Publicamos la carta del Coronel (r ) Luis Alfonso Plazas Vega a Andrés Felipe Arias, y la del General Freddy Padilla de León a las comunidades nacional e internacional con motivo de un evento en Venezuela, por la evidente importancia de ambas.
Carta abierta del Coronel Luis Alfonso Plazas Vega a Andrés Felipe Arias
Bogotá, 8 de diciembre de 2009
Doctor Andrés Felipe Arias
Candidato Presidencial:
Muy apreciado Andrés Felipe:
Voy a hablarle de la gravedad de sus afirmaciones en su discurso reciente, en el cual hizo alusión al tema del Palacio de Justicia hace un par de días, cuyos apartes fueron transmitidos por todos los medios de comunicación, con un despliegue inusitado. Sé de la buena fe de sus actos, por eso le escribo. Tuve la ocasión de conocerlo, intercambiar ideas y desarrollar tareas con Ud. cuando se desempeñaba como Viceministro de Agricultura del Doctor Carlos Gustavo Cano. Yo ejercía el cargo de Director Nacional de Estupefacientes.
Soy el Coronel Luis Alfonso Plazas Vega, preso en Penitenciaría Nacional de la Picota en violación del fuero militar establecido por la Constitución Nacional, y en violación de la ley 65 de 1993 (código penitenciario), en sus artículos 27 (que establece que los militares no podemos ir a cárceles ordinarias) y del artículo 22 (que establece que las penitenciarías son para los condenados y yo no estoy condenado).
Me encuentro en la habitación número 607 del Hospital Militar, donde estoy siendo tratado por psiquiatría porque estoy presentando cuadros sicosomáticos ocasionados por ansiedad y pánico (enfermedades que no obedecen a problemas fisiológicos sino sicológicos, por ejemplo inflamaciones de partes del cuerpo, fuertes crisis gástricas, y se busca evitar que lleguen a casos graves como un infarto o un derrame cerebral).
Soy un admirador suyo y de su gestión en el Ministerio de Agricultura, y estoy deseándole la mejor suerte para bien de los colombianos en sus aspiraciones presidenciales. Pero no puedo aceptar sus expresiones en el discurso al que me acabo de referir, y por tanto con todo comedimiento le ruego que haga las aclaraciones y correcciones del caso: en el momento en que Ud. propone un “indulto” para los militares que están siendo juzgados por los hechos del Palacio de Justicia, nos está condenando. Porque solo se puede conceder el indulto a quienes han delinquido. Y yo le pregunto: ¿de qué delito me van a indultar a mí en los hechos del Palacio de Justicia? Yo no cometí ningún delito.
Lo que se está juzgando es la desaparición de unas personas sencillas, humildes, trabajadoras que laboraban en la cafetería del Palacio de Justicia, que nada tenían que ver con grupos al margen de la Ley. Está establecido desde la primera investigación realizada en los años 1985-86 que esas personas fueron secuestradas por el M-19 y llevadas al cuarto piso de la edificación donde fueron calcinadas por el fuego que ellos mismos generaron para destruir los expedientes de narcotráfico y luego no pudieron controlar. Los empleados de la cafetería fueron víctimas de los asaltantes del grupo que hoy se llama Polo Democrático, y que anda aliándose hasta con el diablo para enfrentar al Presidente Uribe. ¿Entonces me van a indultar por los delitos cometidos por el grupo terrorista que hoy dirige Gustavo Petro?
Yo creo que un candidato Presidencial debe estar al tanto de un caso tan sensible para la salud mental y judicial de este país. No puedo irlo a visitar por estar hospitalizado y privado de la llibertad pero cómo me gustaría que me visitara para a contarle las realidades del más espantoso crimen judicial que se está cometiendo con un colombiano, como es mi caso. Y para que vea como a quienes hay que meter a la cárcel es no solo a los miembros del M-19 (Polo democrático) por tan espantoso crimen, sino a los funcionarios judiciales que son cuota de ellos, y que son quienes nos tienen privados de la libertad como mecanismo para que los colombianos crean que el holocausto del Palacio de Justicia es un crimen cometido por el Ejército al que Ud, perteneció (siendo el único candidato presidencial con esa característica, en un país en guerra), y no por los terroristas del M-19 que hoy amparados en la generosidad del sistema se agazapan en las toldas de un partido político deleznable.
Quisiera que me hiciera llegar la dirección a donde pueda enviarle documentos. Lo invito a ver la página www.yocreoenplazas.com
Le reitero los sentimientos de mi más alta consideración y aprecio.
Luis Alfonso Plazas Vega
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Carta abierta del general Padilla de León a las comunidades nacional e internacional
General Freddy Padilla de León
Comandante General
Fuerzas Militares de Colombia
Diciembre 8 de 2009
“El cabecilla terrorista de las Farc, alias ‘Alfonso Cano’, ha enviado un mensaje de saludo a la reunión de una organización que se hace llamar ‘Movimiento Continental Bolivariano’. El reconocido narcoterrorista, quien delinque desde hace varios años como integrante de las Farc, es responsable de miles de desapariciones de civiles secuestrados, cuyas familias reclaman desesperadamente, en algunos casos, la liberación de esposos, padres e hijos; y, en otros, la información de dónde fue enterrado el ser querido vilmente asesinado mientras permanecía en poder del grupo terrorista.
En forma cínica, alias ‘Cano’ no se refiere a los miles de secuestrados desaparecidos y se limita a reconocer que en poder de las Farc aún permanecen unos miembros de la Fuerza Pública, a quienes ese grupo delincuencial les niega la posibilidad de la libertad.
Igualmente, las Farc son responsables de miles de muertes de civiles que en estado de indefensión fueron sacrificados durante asaltos a poblaciones, a buses de servicio público, o como resultado de la colocación indiscriminada de minas antipersonal o de otras acciones, sin importar si las víctimas eran niños, adultos o ancianos.
Para intentar justificar sus acciones criminales, este grupo comprometido con el narcotráfico y que dice actuar a nombre de los desposeídos, cuando lo cierto es que la mayoría de sus víctimas son personas de estratos populares. Entre sus víctimas se encontraban comerciantes, campesinos, empleados, estudiantes, amas de casa, soldados y policías.
Ninguna sociedad civilizada en el mundo acepta apoyar o reconocer a organizaciones que alegando ser voceros de los más necesitados utiliza métodos violentos y medios deshumanizados con el propósito de intentar lograr sus objetivos. Los fines y los medios se contraponen cuando se divorcian los unos de los otros. En el caso de Colombia, los supuestos fines que hace muchos años identificaron a las Farc hoy están en choque con los medios terroristas que utilizan.
Si el denominado ‘Movimiento Continental Bolivariano’ propende por objetivos humanitarios claros, los colombianos esperamos que sus integrantes rechacen públicamente los mensajes de saludo y adhesiones del grupo narcoterrorista de las Farc, pues de lo contrario se estarían haciendo cómplices de las violaciones a los principios humanísticos y del Derecho Internacional Humanitario, y dejarían grandes dudas ante los demócratas y el mundo, sobre cuáles son en verdad sus fines y propósitos.
En este sentido, es pertinente recordar la preocupación que el general Simón Bolívar mantenía por el respeto a los derechos humanos. El 25 de abril de 1825 instó a sus soldados a cumplir los artículos de regularización de la guerra: “debemos cumplirlos para que la gloria de Colombia no se mancille con sangre”. Nada más alejado al espíritu bolivariano que la exacerbación de la violencia.