Mostrando entradas con la etiqueta Andrés Oppenheimer. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Andrés Oppenheimer. Mostrar todas las entradas

lunes, 22 de marzo de 2010

Un árbol para Haití

Andrés Oppenheimer

El Colombiano, Medellín

Marzo 21 de 2010

Poco después del devastador terremoto de Haití, escribí que los cientos de millones de dólares prometidos por la comunidad internacional para la reconstrucción del país serían un malgasto de dinero si no eran acompañados por una campaña masiva de reforestación. Decía entonces que cada uno de nosotros debería donar un árbol para Haití.


Casi dos meses más tarde, estamos empezando a ver las primeras medidas concretas -aunque limitadas- en ese sentido.


El 12 de marzo, la Organización para la Agricultura y Alimentación de las Naciones Unidas, con sede en Roma, lanzó una campaña llamada "Un árbol por cada niño de Haití". La FAO, que aplaudió la idea cuando publiqué mi columna, está convocando a todo el mundo a donar al menos cinco dólares para plantar un árbol frutal en un jardín de una escuela haitiana.


Simultáneamente, otras instituciones internacionales están estudiando diversas posibilidades, tales como pedir a los miembros de la diáspora haitiana o a los turistas extranjeros que cada uno done un árbol para Haití.

La deforestación ha sido una de las principales causantes de la pobreza de Haití. Los haitianos han talado alrededor del 98 por ciento de los árboles del país para usarlos como leña o carbón para cocinar. Eso ha erosionado el suelo, ha hecho que la tierra sea inservible para la agricultura y agotó las reservas de agua.


¿Por qué no son más ambiciosos y piden árboles para más que los patios escolares?, le pregunté a funcionarios de alto nivel de la FAO en una conferencia telefónica. Dijeron que las escuelas serán el primer paso de la campaña de reforestación, mientras los expertos resuelven cómo superar los problemas legales sobre la propiedad de la tierra que hacen difícil la reforestación en Haití.


Si la gente no es dueña de la tierra y de los árboles, van a cortar los árboles tarde o temprano, me dijeron. Ya se han realizado en el pasado grandes campañas internacionales de plantación de árboles en Haití y han fracasado precisamente porque la gente acabó cortando más árboles de los que se plantaron.


Mi opinión: La FAO merece un aplauso -y nuestros cinco dólares para un árbol- por su campaña, pero deberíamos apuntar a un proyecto más ambicioso. ¿Por qué no pedirles a los más de un millón de haitianos que viven en el exterior que donen un árbol cada uno para Haití, como lo han hecho durante generaciones los judíos de todas partes del mundo para Israel?


El Fondo Nacional Judío, que ha plantado más de 240 millones de árboles en Israel, ofrece "Certificados de Árbol" para nacimientos, graduaciones, bodas, aniversarios y en recuerdo de los parientes fallecidos, para que la gente pueda donar un árbol para celebrar ocasiones especiales y honrar a sus seres queridos. ¿No sería una buena idea hacer lo mismo por Haití?

domingo, 7 de marzo de 2010

Chile, el terremoto y el Primer Mundo

Andrés Oppenheimer

El Colombiano, Medellín

Marzo 7 de 2010

Ojalá me equivoque, pero temo que el devastador terremoto que azotó a Chile no sólo tendrá un trágico costo en vidas humanas, sino que también podría demorar la meta chilena de convertirse en el primer país latinoamericano que ingrese al Primer Mundo en esta década.


Es cierto que Chile ya se ha convertido en un modelo para Latinoamérica, por ser el único país de la región que ha reducido el índice de pobreza desde el 43 por ciento de la población al 13 por ciento en las últimas dos décadas. Pero si Chile lograra su objetivo de convertirse en un país desarrollado antes del final de esta década, sería un ejemplo aún más poderoso para el resto de la región.


En una entrevista reciente realizada antes del terremoto, el presidente electo chileno Sebastián Piñera me dijo: "La gran meta que nos hemos fijado es que Chile logre en un plazo de 8 años, en el 2018, ser tal vez el primer país de América Latina que con mucho orgullo, pero también con humildad, pueda decir que 'hemos derrotado el subdesarrollo, hemos derrotado a la pobreza'".


Pero ahora, con las enormes pérdidas de caminos, puentes y puertos causados por el terremoto de 8.8 puntos en la escala de Richter que sacudió al país el 27 de febrero, me pregunto si las metas económicas de Chile podrán ser factibles. El terremoto afectó principalmente a las regiones, o estados, de Biobío, Maule, Araucanía, Valparaíso y O'Higgings, que incluyen grandes centros de la industria de la madera, celulosa, y el vino de Chile. Estas regiones en conjunto representan el 27 por ciento del producto bruto de Chile.

Algunos economistas predicen un aumento de la actividad económica después del terremoto, señalando que los pagos de las compañías aseguradoras, los fondos de las reservas del gobierno, la ayuda externa y préstamos internacionales para la reconstrucción harán crecer en un 5 por ciento el producto bruto este año. Pero la mayoría se muestra escéptica ante esos pronósticos tan optimistas.


En una entrevista telefónica, le pregunté a Alicia Barcena, la secretaria general de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de las Naciones Unidas, si el terremoto demoraría la meta chilena de convertirse en un país desarrollado en el 2018. Barcena respondió que, por lo menos a corto plazo, la economía se va a contraer.


Mi opinión: Chile tiene enormes reservas para contingencias, incluyendo un Fondo de Estabilización Económico y Social de 11.200 millones de dólares, y un fondo para becas de posgrado en el exterior de 6.000 millones destinado a enviar a 6.000 graduados universitarios por año a recibir maestrías y doctorados en Estados Unidos, Europa y Asia.


Pero todo dinero que se saque de esos fondos significará menos dinero para erradicar los últimos focos de pobreza, o para crear una masa crítica de científicos de nivel mundial doctorados en las mejores universidades del mundo.


Chile seguirá siendo un modelo para Latinoamérica, pero el terremoto podría distraer sus energías y demorar su meta de convertirse en un país desarrollado en 2018.

domingo, 28 de febrero de 2010

El coqueteo de Brasil con Irán

Andrés Opoenheimer

El Colombiano, Medellín

Febrero 28 de 2010


El acercamiento de Brasil al régimen cada vez más aislado de Irán es algo que deja perpleja a buena parte de la comunidad internacional. Circulan varias teorías al respecto, algunas de ellas bastante preocupantes.

Recientemente, cuando la tradicionalmente cauta Agencia Internacional de Energía Atómica de Naciones Unidas concluyó finalmente que Irán podía estar desarrollando un arma nuclear, y hasta Rusia empezó a tomar distancia de Irán, Brasil anunció que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva no cambiará sus planes de visitar Irán el 15 de mayo.


Brasil, una de las potencias mundiales emergentes, le dará así un manto de legitimidad a un régimen que, además de desobedecer los acuerdos internacionales sobre energía nuclear, es considerado por gran parte del mundo como uno de los principales estados que promueven el terrorismo. Para el gobernante iraní Mahmoud Ahmadinejad, recibir a Lula en casa será un golpe publicitario caído del cielo.


Irán apoya a grupos terroristas como Hezbolá, y ha dicho públicamente que quiere borrar de la faz de la Tierra a un país cercano, Israel. Hasta el gobierno populista de Argentina, que normalmente se alinea con Brasil en temas de política exterior, ha acusado a Irán de haber participado en los atentados terroristas de Hezbolá en Buenos Aires en la década de 1990.


A fines del año pasado, Lula desconcertó al mundo cuando le dio una bienvenida de alfombra roja en Brasilia a Ahmadinejad. Con ese gesto, Brasil se convirtió en uno de los primeros países no radicales que aceptó a Ahmadinejad después de las polémicas elecciones del 12 de junio de 2009.


¿Por qué Brasil arriesga su reputación de buen ciudadano internacional coqueteando con un régimen opresivo que respalda el terrorismo? Entre las motivaciones más mencionadas: Por sueños de grandeza: Según esta teoría, el éxito económico de Brasil y la idea generalizada de que Brasil ya está -junto con China e India- en el club de las potencias mundiales emergentes se le han ido a la cabeza a Lula.


El presidente brasilero, que recientemente predijo que Brasil será la quinta economía mundial dentro de una década, quiere transmitir el mensaje de que su país es un nuevo actor global que hay que tomar en serio. ¿Qué mejor manera de concitar la atención mundial que desempeñar un rol en el mayor conflicto internacional del momento?


Por ilusiones diplomáticas: Lula, agrandado por su estatus de celebridad en su país y en el extranjero, podría estar tomándose en serio sus repetidos ofrecimientos de actuar como mediador en la crisis del Medio Oriente. Lula planea visitar Israel, la Autoridad Palestina y Jordania el 15 de marzo.


Mi Opinión : Aunque es difícil creer que Lula pueda resolver algo en el Medio Oriente -durante una visita reciente a los Emiratos Árabes Unidos y a Israel, no me crucé con una sola persona que me dijera que el presidente de Brasil tiene alguna posibilidad de triunfar en una misión en la que han fracasado poderosos mediadores estadounidenses, franceses y rusos-, es posible que Lula crea sinceramente que será capaz de hacer historia a nivel mundial.

domingo, 21 de febrero de 2010

El futuro de la OEA

Andrés Oppenheimer

El Colombiano, Medellín

Febrero 21 de 2010

El futuro de la Organización de Estados Americanos definitivamente no es algo que mantenga desvelados a los funcionarios de la Casa Blanca, pero la campaña de reelección del secretario general, José Miguel Insulza, ha generado una ruidosa polémica en el pequeño mundillo de los diplomáticos interesados en América Latina en Washington.


El punto de conflicto es si Insulza, un ex canciller de Chile, ha sido demasiado tímido en denunciar ataques contra la democracia en países como Venezuela. Sus críticos dicen que no ha hecho cumplir el compromiso de la OEA con la defensa colectiva de la democracia en la región, tal vez porque necesite los votos de Venezuela y sus aliados para poder ganar la reelección. Insulza ya ha ganado el apoyo de Brasil, de su Chile natal y de varios países de Centroamérica y el Caribe. La OEA votará sobre su reelección el 24 de marzo.


Un reciente informe del Congreso encargado por el senador Richard Lugar, el líder republicano del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, acusó a Insulza de practicar una "intervención selectiva" en defensa de la democracia. Según el informe, Insulza reaccionó rápidamente cuando se trató de movilizar a la región para denunciar los golpes contra presidentes izquierdistas en Venezuela en 2002 y en Honduras en 2009, pero no hizo gran cosa para impedir que esos mismos líderes desmantelaran gradualmente la democracia antes de esos golpes.


Días después, el 12 de febrero, un durísimo editorial del Washington Pos t señaló que bajo Insulza, la OEA "fracasó en su propósito de promover y consolidar la democracia". El periódico recomendó al gobierno de Obama no apoyar la reelección de Insulza, y pidió al Congreso estadounidense "reconsiderar si Estados Unidos debería continuar contribuyendo con la mayor parte de los fondos de la OEA".


¿No tienen razón?, le pregunté a Insulza. ¿Dónde estaba usted cuando el presidente Hugo Chávez inhabilitó a 272 candidatos de la oposición de participar en las elecciones municipales de 2008? ¿O cuando Chávez hizo un golpe contra el alcalde electo de Caracas, Antonio Ledezma, despojándolo de sus oficinas y presupuesto, desoyendo el mandato de las urnas?, pregunté, citando algunos de los ejemplos de sus críticos.

Insulza dijo que criticó esos y otros ataques contra la democracia en Venezuela y otros países, pero agregó que según las reglas de la organización no puede enviar unilateralmente misiones de observación a ningún país. "Yo no puedo obligar al Consejo Permanente a tratar un tema que no quiere tratar", dijo.


Entonces, ¿usted se considera un simple burócrata?, le pregunté. Insulza respondió: "Son las limitaciones (legales) que hay. Si usted me pregunta si soy un burócrata, no lo soy, pero no me mando solo".


Mi opinión: Yo preferiría un líder más pro activo en la OEA, como el presidente saliente de Costa Rica y ganador del premio Nobel Óscar Arias, pero desafortunadamente no quiere el cargo. Arias me dijo en una entrevista telefónica que la OEA "es una institución muy débil".

domingo, 14 de febrero de 2010

¿Girará Brasil hacia la vieja izquierda?

Andrés Oppenheimer

El Colombiano, Medellín

Febrero 14 de 2010

Ahora que la candidata presidencial oficialista brasileña Dilma Roussef está subiendo en las encuestas, algunos de sus críticos más prominentes están levantando el fantasma de que el país más grande de Sudamérica se movería hacia la izquierda radical si ella ganara las elecciones de octubre.


El ex presidente Fernando Henrique Cardoso, arquitecto de la recuperación económica de Brasil y una de las voces más respetadas de la oposición, está en esa tesitura. En una entrevista, Cardoso me dijo que Roussef es más "dogmática", más "autoritaria" y está más próxima a la izquierda radical venezolana que el presidente saliente, Luiz Inácio Lula da Silva.


Roussef, economista y ex guerrillera, fue ministra de Energía de Lula y ha sido su jefa de gabinete desde 2005. En los últimos meses, Lula la ha exhibido al lado suyo inaugurando obras públicas en todo el país, con la esperanza de que su propio índice de popularidad del 80 por ciento y el crecimiento económico del 5 por ciento proyectado para el país este año ayuden a Roussef a ganar la presidencia.


Una encuesta reciente realizada por la empresa Sensus revela que el apoyo a Roussef ha subido a un 22 por ciento, y los encuestadores dicen que ese porcentaje seguirá aumentando a medida que su nombre gane reconocimiento. Su principal rival, el actual gobernador del estado de Sao Paulo, José Serra, tiene un 32 por ciento de apoyo. Aunque ambas candidaturas son un secreto a voces, ninguno de los dos la ha anunciado oficialmente.

¿Ganará Roussef?, le pregunté a Cardoso, quien apoya a Serra.

Cardoso: "Yo creo que va a tener dificultades. Va a subir en las encuestas porque el presidente Lula precipitó la campaña, y el partido opositor todavía no tiene siquiera definido un candidato. Entonces, ella va ganando un espacio en los medios de comunicación. Pero yo creo que al final, la gente cuando va a votar, va a querer mirar si la persona inspira confianza".


¿Y Roussef no inspira confianza?, pregunté.


Cardoso: "Dilma Roussef no tiene todavía ninguna experiencia de liderazgo. No ha sido líder de nada. No fue alcaldesa, no fue gobernadora, no ha sido nada. Fue una funcionaria. Es difícil que el pueblo deposite su confianza en manos de alguien que es un funcionario, no un líder".


-¿Sería un títere de Lula?- "No sé (...) No me animaría a decir eso, porque por sus características personales es una persona muy dura, muy autoritaria", dice Cardoso.


Mi opinión: La estrategia electoral de la oposición -por ahora enunciada por Cardoso, mientras Serra reserva sus municiones para más adelante en la campaña- será pintar a Roussef como una candidata improvisada, de ideas radicales. La estrategia del gobierno, a su vez, será pintar a Serra como un político tradicional que querrá revertir los avances sociales de Lula y será insensible a los pobres.


Lo más importante es que, tal como lo dijo Cardoso, Brasil tiene instituciones sólidas que le dificultarían a cualquier presidente destruir los avances económicos de los últimos quince años.

domingo, 7 de febrero de 2010

Venezuela necesita una Violeta Chamorro

Andrés Oppenheimer

El Colombiano, Medellín

Febrero 7 de 2010

El presidente narcisista-leninista de Venezuela Hugo Chávez está enfrentando uno de los peores momentos políticos de sus 11 años en el poder, y las nuevas encuestas demuestran que -por primera vez en varios años- hay una luz al final del túnel para la oposición.


En las últimas semanas, las cosas le han ido de mal en peor a Chávez. Venezuela tiene la inflación más alta de Latinoamérica, la economía se está desplomando, hay cada vez más cortes de luz y agua, el crimen callejero ha llegado a niveles sin precedentes, las protestas estudiantiles han causado al menos dos muertes, las nuevas medidas gubernamentales contra las emisoras televisivas independientes han galvanizado a la oposición, nuevos escándalos de corrupción han manchado al gobierno, y hay crecientes divisiones internas dentro del círculo íntimo de Chávez.


Hasta la agencia de noticias The Associated Press , conocida por su prudencia, dijo en un cable desde Caracas que "el modelo de gobierno de inspiración socialista que Chávez (...) está debilitado y se tambalea".

Casi todos los medios internacionales prevén mayores problemas para Chávez en las elecciones legislativas de septiembre y en las elecciones presidenciales de 2012.


No es sorprendente, entonces, que Chávez esté redoblando sus medidas autoritarias y reaccionando con bravuconadas. El 2 de febrero aseguró que permanecerá en el poder "otros once años", y afirmó que su "revolución bolivariana" continuará en pie "por 900 años".


Una nueva encuesta nacional realizada por la empresa venezolana Hinterlaces revela que la base política de Chávez está disminuyendo. Entre los hallazgos claves de la encuesta: el 61 por ciento de los venezolanos cree que el país está mal encaminado, mientras el 37 por ciento dice que va en la dirección correcta.

El 78 por ciento dice estar en desacuerdo con la reciente decisión de Chávez de eliminar la emisora RCTV del sistema de televisión por cable, mientras tan sólo el 18 por ciento aprueba la medida. La emisora de aire de RCTV había sido clausurada en 2007.


El 61 por ciento respalda las protestas estudiantiles contra Chávez, mientras que el 30 por ciento las condena.

El 87 por ciento no quiere que su país se parezca a Cuba, mientras que el 9 por ciento dice que le gustaría que así fuera.


El 28 por ciento dijo que votará por los candidatos chavistas en las elecciones legislativas de septiembre, mientras el 26 por ciento dijo que votará por la oposición, y el 34 por ciento que elegirá a candidatos independientes.

El 55 por ciento se define como "ni pro Chávez, ni anti-Chávez", mientras que el 27 por ciento se considera chavista, y el 14 por ciento se considera "opositor".


El 65 por ciento dice que el país necesita nuevos líderes, mientras el 21 por ciento está en desacuerdo con esa idea.


Mi opinión: Chávez está más debilitado que en mucho tiempo, y -a menos que se disparen los precios del petróleo- su desastrosa gestión hará que las cosas se le compliquen aún más. Su plan será "huir para adelante", tratando de incitar la lucha de clases y quizás crear un autogolpe para luego cancelar las elecciones legislativas de septiembre.


Pero para derrotar a Chávez en las elecciones de 2012, la oposición necesitará encontrar un "outsider", una versión local de la ex presidenta de Nicaragua Violeta Chamorro, una viuda cuyos hijos habían militado en ambos bandos de la guerra civil nicaragüense en la década de los 80.

domingo, 31 de enero de 2010

Crisis en Honduras, principio del fin

Andrés Oppenheimer

El Colombiano, Medellín

Enero 31 de 2010

El presidente hondureño Porfirio Lobo estuvo bastante solo en su posesión, ya que la mayoría de los presidentes latinoamericanos no asistió a su toma de posesión en protesta contra el golpe de Estado de 2009 en su país. Pero, a juzgar por lo que me dicen altos funcionarios de toda la región, el aislamiento internacional de Lobo no durará mucho.


En una entrevista telefónica, el secretario José Miguel Insulza me dijo que hay un buen clima para levantar la suspensión de la OEA a Honduras. Agregó que "todos piensan que se va a llegar a un retorno relativamente pronto de Honduras a la OEA". Solo dos jefes de Estado latinoamericanos, Ricardo Martinelli, de Panamá, y Leonel Fernández, de República Dominicana, quien se llevó consigo al derrocado presidente Manuel Zelaya, asistieron a la ceremonia de asunción de Lobo. Estados Unidos envió al jefe de asuntos hemisféricos del Departamento de Estado, Arturo Valenzuela.


Pero España envió al segundo funcionario de su embajada en Honduras, y la mayoría de los países latinoamericanos enviaron delegaciones de bajo nivel. Venezuela y sus aliados estuvieron ausentes, después de que el Congreso hondureño decidiera, horas antes, retirar a su país del bloque de países "Bolivarianos" financiado por Chávez, el Alba.


El clima internacional ha cambiado con respecto a Honduras en los últimos meses, desde que el régimen de facto realizó elecciones libres que estaban planificadas desde antes del golpe. Estados Unidos y varios gobiernos están ahora más dispuestos a normalizar las relaciones con Lobo, citando el hecho de que Lobo no tuvo nada que ver con el golpe, y que casi todas las democracias latinoamericanas nacieron de elecciones convocadas por regímenes de facto.


En otra entrevista telefónica, el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, que fue el primer mediador de la crisis hondureña, me dijo que "En los próximos meses, poco a poco, los países que nos comprometimos a restablecer las relaciones diplomáticas con Honduras las van a restablecer".


Craig Kelly, un alto funcionario de asuntos latinoamericanos del Departamento de Estado, me dijo que el levantamiento de las sanciones económicas del gobierno del presidente Obama a Honduras depende de que Lobo cumpla sus promesas de convocar un gobierno de reconciliación nacional y crear una "comisión de la verdad" para investigar el golpe de Estado. Pero agregó que "nos alimenta el compromiso de Lobo de adoptar estas medidas, y esperamos tener una relación muy positiva con Honduras durante su gobierno".


Mi opinión: No estoy de acuerdo con quienes están pintando al ex presidente de facto Micheletti como un héroe por haber impedido que el país cayera en manos de Chávez.


Micheletti violó las leyes cuando ordenó que Zelaya fuera sacado del país en avión en vez de permitirle tener un juicio justo en su país, tal como lo requiere la ley hondureña. Y antepuso su ego a las necesidades del país al aferrarse al poder hasta el último momento, en vez de renunciar para permitir que un presidente neutral le pasara el poder a Lobo.


Pero el nuevo presidente es otra historia. Lo que me dijeron Insulza, Arias y Kelly, incluso que el presidente izquierdista de El Salvador, Mauricio Funes, esté diciendo que reconocerá al gobierno de Lobo, sugiere que Honduras pronto volverá a ser aceptada en el redil democrático.

Ahora sólo queda esperar que el alto costo económico que pagó Honduras por su golpe de Estado sirva de lección para que tanto los demagogos hambrientos de poder como los potenciales golpistas en toda la región piensen dos veces antes de violar el Estado de derecho.

domingo, 24 de enero de 2010

Piñera: ¿nuestro Berlusconi?

Andrés Oppenheimer

El Colombiano, Medellín

Enero 24 de 2010

La opinión generalizada en los medios es que el presidente electo chileno, Sebastián Piñera, será una versión latinoamericana del polémico primer ministro italiano Silvio Berlusconi: ambos son magnates convertidos en políticos centroderechistas, que ganaron elecciones en parte gracias a sus imperios mediáticos y sus equipos de fútbol.


¿Pero se convertirá Piñera en "nuestro Berlusconi", como ya lo llaman algunos?


De hecho, existen cinco razones por las que es improbable que Piñera termine como el líder italiano -un blanco constante de escándalos políticos, comerciales y sexuales- y una razón menos plausible por la que podría terminar siendo igualmente polémico.


Las diferencias son claras.


En primer lugar, Piñera tiene una base académica mucho más sólida que el primer ministro italiano. Se graduó en el primer puesto de su promoción de Ingeniería Comercial en la prestigiosa Universidad Católica de Chile y luego obtuvo un doctorado en Economía en Harvard. Tras lograr su doctorado con una tesis sobre la economía de la educación en los países en desarrollo, Piñera enseñó economía en Harvard y luego en cuatro universidades chilenas durante dieciséis años. En comparación, Berlusconi se graduó de abogado, escribió su tesis sobre los aspectos legales de la publicidad, y nunca más volvió al ámbito académico.

En segundo lugar, Piñera tiene mucha más experiencia política de la que tenía Berlusconi en el momento en que se convirtió en primer ministro. El presidente electo chileno fue senador desde 1990 hasta 1998, iniciando su carrera política dos décadas antes de ganar la presidencia. En comparación, Berlusconi se presentó como candidato a primer ministro "antipolítico" en 1994, prácticamente sin antecedentes en cargos públicos, y ganó.


En tercer lugar, la carrera empresarial de Piñera ha sido mucho menos polémica que la de Berlusconi. Mientras el primer ministro italiano ha enfrentado acusaciones de estar vinculado con la mafia, de fraude impositivo y de corrupción -el 5 de julio del 2008 admitió: "Soy la persona que ha batido todos los récords de juicios en su contra en toda la historia de la humanidad"- la carrera empresarial de Piñera ha sido mucho más tranquila.


En cuarto lugar, Piñera ha estado casado durante 36 años, tiene cuatro hijos y es conocido como un hombre de familia. En comparación, Berlusconi se divorció dos veces y ha estado en el centro de una seguidilla de escándalos sexuales, el más reciente de los cuales involucró a jovencitas de un servicio de acompañantes que el año pasado fueron invitadas a sus fiestas privadas en su mansión en Cerdeña.


En quinto lugar, Piñera posiblemente sea menos derechista, y más respetuoso de las instituciones políticas que Berlusconi.


Mi Opinión: Si Piñera hubiera apoyado la dictadura de Pinochet, o prometido eliminar algunos de los logros de los gobiernos chilenos recientes, o tuviera propensión a los escándalos personales, me costaría augurarle una buena gestión. Pero es probable que Piñera encabece un gobierno centrista que buscará acelerar la marcha de Chile hacia el primer mundo. Por ahora, parece ser mucho más promisorio que un Berlusconi latinoamericano.

domingo, 17 de enero de 2010

Haití, la corrupción y la ayuda

Andrés Oppenehimer

El Colombiano, Medellín

Enero 17 de 2010

He aquí una idea que anda dando vueltas en la comunidad diplomática y que debería adoptarse de inmediato para evitar que la ayuda internacional a las víctimas del terremoto de Haití vaya a esfumarse en un país con un largo historial de corrupción: crear una comisión de monitoreo para garantizar que la ayuda llegue a quienes tenga que llegar.


Existe un consenso general entre los expertos en ayuda de desastres de que el compromiso de EE.UU. de una primera donación de US$100 millones y otros compromisos internacionales para la reconstrucción de Haití son una buena respuesta inicial a la tragedia.


Pero en un país donde el Estado es tan débil que prácticamente no puede administrar ningún servicio público, y donde la corrupción es rampante, muchos temen que cuando la historia deje de estar en los titulares de los periódicos, la ayuda internacional va a disminuir y gran parte de la ayuda que llegue a Haití simplemente va a ser robada.


Según el índice mundial de percepción de corrupción de Transparencia Internacional, Haití es uno de los diez países más corruptos del mundo, clasificado 176 entre 180 naciones. Y eso es a pesar de la ofensiva anticorrupción del presidente René Preval, a quien muchos funcionarios internacionales le dan crédito por haber empezado a combatir este crónico problema del país.


Haití tiene una larga historia de ayuda que no ha dado resultados visibles. El año pasado, un reporte de Fride, un centro de estudios europeo con sede en Madrid, señaló que "la cooperación extranjera a Haití ha sumado más de $2.600 millones de dólares desde 1984, y hay muy poco qué mostrar por la misma".


En estas circunstancias, ¿qué hay que hacer?, le pregunté a Dante Caputo, asesor especial del Secretario General de la OEA y ex jefe de la misión de Naciones Unidas en Haití, que está entre los diplomáticos que piensan que hay que establecer, ya mismo, una comisión de seguimiento para garantizar una efectiva.


Caputo sugiere, basado en la experiencia de previos esfuerzos de ayuda internacional, que esa comisión tenga tres misiones: chequear que la cantidad de ayuda que se mande concuerde con la cantidad de ayuda que llegue a las víctimas, garantizar que los bienes entregados sean los mismos que fueron prometidos, y que la ayuda llegue a los lugares correctos.


"Esto sería aconsejable para cualquier país en un caso como este, pero es tres veces más necesario en Haití, donde hay una mayor debilidad institucional", me dijo Caputo.


Mi opinión: a juzgar por lo que vi en una visita a Haití el año pasado, el país estaba haciendo su primer serio esfuerzo en mucho tiempo para tratar de salir de su categoría de "estado fallido". Con todo, era un lugar devastado, y ahora lo es inmensamente más, tras la peor catástrofe del hemisferio en más de un siglo. No podemos abandonar a Haití ahora, como lo hicimos tras los cuatro huracanes que azotaron el país en el 2008, y la comunidad internacional tardó casi un año en poner dinero sobre la mesa.

domingo, 10 de enero de 2010

La desesperanza argentina

Andrés Oppenheimer

El Colombiano, Medellín

Enero 10 de 2010

Durante una visita a Argentina, encontré a la gente mucho más frustrada y escéptica con respecto al futuro del país que en cualquier otro momento en los últimos años.


Contrariamente a lo que se podría pensar, el sentimiento general de desesperanza que se respira en este país no está causado por la economía. Argentina ha navegado por la crisis económica mundial relativamente indemne gracias al alto precio de las materias primas, y los economistas prevén un crecimiento de por lo menos un 4 por ciento para este año.


La desesperanza reinante se debe más bien a que los argentinos no ven una salida a la enorme corrupción política que parece condenar al país a quedar cada vez más atrás de sus vecinos -especialmente Chile y Brasil- e impedirle una significativa reducción de sus índices de pobreza y criminalidad.


A pesar del escaso porcentaje de popularidad de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y de una muy festejada victoria de la oposición en las elecciones legislativas de mediados del 2009, el gobierno -que prácticamente todos aquí consideran está siendo manejado por su esposo, el ex presidente Néstor Kirchner- conserva las riendas del país, gracias a una combinación de autoritarismo, clientelismo político y una oposición dividida.


Y contrariamente a lo ocurrido en anteriores ciclos de desesperanza que se dieron en Argentina, la emigración no es esta vez una opción, debido a la crisis económica y los controles inmigratorios cada vez más severos en Estados Unidos y Europa.


Lo que parece haber iniciado esta última oleada de frustración colectiva fue la noticia -anunciada durante las fiestas de fin de año- de que un juez había desestimado los cargos de enriquecimiento ilícito presentados contra los Kirchner a causa del significativo incremento de su fortuna personal. Los Kirchner han declarado un aumento del 158 por ciento de sus ingresos personales en 2008.


El patrimonio personal declarado por la pareja ha aumentado de $1.9 millones a $12.1 millones desde el 2003, cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia. Una parte de este incremento se debió a las tasas de interés más altas de lo habitual que pagaron los bancos a las cuentas de los Kirchner y a exageradas ganancias producidas por poco transparentes transacciones inmobiliarias, según políticos de oposición y periodistas que examinaron el caso.


Mi Opinión: Argentina ha pasado por más períodos de desesperanza colectiva que la mayoría de los países que conozco en las últimas décadas, y probablemente vuelva a emerger de éste. A medida que la economía se recupere un poco este año, y -especialmente- si sus excelentes jugadores de fútbol hacen un buen papel en el mundial de fútbol, otros temas concitarán la atención pública, y la cercanía de las elecciones presidenciales del 2011 abrirá nuevos caminos de esperanza.


Sin embargo, muchos argentinos señalan -correctamente- que este país potencialmente tan rico nunca despegará a menos de que aprenda a respetar el estado de derecho, empezando desde la cúpula del poder.

lunes, 21 de diciembre de 2009

La graducación de Chile

Andrés Oppenheimer

El Colombiano, Medellín

Diciembre 20 de 2009

Mientras todo el mundo estaba prestando atención a los resultados de la primera vuelta electoral de Chile el 13 de diciembre, en que ganó el candidato de centroderecha Sebastián Piñera, hubo otro acontecimiento que pasó casi inadvertido, pero que probablemente será recordado como un evento mucho más importante en la historia de ese país.


En una reunión realizada dos días después en París, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (Ocde), el club de las treinta democracias más ricas del mundo, invitó formalmente a Chile a convertirse en un país miembro.


Chile se había postulado para integrarse a la Ocde hace dos años -junto con Rusia, Israel, Estonia y Eslovenia-, y fue el primero en ser admitido de ese grupo. Chile se convertirá así en el primer país sudamericano miembro de la Ocde tras una ceremonia oficial programada para el 10 de enero en Santiago de Chile.


Es probable que el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet haya querido minimizar la importancia de la reunión de París para poder darle mucho mayor relieve mediático a la ceremonia que se realizará en Chile, y utilizar ese evento para darle un espaldarazo al candidato presidencial de la coalición de centroizquierda gobernante, Eduardo Frei, en segunda vuelta del 17 de enero.


Sin embargo, los gobiernos de centroizquierda de Chile de las últimas dos décadas merecen todo el crédito por haberle demostrado al resto del mundo que existe en Latinoamérica una izquierda moderna, globalizada y financieramente responsable, que ha logrado reducir la pobreza más rápido que cualquiera de sus contrapartes de la región. En un continente donde abundan los demagogos que usan eslóganes izquierdistas como excusa para acaparar poderes absolutos y permanecer indefinidamente en el poder, lo de la izquierda chilena no es un logro menor.


En una entrevista telefónica desde la reunión de la Ocde en París, el ministro de Finanzas chileno, Andrés Velasco, me recordó que su país ha reducido la pobreza del 40 por ciento de la población a principios de la década de 1990, al 13 por ciento el año pasado. La pobreza extrema, a su vez, ha bajado al 3 por ciento de la población.


Cuando le pregunté cómo explica el éxito chileno, Velasco mencionó entre otros factores el que después de una época de violencia política y turbulencia económica en la década de 1970, se forjó en Chile un nuevo consenso nacional en favor de la estabilidad y los equilibrios económicos.


Mi opinión: El motor de la economía chilena se ha enfriado un tanto durante el gobierno de Bachelet -el país ha perdido algunos lugares en varios ránquines de competitividad mundiales y sus tasas de crecimiento son menores que las de inicios de esta década-, lo que explicaría el éxito de Piñera en la primera ronda.


Pero, independientemente de si una elección de Piñera en la segunda vuelta aceleraría o no el ascenso de Chile al Primer Mundo, la coalición izquierdista gobernante merece aplausos por sus logros de las últimas dos décadas. Chile se está graduando.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Cambio de rumbo en guerra antidrogas

Andrés Oppenehimer

El Colombiano, Medellín

Diciembre 13 de 2009

Si me hubieran preguntado hace 10 años si Estados Unidos cambiaría alguna vez sus políticas antidrogas enfocadas en la intercepción de narcóticos, e incluso tal vez despenalizar el consumo de marihuana, hubiera respondido: "Nunca". En la actualidad, mi respuesta es "quizás".


A principios de esta semana, en una tácita admisión de que las políticas antidrogas vigentes no están funcionando, la Cámara de Representantes aprobó unánimemente un proyecto de ley para crear una comisión independiente que se encargaría de revisar si las políticas antidrogas estadounidenses en América Latina durante las últimas tres décadas producen resultados positivos.


La legislación irá ahora al Senado donde, según sus defensores, tiene buenas posibilidades de ser aprobada, dado el respaldo bipartidista en la Cámara. El panel de 10 miembros, que se creó según el modelo de la Comisión del 9/11 que hizo recomendaciones al Congreso y a la Casa Blanca tras los ataques terroristas del 2001, tendrá que entregar su informe en 12 meses.


Lo que resulta interesante sobre la planeada comisión independiente es que la idea no surgió de un defensor de la legalización. El patrocinador del proyecto de ley, el representante Eliot Engel (demócrata por Nueva York), se opone a la despenalización de las drogas para lo que no sea un uso médico, y es un político tan común como cualquier otro miembro del Congreso. Sin embargo, la frustración de Engel por los resultados de la guerra contra la droga es sintomática del escepticismo cada vez mayor de Washington acerca de las políticas antidrogas del país.


Desde 1980, EE.UU. ha gastado casi 14.000 millones de dólares tratando de detener el contrabando de drogas desde América Latina, dice el proyecto de ley. Aunque el consumo de drogas ha disminuido notablemente como una proporción de la población, todavía hay 25.7 millones de personas que fuman marihuana, 5.3 millones que consumen cocaína, y 453.000 que usan heroína.


Las políticas enfocadas en la prohibición del consumo de drogas no han cambiado el estatus de América Latina como el mayor exportador mundial de cocaína y marihuana, y la violencia relacionada con la droga en la región no ha hecho más que aumentar. Sólo en México, 5.661 personas murieron el año pasado en incidentes violentos vinculados con la droga, más del doble que el total del año anterior.


Entre otras cosas, la comisión estudiará nuevamente los programas antidrogas como el Plan Colombia y la Iniciativa Mérida para México, Centroamérica y el Caribe.


Mi Opinión: Hay tres razones principales para esto: en primer lugar, el enfoque de Estados Unidos en "la guerra contra las drogas" de los años 90 ha sido sustituido por la guerra contra el terrorismo tras los sucesos del 11 de septiembre del 2001. En segundo lugar, la crisis económica del 2008 ha hecho que los legisladores revisen cómo se gastan los fondos del gobierno. Y en tercer lugar, la violencia generada por el narcotráfico en México ha causado una ansiedad creciente en los círculos de seguridad nacional de Estados Unidos.

domingo, 6 de diciembre de 2009

¿No a Honduras, sí a Cuba?

Andrés Oppenheimer

El Colombiano, Medellín

Diciembre 6 de 2009

Brasil, Estados Unidos y la Organización de los Estados Americanos (OEA) merecen una medalla de oro cada uno por su pésimo manejo de las elecciones presidenciales del domingo en Honduras.


La medalla de oro por hipocresía política debe ser para Brasil. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva encabeza el grupo de países que no ha reconocido los resultados de las elecciones en Honduras, ganadas por Porfirio Lobo, un izquierdista convertido en empresario. Lula da Silva dice, correctamente, que reconocer la elección de Lobo sentaría un mal precedente para América Latina porque legitimaría unas elecciones convocadas por un gobierno no democrático.


El problema con ese argumento es que la mayoría de las democracias en América Latina surgieron de elecciones convocadas por gobiernos salidos de golpes de Estado, comenzando por la victoria del presidente chileno Patricio Aylwin, en 1989, en unas elecciones nacionales organizadas por la dictadura del general Augusto Pinochet. Por otra parte, las recientes elecciones hondureñas no fueron un invento del régimen de facto del presidente saliente Roberto Micheletti porque se habían programado antes del golpe.

Pero lo que hace de la posición brasileña una evidente muestra de hipocresía política es que sólo días antes de pedirle al mundo que no reconociera la elección de Lobo en Honduras, Lula da Silva le dio un espléndido recibimiento en la capital brasileña al hombre fuerte de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, ofreciéndole un reconocimiento internacional que mucho necesita.


Además, ¿cómo puede Lula da Silva llamar a mantener sanciones internacionales contra Honduras mientras, al mismo tiempo, exhorta al mundo a levantar las sanciones que quedan contra Cuba?


Es cierto que Brasil puede verse obligado a tomar una defensa más activa de la posición de Zelaya porque el depuesto presidente está en la embajada de Brasil en Tegucigalpa. Pero la posición de Brasil en la crisis de Honduras ha sido un chiste.


La medalla de oro por indecisión debe ser para Estados Unidos. Inicialmente, el gobierno de Obama se unió a Brasil y otros países latinoamericanos en la denuncia del golpe y la eliminación de la asistencia antinarcóticos y para el desarrollo al gobierno de Micheletti. Luego el Departamento de Estado dijo que reconocería los resultados de las elecciones del domingo, alegando que ayudaría a restablecer una democracia plena en el país.


Es cierto que la crisis de Honduras se desarrolló mientras el cargo de jefe de asuntos latinoamericanos en el Departamento de Estado estaba vacante, porque los republicanos habían demorado la nominación de Arturo Valenzuela hasta su confirmación el mes pasado.


La OEA merece una medalla de oro por parcialidad. En vez de condenar el golpe y simultáneamente hacer alguna crítica a Zelaya por haber desobedecido los fallos del Tribunal Supremo, la OEA sólo hizo campaña a favor de Zelaya.


Esto le dificultó al grupo de 34 países intervenir como intermediario imparcial en la crisis.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Los países más corruptos

Andrés Oppenheimer

El Nuevo Herald, Miami

Noviembre 22 de 2009

Un nuevo ranking de los países percibidos como los más corruptos del mundo confirma lo que muchos de nosotros sospechábamos: los líderes populistas que llegan al poder prometiendo erradicar la corrupción a menudo terminan liderando gobiernos aún más podridos que los anteriores.

El Ranking de Percepción de Corrupción 2009 dado a conocer por Transparencia Internacional, un grupo no-gubernamental con sede en Alemania que es considerado el más importante de su tipo, clasifica mediante más de media docena de encuestas los niveles de corrupción en 180 países del mundo.

A nivel mundial, los que aparecen como menos corruptos son Nueva Zelanda y Dinamarca, y los que salen como más corruptos son Somalia y Afganistán.

En Latinoamérica, excluyendo a los países del Caribe, los campeones regionales de la corrupción son --en este orden-- Venezuela, Paraguay, Ecuador, Nicaragua, Honduras, Bolivia y Argentina, según el estudio.

Casi todos los líderes de estos países hicieron sus campañas presidenciales prometiendo acabar con la corrupción. En Venezuela, donde el presidente Hugo Chávez ganó las elecciones de 1998 prometiendo terminar con lo que acertadamente describía como una clase política corrupta, la corrupción no ha hecho más que empeorar desde que asumió el poder.

Cuando Transparencia empezó a hacer su Ranking de Corrupción en el 2001, Venezuela ocupaba el puesto número 69 en una lista de 91 países que iba de los menos a los más corruptos, o sea que se encontraba en el percentil 25 de las naciones más corruptas del mundo. En el 2009, Venezuela ocupa el puesto 162 en la lista de 180 países, es decir que está en el percentil 10, mucho más cerca de Afganistán y Somalia.

¿Hay alguna relación entre populismo y corrupción?, le pregunté a Alejandro Salas, el director del departamento de las Américas de Transparencia. En una entrevista telefónica desde Berlín, Salas revisó conmigo el ranking, y notamos que virtualmente todos los países latinoamericanos considerados como los más corruptos están gobernados --o estuvieron gobernados hasta hace poco-- por líderes populistas.

"Así es'', dijo Salas. "Hay una relación directa entre populismo y debilidad institucional. Y la debilidad institucional conduce a la corrupción''.

Salas dijo que divide a los países latinoamericanos que aparecen en el rankingen tres grupos.

"El primer grupo es el de los que mejor califican, que son Chile, Uruguay, Puerto Rico y Costa Rica'', dijo.

"Son los que son vistos como los menos corruptos, y que tienden a tener estabilidad, elecciones libres y periódicas, y en la mayoría de los casos sistemas judiciales independientes, organismos de control eficaces, y sistemas de pesos y contrapesos establecidos''.

"El segundo bloque es el de países que están en el medio, donde encontramos a Brasil, México, Colombia y Perú'', continuó. "Son países con tendencias contradictorias: tienen algunas instituciones modernas, pero también cargan con muchas herencias del pasado que llevan a la corrupción''.

"Y luego tienes el tercer bloque, de los que están en la parte de abajo de la tabla, que son los países que en los últimos años han sufrido una especie de "captura del estado'' por parte de líderes carismáticos'', señaló. Agregó que en países como Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Honduras, eso significa que a menudo ``las decisiones políticas no pasan por ningún mecanismo de control. Entonces, no se audita, no se vigila''.

¿Y que ocurre en Estados Unidos?, le pregunté a Salas, señalando que Estados Unidos aparece en el ranking como el segundo país menos corrupto de las Américas, después de Canadá. ¿No debería haber figurado en un puesto mucho menos honorable, considerando el reciente caso de Bernard Madoff y varios otros escándalos financieros?

Salas dijo que la colocación de Estados Unidos en el ranking puede deberse al hecho de que las preguntas de la encuesta estaban referidas a la corrupción gubernamental, no a la privada. Además, es posible que los encuestados sintieran que el gobierno estadounidense ha respondido con celeridad y firmeza a esos escándalos, agregó.

Mi opinión: No me sorprendería que en los próximos años, a medida que salgan a luz más detalles sobre la escandalosa falta de supervisión financiera durante el gobierno de Goerge W. Bush, que precipitó la actual crisis económica, Estados Unidos baje algunos puestos en el ranking de corrupción. Debería ocurrir eso.

Pero no me sorprende que Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua hayan salido entre los países más corruptos del mundo. Se trata de naciones cuyos gobernantes han intentado adueñarse de todas las instituciones del Estado, y que ahora están tratando de acallar a los medios. Cuanto más consigan controlar todos los mecanismos de control, tanto mayor será la corrupción en sus países.

domingo, 22 de noviembre de 2009

La globalización educativa

Andrés Oppenheimer

El Colombiano, Medellín

Noviembre 22 de 2009

Un nuevo informe sobre los jóvenes extranjeros que estudian en las universidades estadounidenses sugiere que la brecha entre los países en vías de desarrollo está aumentando: mientras los países asiáticos están enviando cada vez más estudiantes a algunas de las mejores universidades del mundo, los países latinoamericanos se están quedando cada vez más atrás.

Confirmando una tendencia que podría tener repercusiones políticas y económicas en las próximas décadas, China e India están enviando el doble de estudiantes a las universidades estadounidenses que todos los países sudamericanos juntos, según el nuevo informe del Instituto de Educación Internacional (IEI) con sede en Nueva York.

Lo que es aún más llamativo, Corea del sur, con una población de menos de la mitad de la población de México, está enviando cinco veces más estudiantes a las universidades estadounidenses que México. Y Vietnam, un país gobernado por el partido comunista con una población que no llega a la mitad de la de Brasil, está enviando más del doble de estudiantes a las universidades de EE.UU. que Brasil.

He aquí algunos de los datos incluidos en el informe Puertas Abiertas que acaba de dar a conocer el IEI:

En total, el número de estudiantes internacionales en las universidades de Estados Unidos creció un 8 por ciento este año, para alcanzar la cifra récord de 671.616 estudiantes.

Los países que envían más estudiantes son India, con 103.000 estudiantes (un 9 por ciento más que 2008), China, con 98.000 estudiantes (un 21 por ciento más que al año pasado), y Corea del Sur, con 75.000 estudiantes (9 por ciento más que en 2008).

En comparación, el número de estudiantes de México fue de 15.000, lo mismo del año pasado, el de Brasil 8.700 (un 16 por ciento más que el año pasado), el de Colombia 7.000 (5 por ciento más), el de Venezuela 4.600 (5 por ciento más), el de Argentina 2.400 (una disminución de 6 por ciento respecto de 2008) y el de Chile 2.000 (un aumento de 16 por ciento).

El número total de estudiantes de todos los países asiáticos creció en más de un 9 por ciento, mientras que el número total de estudiantes latinoamericanos aumentó un 5 por ciento.

¿Por qué son importantes estas cifras? Porque, cualquiera sea nuestra opinión sobre el futuro de Estados Unidos como superpotencia, los dos ránquines más importantes sobre las mejores universidades del mundo -el del Suplemento de Educación Superior del Times , del Reino Unido, y el de la Universidad Jiai Tong de Shanghai, China- coinciden en que las universidades estadounidenses siguen siendo mejores que las del resto del mundo.

Mi opinión: Las últimas cifras deberían preocupar a los gobiernos latinoamericanos. Los países asiáticos no solo envían cada vez más estudiantes a Estados Unidos, sino que también invitan a más universidades estadounidenses, europeas y australianas a establecerse y otorgar diplomas en sus propios territorios.