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jueves, 22 de octubre de 2009

La libertad de expresión

Diego Arango*

El Nuevo Siglo, Bogotá

Octubre 22 de 2009


SE entiende por libertad de expresión la posibilidad para que cualquier ciudadano pueda expresar sus ideas u opinión respecto de cualquier tema en nuestro país. La Constitución así lo garantiza y considero que en Colombia existe esta libertad, es sólo ver los noticieros de TV, los de radio y la prensa escrita en que periodistas, columnistas y políticos opinan de todo lo que quieran y de la manera que quieran, hablando bien o mal del gobierno, del Presidente, de las instituciones y sus funcionarios, de la Iglesia, de los partidos políticos y, en fin, de cada persona o tema que se les antoje, la muestra es esta columna de opinión que yo hago tanto en TV, radio, periódicos y revistas del país.


Otra cosa es la línea editorial que tenga el medio en el que una persona colabore, la cual debe respetarse y allanarse si el columnista participa con sus opiniones. Los medios de comunicación tienen el derecho de escoger su línea editorial conforme a su posición ideológica y deben ser fieles a ella, pues la comunicación masiva aparte de informar también forma opinión que influye en la gente. Por ejemplo, el Canal Teleamiga que yo dirijo tiene una línea filosófica definida de apoyo a la vida, a la fe, sin sexo ni violencia, por lo tanto nuestra misión es esa, llevar una información y formación de valores. Yo no podría aceptar que en nuestro medio se publiquen opiniones que favorezcan el aborto, la eutanasia, la violencia, la promiscuidad sexual o los antivalores, de manera que si un periodista o columnista se sale de esta línea a la cual se le advierte previamente a su aceptación, pues sencillamente lo retiro.


Esto no es censura, es libertad de escoger su línea. Ser fieles a la misión que a uno lo compromete, lo cual no tiene nada que ver si algo malo se presenta en la sociedad o el gobierno, porque ahí sí es válida la opinión crítica; aún más, si nosotros mismos nos desviamos de nuestra posición y transitamos por caminos diferentes al compromiso con Dios, con Colombia, con la misión o nuestra audiencia aceptamos las criticas siempre y cuando sean objetivas y verdaderas, no calumnias ni falsedades.


Recientemente el diario El Tiempo retiró a una de sus columnistas estrellas justamente por eso, por criticar al periódico en el cual ella escribía y según las directivas de ese diario la columnista se apartó de la verdad y calumnió al diario, lo cual no está bien, pues si alguien no se encuentra conforme con el medio en el cual colabora, no debe usar la oportunidad que le dan para atacar a quien lo acoge y si no está de acuerdo pues sencillamente se retira y lo cuestiona desde otro medio, eso es ético y profesional.


* Presidente Canal Teleamiga Internacional

domingo, 1 de marzo de 2009

Penalización de la dosis personal

Por Diego Arango*

El Nuevo Siglo, Bogotá

Marzo 1 de 2009

Es necesario aprobar la penalización de la dosis personal para el consumo de drogas. El uso de sustancias clasificadas como estupefacientes es altamente dañino para la salud física, mental, espiritual, familiar y social de las personas. Es un vicio que se adquiere por irresponsabilidad de las personas; pues el mundo entero ha venido adelantando campañas preventivas de todo tipo para que la gente no caiga en esta esclavitud y aun así cada día se consume más.

La droga es el peor daño que la humanidad ha recibido en su historia y vía expedita de autodegradación personal y social, de antivalores, de crimen, de guerras, de desestabilización. Por todo lo anterior, y mucho más que no alcanzo a enumerar, estoy de acuerdo con la penalización de la droga, pues de no hacerlo es tolerar el vicio, permitir que los niños, adolescentes y aun adultos se inicien o continúen practicando el consumo, es dejar las puertas abiertas para que se vendan los narcóticos libremente en pequeñas dosis en las calles y puertas de colegios, es hacer que el Estado por cuestiones de salud pública les proporcione esas dosis a los pacientes para que de manera gradual vayan dejando este vicio. No, definitivamente no, quienes se oponen a la penalización del consumo personal de droga, están siendo cómplices de la degradación humana, contribuyendo al imperio de los criminales, de los antivalores; aprobando de alguna manera el comercio ilícito de la droga que nos tiene sumidos en una tormenta social, económica y política en Colombia y el mundo, pues quienes se favorecen de estas medidas no son ni siquiera los consumidores, que en últimas son ignorantes y esclavos de quienes la comercian y la trafican, beneficiándose con sus millonarias utilidades.

Por estas y muchas otras razones no podemos aceptar que en Colombia, quizás el país más afectado del mundo por la droga, por la guerrilla, por los paramilitares, por los narcos, por la delincuencia común, que son el producto de este infame negocio, cierre los ojos ante el libre porte de nuestros ciudadanos para que en sus bolsillos carguen pequeñas dosis de marihuana, cocaína, heroína, bazuco, éxtasis y muchas otras sustancias sicotrópicas. Si le preguntamos a la gente nos quedaríamos pasmados al saber que de cada 10 hogares por lo menos 6 han tenido algún caso de uno de sus miembros relacionado con la droga, el índice es altísimo y aún queremos que ignoremos el porte y comercio de pequeñas dosis. No entiendo dónde está la conciencia de quienes se oponen a la penalización y por lo contrario, apoyan y promueven el consumo. Por eso felicito y apoyo al presidente Álvaro Uribe por su firme posición de aprobar este proyecto de penalización de la dosis personal y censuro a quienes consideran que esto es un avance para el libre desarrollo de la personalidad, ¡eso no es democracia, es decadencia moral!

*Presidente Canal Teleamiga Internacional