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sábado, 12 de diciembre de 2009

Tanto va el cántaro al agua...

Ramiro Valencia Cossio

El Colombiano, Medellín

Diciembre 12 de 2009

Hace unas semanas escribí una columna que titulé " Un loco que sabe para dónde va".


Exponía cómo algunos analistas y escritores, aun funcionarios, creían que Chávez era un loquito hablantinoso.


Es locuaz, impertinente, mentiroso, populista... sí, pero sabe qué quiere.


En estos días han presentado en la televisión internacional apartes de lo que han sido su discurso y sus intenciones desde cuando intentó el golpe de Estado.


No ha cambiado ni un ápice. Él quiere entronizar en Venezuela y en América un "nuevo socialismo".


Desde siempre ha pensado en el movimiento Bolivariano y tiene clarísima su política internacional al lado de los países del mismo talante.


Además su gobierno (¿su dictadura disfrazada de democracia?) va para rato y durará "al menos hasta el 2020", como él mismo acaba de ratificarlo.


Colombia, digo los colombianos y su gobierno, no podemos menospreciar lo que está pasando en el Continente.


Ya terminan mandatarios sesudos como Bachelet y Lula. No sabemos qué suerte nos depara la sucesión en Chile y Brasil.

Lo que es cierto es que de manera sistemática los mandatarios Chávez, Correa y Morales se turnan para atacar a Colombia.

Observen ustedes, si no lo han hecho antes, lo que cada uno de ellos dice semanalmente.


Correa guarda silencio algunos días, mientras le suministremos energía, y de pronto estalla nuevamente contra nosotros.

Evo Morales, envalentonado con su reelección, cada vez insiste en un referendo latinoamericano para que los pueblos se pronuncien sobre la presencia de las bases norteamericanas en Colombia.


Y Chávez no nos baja de paraestado y narcoestado, amenaza del Continente.


Y en cada oportunidad, acuden a organismos multilaterales para obtener su apoyo y nuestra condena.


Todo lo anterior exige una postura unánime de los colombianos y un despliegue extraordinario de nuestra diplomacia para que no nos sorprendan, ni nos cojan ventaja.


Dejemos a los apátridas de Samper, Petro y Piedad, bajo las banderas de Chávez; la nuestra, la del resto de los colombianos, tiene que ser la tricolor de siempre.


Señor Presidente Uribe, señor Canciller: urge su presencia, su acción, su discurso en y con los países amigos.


No dejemos solos a "la gavilla Chavista", porque "tanto va el cántaro al agua hasta que al fin se rompe".

sábado, 21 de noviembre de 2009

Un loco que sabe qué quiere y para dónde va

Ramiro Valencia Cossio

El Colombiano, Medellín

Noviembre 21 de 2009

Durante muchos años, algunos medios de comunicación, otros tantos analistas, por supuesto Petro y otros integrantes del Polo, sin duda algunos liberales, no solo han expresado su admiración por el presidente Hugo Chávez, sino que le han dado espacio con sus comentarios y declaraciones.


Otros simplemente se ríen y han creído que se trata de un "loco simpático" que de cuando en cuando monta su show mediático.


Sin embargo, en medio de la verborrea, del populismo y del comportamiento extravagante ha ido construyendo una línea de influencia, de apoyos y de alianzas internacionales que es necesario examinar con cuidado.


Irán, Rusia, Libia, Nicaragua, Cuba, Argentina, Paraguay, Ecuador, Bolivia, y en ciertos aspectos Brasil, han tejido relaciones que de alguna manera indican su recorrido internacional.


Su decidido apoyo a las Farc. Su calificación como "Ejército Revolucionario y Bolivariano". La presencia indiscutible en su territorio y la protección de que han gozado sus integrantes nos llevan a concluir su cercanía.

La descalificación permanente, los insultos, la agresión verbal contra nuestro presidente Álvaro Uribe, nos indican que es imposible construir con Chávez confianza y empatía.


Pero todo esto que es tan evidente, tan reiterado, tan grotesco y tan asustador como su carrera armamentista y el hecho de dinamitar dos puentes peatonales fronterizos y sus amenazas de guerra, no es suficiente para que haya una posición clara de EE. UU., de la comunidad internacional y de los colombianos mismos.


Es inaudito que oficialmente los EE. UU. se ofrezcan a mediar en "el conflicto entre Colombia y Venezuela", sabiendo que el agravamiento del mismo se debe al acuerdo de Colombia y EE. UU., sobre el uso de nuestras bases militares por parte del segundo.


¿No cacarean que Colombia y su gobierno son sus aliados fieles de América Latina?


¿O es que firmado ya el acuerdo y satisfechos sus intereses, ya no les importamos?


Colombia debe exigir una definición al Gobierno Americano. ¿Qué decir de nuestros hermanos latinoamericanos? ¿Por qué su silencio?


Más inaudito aún el silencio cobarde de todos los colombianos. No hay en la historia un solo hecho que diga que en política exterior no hemos estado unidos y rodeando a nuestras autoridades. Esta no puede ser la excepción.


No queremos guerra. No aceptamos la guerra. No nos enfrentaremos con el pueblo venezolano. Pero deben entender que somos UNO. Colombia unida, sin fisuras.


Para qué agregar algo sobre las declaraciones infames, irresponsables y apátridas del ex presidente Ernesto Samper Pizano a un canal internacional de televisión y donde expresó acuerdos con Chávez.


Lo que yo quiero concluir es con un llamado para que no desestimemos a Chávez, para que seamos prudentes pero no pusilánimes porque Chávez puede ser "loco, pero un loco que sabe qué quiere y para dónde va".

sábado, 17 de octubre de 2009

¡Ojo... mucho ojo con Sucumbíos!

Ramiro Valencia Cossio

El Colombiano, Medellín

Octubre 17 de 2009

Los colombianos, y muy especialmente el gobierno del Presidente Uribe, no podemos pecar de ingenuos.


El ataque sistemático y calculado del Ecuador a Colombia y a sus funcionarios ante la prensa, la opinión internacional y los organismos multilaterales no es improvisado y ocasional.


El presidente Correa tiene derecho y tiene razón al pedir todos los detalles y todas las explicaciones al gobierno colombiano sobre el bombardeo al campamento en donde murió el jefe guerrillero Raúl Reyes.


Pero a su vez, Colombia y la comunidad internacional tienen el derecho a saber cómo, por qué, desde cuándo y con la complacencia de quiénes, existían y existen campamentos de las Farc en territorio ecuatoriano.

Tenemos el derecho a saber si en verdad el ex ministro Larrea actuaba con conocimiento y a nombre del presidente Correa en sus varios encuentros con Raúl Reyes.


Debe explicar el presidente Correa, si estos encuentros se dieron en territorio ecuatoriano, con su conocimiento y aceptación.


No le echemos tierra, en aras de las buenas relaciones entre países hermanos, a todo lo encontrado en los computadores de Reyes y que involucran a funcionarios de Correa y a él mismo.


No olvidemos las declaraciones afectas a las Farc y la reticencia a calificarlas de terroristas.


Reitero, el Presidente Uribe debe dar las explicaciones pero ello no exime al presidente Correa a dar las que le son propias.


Es que el juez de Sucumbíos y el fiscal, no pueden estar actuando solos.


Ecuador, perdón, su gobierno, ahora vestido de oveja, sigue encerrando al lobo que miró con odio en aquella reunión de Honduras.


No nos digamos mentiras, el próximo paso del juez de Sucumbíos será la orden de captura y la solicitud de extradición del propio Presidente Uribe. Para allá van.


Si varios juristas colombianos han expresado que tanto el juez como el fiscal ecuatorianos están desbordando el derecho internacional y extralimitándose en sus funciones, vale la pena ya, inmediatamente, denunciarlos ante los organismos o los jueces pertinentes.


La diplomacia tiene mecanismos para atender las reclamaciones de Correa. El doble juego es una puñalada marranera.


No dejemos crecer este problema. Que se actúe con prontitud, serenidad y firmeza: ojo, mucho ojo con Sucumbíos.

sábado, 3 de octubre de 2009

Nació el "Toconur"

Ramiro Valencia Cossio

El Colombiano, Medellín

Octubre 3 de 2009

Personalmente soy amigo del fortalecimiento de los partidos políticos.


Es que la democracia se fundamenta en partidos sólidos, fuertes, democráticos que sean capaces de proponerle a la comunidad un ideario y unas soluciones a los problemas que impiden el bien común.


La actividad política partidista entendida como la búsqueda del bien de la comunidad y no el aprovechamiento particular, es la más noble de las profesiones.


¡Cuánto daño le hizo a los partidos y a la democracia la famosa "Operación avispa", ideada por Alfonso López Michelsen!

Se trataba de sacar muchas listas presididas por los caciques de regiones y pueblos y así obtener más curules.


Esto dio origen a los partidos de garaje. A los partidos uninominales.


Hoy tenemos senadores y representantes con mil o dos mil votos. ¿Qué diremos de concejales en los pueblos?


El clientelismo, el caudillismo, el caciquismo, que no las jefaturas y los liderazgos propios de toda organización, son desviaciones del ejercicio político organizado.


Las consultas de algunos de los partidos la semana anterior fue pobrísima en votos y paupérrima en propuestas.

Pero más pobre aún que los resultados, fueron las actividades y declaraciones de quienes resultaron ungidos como candidatos.

El liberalismo, otrora grande, hoy tiene la psicología miserabilista de que solo, no puede acceder al poder.


Ya no mueve las masas... ya el trapo rojo no convoca y por eso lo primero que hizo su candidato Pardo era ver cómo podía entrar a una consulta multipartidista.


Es claro no se siente candidato. No es candidato. Es apenas precandidato. ¿Y qué decir del Polo? Quedó descuartizado ante el sorpresivo triunfo de Petro, el amigo confeso de Chávez.


No conozco intimidades, ni razones, pero la renuncia de Carlos Gaviria a participar en la campaña de Petro deja a la opción de izquierda sumida en una crisis que se verá en las urnas.


Pero es que todo, todo, desde los partidos, desde algunos medios de comunicación, desde algunos sectores empresariales se reduce a constituir un movimiento de Todos contra Uribe.


¡Qué pobreza! A Uribe hay que derrotarlo con un liderazgo mayor que el de él. Con unas propuestas sociales mejores que las de él. Con metérsele al alma del pueblo mejor que él, pero no con una gavilla pandillera.


Queremos propuestas. Queremos críticas serias. Queremos opciones nuevas... por ahora solo tenemos el nacimiento de Todos contra Uribe: Toconur.


P.S. No acostumbro a responder artículos de otros que piensan diferente a mí, pues de eso se trata, de tener opiniones diversas. Solo quiero expresar que me parece que el doctor Jorge Eduardo Cock odia a EPM. No le gusta grande. No la quiere pública. Es más, como Ministro, propuso pagar con ella la deuda del Metro.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Todos en la cama o todos en el suelo

Por Ramiro Valencia Cossio

El Colombiano, Medeellín

Septiembre 19 de 2009

Los altos funcionarios del Estado, los parlamentarios y los magistrados de las Cortes tienen un fuero constitucional y legal para su juzgamiento.

En el caso de los magistrados de las Altas Cortes es la Comisión de Acusaciones quien investiga y la Plenaria de la Cámara acepta si los acusa ante la Plenaria del Senado.

Como puede verse, tienen ellos un órgano investigador, otro la Plenaria de la Cámara, quien toma la decisión de si los acusa formalmente ante el Senado. Y éste decide.

En el caso de los congresistas y de los altos funcionarios del Estado, con excepción del señor Presidente, es la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia quien los investiga y juzga.

La Honorable Corte Constitucional ordenó en un fallo reciente que la investigación de los parlamentarios y su juicio se hiciera en dos instancias diferentes.

La Sala Penal interpretó esta orden dejando que tres de sus miembros fueran los investigadores y los seis restantes miembros de la Sala, los jueces de fallo.

Pero de todas maneras es, aun así, la Sala Penal quien investiga y quien falla.

Como se ve, hay una asimetría en la manera como se investiga y falla a los congresistas y a los magistrados.

El fuero de los congresistas tiene el sentido de darles las garantías de que sus jueces son hombres con conocimiento, con experiencia y de altas calidades morales y jurídicas: son los magistrados de la Sala Penal.

Estalla
do el escándalo de la parapolítica y vinculados muchos parlamentarios, algunos tomaron la decisión de renunciar al Congreso para hacerle el quite a su juez natural: la Sala Penal de la Corte.

Esta aceptó este hecho y envió los expedientes a la Fiscalía para que se siguiera el trámite ordinario, es decir, sin fuero.

Pero ahora, después de varios meses y de muchas renuncias de congresistas, la Sala Penal dice que a pesar de las renuncias, ella, la Corte, sigue siendo el juez competente si las conductas investigadas tienen relación con sus funciones de parlamentarios.

Cambió su criterio y su jurisprudencia. Lo hizo legalmente y dentro de su leal saber y entender. No hay discusión.

¿Por qué si los parlamentarios quieren cambiar la ley, que es su función, y decidir dos instancias para su propia investigación y juzgamiento, se les sataniza?

¿Acaso no están en su derecho y en su función legislativa?

Lo que hay que exigirles es que esa nueva ley no se aplique a sus propios casos o que se le ponga una fecha de entrada en vigencia para después de que termine esta legislatura y para conductas nuevas.

Creo que ellos tienen, como cualquier ciudadano, el derecho a la garantía de las dos instancias.

Abramos el debate: todos en la cama o todos en el suelo.

sábado, 12 de septiembre de 2009

"Un pacto de silencio”

Por Ramiro Valencia Cossio

El Colombiano, Medellin

Septiembre 12 de 2009

¿No les parece que cada día se nos enrace más el ambiente en el país?

Nos estamos contagiando de intolerancia, de odios, de apasionamiento dañino, de lucha de egos.

No es clara ni la conducta, ni las motivaciones de los diferentes poderes públicos.

Se arropan con la cobija de la Constitución, pero dentro de las sábanas pareciera que se cocinan otros intereses.

Con toda la razón el Procurador General de la Nación hizo esta semana un fuerte llamado a la sensatez.

Y de verdad, si lo que quieren es cumplir con la Constitución que juraron defender, lo único que tienen que hacer, porque así se los manda ella, es ser independientes pero trabajar armónicamente.

No se les puede olvidar que el mandato supremo que tienen es lograr el Bien Común.

Pero toda esta animadversión y controversia no se circunscribe al Legislativo, Ejecutivo y Judicial. La oposición ha estado más virulenta que siempre.

César Gaviria, que ha sido un hombre más bien frío y calculador, literalmente se ha salido de madre.

Se ha paseado por todos los medios de comunicación, para despotricar, insultar, acusar y hasta difamar.


En su boca no ha quedado títere con cabeza.


Pero como un consueta, su precandidato liberal favorito, Rafael Pardo, le ha hecho la segunda.


Pardo, un hombre ponderado, serio y ecuánime, se contagió del virus.


Ante toda esa andanada, respondió el ex presidente Pastrana.


En una carta dura, durísima, le recordó a Gaviria que como presidente tuvo conocimiento previo de los narcocasetes y nada hizo, guardó silencio.


Además nos reveló algo que no conocía el país: que el entonces Ministro de Defensa, Rafael Pardo, le había propuesto en su propia casa y delante del jefe de campaña de Pastrana que hicieran "un pacto de silencio".

Por Dios... querían que nada se supiera de esa terrible página de la financiación del cartel de Cali a la campaña Samper.


Cuando se tiene "rabo de paja" por sus propios actos, uno escupe para arriba y le cae en la cara.


¿O fue que la propuesta del silencio también se hizo a sus espaldas?


Mientras más cerca estemos de la contienda electoral el tono de los agravios será mayor.


Y en vez de propuestas escucharemos insultos e incriminaciones.


En medio de ellos, alguna que otra verdad que no conocíamos, saldrá a la luz.


Y ante esa verdad, no cabe ningún pacto de silencio.

sábado, 25 de abril de 2009

Ya les pusieron el Inri

Por Ramiro Valencia Cossio

El Colombiano, Medellíin

Abril 25 de 2009

No soy defensor de oficio de nadie. Sin embargo siento la obligación moral de expresar algunos conceptos sobre lo que les está pasando a Tomás y Jerónimo Uribe.

Los conozco desde la cuna. Los vi crecer al lado de mis hijos porque iban al mismo colegio. De pronto se volvieron hombres grandes y se dedicaron a sus propias actividades.

Hace unos años y cuando su padre, el Presidente Uribe, rompía todos los récords de popularidad, admiración y casi veneración, mucha gente, entre ellos algunos periodistas querían acercárseles, tocarlos, hacerse amigos para ver qué se les contagiaba.

Cuando aparecieron sus empresas, una de ellas Salvarte, de artesanías, los elogiaron, les dedicaron páginas de revistas y artículos de prensa; "verracos empresarios", decían. Ahora, cuando algunos medios de comunicación, algunos periodistas y columnistas ya no gustan de Uribe, todas las actividades de sus hijos parecen sospechosas.

No me meto al meollo de los negocios porque ya demostraron Tomás y Jerónimo que tienen talante para defenderse y saben de sobra que tienen la obligación ante ellos y ante el país de hacer ver su transparencia y su apego a la legalidad. Lo que quiero anotar en este artículo es que hay circunstancias que crean unos privilegios inevitables.

Ellos son hijos de Uribe y eso los marca de por vida, no solo durante el ejercicio presidencial sino para siempre, de aquí en adelante. Ese solo hecho les abrirá muchas, muchísimas puertas y también les cerrará otras. Mas, no les pasa sólo a ellos. Díganme ustedes: ¿es lo mismo que llame a un banco, a un ministro o a un empresario, Juan Gossaín o Darío Arismendi, que Pedro Zapata?

¿Le hacen el mismo caso en un trámite, en la oficina de Tránsito a Julito Sánchez o Néstor Morales que a John Alberto Pataquiva?

¿Serán los mismos requisitos, la misma espera, para otorgarles un crédito a Yamit Amad o a Vicky Dávila, que a doña Amparo Sepúlveda?

¿No se les facilita a ellos más su vida y sus negocios que al resto de los mortales? Y tengo la certeza de que no es por abuso, sino porque son los que son.

Dígase lo mismo de otras personas... ¿o no le pasará más fácil al teléfono un ministro a Jorge Londoño o a Luis Carlos Sarmiento o a Carlos Ardila que a Luis Jaime Pérez? Reitero, no es porque ellos lo busquen, es porque son importantes y representan empresas, también importantes. Así es la vida, todos los seres humanos desempeñamos roles y en la sociedad nos acostumbramos a ser distintos y a tratar diferente a la gente, dependiendo del papel que se juegue.

Lo que debe quedar claro y lo que no se puede admitir, es que se abuse de la posición o se pongan los intereses comunes al servicio de los intereses particulares. Quienes hemos pertenecido a "lo público" sabemos bien eso y tendremos que soportar la doble moral de los que juzgan pero nunca se miran.

Los hijos de los presidentes, de éste y de cualquiera, tendrán, para darles gusto a algunos, que ser desterrados o recluidos en un convento.

Quizá así quede más campo para que ellos hagan sus propios negocios y ejerzan influencias.

Tomás y Jerónimo, de aquí en adelante y para siempre tendrán que defender y clarificar hasta una ida al baño, a ustedes ya les pusieron el Inri.