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martes, 2 de marzo de 2010

Esfuerzo por la paz

Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Marzo 02 de 2010


Fuentes que tienen relaciones muy estrechas con el Gobierno de Venezuela, afirman que la sorpresiva propuesta del presidente Chávez de “pasar la página con Colombia” y estar en disposición de un diálogo franco y abierto con Uribe, se debe, entre otras razones, a la discreta gestión del presidente Lula, de Brasil. Quien se decidió a mediar en la peligrosa crisis entre dos países que tienen razones históricas y económicas para mantener una relación estrecha y armónica. Lula se entiende con Chávez a pesar de no compartir el apetito cesarista de nuestro vecino, decidido a convertirse en una especie de emperador de los países del norte del continente.

La declaración de Chávez es un claro cambio de actitud y de sus constantes amenazas. Que incluyen una agresión militar contra una nación que siempre ha mantenido amistosa actitud frente a un vecino conflictivo. Eso hay que aprovecharlo. De inmediato. El presidente Uribe -en mi opinión- debe aceptar la inesperada propuesta. Nada más urgente que un diálogo franco, abierto, concreto, sobre las dificultades -que no son pocas- que han creado una peligrosa tensión que puede terminar en un enfrentamiento de características impensables. De los crecientes riesgos que eso supone, hay conciencia y alarma en Latinoamérica y -en el caso de Brasil- la determinación de actuar de amistoso mediador con su importancia y autoridad.

Colombia tiene algo por hacer en este proceso clave para el porvenir de una región perturbada por el litigio de dos naciones que, por su historia común, deberían marchar en inalterable unidad. No ha sido así siempre y los intereses de la política interna venezolana han interferido las relaciones en lo político y lo económico, y como ocurre hoy, en materia comercial el gesto de Chávez debe ser un primer paso para el diálogo con Uribe. Esa es la aspiración de millones de colombianos y venezolanos, molestos por la actitud belicista de Chávez que, ahora, ha tenido un sorprendente y alentador giro.

Colombia tiene más que suficiente con sus propias guerras: narcotráfico, guerrilla, corrupción. Llegar a otra de tanta magnitud como un conflicto colombo-venezolano sería funesto para la tranquilidad colectiva, la economía, la producción, el comercio internacional. Un despropósito mayúsculo que hay que evitar y que tiene una solución única: diálogo, sin cortapisas políticas internas que lo hagan inútil. Para asegurar el pacífico desarrollo de dos países destinados por su común historia a mantener una relación fraternal.

martes, 9 de febrero de 2010

Los Kirchner en la picota

Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Febrero 09 de 2010

Es inocultable la codicia y los equívocos negocios en Argentina de Néstor Kirchner y su esposa, Cristina Fernández. Son conocidas sus oscuras andanzas, con la compra de dos millones de dólares el año pasado, en la tormenta financiera que debilitó aún más el alicaído peso argentino. En razón de su alto cargo, la célebre pareja conocía la drástica devaluación que vendría -como en efecto ocurrió- y que convirtió a los propietarios de dólares en millonarios, de la noche a la mañana. Desde su posición privilegiada, el ‘binomio de oro’, como los llamaron en la prensa de oposición, realizó operaciones que aumentaron su fortuna a niveles que aún no se conocen con exactitud. Pero que son objeto de averiguación en una demanda por presunto enriquecimiento ilícito que les ha formulado la opositora Unión Cívica Radical.

El pueblo argentino viene dando muestras de colérica fatiga frente a la corrupción entronizada en el poder. Que no es de ahora. Década tras década, la historia registra episodios de verdaderos atracos contra el patrimonio nacional que tienen origen en los más altos poderes. El Peronismo -dividido en pedazos a la muerte de Perón- tiene una negra historia de actividades ilícitas.

Ha sido manifiesta la conducta de muchos de sus líderes de manejar la Nación como un feudo productivo y facilitar grandes negocios a transnacionales. Que han hecho su agosto en la patria de Perón. Por supuesto, algunas de sus tendencias han sido de probada honestidad y respetable manejo político. Pero nunca han podido llegar al Gobierno por la hostilidad de sus propios copartidarios (caciques de vieja data que Perón y Evita protegieron en su época), y terminaron por debilitarse o desaparecer.

Volviendo a los Kirchner: su fortuna aumentó, en el 2008, un 158%. Un verdadero milagro en el caso de dos personas que no tenían un patrimonio elevado y, de un momento a otro, ya en el poder, resultaron multimillonarios.

No sólo han hecho enorme fortuna los encopetados personajes: el secretario privado, Fabián Gutiérrez, se retiró de su cargo acosado por una investigación judicial que busca determinar si se enriqueció por medios fraudulentos. Ya se sabe que su patrimonio aumentó siete veces, desde el 2003. Las investigaciones concluirán en la detención de numerosos personajes del peronismo. Del oscuro episodio, eso es algo positivo. A los responsables de la corrupción en el Gobierno -y en particular al peronismo- les llegó la hora de responder por sus deshonestos manejos. Algo clave para la recuperación de Argentina.

martes, 2 de febrero de 2010

¡A comer cerdo!

Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Febrero 02 de 2010

La ingesta de cerdo se ha mirado con recelo. En algunas religiones está prohibido consumirlo y un gran número de personas lo consideran un animal sucio y lo tienen excluido de su dieta. La palabra ‘cerdo’ se utiliza como insulto que provoca peligrosos enfrentamientos.

Ahora le llegó una encumbrada y atractiva defensora: la señora Cristina Fernández, presidenta de Argentina, quien afirmó: “Comer cerdo mejora la actividad sexual. Es mejor comerse un cerdito a la parrilla que tomar viagra”.

Hay que suponer que lo dijo por experiencia, después de un alegre almuerzo con su esposo, Néstor Kirchner, en su finca patagónica, ‘El Calafate’. Como ‘regalo’ para sus compatriotas, anunció que ordenaría una rebaja en el precio de la carne porcina, despreciada por un alto número de consumidores.

Muchos expresaron su antipatía por la afirmación. En particular los productores de carne vacuna que son apreciable mayoría en una nación que está en primera línea en ese renglón y que exporta carne en cantidades apreciables. Según datos oficiales, Argentina es uno de los países de más alto consumo de carne vacuna del planeta “con un estimado entre 68 y 73 kilos per cápita anual”. La industria de la carne de res es una de las más grandes de la nación austral y sus derivados constituyen una fuente económica muy importante y generadora de empleo básico para su desarrollo.

La señora Fernández de Kirchner hizo su festivo comentario en su austero despacho de la Casa Rosada, frente a un grupo de acartonados productores de cerdo que fueron allí a plantear sus problemas y salieron en el colmo de la felicidad por la ‘cuña’ de alto nivel. Es decir, la Mandataria obró con inteligencia y desarmó a sus visitantes, descontentos con medidas del Gobierno.

En muchos países la venta de carne de cerdo se realiza superando vieja antipatía por el inofensivo, gruñón y delicioso animalito. Pero según la oficina de Estadística de París, en Europa el consumo de carne porcina aumentó 4,6% el año pasado. Una cifra que demuestra el notable auge de ese renglón. En América Latina también subió el consumo en 2,4%.

Hay que suponer que el comentario de la Presidenta no fue casual. Y que tendrá una excepcional acogida no solo entre personas con falencias sexuales, sino comunes y corrientes que desean aumentar su desempeño en la relación amorosa. ¡A comer cerdo, pues! Y ver si la dama tiene razón, cuando añadió que disfrutar de un lechón asado con su esposo dejó “resultados impresionantes”...

Más de uno de los criadores de cerdos en Colombia prepara extender su negocio para atender la demanda, después de la publicitada declaración.

martes, 22 de diciembre de 2009

2010: Pronóstico reservado

Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Diciembre 22 de 2009

La economía va bien y la paz nacional mal. El problema con Venezuela se ha complicado con alarmante velocidad. Nada indica que en el 2010 se llegue a un acuerdo definitivo que ponga fin a un enfrentamiento donde la palabra guerra es utilizada por Chávez con estridente frecuencia. Si las cosas siguen como van en el nuevo año, no tendría nada de sorprendente que termináramos enredados en una confrontación armada con el colérico vecino. Que quiere devorarse a Colombia; país al que considera un peón de su peor enemigo: los Estados Unidos. Ese sentimiento de odio contra nuestro país por la relación estrecha con Norteamérica y el acuerdo para utilizar nuestras bases para operaciones aéreas, crece y crece.

Conocedores del espinoso asunto de las relaciones con el país vecino sostienen que Chávez sólo espera recibir el armamento que compró a Rusia y otros países para enfrentar a Colombia. Según él, su país tiene todo el derecho de comprar armas sofisticadas donde le dé su presidencial gana, mientras Colombia no puede llegar a un acuerdo para el uso por Estados Unidos de sus bases aéreas. Es decir, la ley del embudo.

El asunto tiene proporciones mayúsculas. Una agresión militar de Chávez a una nación donde Estados Unidos tiene acceso a sus bases aéreas provocaría muy seguramente la intervención de ese país. A eso contribuyen las muy tensas relaciones de Washington y Caracas, que Chávez se encarga de calentar con sus insultos a diestra y siniestra a autoridades norteamericanas y colombianas.

La vocación agresiva del Presidente venezolano -quien sueña con ser emperador de los países que Bolívar libertó- no es un juego ni una intimidación para asustar a su vecino. Chávez tiene la idea de que nuestro país es un eslabón en la estrategia militar de EE.UU. y que somos un peligro máximo en el caso de un enfrentamiento suyo con la primera potencia mundial. El conflicto se complica por la supuesta ayuda a las Farc del Gobierno venezolano, según autoridades colombianas.

Si el año que termina fue negro, el que viene no pinta nada bien. Observadores del conflicto interno sostienen que se incrementará o mantendrá su actual nivel. En el caso de Venezuela, la situación tiende a empeorar por el acuerdo con Estados Unidos para uso de bases colombianas. Chávez amenaza con periódica frecuencia con la guerra. Tanto va el cántaro al agua, hasta que al fin se rompe, reza el adagio.

martes, 8 de diciembre de 2009

La prensa: acoso continental

Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Diciembre 08 de 2009

En América Latina se extiende una campaña de intimidación y persecución de la libertad de prensa. En mayor o menor grado esa situación, que lesiona en materia grave la democracia, se ha extendido con la tolerancia de algunos gobiernos y grupos políticos o económicos que buscan esconder turbios manejos o encumbrados personajes.

El caso de Venezuela está en primera línea en esa cadena de persecución a una de las libertades esenciales para que la democracia funcione y los gobiernos tengan un control eficaz. Chávez ha orquestado desde el poder una campaña sistemática contra periódicos, radio, televisión y otros medios que no se han subordinado a su gobierno que día a día irrespeta la democracia y persigue a la prensa independiente. En esa conducta contra la libertad de expresión, el Presidente vecino no ha vacilado en utilizar todos los medios a su alcance. Hace pocos días anunció sanciones drásticas a un importante medio de televisión que informa sobre decisiones gubernamentales que suscitan serias dudas en la opinión pública. En eso de cerrar órganos de información, Chávez tiene buena experiencia. Cerró a Rctv -un canal de televisión- utilizando la suspensión de su licencia. A través de un congreso que maneja con sus mayorías parlamentarias, logró toda suerte de instrumentos legales para detener al periodismo independiente y evitar que ejerza su oficio de crítica a los actos de su gobierno dictatorial.

Pero si por acá llueve, por allá no escampa. En México la prensa pasa por momentos muy críticos. Aplastada por el poder del Gobierno de turno, sólo hasta hace poco tuvo una raquítica independencia. En la actualidad contra la prensa mexicana se han desencadenado amenazas de muerte por grupos con altísimo poder de intimidación y violencia.

En una dramática entrevista por televisión, Jacqueline Peschard, presidente del Instituto Federal de Acceso a la Información, denunció que “la libertad de prensa en México está doblemente amenazada por el Estado y el narcotráfico”. Otros prestantes intelectuales mexicanos como Carlos Fuentes han mantenido una peligrosa batalla contra los que pretenden silenciar la expresión del libre pensamiento en su país.

No hay democracia sin libertad de prensa. Uno de los temas básicos de los candidatos presidenciales debe ser proteger y respetar al máximo ese derecho fundamental. Que en el caso de nuestro país se ejerce en un clima de violencia y frente a organizaciones armadas de diferente motivación ideológica y económica.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

"La patria por encima de los partidos"

Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Diciembre 01 de 2009

Crece la avalancha de insultos de Chávez al presidente Uribe y otras personalidades. Y su agresiva actitud contra nuestro país se ha convertido en una provocación permanente. “Hay que prepararse para la guerra”, repite el Mandatario vecino. Ese clima de hostilidad ha creado una peligrosa tensión y el abandono de cualquier diálogo. Como ocurrió con el foro de Unasur, al que Colombia no asistió, cansada de recibir insultos. Hasta el momento, el Gobierno ha preferido guardar silencio frente al desaforado Chávez. A quien le están llegando las armas compradas en Rusia y otras naciones con los dólares de las ventas del petróleo venezolano que fluye -inagotable- para sostener la carrera armamentista en que está comprometido.

Surge la pregunta obvia: ¿pasará el venezolano de la retórica a la acción armada? Su mayor irritación radica en la autorización que Colombia dio a Estados Unidos para el uso de sus bases aéreas. Eso permite a los estadounidenses un control de primer nivel con Venezuela, en el caso de la guerra que predica Chávez y facilita operaciones aéreas de gran poder ofensivo. Eso lo sabe bien el vecino, que considera la decisión colombiana como una agresión. Chávez desconoce el derecho de cualquier nación a la legítima defensa. Nuestro país no puede quedarse mirando para San Felipe mientras él aumenta sus amenazas y se convierte en un Rey Midas de las armas y consolida el bloque con sus aliados para extender su poder.

Colombia está en el ojo del huracán de ese litigio, que crece a velocidades alarmantes y ha tomado un sesgo en extremo delicado. El Gobierno Nacional anunció que el acuerdo para uso de las bases es irreversible y eso aumentó la temperatura del asunto.

Es muy desconsolador el panorama de América del Sur. El Grupo Andino va camino a desintegrarse por las amenazas de Chávez. Colombia no irá a Unasur para recibir más insultos del ocupante de Miraflores. Chile y Perú revivieron su viejo pleito marítimo. Seguimos aguantando el chaparrón de improperios, sin protesta alguna de quienes son -¿o eran?- nuestros amigos.

Hay que producir un gran movimiento de unidad nacional -sin distingos o intenciones políticas- en torno al presidente Uribe, para que afronte lo que venga de la comparsa chavista. Unidad para defender nuestro país. Nada de politiquería: “La patria por encima de los partidos”, como lo pedía Uribe. Escritas estas líneas, Brasil y Perú, en Unasur, se mostraron satisfechos con las garantías de Colombia sobre el uso de las polémicas bases.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Chávez: tomarlo en serio

Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Noviembre 24 de 2009

Considerar a Chávez como un inofensivo lunático dedicado a insultar al presidente Uribe y a anunciar una guerra de Colombia contra su país -con la colaboración de Estados Unidos- es una peligrosa equivocación. Un error gravísimo que puede causarnos un daño irreparable y una perturbación de la paz en América del Sur que -por cierto- vive momentos de alta tensión entre varias de las naciones que la integran.


El caso de Colombia y Venezuela no es nuevo. Cada vez que un presidente del vecino país está en dificultades económicas y su población en nivel de vida muy bajo, la camorra contra Colombia es instrumento favorito para distraer a los venezolanos del fracaso social del gobierno de turno, la inflación galopante y la inestabilidad institucional. El presidente Chávez adoptó esa vieja táctica desde hace un tiempo y va para largo. Entre otras cosas, ha tratado a Uribe en los peores términos. Con la obvia intención de provocar un conflicto militar para el cual -lo ha dicho- movilizó tropas a la frontera.


Muchos califican al irascible Chávez de un loco que necesita tratamiento psiquiátrico. Si eso es cierto, la situación con Venezuela es aún más delicada: un demente con las armas que hoy tiene el Presidente vecino -y las que le llegarán en breve de Rusia y otros países- es más peligroso que si estuviera en sus cabales. El ansia por expandir su poder en Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y las naciones del Caribe es la obsesión del ex militar que hoy gobierna a un país que también fue liberado por Bolívar. Ese genio universal que Chávez intenta imitar como un personaje de opereta y un ambicioso que busca el dominio político del ‘Socialismo del Siglo XXI’, de su invención.


Chávez ha llamado a las ‘milicias bolivarianas’ y se prepara a dotarlas de armamento de última generación. No le resulta muy difícil: su país navega en ilimitados océanos de petróleo y, mientras el precio del ‘oro negro’ se mantenga, el ex militar tendrá dinero de sobra para convertir a su nación en una de las tres con el mejor armamento del continente.


Hay una cierta y calculada indiferencia en Latinoamérica para dejar que el agua corra en la situación de Colombia y su vecino socialista del Siglo XXI. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que el ruido de las armas sustituya al de las palabras? Aún queda un poco de tiempo para que los dos países involucrados acepten el camino viable de la mediación de Brasil, ofrecida por su canciller Celso Amorim. Hay que actuar de inmediato. Lo imperdonable es llegar a la guerra de la que habla con tanta gracia el señor Chávez.
Ese es un pecado que la historia no perdonaría.

martes, 10 de noviembre de 2009

El muro de la infamia

Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Noviembre 10 de 2009


El pasado lunes el mundo registró un acontecimiento de enorme importancia para la paz mundial y solución de los más complicados enfrentamientos entre naciones. Fue la celebración de los 20 años de la caída del muro de Berlín. El ‘muro de la infamia’ que por tanto tiempo separó a un pueblo con una rica tradición cultural, una economía que en diversas etapas de la historia fue la más rica del Viejo Mundo y que vivió un esplendor democrático y siniestras dictaduras, como la de Hitler. O el proceso de horror y barbarie de la guerra mundial provocada por la delirante ambición de la jerarquía nazi empeñada -a sangre y fuego- en consolidar el Estado alemán como el dueño del planeta por mil años, como se proclamaba en los gigantescos actos de propaganda. Con la presencia de un carismático orador como Hitler, experto en despertar el más encendido y agresivo nacionalismo.

El muro de Berlín cayó el 9 de noviembre de 1989. Existía desde el 13 de agosto de 1961 y 267 alemanes que intentaron atravesarlo fueron asesinados por la guardia comunista. Su derrumbe fue también el colapso de la utopía socialista y el gran triunfo del modelo democrático. Ese episodio se desencadenó por una ligereza verbal en una rueda de prensa del 9 de noviembre de 1989, realizada en la República Democrática Alemana (RDA-comunista). Günter Schabowski, secretario del Partido Socialista Unificado, declaró que un decreto que permitía pasar el muro para ir a Berlín democrático “comenzaría a regir de inmediato”. Eso provocó que centenares de miles se lanzaran a cruzar el muro en busca de la libertad y una vida económica distinta. En realidad el famoso decreto llevaba la fecha del día siguiente. Schabowski -sin saberlo- fue el instigador de la caída el muro, del cambio radical en la vigencia del comunismo y de la lápida de un sistema de gobierno que ya había dado muestras de ineficacia social y brutalidad para reprimir a sus adversarios. Después de la avalancha de alemanes que corrieron para cruzar el muro, la noticia escueta se propagó en todo el planeta: “El muro de Berlín ha caído”. Fue la gran epopeya de la libertad en Europa; el júbilo de un pueblo que marchaba a su unificación y el camino de la desaparición del comunismo. La odiada guardia que mantenía el muro terminó levantando las barreras y renunciando al obligatorio control de pasaportes. El Gobierno de la RDA lo había construido para evitar la fuga masiva de su población. Pagó caro: le costó la desaparición como Estado. Alemania volvería a ser una y democrática.

martes, 20 de octubre de 2009

Populismo autoritario

Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Octubre 20 de 2009


Avanza en Latinoamérica la plaga del populismo autoritario de Chávez en Venezuela; Correa en Ecuador; Evo en Bolivia; y Ortega en Nicaragua. La democracia continental está amenazada por este fenómeno que debilita la libertad, compromete su futuro y establece rivalidades que afectan la paz del continente.

Las dictaduras militares -de funesto recuerdo e ilimitada crueldad- son cosa del pasado. Pero no el caudillismo populista y autoritario que llegó con la alborada de la libertad en un continente joven -sin una clase dirigente preparada para gobernar después de expulsar a los españoles- y dispuesto a admitir a sus libertadores como caudillos providenciales para manejar el presente y el futuro. Eso afianzó la gestión histórica de un genio como Bolívar. A quien jóvenes naciones, como Colombia o Venezuela, convirtieron en una figura mítica y caudillo de inmenso poder.

El populismo autoritario no asalta el poder con tanques y fusiles, como era clásico en épocas no tan lejanas. Sus dirigentes esperan a ser elegidos para gobernar por la vía de los votos y perpetuarse en el Gobierno. La democracia, para ellos, se convierte en un instrumento que permite llegar al poder y crear condiciones para mantenerse indefinidamente. Esta nueva forma de dictadura vestida con un ropaje semidemocrático no necesita cerrar el Congreso, pero sí limitar la libertad de prensa -como ocurre en Venezuela- y reducir a los partidos de oposición. Al tiempo de crear una camarilla subsidiada con ayuda monetaria y petróleo, que es lo preferido en el caso del Presidente vecino. Que también subsidia a los países que integren el bloque de los ‘Socialistas del Siglo XXI’. Estamos frente a un sindicato autoritario, expansionista y antidemocrático, que aspira a eternizarse y a convertir a América del Sur en un apéndice ideológico y económico que no tenga qué ver con los Estados Unidos.

¿Alarmismo? ¿Exageraciones? En absoluto. Cualquiera que observe con objetividad el panorama actual de América Latina tendrá que advertir los peligros que acechan su democracia. Y en particular la situación de Colombia, a la que el director del cuarteto tiene entre ceja y ceja.

Como se anota en reciente artículo de Visión: “La ancestral debilidad latinoamericana frente al caudillismo pone en mano de un solo hombre el destino de una nación. Este es el peligro ‘monárquico’ que se despliega ante nosotros en países como Venezuela, Bolivia, Ecuador, y Nicaragua”. Una apreciación bastante realista que no debe ignorarse.

martes, 6 de octubre de 2009

Correa: futuro incierto

Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Octubre 06 de 2009

En Ecuador no son raros los golpes de Estado. Los presidentes gobiernan con el fantasma de las conspiraciones militares y civiles para desalojarlos del poder. El presidente Correa advirtió, recientemente, que hay grupos que quieren “pescar en río revuelto”. Es decir, tumbarlo, el deporte más popular en la nación donde los jefes de Estado se mantienen con el credo en la boca, invocando al Altísimo para conservar el poder.

Correa vive la situación más peligrosa desde que llegó a gobernar. Ha entrado en conflicto con fuerzas políticas y sociales que cuentan mucho para la estabilidad de su nación: los indígenas, una minoría beligerante. Y los maestros, agrupados en organizaciones cercanas al socialismo de Chávez y con experiencia en combatir gobiernos. Las manifestaciones se han caracterizado por una beligerancia de alto grado y un propósito que no se esconde: derrocar a Correa.

A ese panorama hay que añadir las protestas estudiantiles, los frecuentes escándalos de corrupción en organizaciones del Estado con la participación de la familia presidencial, los enfrentamientos de la Policía y manifestantes opositores, la debilidad política del Ejecutivo y la obsesión de Correa en considerarse el Sumo Pontífice de la política del país.

Los ecuatorianos no le perdonan su estrecha cercanía con Chávez. El envío que hizo el Presidente venezolano de seis aviones con 40 o más años de servicio y que fueron recibidos con alborozo por Correa causó un franco y colérico repudio. Su incondicional relación con Chávez ha incrementado una hostilidad creciente contra el Presidente y su equipo de gobierno. Tarde, Correa ha tratado de alejarse de un aliado tan incómodo.

Los maestros ordenaron un paro nacional contra leyes del Gobierno. Para el 7 de octubre, la Unión Nacional de Educadores, UNE, planea la toma total de Quito, en compañía de los indígenas y otras organizaciones de oposición. Los periódicos han publicado información sobre los hermanos del Presidente, a quienes sindican de pedir medio millón de dólares a la petrolera Chevron para evitar un veredicto judicial contrario a sus intereses.

El columnista Emilio Palacios escribió: “No hay democracia cuando el Gobierno engaña al pueblo y lo estafa con las promesas incumplidas. Resulta que Correa le mintió a indios, maestros y trabajadores”. Soplan vientos huracanados y el futuro del Mandatario ecuatoriano es bastante incierto.

martes, 29 de septiembre de 2009

Pacto de no agresión

Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Septiembre 29 de 2009


El presidente peruano, Alán García, ha puesto el dedo en la llaga de la carrera armamentista en América del Sur, que -de continuar al frenético ritmo actual- tendrá consecuencias funestas para la estabilidad de la región y aumentará el gasto público a niveles que afectarán seriamente la economía de naciones en subdesarrollo. En esa tarea capital para el futuro, el Presidente peruano no tiene mucha compañía. Por el contrario, se enfrenta al pontífice de la carrera armamentista en la región, el mandatario venezolano, Hugo Chávez Frías, que recorre con su bien surtida chequera de petrodólares todos los continentes y se arma con lo más sofisticado de la industria del siniestro oficio del asesinato colectivo.


Con notable persistencia, el Presidente del Perú ha venido clamando en diversos foros latinoamericanos acabar con la compra de armas que se ha desatado en el continente y firmar un pacto de no agresión entre las naciones que integran esta porción del planeta y a las que el libertador Simón Bolívar llamó el continente de la paz y la esperanza. Un camino que la dirigencia latinoamericana no recorrió. Por el contrario, el pasado está lleno de agresiones mutuas, rivalidades por territorios limítrofes, diferencias políticas y otros desacuerdos que, en algunos casos, originaron enfrentamientos militares. La visión de los libertadores de un continente de paz terminó en letra muerta.

Alan García fue más adelante. Propuso el 14 de septiembre que el Consejo de Defensa Suramericano hiciera un estudio pormenorizado y objetivo del armamentismo en todas las naciones suramericanas, que incluya los gastos militares, el mantenimiento de instalaciones bélicas y las nuevas compras que se están efectuando. Como era de esperarse, Venezuela -con el rey del armamentismo regional, Hugo Chávez- objetó la propuesta. Lo propio hicieron los compañeros de viaje del Presidente venezolano, a quienes subsidia con petróleo barato y préstamos favorables. En síntesis, el demócrata peruano aparece bastante solitario en su objetivo de combatir la plaga armamentista.

Como es sabido, Chávez es el campeón en ese funesto oficio de armarse hasta los dientes, para luego provocar a quienes considera sus enemigos. ¿En qué concluirá ese proceso? ¿Pasará de las palabras insultantes a la acción? ¿En que terminará la cadena de agravios frente a Estados Unidos? Nadie lo sabe. La situación creada con la millonaria compra de armas de Chávez a Rusia y otros países -y su amistad estrecha con naciones islámicas fundamentalistas- es un atentado contra la paz de América Latina y tiene que poner a pensar a Colombia. Y a todas las naciones de una región que debe luchar por acabar con una situación que hace daño inmenso a su futuro.

martes, 15 de septiembre de 2009

La funesta carrera armamentista

Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Septiembre 15 de 2009

Los vendedores de armas -Rusia en particular- están de fiesta con Chávez, quien se ha convertido en comprador de sofisticado armamento que incluye aviones, fragatas, submarinos, tanques y fusiles. Pagado con el dinero de las ventas del petróleo, a un costo que asciende a cifras astronómicas y ha colocado al país vecino a la cabeza de la carrera armamentista en América Latina. El continente entró en esa etapa de armarse a un precio enorme, que ha tenido gran impacto en su economía; ha generado colosales deudas y provocado fatídica competencia entre casi todas las naciones del área, por llegar a los primeros puestos con su aparato militar. Mientras tanto, la situación social se deteriora más, el desempleo provoca inestabilidad y estimula la delincuencia y los gobiernos resisten a duras penas la marea del inconformismo, mientras ronda el fantasma del golpe de Estado.


El presidente Chávez es el pontífice de esa situación, que lleva a América Latina no sólo a la ruina, sino a la posibilidad real de un conflicto bélico entre sus pobres naciones, que comienzan a saturarse de armamentos.

En el caso de Colombia la situación tiene un componente de alta peligrosidad por dos factores: la vecindad de Chávez y el tratado con Estados Unidos para utilizar bases militares nacionales. El Presidente venezolano está feliz con su última adquisición: los cohetes rusos con alcance de 300 kilómetros, además de otro tipo de armamento que, según expertos, es de altísima eficacia. Fuera de esto hay que tener en cuenta el espíritu expansionista de Chávez y su antipatía por Colombia.


En cuanto al acuerdo con Estados Unidos para utilizar bases en nuestro territorio, la mayoría de países del área lo repudian y consideran que es una punta de lanza del poder norteamericano en la cabeza de América del Sur y sirve para el control de América Central. El Presidente del Brasil, en reciente declaración, pidió a Colombia una explicación clara y suficiente sobre el asunto. Sería deseable que así ocurriera y se despejara una situación que tiene tanta incidencia en la paz del continente.


El presidente Lula puede ser el amistoso gestor de una reunión con ese fin. Ya está claro que aspira a convertirse en líder continental y nada más útil para ese propósito que lograr que se despeje el horizonte entre naciones que deben mantenerse en paz y libres de la funesta carrera armamentista que hoy las azota.

martes, 8 de septiembre de 2009

Chávez: ¿Hasta cuándo?

Por Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Septiembre 08 de 2009

Chávez es el presidente de América del Sur más repudiado por la opinión pública mundial. Su desprestigio ha llegado a niveles insospechados. Entre otras razones por su sociedad con personajes equívocos como los déspotas del Medio Oriente; patrocinadores del terrorismo y ‘socialistas del Siglo XXI’. El sancocho ideológico que predica Chávez y que pretende introducir en Colombia. El Presidente venezolano no es un pintado en la pared, tiene envidiable habilidad para escalar altas posiciones y permanecer en ellas y ha sobrevivido a intentos para eliminarlo del poder por la vía armada. Es el típico caudillo populista que cuenta para mantenerse con el petróleo que inunda su país y le permite dar ayuda a naciones que se ahogan en la pobreza.

Chávez tiene un visible mérito político: sabe escoger a sus enemigos. Así pasó con Bush, cuando era presidente de los Estados Unidos. El venezolano decidió escogerlo como su gran contrincante y con eso ganó un fuerte apoyo en su país y todo el continente. Que -en su mayoría- fue un declarado oponente de quien fuera uno de los peores presidentes de Norteamérica.

Su propuesta de revivir un socialismo de nuevo cuño, sin ninguna base ideológica, cargado de motivaciones populistas y con una intención dictatorial inequívoca, es su mayor error y lo conducirá a su entierro político. Al paso que lo ha convertido en un personaje bufonesco y ajeno a la realidad de América del Sur, donde no cabe la exótica fórmula del ‘Socialismo del Siglo XXI’.

Venezuela tiene un futuro sombrío. Hasta el momento, los intentos por tumbarlo han sido fallidos. La habilidad del ex coronel para eludir a sus enemigos le ha dado resultados. En particular su pleito con Bush. Ahora, la situación ya no es la misma. El odiado Bush pasa su vida en su confortable rancho y un nuevo personaje está en la presidencia: Obama. Que es inteligente, culto, demócrata, amistoso con Latinoamérica, pero con el defecto de la mayoría de los mandatarios del Norte: ignorar nuestra región, o preocuparse sólo por ella para obtener apoyo a su política mundial.

¿Hasta cuándo estará Chávez en el poder? Difícil predecirlo. Pero una cosa es probable: puede perder el gobierno por la acción de quienes aún lo apoyan y esperan mucho de las demagógicas promesas del vecino presidente que están lejos de cumplirse.

martes, 1 de septiembre de 2009

Frente democrático

Por Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Septiembre 01 de 2009

Triste panorama de América del Sur el que se mostró en la reunión de Unasur. El Continente está dividido, al parecer de manera irreconciliable, en un belicoso grupo constituido por Venezuela, Ecuador y Bolivia que mantienen una posición muy dura frente a EE.UU. Chávez es el cerebro -y la chequera- de un bloque que no esconde estar dispuesto a una contratación militar frente a Norteamérica. Idea lunática que el Presidente venezolano -el vecino “Socialista del Siglo XXI”- introdujo en la política continental y que mantiene por su capacidad de comprar lealtades que se pagan con el océano de petróleo que tiene Venezuela. Correa es probablemente la figura más inquietante del cuarteto integrado por Chávez, Correa, Evo y, en América Central, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, quien tiene sus ojos puestos en San Andrés.

Al final de la reunión de Unasur se habla de ganadores y perdedores y se reconoce que Uribe ganó la partida. Algo parcialmente cierto. Es cierto que logró evadir el cerco tendido por Chávez y sus amigos. Pero en la reunión de Bariloche quedó claro que América del Sur está partida en tres bloques. El de los radicales de Chávez, Evo Morales y Correa, que reciben los beneficios del petróleo y constituyen un bloque militar muy importante. Otro sector tiene a Brasil como líder; y un tercero lo integran Colombia y Perú. El resto de países va y viene, al vaivén de los acontecimientos. Lo que Bolívar llamó el “Continente de la Esperanza” es hoy un rosario de ambiciones, una cadena de aspirantes a caudillos populistas; y ‘socialistas’ que se quedaron detrás de lo ocurrido con la caída de la Unión Soviética.

Es exagerado afirmar que un sector u otro ganó en Unasur. Es cierto que Colombia salió bien librada frente al vociferante Correa; el inspirador del grupo, Chávez, y sus amigos como Argentina. Uribe fue, vio y no se dejó poner en el banquillo. Lula hizo el papel que le corresponde como el país más importante de Suramérica, pero le faltaron los cinco centavos para el peso. Debió salir fortalecido de ese encuentro clave como el gran líder del Continente pero no fue así. En algún momento la velocidad y magnitud de los desacuerdos le pasaron por encima. Pero reaccionó al final y logró que se adoptara su tesis de no condenar el acuerdo con EE.UU. y someterlo a un análisis posterior, un punto que favoreció a Uribe.


América del Sur avanza por un camino tenebroso. Al frente de algunos países están calificados ambiciosos a quienes la integración continental les importa poco. O tienen cuentas por cobrar a sus vecinos. O manejan un ilimitado sectarismo de rancia izquierda. Frente a ese panorama no es válido nada diferente a un frente democrático continental sobre el cual debe trabajarse ya.
Donde quepamos todos.


martes, 25 de agosto de 2009

Unasur: gestiones para la paz

Por Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Agosto 25 de 2009

El presidente de Brasil, Lula da Silva, emprendió una gestión que hasta el momento ha tenido poco éxito con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para que explique a los mandatarios latinoamericanos agrupados en Unasur “los alcances del acuerdo de cooperación militar que busca firmar con Colombia”. Es decir, la utilización de bases militares nuestras para “combatir el narcotráfico y el terrorismo”, según lo afirman las máximas autoridades de las dos naciones comprometidas.

Hasta allí, la situación creada por la presencia de la Fuerza Aérea de EE.UU. en nuestro territorio para ese fin específico, podría aceptarse como una opción necesaria en el esquema de una lucha contra dos organizaciones que han causado enormes problemas en Colombia, amenazan su estabilidad institucional y democrática, y han motivado en sus vecinos alarma creciente.

El presidente Uribe es amigo de la diplomacia directa que hasta el momento le ha dado buenos resultados en la tarea de bajarle temperatura a una situación que despierta recelos en Venezuela, Ecuador y Bolivia, con presidentes que no esconden estar dispuestos a una confrontación militar con Estados Unidos. Al paso que Brasil, que al fin se decidió a obtener liderazgo en América del Sur, en un ánimo moderado está explorando con los norteamericanos los alcances del acuerdo con Colombia y busca obtener precisas seguridades que las bases colombianas sólo se utilizarían para los fines específicos de los que tanto se habla. Como debe ser. Esto debe quedar muy claro.

Sería cándido pensar que el asunto no tiene otras implicaciones. Es obvio -a mi modo de ver- que la Fuerza Aérea de EE.UU. con capacidad de utilizar esas bases que tienen un alto valor estratégicos frente a Venezuela y Ecuador, es un elemento disuasivo frente al belicoso presidente Chávez y su homólogo Correa que han provocado -ayudados por el iracundo Evo Morales– una situación en la esquina norte de Suramérica que va de mal en peor y que puede, derivar a un episodio violento e irracional. Aún es tiempo de frenarlo y evitar una confrontación que acabaría no sólo con la paz de los países comprometidos, sino que podrá extenderse a todo el Continente.

De allí, la importancia de la reunión de Bariloche, Argentina a la que asisten Uribe y su canciller, Jaime Bermúdez. Que tienen el propósito de explicar el alcance de lo acordado con Washington. Pero que se han reservado la autonomía para decidir sobre asuntos que tienen incidencia para la tranquilidad regional y para una nación como la nuestra amenazada por algunos de sus vociferantes países fronterizos.

martes, 11 de agosto de 2009

Competencia del presidente

Por Ramiro Andrade Terán

El País , Cali

Agosto 11 de 2009

La Constitución establece que el manejo de las relaciones exteriores de nuestra Nación es de exclusivo manejo del presidente Uribe y de su Ministro de Relaciones. Eso no parecen conocerlo importantes figuras de la política nacional, como el ex presidente Samper, a quien ‘llamaron’ a Caracas para una entrevista con Chávez en un momento muy álgido en las relaciones de dos naciones. Que parecen destinadas a vivir en un ambiente de recelo, desconfianza, amenazas frecuentes de altas autoridades vecinas y toda suerte de medidas que -en la actualidad- lesionan el comercio. Liberadas por Bolívar y con un largo historial de vecinos. Esa intromisión de tirios y troyanos en frecuentes problemas de Colombia con el presidente Chávez, el presidente Correa, Evo en Bolivia y -con los ojos puestos en San Andrés- el presidente Ortega, ha hecho que la situación haya llegado a niveles muy críticos. Esto, con la intromisión de políticos que tratan de sacar provecho de esa mala hora de Colombia y de sus cuatro beligerantes contradictores.

Como en el poema de Zalamea: “Crece la audiencia”. Ahora, esa situación tan negativa se incrementó con la autorización del Gobierno colombiano para que Estados Unidos utilice nuestras bases aéreas para la represión del narcotráfico y grupos armados. De inmediato, en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua se habló que EE.UU. “instalaría bases militares en Colombia”, algo inexacto. Se trata de utilizar las ya existentes en una acción conjunta contra el narcotráfico y los grupos armados irregulares, según las informaciones aclaratorias del presidente Obama, el 7 de agosto en una rueda de prensa, y de nuestro presidente Uribe, en su viaje por los países del sur del continente, con excepción de Venezuela y Ecuador.

Es evidente que alguien de peso, poder y recursos está en intención de alterar la presencia gringa en nuestras bases aéreas, al fabricar ese burdo montaje para intentar hacerlo tragar entero en el continente. No fue así. Pero quedó al descubierto la intención de hacer daño irreparable a Colombia. Que está en la mira de Chávez y sus socios.

No es muy agradable que en nuestro país aumente la presencia de fuerzas norteamericanas y da lástima que la intención agresiva de algunos países suramericanos haya provocado esa situación. Colombia está en el derecho de defenderse de una conjura tan obvia como la que se ha denunciado. Para eso hay que rodear sin reserva alguna al presidente Uribe.

miércoles, 22 de julio de 2009

Vientos de tormenta

Por Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Julio 21 de 2009

Soplan vientos de tormenta en la esquina de Suramérica. El grupo conformado por Chávez, en Venezuela; Correa, en Ecuador; Evo, en Bolivia, y Ortega, en Nicaragua, no esconde su beligerancia contra Colombia. A quien consideran la punta de lanza de los Estados Unidos en el continente, que debe ser aislada y mantenida con un control riguroso que ya está en desarrollo.


La situación de nuestro país no es precisamente color de rosa. Estamos afectados por dos situaciones que provocan temor y repulsión: el narcotráfico y la guerra interna que crean situaciones tan peligrosas y complicadas como la de Ecuador. Que ahora parecen estar llegando a un punto de no retorno por las relaciones del número dos de las Farc, el ‘Mono Jojoy’, sobre la ayuda de ese grupo al mandatario Correa para llegar a su cargo.


El presidente Ortega, de Nicaragua, tiene un viejo encono contra nuestra nación y está en la idea de ‘recuperar’ San Andrés y Providencia para su país. De otro lado, Ortega es un ultra izquierdista de muchas campanillas y Uribe no es hombre de sus simpatías. Como tampoco lo es de Correa, Evo o el líder del grupo: Chávez, en Venezuela.


El resto de países del sur procura mantenerse alejado del diferendo de Colombia y países vecinos. El mito de la unidad continental es letra muerta. Cada quien protege sus intereses y a los demás que se los lleve el diablo. Brasil, que podía ser el país mediador en una situación que se agrava visiblemente, mantiene una posición de lejanía con Colombia. Que por largo tiempo nada hizo para mantener relaciones cercanas con una nación de tanta importancia en América del Sur. Esa ha sido una falla que apenas trata de remediarla. Al sur del continente está Argentina -otro país clave-, con el cual Colombia ha mantenido lánguidas relaciones.


¿Qué pasará en el futuro con Ecuador? Esa es la pregunta de los mil millones. Por el momento, las cosas han tomado un giro más que inquietante. Eso de la ayuda de las Farc al Presidente ecuatoriano exige una explicación clara, irrebatible y contundente. De no ser así, nadie puede pronosticar lo que vendrá en el futuro.

Colombia no es una ‘Banana Republic’ y tiene derecho a manejar sus relaciones externas como lo estime su Presidente, con el respeto debido a su soberanía. Es preciso una explicación inequívoca, que ojalá se produzca en el menor tiempo posible.

viernes, 10 de julio de 2009

Confabulación contra Colombia

Por Ramiro Andrade Terán

El País, Cali

Julio 07 de 2009


Lo que ocurre con Juan Manuel Santos y el Gobierno ecuatoriano no es un episodio de menor cuantía. Es parte de un plan contra Colombia inspirado y dirigido –en la práctica- por el presidente venezolano Hugo Chávez.

Cabeza visible de un bloque de Socialistas del Siglo XXI (Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia) que está en la tarea de aislar a nuestro país y reducir su presencia tanto en América del Sur como en el escenario internacional. Para el chavismo, Colombia es la punta de lanza de Estados Unidos en todo el continente y debe ser combatida por todos los medios posibles. Cualquier episodio negativo con países del bloque que Chávez dirige podría conducir a una confrontación más allá de las disputas verbales o las notas diplomáticas.


Ya es bastante, en el caso de Ecuador, que tengamos rotas las relaciones diplomáticas. Y que su iracundo presidente ande en el plan de fomentar una guerrita entre dos naciones hermanas. Con la advertencia de Chávez, quien intervendría con todo su poderío militar. El gobierno de Correa señala que el operativo de Colombia contra ‘Raúl Reyes’, en territorio ecuatoriano, fue una violación de la soberanía de su país. Pero olvida que su gobierno dejó que el reconocido dirigente de las Farc permaneciera allí bastante tiempo para dirigir operaciones contra el Ejército de una nación vecina y con vínculos tan especiales con Ecuador.


Muy mal andan las relaciones colombo-ecuatorianas. Personas enteradas de las intimidades del complejo problema estiman que Correa suele consultar con mucha frecuencia a Chávez lo que debe hacer en el diferendo con Colombia y admitirá que se instale en nuestro país una base militar de EE.UU. que supla la que tenía en Manta. Actitud que él considera como una agresión.


Hay pocos indicios de una mejora en las relaciones de dos naciones que deberían ser modelo de integración. Por el contrario, día a día se deterioran más y Correa aumenta el tono de sus recriminaciones. La exótica providencia de un juez ecuatoriano, al que se acudió en un pueblo remoto para solicitar la detención de Santos no sólo es una provocación sino una payasada. Hace bien Uribe en protegerlo de semejante idiotez. El pueblo colombiano espera que mantenga su enérgica actitud. Una cosa es la tradicional actitud pacífica y fraternal con el pueblo ecuatoriano y otra sentarse a esperar que los ominosos planes de Correa se cumplan con el apoyo del gran padrino: el Presidente venezolano.