoría, la aclamación mayoritaria del asaltante puede contar con el visto bueno y el beneplácito de los demócratas del mundo. Su legitimación de origen jamás será obnubilada por el desempeño del autócrata. La democracia es, según esta visión hoy imperante en el planeta, eminentemente cuantitativa. Todo lo demás es secundario. Exactamente como con Hitler y Mussolini, a quienes nadie pudo negarles haber contado con la inmensa y tumultuosa aclamación de sus mayorías.Henos aquí terminando el segundo capítulo con demagogos, caudillos y autócratas en posesión del poder absoluto.
Comienza la gran función: deconstruir una democracia y construir una tiranía totalitaria mediante el voto. O sus mascaradas. Y el aplauso cómplice de las democracias regionales.Chávez dio un golpe de Estado el 4 de febrero de 1992 y teledirigió otro, desde la prisión, el 27 de noviembre de ese mismo año. Ambos golpes fracasaron en su objetivo inmediato pero dinamitaron con cargas de tanta profundidad los cimientos de la democracia venezolana, que hacerse con el poder se convirtió en un trámite rutinario.La novedad esta vez consistió en lograrlo mediante elecciones.
Evo Morales protagonizó un alucinante viaje hacia la demolición de la precaria estabilidad boliviana sirviéndose de la movilización de sus cocaleros y defenestrando a todos los presidentes que se le interpusieron en su camino.Como el guión preestablecido indicaba que el asalto debía tener lugar por la puerta grande de las elecciones, impidió que los tambaleantes gobernantes que se prestaron al juego luego de derrocado Gonzalo Sánchez de Lozada cayeran antes de prepararle la alfombra. Y en esa movida, ya fue auxiliado por Lula da Silva y la izquierda latinoamericana, que corrió a La Paz a morigerar las pasiones encontradas. Guiado, como antes Chávez, por el experimentado y cazurro Fidel Castro, tuvo la paciencia de esperar hasta que las condiciones estuvieran absolutamente maduras. Entonces se hizo con el Poder ganando las elecciones presidenciales con una aplastante mayoría electoral. Auxiliado por el dividido establecimiento, financiado por Chávez y asesorado por Castro.
Comenzaba el remake del corazón de la trama.Este vaciamiento del contenido jurídico e institucional de los poderes se asemeja extrañamente a una acelerada autopsia sobre un moribundo. Quien primero lo ensayó con éxito fue Adolfo Hitler. El resultado es un monstruo seudo viviente, un Frankenstein que se mueve al arbitrio del caudillo, una fantasmagoría útil a los efectos de asegurarle a las democracias planetarias que todo sigue en perfecto orden.Nada de qué preocuparse. Chávez acaba de imponer 26 leyes que derogan la constitución que él mismo se pergeñara y ha establecido un gobierno de facto. Ante las protestas de su oposición interna –el mundo no ha querido enterarse– señala tan orondo que él no es un dictador, "pues procedo según leyes". Poco importa que tales leyes sean la falsa legitimación de una violación legal. Al fin y al cabo, para los demócratas del mundo, ley es ley. Nominalismo puro.
Ya sabemos los pasos escritos en el guión de estas neo dictaduras: resquebrajar las instituciones y fracturar el bloque de dominación, es el primero de ellos. Conquistar el poder ejecutivo, el segundo. Convocar a una asamblea constituyente que permita liquidar el congreso, desbancar el poder judicial y montar un parapeto de fiscalía y control absolutamente serviciales al déspota, el tercero.En el camino se van arreglando las cargas, con o sin legitimación constitucional. Para lo cual existen los mecanismos habilitantes y los decretos con fuerza de ley: modificación del curriculum de enseñanza para introyectar la nueva ideología del Poder en las conciencias infantiles; modificar la conformación del tribunal supremo de justicia para blindar las decisiones del ejecutivo y suspender la vigencia del estatuto de la judicatura; apoderarse de todos los medios de comunicación disponibles o crear otros al servicio de la amplificación del discurso revolucionario; montar nuevas instancias de control social y manipulación electoral al servicio del Mesías, como asambleas comunales o consejos vecinales.
Para terminar -o principiar- corrompiendo y anulando a las fuerzas armadas, otrora las últimas válvulas de seguridad de los regímenes democráticos. Todo ello con un fin supremo: centralización absoluta del Poder, despenalización del asalto a la propiedad privada y a los bienes de los ciudadanos, generación del caos y respaldo a la criminalidad, para sembrar la zozobra entre los inadvertidos ciudadanos.Sin que las propias oposiciones lo adviertan o el mundo tome conciencia del hecho se ha verificado el paso de una sociedad democrática a una sociedad totalitaria. Y cuando las oposiciones lo advierten y comienza el inevitable enfrentamiento –que no permite consensos ni acuerdos, ante la suprema polarización de las voluntades– surgen las mediaciones, las hipnosis, los acuerdos, las mutilaciones, las mesas de negociación.
La estrategia entonces es acorralar a las oposiciones, hipnotizarlas y descabezarlas con una sonrisa en la boca. Entonces, apropiados de todos los mecanismos de control y bajo el respaldo plebiscitario de sus masas de apoyo, ni siquiera los referendos se cumplen respetando las normas internacionales.El déspota gana o gana. Cuenta con las mayorías. Exhibe sus estadísticas y demuestra la pureza impoluta de sus mayorías. Es el momento en que el o los coprotagonistas entran en juego. Por ejemplo, la OEA y el Centro Carter. Por ejemplo la Sra. Bachelet y UNASUR. Por ejemplo el Sr. Gaviria o el Sr. Insulza. La película se aproxima al desenlace.Todo lo que comenzó a suceder y está sucediendo en Bolivia corresponde a ese guión preestablecido. Copia al carbón el guión de la llamada revolución bolivariana venezolana, que comenzó con un golpe, continuó con el desvencijamiento de las instituciones, defenestró al presidente de la república, avanzó mediante la conquista del poder ejecutivo, se afianzó a través de una constituyente, copó todos los poderes, marginalizó y criminalizó toda oposición y cuando se encontró con un levantamiento popular utilizó todos los recursos de la mentira, el engaño y la truculencia para criminalizar a las víctimas, violar todos los derechos ciudadanos y servirse de la comunidad internacional para aplastar a los demócratas.
Falseando los procesos electorales y apareciendo ante el mundo con la seudo legitimidad de mayorías fabricadas en los laboratorios del poder. En ese expediente jugaron un papel crucial Lula da Silva y César Gaviria, Jimmy Carter y los gobiernos de la región. Sin dejar de mencionar a Fidel Castro, cuyos aparatos de control y vigilancia terminaron por apoderarse de todas las instancias electorales. Expediente conseguido en Bolivia gracias a la mediación brutal de las huestes rojo-rojitas del teniente coronel. Ya van seis muertos venezolanos en enfrentamientos sangrientos del régimen con la oposición boliviana. ¿Cuántos serán los vivos?El guión de esta película de política ficción, hecha cruda realidad, no tiene escrito el desenlace.

Como es de imaginar, el final feliz no depende ni de los factores internacionales ni de héroes del último minuto. Tampoco de los precios del petróleo ni del tráfico de drogas.

Dependerá de la conciencia ciudadana y su voluntad de impedir, al precio de su vida si fuere necesario, la entronización en nuestros países del neo fascismo bolivariano. La esperanza es lo último que se pierde.

Los bolivianos nos llevan una ventaja: ya conocen la película.
Es de esperar que no se presten a reeditarla. Sería un crimen de lesa política.

sábado, 4 de octubre de 2008

Universidad y cambio climático

Por: Carlos Fonseca Zárate
Medellín
Publicado el 3 de octubre de 2008

El 7 de octubre se inaugura el proyecto de captura de gases de efecto invernadero de los rellenos sanitarios de Curva de Rodas y La Pradera, como resultado de la alianza productiva entre la Universidad de Antioquia, EVM y Green Gas de Alemania.
El proyecto es pionero nacional en la lucha contra el cambio climático en rellenos sanitarios por que el gas metano que se produce por la descomposición normal de los residuos sólidos no se escapará a la atmósfera. El Protocolo de Kyoto obliga a los países industrializados (con la dolorosa excepción de Estados Unidos) a cumplir unas cuotas estrictas de reducción de gases de efecto invernadero y para lograrlo pueden complementar sus esfuerzos internos con la compra de certificados de proyectos de reducción de emisiones, que además mejoren la calidad ambiental y de la vida local, en los países en desarrollo.
En Curva de Rodas y La Pradera se captura todo el gas metano mediante tuberías de succión y se combustiona con alta eficiencia, convirtiéndolo en dióxido de carbono y agua. Una molécula de dióxido de carbono es veintitrés veces menos dañina en su potencial de calentamiento climático que una de metano. El proyecto es pionero en innovación tecnológica, institucional y organizacional. La Alcaldía y EVM en 2005 propiciaron que la Universidad de Antioquia compitiera con firmas extranjeras en la formulación y gestión del proyecto.
La Universidad de Antioquia actuó como una compañía virtual ("Spin off"), en la cual los socios fueron las vicerrectorías de investigación y administrativa y las facultades de economía, ciencias sociales e ingeniería. Todos aportaron el capital económico y el personal necesario para la preparación de los estudios de factibilidad, que cumplieron todos los requisitos ambientales, sociales, económicos y científico-técnicos, apoyados por varios grupos de investigación.
La Universidad llevó el proyecto hasta el nivel de factibilidad detallada para aumentar su valor económico y lanzó una licitación mundial para encontrar un Socio Estratégico Internacional que aportó más capital económico y conocimiento para instalar todo el sistema de captación y combustión del gas. El proceso riguroso de selección permitió identificar a Green Gas de Alemania como el socio ideal.
La Universidad demostró que Rodas tiene una gran cantidad de gas, en contra de la opinión de algunas firmas internacionales; para ello, innovó con modelos de simulación tridimensionales y corrigió algunos defectos de los mismos; vigiló estratégicamente los mercados de certificados de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y diseñó estrategias de negociación con el socio internacional. Todo lo anterior resultó en un mejor precio de venta de los certificados de reducción de gases de efecto invernadero y en un porcentaje más alto de participación nacional. La Universidad y EVM contarán durante los próximos 10 años por lo menos, con una entrada anual aproximada superior al millón de dólares, para la Ciencia, para la Innovación en todas las áreas y para la gestión de los residuos sólidos.
El Colombiano, octubre 3 de 2008

viernes, 3 de octubre de 2008

Acerca de una 'parainvestigación'

Por: Saúl Hernández
El Tiempo, septiembre 30 de 2008


En marzo anterior, en el lanzamiento del libro Parapolítica: la ruta de la expansión paramilitar y los acuerdos políticos, de la Corporación Nuevo Arco Iris (CNAI), el fiscal general Mario Iguarán se atrevió a afirmar que "la Fiscalía se inclinaba reverente" ante ese trabajo. Sin duda, no lo había leído, o le delegó ese cometido a 'Zucarita', su mascota, o al mentalista Armado Martí. Muchos sí lo leyeron con juicio, como Alejandro Gaviria, quien no dudó en calificarlo de compendio de "juicios personales revestidos de academia" (El Espectador, 28/03/2008), y remató señalando que "las minucias de la argumentación no han trascendido, son hasta hoy desconocidas".


Precisamente esas minucias -que no son pocas- son las que quedan al descubierto en el libro que acaba de publicar el Centro de Pensamiento Primero Colombia (CPPC), titulado Paramilitarismo: verdades y mentiras. En este trabajo académico se hace patente lo grave y triste de haber sobreestimado un texto tan anodino, que fue recibido por muchos analistas y hasta juristas como la verdad revelada, a pesar de que cualquier lector juicioso puede desnudarlo sin el menor esfuerzo.


El libro del CNAI (en cabeza de León Valencia y Claudia López) adolece de una grave pobreza metodológica y conceptual, y viola los más mínimos preceptos de la investigación científica. Se trata, por cierto, de un estudio sesgado y prejuicioso que intenta sustentar opiniones de los investigadores no sólo subjetivas sino empañadas por el afán de deshonrar al Gobierno.


Esta 'parainvestigación' parte de supuestos falsos que dejan sin piso cualquier conclusión, como, por ejemplo, el asociar el desprestigio de los partidos tradicionales y del Congreso al fenómeno paramilitar cuando son cosas que no tienen relación alguna. Los 'investigadores' atribuyen las disidencias y los nuevos partidos a "la expansión paramilitar", cuando esos han sido fenómenos históricos previos al auge de los 'paras', y desdeñan asuntos como las microempresas electorales, operaciones avispa y demás signos de atomización política que explican buena parte de las supuestas atipicidades electorales que ellos señalan a conveniencia.


En su afán enfermizo de atribuir cualquier variación electoral al paramilitarismo, Valencia y compañía incurren en sofismas, necedades y hasta contradicciones. Es de tal mediocridad el texto que está plagado de expresiones válidas para una columna de opinión, pero no para una 'investigación' supuestamente seria; verbigracia, "al parecer", "pura intuición", "evidentemente", etc. Aún más, abundan los errores de ortografía y sintaxis, y descuidos crasos en la delimitación del tema como las extensas páginas dedicadas a hablar de cultivos de yuca, caña o cría de cerdos, sin ningún engarce con la cuestión central, o el lapsus inexplicable de Claudia López al escribir, en referencia a las actividades mineras del nordeste antioqueño, que "otro de los principales minerales en la región es el aluvión" (pág. 205). El aluvión no es un mineral, sino una técnica de extracción; de ese tenor es todo el librito.


Y es que la mala fe con la que se realizó esta obra se pone de manifiesto en su segunda edición, publicada solamente para dar cabida a las hipótesis de Claudia López y su fatídica teoría de la 'atipicidad', que se desbarata notablemente en el trabajo del CPPC. Y sea esta la oportunidad para implorarle cordura a la respetada Claudia, porque los que apoyamos a Uribe no somos 'chusma', como nos calificó hace un par de semanas en estas mismas páginas.


El libro de marras no es, pues, una investigación seria sino un libelo infamatorio que tergiversa la verdad. La "investigación más escalofriante de la historia" asusta es por tanta mediocridad junta. Por eso, es pertinente recordar -como el académico Libardo Botero en su ensayo-, que el prefijo 'para' significa apariencia, semejanza: el libro del CNAI semeja una investigación, pero no lo es.

jueves, 2 de octubre de 2008

La valija bolivariana

Por: Jaime Jaramillo Panesso
Manos en el fuego

Incansable la valija bolivariana, repleta de dólares, esa moneda yanky tan odiada por los “antiimperialistas de racamandaca”, pero tan útil para comprar armas, sostener estructuras militares ilegales, coadyuvar e impulsar gobernantes amigos y alimentar redes internacionales de apoyo como la Coordinadora Bolivariana, el Foro de Sao Paulo, el Tribunal Internacional de los Pueblos y varios etcéteras.

El viaje vinculante a las maniobras secretas de la otra “diplomacia”, la que se hace a espaldas de la ciudadanía y de los entes de control democráticos, corresponde a la valija con ochocientos mil dólares para financiar la campaña presidencial de Cristina Fernández, esposa del saliente presidente peronista Néstor Kirchner. El incidente fue así, según prensa argentina:

El día viernes 3 de agosto de 2007, sale de Caracas el avión Cessna 750, alquilado por el ente petrolero estatal argentino, con ocho viajeros y dos pilotos. Es de noche y el avión se mueve entre duras turbulencias. En la lista de los viajeros se encuentran Antonini Wilson, miembro de la “boliburguesía” o nueva casta emergente del socialismo bolivariano, y Claudio Uberti, alto funcionario argentino.

El sábado 4 de agosto a las 2.30 a.m. el Cessna 750 aterriza en el Aeroparque de Buenos Aires. Debido al retraso, no son recibidos en las instalaciones oficiales exentas de requisa. Pasajeros, maletines y equipajes son llevados al terminal sur en un microbús negro y amarillo.

Los equipajes son inspeccionados por la agente de seguridad portuaria María Luján Telpuk quien al sospechar el contenido de un maletín pregunta sobre su dueño que resulta ser, por su propia voz, Antonini. Al abrir el maletín está lleno de fajos de billetes de cincuenta dólares. Uberti y su secretaria se cuelan por un lado con otras maletas y se escapan a sus residencias. (Días más tarde uno de los viajeros preguntará: “¿Y dónde están los otros 4 millones de dólares”?)

Son las 5 AM. - Comienza el conteo del dinero y Antonini se hace responsable del alijo. Minutos antes otro viajero, Daniel Uzcátegui, vicepresidente de PDVSA, había tomado un manojo de billetes y los ofreció a la guardia sin lograr cambiar el procedimiento. Uberti al amanecer llama por su celular a la residencia de Olivos, donde habita el jefe de gobierno, para darle parte del suceso. A las 8 AM Cristina Fernández se prepara para salir en su campaña presidencial hacia la ciudad de Córdoba. A las 8.15 Antonini firma el acta de decomiso. A las 8.50 AM Antonini y Uzcátegui se trasladan al Hotel Sofitel en La Recoleta. A las 9.15 AM Uberti visita al Presidente Kirchner. Hasta aquí el recorrido de la noche cuando cayó la valija bolivariana.

A un año de aquel suceso, un fiscal de Miami en los Estados Unidos interroga a Moisés Maiónica, otro de los viajeros boliburgueses y agente venezolano en Estados Unidos. Llama a declarar a María Luján Telpuk quien ha dejado de ser vigilante portuaria y ahora es “conejita” de Playboy, la revista gringa de mujeres desnudas. Telpuk llegó a Miami el día 27 de septiembre de 2008, de manera voluntaria. La principal pista indicada por Maiónica es haberle escuchado al jefe de inteligencia venezolana, general Rangel Silva, que el retraso del avión había perjudicado la operación.

El chavismo argentino ha rechazado las imputaciones que se derivan de estos hechos y considera que es un montaje del gobierno de Bush para desacreditar a Chávez y Cristina Fernández de Kirchner. Así se pronunció Hebe de Bonafini de las Madres de la Plaza de mayo, una de las mejores amigas de Chávez, que ha defendido a las FARC en otras ocasiones. De igual manera opina Luis D`Elía, jefe de los piqueteros, grupo de confrontación peronista. Más prudente ha sido el Partido Comunista argentino de Etchegaray. Lo cierto es que la plata venezolana ha servido para financiar la movilización de la anticumbre en Mar del Plata, 2005, cuando la visita de jefes de gobierno, incluyendo a Bush. Podrá deducirse, entonces, que muchas huelgas, paros y desarrollos electorales en América Latina pueden estar financiados, interferidos o patrocinados por la peligrosa maleta viajera bolivariana.