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domingo, 15 de noviembre de 2009

Dos frases, un lugar

Oswald Loewy

El Heraldo, Barranquilla

Noviembre 15 de 2009

“Ich bin ein Berliner” (Yo soy un berlinés) es de las más cortas, bellas y significativas frases del mundo moderno; la dijo John F. Kennedy al cerrar su discurso del 26 de junio de 1963 frente al muro de Berlín. Un par de años antes, agosto 13 de 1961, se había ordenado separar la ciudad en dos zonas, división que perduró hasta el nueve de noviembre de 1989 cuando es derrumbada esa muralla, ícono del comunismo. Las palabras de Kennedy fueron la semilla y materialización del sentimiento global que repudiaba la existencia del muro y la infamia cometida contra la gente atrapada en contra de su voluntad en el sector Oriental. Al tiempo de mostrar el muro como la más obvia y vívida de las fallas del comunismo, Kennedy hizo una brillante apología a la libertad proponiendo reemplazar con “Ich bin ein Berliner” la frase que dos mil años antes vanaglorió al hombre libre: Civis romanus sum (soy ciudadano romano) que proclamaba al que la mencionaba como ciudadano libre del imperio.

“¡Maldito imperio, mil veces maldito, algún día se hundirá en la historia negra! ...¡Te maldigo mil veces imperio yanqui!, no me importan nada los planes que tenga para conmigo”, fue la airada reacción de Hugo Chávez al conocer la propuesta de dos congresistas norteamericanos para que Venezuela sea incluida formalmente en la lista de países patrocinadores del terrorismo. Ese alarido de Chávez es de lo más grotesco que haya podido conocer. La iniciativa estadounidense va dirigida hacia él pero dolorosamente toca al querido pueblo venezolano que después de haber sido llamado el domingo pasado a prepararse para la guerra, ahora son sorprendidos con un discurso en retro que se resume así: yo no dije lo que dicen que dije, pero ahora digo lo que quise decir que no dije…

¿Guerra contra Colombia? La única motivación puede ser una conquista territorial o juegos de guerra. ¿Quien quiere o necesita eso? Chávez solamente.

No concibo la maldición en boca humana, una muy profunda grieta se abre ante mi y cualquiera que maldice. Finalmente son personas dignas de lástima; su soberbia, resentimiento, ira y odio las hacen posesión de las más bajas pasiones, no son ni serán dueñas de si mismas. Ese es el problema de Chávez, él no sueña, no piensa, no actúa, no habla, no dice o es, lo que son los venezolanos. Hugo Chávez no es un auténtico y genuino representante de esa sociedad.

Detrás del muro en donde Kennedy pronunció su discurso, considerado el vigésimo segundo entre los cien mejores de la retórica norteamericana, el número uno es “Yo tengo un sueño” de Martin Luther King, está la puerta de Brandenburgo que quedó del lado Oriental al momento de la división. Kennedy habló en frente de la famosa puerta que podía ver sobre el muro, era y sigue siendo el lugar más importante de la ciudad; encima de la puerta y dándole la espalda a él, la Diosa de la Victoria montada en su cuadriga mirando hacia la avenida Unter den Linden. Hoy, junto a esa simbólica puerta hay un pequeño recinto, discreto y pasa casi desapercibido. Es la Habitación del Silencio, perfectamente insonora, diseñada para invitar a la reflexión. Lo más probable es que para alguien como Hugo Chávez ese sitio no tenga sentido, pero le sería muy útil visitarlo para que, aunque sea por una sola ocasión, pare de hablar y se escuche a si mismo. Siempre puede haber una primera vez.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Cuando la lengua pica

Por Oswald Loewy

El Heraldo, Barranquilla

Septiembre 6 de 2009



No soportamos más las amenazas de Hugo Chávez ni su intromisión constante en los asuntos internos de nuestro país, escudándose en el chantaje económico”, fue el anuncio que hizo Ronald Bakalarz, presidente de la junta directiva de Analdex, el gremio exportador, al instalar el congreso anual de la entidad durante la semana que pasó. Es comprensible este tipo de reacción ante los acontecimientos recientes y en estas ocasiones la astucia y la audacia vestidas de prudencia son más útiles y efectivas. No gana quien grita más o argumenta mejor; gana quien hace mejores negocios y a veces, una muy válida opción, es no hacerlos como propone Bakalarz. Pero una cosa es una estrategia y otra una arenga que es el caso al que nos referimos. Al abusar de su posición dominante como comprador, Chávez ejerce una acción política de revancha por el acuerdo militar EU-Colombia. Es la lectura que hay que darle sin dejarnos confundir, mucho menos provocar. Por ser un asunto de corte puramente político, así tenga por todos lados el signo peso, los empresarios tienen una incidencia e influencia limitada. A los exportadores colombianos les adeudan sus clientes venezolanos el pago de compromisos con un retraso que va más allá de lo aceptable y permisible.

Igual les sucede a los exportadores brasileños que han tenido que acudir al presidente Lula para que les sirva de cobrador de unos pocos millones de dólares. La euforia de la que hoy gozan en Argentina, por los nuevos negocios que han obtenido en el vecino país, terminará con un sabor agridulce porque la capacidad de pago desde Venezuela es muy limitada y el control de dólares preferenciales se maneja con cuentagotas y antojo, en el fondo, típico indicio de déficit en su balanza de pagos. Es posible que Argentina cruce cuentas con lo que le adeuda a Venezuela y entonces se encargue de pagarles a sus exportadores localmente.

Analdex ha planteado renunciar al mercado de Venezuela y asumir la pérdida de ese destino como una forma de apoyar al presidente Uribe. Si la idea es respaldar a Uribe, no nos parece que por ahí sea la cosa porque no es un camino de nuestra conveniencia. La caída del 20% de las exportaciones a ese país indica que dejar de hacer negocios de manera unilateral con el 80% todavía vigente termina siendo más un castigo para el cliente en Venezuela y para el exportador nacional que para el coronel Chávez. Cuando alguien amenaza y usa la provocación como una forma más para comunicarse, la respuesta debe ser contundente a través de hechos, nunca respondiendo con la voz todavía más en alto como se acaba de hacer. No creemos que sea un respaldo efectivo al presidente Uribe porque si esa fuera la intención, hubiera sido preferible que a puerta cerrada se le hubiera manifestado lo mismo y entonces se trazara un plan para trabajar sobre la sustitución de ese mercado que está cada vez más deteriorado. Tal vez sea bueno conocer que es mucho más fácil y expedito hacer negocios con otros 50 países que con Venezuela.

El mercado es el mundo, no la región, es hora de despertar y preferiblemente más temprano.

domingo, 8 de marzo de 2009

El bochornoso

Por Oswald Loewy

El Heraldo, Barranquilla

Marzo 8 de 2009


Hasta la madrugada de ayer sábado, ni El Tiempo ni otros importantes diarios nacionales, excepción de El Espectador, consideraron noticia las declaraciones del ex-presidente Ernesto Samper del pasado cuatro de marzo en Quito. Estuvo visitando al presidente Correa en calidad de delegado del foro de Biarritz. Palabras textuales dijo: “a las declaraciones que ha dado el Ministro Santos hace algunas horas tratando de legitimar los episodios bochornosos que ocurrieron aquí en Ecuador, esa no es la posición del gobierno de Colombia como lo ha señalado el presidente Uribe, tampoco es la posición de nosotros los ex-presidentes y mucho menos la de los colombianos…” Y este viernes, desde Brasil, aseguró en La FM que él no hubiera dado la orden de lanzar un ataque aéreo: Yo no hubiera bombardeado el campamento de “Raúl Reyes”…


Adjetivar como un acto bochornoso la operación Fénix, en la cual murió el jefe guerrillero, es sin duda una pifia que sólo sucede cuando existe un interés egoísta de alcance mayor como lo es el político y se pierde de vista lo que pasa cuando la lengua es más suelta de la cuenta. Pero en una campaña en la que Samper está convenientemente alineado con Piedad Córdoba, encaja perfectamente ésa crítica al
 Ministro Santos y también sirve para saber sobre las novedosas cualidades del posible candidato liberal a la presidencia. Porque uno se pregunta, si el objetivo del foro de Biarritz es “analizar sobre el estado de las relaciones entre los dos continentes haciendo aportes que faciliten una mejor comprensión de las problemáticas y de las realidades comunes dentro de un contexto de globalización”, resulta improcedente e incoherente que estando justamente en Ecuador o en Brasil, Samper lance una afirmación que, pretendiendo una solidaridad de cuerpo con el pueblo o el gobierno ecuatorianos, termine siendo una metida de pata, medio cubierta por las páginas de la principal prensa escrita y no precisamente por estar ejerciendo las funciones que como delegado del foro galo le corresponden. 


Haciendo una apología a la reelección, muy seguramente en las fantasías de Samper, estaríamos en su tercer periodo y por lo dicho en Ecuador y Brasil, Raúl Reyes debería estar vivo y ser el nuevo ave Fénix, la “Operación Jaque” no hubiera sido necesaria y por supuesto ni a Ingrid y a los demás los hubieran secuestrado; sin el ridículo de la silla vacía el Caguán no hubiera sido un fracaso y en vez de haber recibido Tirofijo el reloj de Pastrana, Samper le hubiera regalado uno de arena y lo estarían usando para jugar ambos al ajedrez en palacio. Las cosas serían diferentes. Hasta a Alvaro Uribe lo podrían haber secuestrado en su finca y bueno, dejemos ir a la imaginación. Después de esta catarsis en reversa queda uno perplejo ante semejante afirmación de un ex–presidente que insiste en creer que somos un país autista, desmemoriado y encima de todo, asumir que representa al gobierno, a los ex -presidentes y está autorizado a hablar en nombre de todos los colombianos. De mis estadísticas tengo la teoría que cuando la mujeres se vuelven “ex” recuperan su belleza en una segunda juventud y de manera inversa los ex-presidentes que quieren dejar de ser “ex” terminan en una triste y a veces, prematura y bochornosa senectud.