Por Luís Camacho Villegas
El Heraldo, Barranquilla
Septiembre 15 de 2009
Aunque la marcha convocada para protestar contra Hugo Chávez no tuvo la afluencia de gente que sí se presentó en otra similar convocada para protestar contra las Farc, fue suficiente para que en 100 ciudades del mundo muchas personas levantaran sus voces contra el proyecto del venezolano de implantar en América del Sur un gobierno comunista.
Pero sobre todo sirvió para que miles de colombianos gritaran enardecidos contra los ataques verbales de Chávez que insulta casi a diario a nuestro gobierno y a nuestro presidente con epítetos de baja estofa que no se compadecen con su calidad de Jefe de Estado.
Inclusive se ha atrevido a amenazarnos con la guerra. La única confrontación armada que ha librado Colombia en 200 años de vida republicana fue la que le ganamos al Perú gracias a que, entre otras cosas, las señoras más encopetadas de la sociedad que no tenían ni idea en donde quedaba Tarapacá, entregaban voluntariamente sus joyas para contribuir a los gastos bélicos. De manera que si un solo venezolano de su ejército cruza la frontera armado para una guerra, los 40 millones de colombianos que vivimos aquí y los 4 que viven allá trataremos de sabotear sus intenciones a como dé lugar, porque si algo tenemos nosotros es un entrañable amor a nuestra tierra, como queda consignado en una bella estrofa de la oración a la patria que cotidianamente entonan nuestros soldados diseminados en guarniciones que ocupan toda la rosa de los vientos “Colombia patria mía te llevo con amor en mi corazón y espero verte siempre grande respetada y libre”.
Con algunas apátridas excepciones como el del sombrero y la del turbante, de cuyos nombres no quiero acordarme.