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miércoles, 24 de marzo de 2010

La guerra de escritorio

Luis Ernesto Ruiz Cardoso

Vanguardia Liberal, Bucaramanga

Marzo 24 de 2010

Tanta exposición a organismos internacionales para satanizar la acción de las Fuerzas Armadas a veces genera informes históricos en los que se reconoce abiertamente la persecución misma y el desequilibro en las prácticas de justicia sobre un civil con relación a cómo juzgar a un militar. Les hablo del Informe entregado en este mes de Marzo por la Federación Interamericana de Abogados. Este informe se puede estudiar completo en la página: www.unacolombiaojetiva.com y de éste puedo comentar como uno de los tantos colectivos de abogados de este país pidió a esta organización una visita para evaluar frente a los problemas derivados del conflicto armado cómo se comporta tanto la Justicia Penal Militar como la justicia ordinaria. Sin duda buscaban colocar en la hoguera a las FF.MM, pero abiertamente después de seis días de entrevistarse con muchos sectores del país, sacaron conclusiones que nos deben poner a meditar.


Les transcribo la conclusión tercera de este informe, que dice “En la visita a los militares que se investigan pudo constatar el Comité, que en muchas ocasiones estos han sido víctimas de graves violaciones a sus garantías procesales, no solo las reconocidas en las leyes internas del país, sino también en las recogidas en instrumentos internacionales como el Pacto de San José de Costa Rica.


Un ejemplo de esta problemática está dado en el desconocimiento del debido proceso judicial a estos militares. Se conocieron casos de sentencias sobre la base de pruebas indirectas, contradictorias entre sí; se evidencia una sobrevaloración de los testimonios de quienes denuncian, así como se evidenciaron casos en los que las decisiones de captura o de detención no cumplen con el estándar mínimo de prueba que la misma ley de Colombia exige para restringir derechos fundamentales.”


Uno de los puntos que ya había tratado en la pasada columna pero es bueno detallarlo es la desproporción en las penas, porque a un desmovilizado por crímenes múltiples se le condenaría a ocho años, mientras a un militar serían cuarenta años. La Justicia debe condenar seriamente a quien cometa crímenes y los miembros de las FF.MM. que estén involucrados deben asumir sus responsabilidades penales cuando corresponda.


Un aparte de señalar dice que la Fiscalía ha podido comprobar que: “descartó que hasta el momento se haya evidenciado que los delitos investigados hagan parte de una conducta criminal sistemática y masiva del gobierno colombiano o de los mandos militares.”


Reiteró el llamado a constituir foros académicos y políticos en los que se dialogue sobre el tema. Tanto de una ideología como otra, los organismos defensores de derechos humanos, miembros del Ejército y columnistas de opinión debemos sentarnos para no ver hundir a este país en una “justicia espectáculo”.


ÑAPA: Felicitaciones a quienes obtuvieron una curul en el Congreso de la Nación en el pasado debate electoral y a aquellos que con entusiasmo participaron. Dieron relevancia al debate democrático.

miércoles, 17 de marzo de 2010

¿Y de la Justicia Penal Militar qué?

Luis Ernesto Ruiz Cardozo

Vanguardia Liberal, Bucaramanga

Marzo 17 de 2010

Sólo con el título de esta columna ya alguno debe estar incendiando mi opinión, pero es un tema que merece ser dialogado. Las sociedades a lo largo de la historia se han construido de leyes, de fueros especiales para las personas que cumplían una función especial dentro de la misma. En nuestros tiempos los congresistas lo usan, los sindicalistas usan de él para defenderse en su trabajo, las autoridades religiosas gozan de él en ciertos casos y la pregunta sencilla es por qué la gente del común ve cómo imposible que los miembros militares gocen de este fuero, de la Justicia Penal Militar. Cada uno mira la Justicia dependiendo de los intereses que estén en juego. Se ha acomodado ella en épocas coyunturales para resolver grandes conflictos, ejemplo: el holocausto del Palacio de Justicia y la admitía solo para el M19; la Ley de Justicia y paz de creación reciente para juzgar crímenes de los mal llamados paramilitares incluso a los Narcoterroristas desmovilizados; de este conflicto ha nacido dentro de la guerra jurídica los llamados falsos positivos para comprometer a quienes están de lado de la institucionalidad y se han abierto los anaqueles para atizar las llamas del Palacio de Justicia, para jugar a la parte que dentro las instituciones hizo frente a los hechos acaecidos.

Alguno dirá que la Justicia soporta al Estado y es ineficaz, pero sí sirve cuando protege a aquellos que se acusa de terrorismo y visten de miembros de organismos sociales y no gubernamentales; pero, debe ser implacable con quien en su momentos los enfrenta.

Vamos a ver si el Consejo de Estado hace valer su decisión del pasado 15 de Enero cuando admitió demanda y suspendió provisionalmente el acto Administrativo que fue suscrito entre el ministro Camilo Ospina y el fiscal Mario Iguarán para que la Fiscalía tuviera la prioridad de investigar a los militares.

Lo digo porque la cacería de brujas retoma fuerzas cuando se anuncia investigación contra el General en retiro, Mario Montoya, quien ha sido el comandante del ejército en uno de sus más brillantes períodos en la lucha contra el narcoterrorismo y ahora cualquier testigo perverso lo vincula con paramilitares. En este país se volvió fácil acusar, difícil sustentar y los medios dar por veraz cualquier acusación.

Estamos construyendo de manera inapropiada una legislación laxa para criminales natos y una severa para quienes defienden la institucionalidad de una sociedad. Creo y dejo la propuesta que foros académicos y políticos que debatan el tema para lograr una verdadera ley de equilibrio en justicia y paz que de verdad nos lleve a caminos de reconciliación en donde perdón, olvido y reparación a las víctimas, sea el sustento de un nuevo país justo para todos

www.unacolombiaobjetiva.com

miércoles, 13 de enero de 2010

Los imaginarios del conflicto

Luis Ernesto Ruiz Cardoso

Vanguardia Liberal, Bucaramanga

Enero 13 de 2010

Empezamos con el mismo juego “doloroso e inhumano” de las liberaciones a cuentagotas. Otra vez los terroristas de las Farc postergando la felicidad de dos miembros de la Fuerzas Armadas y sus familias. En el 2010, más de uno hará campaña electoral con el cuento del intercambio humanitario y nosotros como ciudadanos debemos ser conscientes de no repetir experiencias fracasadas, volver al mismo estado de incertidumbre y respetar la consolidación de una real seguridad democrática a través de un voto responsable. También está la excusa sutil sobre el infame asesinato del gobernador del Caquetá, al considerarlo como miembro del conflicto armado por ser ganadero y decir tan irresponsablemente que todo ganadero es paramilitar. Para quien quiera estudiar el tema, hace unos meses Fedegán y Fundagán lanzaron un libro “Acabar con el Olvido”, donde se demuestra cómo más de tres mil ganaderos han sido víctimas de todos los grupos al margen de la ley. Un detalle, más del 85% de los ganaderos del país no tienen más de cincuenta cabezas de ganado, son gente humilde y laboriosa.

La alianza del ELN y las Farc para combatir el “imperialismo con sus siete bases en Colombia”. Cualquier estudioso sabría que esta alianza es posible porque son guerrillas con un interés común: el narcotráfico, y ahora están aunadas y refugiadas “físicamente” en el discurso bolivariano vecino. Las peroratas del presidente Chávez no faltarán para inmiscuirse en este año electoral. Queda la pregunta ¿quién gesta esta alianza?

Comienza también el año con los acercamientos del Cardenal Darío Castrillón con el líder narcoterrorista Alfonso Cano. Hablan de charlar en Europa y esto trae los malos recuerdos de esos encuentros hace unos años en el Viejo Continente con esa cúpula terrorista. Se corre el riesgo de convertirse en un encuentro publicitario para recuperar amistades de esa gente en Europa.

Algo que se debería mencionar fue la labor de la Comisión de la Verdad, en la que la posición unidimensional de tres magistrados deja tesis a flor de piel, como la hipótesis donde se afirma que el Ejército sabía que en esos días el M19 pensaba tomarse el Palacio y por eso redujo la vigilancia del edificio. Vale recordar que el Gr. Samudio Molina estuvo esa mañana haciendo diligencias en el Palacio, sin escolta, como queda inserto en el Informe; ¿alguien como él vendría a tomar semejante riesgo si el Ejército estuviera al tanto de un inminente ataque terrorista? Personas de la comandancia del M19 como Navarro Wolf y Vera Grabe deben dar explicaciones ante la Justicia Penal así como lo hacen los miembros de las Fuerzas Militares que participaron en la retoma. Un verdadero informe de la Verdad debió sumar un miembro del Ejército, otra voz del M19 y otra de los desaparecidos para llegar a una investigación no tan llena de hipótesis pasionales.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Chávez necesita una guerra

Luis Ernesto Ruiz Cardoso

Vanguardia Liberal, Bucaramanga

Noviembre 25 de 2009

Chávez necesita una “hipotética” guerra y su objetivo es perpetuarse en el poder. Ha tratado de construir una nación con fervor militarista y un desprecio total por la población civil, víctima de sus arrebatos. Su partido perdió buena parte de las elecciones pasadas para gobernaciones, tiene dificultades en el suministro de luz y agua para ciudades como Caracas y ahora se suman las protestas serias de estudiantes universitarios, porque convirtió las academias en un centro de adoctrinamiento seudosocialista. La inseguridad en las grandes ciudades, el desabastecimiento en general, un sistema de salud paralelo en manos de los cubanos; el reclamo permanente de quienes dejan de recibir los subsidios en la lechecita, los libros y el almuerzo prometido a los hijos del pueblo por los petrodólares que se van a Cuba para cumplirle a Fidel, todo esto sumado lo lleva a una crisis más grave y quiere sostenerse en las próximas elecciones. Solo lo salva romper el orden constitucional como sea, interrumpir elecciones en su país con el cuento de salvar intereses nacionales, inventándose un conflicto de guerra con Colombia. Y de papayita tiene la excusa, fácil de vender, como son los acuerdos ya firmados en Colombia para la presencia militar de los EE UU en guarniciones colombianas.

No podemos creer que todo el estamento militar venezolano esté a favor de buscar un conflicto internacional. Ellos de pronto prefieren cuidar su participación en el poder manejando grandes intereses económicos. En el pasado se había logrado una buena integración entre los mandos de las diferentes guarniciones de frontera de los dos países, ¿qué tanto quedara de ese afecto? No podemos negar que otra parte de sus miembros se hacen los ciegos con la acción de la guerrilla, del narcotráfico y algunos han cometido detenciones arbitrarias en las zonas de frontera.

Lo que busca nuestra Fuerza Pública, si retomamos lo que dijo el Presidente, es el derecho a la libertad de nuestros ciudadanos de frontera y por eso debemos apoyar las decisiones que se han tomado en la reciente semana, que no significan buscar una guerra con el vecino, sino garantizar la paz de los nuestros con el refuerzo de tropas, sin dejarnos provocar por el locuaz vecino. La prudencia es el mejor camino.

Debemos resaltar el silencio cómplice de casi todos los países del cono sur, que con la excepción de Chile y Brasil han querido poner a Chávez en su sitio. También es de resaltar el poco interés que ha demostrado los EE UU para defender a su aliado. Vale la pena decir: con estos amigos ¿para qué enemigos? Solo resta ver lo que pasará el viernes en el nuevo capítulo de Unasur, donde esperamos que alguien se pronuncie sobre la posición belicosa de Venezuela.

Ñapa: Si Uribe es el primer soldado de Colombia, Tomás Vargas será el primer alférez del Área Metropolitana. Suerte, la necesitamos.