Sergio Esteban Vélez
El Mundo, Medellín
Febrero 10 de 2010
La semana pasada, a raíz del hallazgo de los cadáveres de dos de los supuestos “desaparecidos” del Palacio de Justicia en una unidad científica de
Y precisamente ahora, cuando los medios han divulgado la noticia de que muy probablemente la providencia del polémico juicio al coronel sobre este caso se dará a conocer a finales de este mes, he recibido algunos mensajes de su esposa, doña Thania Vega de Plazas, quien me contactó con motivo de mi columna “Paradojas de la justicia”. Entre estos correos, que contienen informaciones imbatibles acerca de la inocencia del Coronel, se destaca un extenso artículo del columnista de EL MUNDO Eduardo Mackenzie, en el cual queda clara la parcialidad y la sevicia con las que ha sido tratado este distinguido militar, por un poder judicial presuntamente infiltrado por lo más bajo del narcoterrorismo.
La tesis principal del colega Mackenzie consiste en que este juicio sería el resultado de una venganza de la mafia contra el coronel Plazas, después de que éste, como director nacional de Estupefacientes, les confiscara más de dos billones de pesos a los más temibles narcotraficantes de Colombia.
Nuestro espacio semanal no nos alcanza para referirnos con detenimiento a tales documentos (que pueden consultarse en el sitio www.yocreoenplazas.com). Sin embargo, nos parece realmente importante comentar velozmente el contenido de un texto que doña Thania nos ha enviado especialmente para que sea divulgado a los lectores de esta columna.
El escrito devela datos espeluznantes, como los siguientes:
-.La denuncia que presentó el ex bachiller de
Sus denuncias, que fueron publicadas inicialmente por el semanario comunista Voz, fueron descartadas por
En el 2005, Gámez reiteró sus denuncias. Sin embargo, en
- El segundo “testigo clave”, el cabo retirado del Ejército Édgar Villamizar, acudió en el
Actualmente, se ha logrado comprobar que para el momento del holocausto del Palacio, Villamizar se encontraba en el municipio de Granada (Meta), por lo cual no pudo ser testigo del mismo.
A pesar de que Villamizar se negó a ratificar sus denuncias,
Posteriormente, en el juicio contra el Coronel,
- Igual de inválido sería el testigo Tirso Sáenz Acero, de quien, según el documento, se habría probado que tampoco estuvo presente en los hechos del Palacio. La credibilidad de Sáenz es nula, pues ya había sido condenado por Falsedad material de particular en documentos públicos y, en otra ocasión, por Falsedad personal. Ha sido hallado culpable, además, de otros cinco delitos, entre los que se cuenta el de Homicidio. Sus afirmaciones fueron descalificadas por
Con estos hechos y otros divulgados constantemente sobre distintos casos, ¿puede quedar alguna duda de la degradación actual de la justicia colombiana?