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sábado, 20 de marzo de 2010

Santos vs Noemí

Luis Carvajal Basto

El Espectador, Bogotá

Marzo 20 de 2010

De acuerdo con los resultados de las elecciones de Congreso, estos dos candidatos irán a segunda vuelta en la elección Presidencial.

Los pronósticos acerca de las presidenciales se simplifican con los resultados de la consulta conservadora y la pregunta que surge, en términos de las alianzas que se conformarán, es sí al unificarse los votos de ese partido, puede esperarse lo mismo por parte de los aspirantes de origen Liberal, conforme se ha especulado.

La respuesta es negativa dadas las circunstancias políticas. El Uribismo Liberal votará por Santos en primera vuelta y también muchos Conservadores, pero parece más probable, en segunda vuelta, una alianza entre el Liberalismo de Rafael Pardo y Noemí Sanín, si se tienen en cuenta los antecedentes más próximos y la convergencia de esos dos candidatos con el ex Presidente Pastrana. También se puede esperar que allí lleguen sectores independientes como el de Antanas Mockus, que en elecciones anteriores fue fórmula de Noemí.

Aparte de la imagen de los candidatos, que pesará de manera definitiva en las presidenciales, serán fundamentales las alianzas. Una entre el Liberalismo oficial y el Polo, excluiría a Cambio Radical que tendría que evaluar su apoyo a un candidato como Santos o Noemí Sanín y por lo tanto sería casi inútil.

Ante la ausencia de un candidato con votos por parte de la oposición y sin posibilidades de ir a segunda vuelta, esta se debatirá entre tres opciones: Dejar a sus electores en Libertad de votar, apoyar a una candidata Conservadora o declararse abstencionistas, como algunos sectores han anunciado.

Pero estas eventuales alianzas solo se harán realidad luego de la primera vuelta, momento en que la teoría del voto útil afectará las preferencias políticas. Se puede vaticinar que el 30 de Mayo, varios candidatos reducirán bastante su caudal electoral, inclusive respecto de las elecciones de Congreso.

Lo más probable ahora es que dos candidatos de origen “Uribista” disputen la elección Presidencial, aunque Noemí Sanín partiera cobijas poco después de su renuncia como Embajadora y desarrollara una estrategia, para irse convirtiendo en el candidato que la oposición no tenía y que comienza a darle resultados.

Otros aspectos incidirán en la elección Presidencial y de manera lamentable reemplazaran los programas de los candidatos. A Santos le cobrarán (ya se hace) los falsos positivos y un eventual conflicto con Venezuela, y a Noemí su Pastranismo y el cambio frecuente de sus actitudes políticas.

Posdata:¿ Sabrá el señor Registrador que la responsabilidad no se delega?

lunes, 15 de marzo de 2010

Uribe, el gran elector

Luis Carvajal Basto

El Espectador, Bogotá

Marzo 15 de 2010

El triunfo de la coalición de gobierno en las elecciones de Congreso prologa lo que ocurriría en las presidenciales, dependiendo de cómo se resuelva el dilema Conservador y las Alianzas, con quien sea capaz de convocar al mismo Uribismo. A primera vuelta el Conservatismo irá con candidato propio. El PIN no es el gran ganador, como muchos afirman, pero si la coalición.

La ausencia obligada del Presidente Uribe en las presidenciales no afectó los resultados de las elecciones de Congreso. Podría decirse, en términos genéricos, que los votos perdidos por el Uribismo con la separación de Cambio Radical, se vieron compensados por el auge del Partido Conservador, que pasa, más o menos, de 18 a 23 curules, y el mismo Partido de la U, que pasaría de 20 a 24.

Convergencia Ciudadana, ALAS y Colombia Democrática, obtuvieron en 2006 quince curules en Senado, mientras que a estas horas el PIN, al que muchos analistas dan como ganador, obtiene apenas 7.

La caída del Polo, tampoco se debe exclusivamente a la imagen de la administración de Bogotá o a errores de sus dirigentes. Está claro que su “Chavismo” y los tenores algo tuvieron que ver y mucho menos, pero también algo, Sergio Fajardo, de quien se esperaba un desempeño mejor por las expectativas generadas.

El dilema del Partido Conservador, sin embargo, no se resolverá ahora, cualquiera sea el resultado de la consulta, sino apenas luego de la primera vuelta. Su dirigencia tiene claro que a pesar de sus buenos resultados no le alcanza para ganar las Presidenciales, pero el sector del ex Presidente Pastrana y la doctora Sanín apuesta, a un desgaste del candidato del Partido de la U antes de Mayo y todo parece indicar que persistirán en esa intención.

El asunto, a pesar de las ratificadas mayorías del Uribismo, no es hacia quien se inclinará el PIN, al que han dado en llamar algunos analistas el Partido bisagra, sino hacia donde “mirarán”, en términos de Alianzas, el mismo Germán Vargas y lo que ocurrirá en el Liberalismo. Podrían resultar definitivos en una elección apretada, más si se tiene en cuenta que un sector del Conservatismo ha iniciado un viaje sin retorno a la coalición.

Sin embargo las elecciones Presidenciales son diferentes a las parlamentarias, en cuanto es importante el sentimiento de Partido, pero también la imagen de los candidatos. Las alianzas burocráticas no necesariamente se traducen en votos. A Juan Manuel Santos, por lo que se ha visto, le esperan difíciles pruebas en las semanas que faltan, aún con una oposición “desbaratada”, en que el Polo ha perdido y el Liberalismo no consigue explicar su condición de opositor, con los consecuentes resultados electorales.

A todas estas, el Presidente sigue siendo el Gran elector, Y no se observa una oposición que le haga contrapeso como acaba de demostrarse; pero deberá esmerarse para conseguir que quienes han sido sus amigos y colaboradores no terminen derribando lo que construyó.

POSDATA:

El sistema Electoral y no solo la registradora colapsaron. La cantidad de votos nulos en estas elecciones han demostrado que la modernización del sistema electoral resulta indispensable y también el fortalecimiento del sistema de partidos del que debe ocuparse una reforma política que el país no ha querido hacer. El voto preferente y el tarjetón, mezclados, dan como resultado una inmensa cantidad de votos nulos que en las elecciones pasadas para Senado fueron casi el 12% del total, cuatro veces más que en 2002, lo cual es una cifra increíble, que no conviene a ninguna democracia.

Por otra parte, el voto preferente hace que los gastos de las campañas se eleven y que tenga más posibilidades quien cuente con más recursos.

sábado, 13 de marzo de 2010

¿Qué pasará en las elecciones?

Luis Carvajal Basto

El Espectador, Bogotá

Marzo 13 de 2010

Estas parlamentarias, como nunca antes, definirán mucho de las Presidenciales “relámpago” que tendremos en 2 meses.

Además, permitirán pronosticar las coaliciones, definir la tendencia del voto de opinión, resolverán el pulso conservador y medirán la respuesta de los Liberales de a pie al Liderazgo del ex Presidente Gaviria y el candidato Pardo.


Si la constante histórica de participación se mantiene, tendremos el domingo entre once y doce millones de votantes que elegirán al nuevo congreso. Serán menos o más si la no presencia de Uribe en las Presidenciales afecta el ánimo de los votantes y definitivamente más si la tendencia ascendente del voto de opinión en las ciudades se consolida.


Está claro que tendremos (¿o ya tenemos pero no sabemos?) nuevas coaliciones. Una liderada por el Partido de la U que recogerá nuevamente sectores tradicionalmente Liberales y Conservadores. La duda está en si el voto de opinión de las grandes ciudades que le ha dado el triunfo a Uribe en las Presidenciales anteriores, se manifestará en las parlamentarias. Estos votantes tienen “ofertas” del tipo de los tenores, con el claro objetivo de desmantelar esas mayorías Uribistas urbanas, y confrontaran, nada menos que con Juan Lozano, un candidato impecable, de clara estirpe Liberal.


Particularmente interesante va a ser el mano o mano en Bogotá entre Lozano, quien obtuvo cientos de miles de votos en su aspiración para Alcalde, y los candidatos de Cambio Radical, con fuerte presencia en la capital en el pasado, pero por ahora divorciados del Uribismo “puro”.


La consulta Conservadora podría dar lugar a una nueva ruptura. Nohemí Sanín ha anticipado que, cualquiera sea el resultado, Arias sería un candidato cuestionado, pero no ha dicho que en caso de ganar ella rechazaría el apoyo del ex Ministro. Una estrategia de ganar con cara o sello que también otorga razones a su contendor para, opcionalmente, desconocer los resultados de la consulta.


Están dadas las condiciones para que se perfile una coalición del sector Nohemicista con el Liberalismo de Cesar Gaviria-Pardo en las Presidenciales y los llamados tenores, si cualquiera de sus candidatos pasa a segunda vuelta. Pero mucho dependerá de los volúmenes de votación en estas parlamentarias. No está tan claro el rumbo de Vargas Lleras, aunque muchos piensen lo contrario, ni la aceptación de una alianza como esta por parte de sectores como el que lideran el Ex Presidente Samper y el Gobernador Serpa en el Liberalismo. Después de todo, el principal promotor ahora de la Doctora Sanín es el ex Presidente Pastrana, muy cercano también al candidato Pardo.


Por los lados del Polo se ha observado en el pasado que sus fortines electorales en Alcaldía y Gobernación, Bogotá y Nariño, no se corresponden con las votaciones obtenidas en las elecciones de Congreso. La candidatura Vice Presidencial de Clara López, intenta consolidar al Polo pero también “jalar” sectores Liberales de “izquierda”. Por demás, no se observa un Liderazgo que haga diferencia en las parlamentarias.

Además de la evolución en el número de curules alcanzadas o perdidas, por parte de Partidos y Movimientos, serán definitivos, esta vez, los volúmenes de votación. No serán lo mismo una Nohemí o un Arias superando dos millones de votos en la consulta Conservadora; un Liberalismo oficial que recupere sus niveles históricos y suba de tres millones de votos, un Cambio Radical por encima del millón y medio o un Juan Lozano con reconocimiento Nacional, de cara a las Presidenciales. Todo se juega este domingo.

sábado, 6 de marzo de 2010

Rechazo ciudadano a la dictadura de los transportadores

Luis Carvajal Basto

El Espectador, Bogotá

Marzo 6 de 2010

Aunque no se considere, la modernización del sistema electoral y el auge del voto de opinión, están permitiendo la actualización del sistema de transporte. Los politiqueros, que tenían a los Bogotanos condenados a un transporte anárquico y caótico para pagar favores a los transportadores, no impedirán la consolidación de un mejor servicio. Pero la ciudadanía debe estar alerta.

La cosa funcionaba así: los transportadores movilizaban en sus buses a la gente y proporcionaban recursos para la financiación de campañas a cambio del apoyo politiquero. Ahora, la financiación se mantiene y las modalidades han cambiado, pero cada vez pesan más los votos de opinión sin contra-prestación.

Los transportadores han incidido históricamente en la política de Bogotá, recibiendo a cambio garantías para privilegiar sus intereses: El servicio en las condiciones y el precio que les convenía y no el que la ciudadanía podía pagar o necesitaba.

El paro convocado esta semana pretendía imponer otra vez esas condiciones. No se trataba solo de “el pan de nuestros hijos” como reclamaban los propietarios individuales de buses. Detrás de ellos, agazapados, los grandes empresarios apostaron a que el Sistema Integrado de transporte no cuaje o, al menos, se desarrolle a su entera conveniencia. El Presidente de una asociación de transportadores, Doctor Gutiérrez, se gastó toda la semana buscando a los dueños de buses que supuestamente no estaban en paro, para pedirles que los buses funcionaran, sin fortuna.

El paro confrontó los intereses particulares de esos empresarios con el interés ciudadano. Pocas veces se observó antes en Bogotá, con tanta claridad, la penuria de la gente para llegar a sus trabajos acompañada de su convicción de que se trataba de un paro infame para proteger los intereses de unos pocos. Pocas veces se vio tan clara la necesaria intervención del Estado para mediar y regular las relaciones privadas.

El paro fue oportunista y trató de explotar la caída del Alcalde en las encuestas. Como lo fueron “inocentes” dirigentes políticos que pretendieron sacar tajada. Pero, simultáneamente, la conciencia ciudadana se expresó: Gremios, centrales de trabajadores y el Gobierno Nacional, entendieron que se trataba de un asunto de Estado en que se debía privilegiar el interés general.

¿Será tan malo sacar de circulación, sin expropiar, los 15.000 o más buses que “sobran” y transitan por la ciudad semivacíos?¿Racionalizar el uso de los recursos existentes y mejorar el servicio? Nadie lo cree, ni siquiera los promotores del paro. No se puede anticipar que el sistema a construir será óptimo, pero mejor que el caos que hemos tenido, ninguna duda.

Para armar una coalición suficiente, los promotores del paro reclamaron condonación de multas para los conductores, impuestas en ejercicio de la guerra del centavo. Los conductores apenas sobreviven, con su trabajo; son los empresarios, quienes por partes iguales con el Distrito han permitido ese sistema irracional. Parecería justo que esas multas sean pagadas entre los dos.

El paro y el chantaje, esta vez, han sido superados a un costo enorme para la ciudad. En cualquier momento podría repetirse si las autoridades no se inclinan ante las “solicitudes” de los transportadores. Es la ciudadanía la que debe expresarse para impedir que suceda, en vista de que sus representantes naturales, los concejales de la ciudad, por razones que resultan difíciles de entender, suelen guardar silencio frente a este tipo de presiones.

sábado, 27 de febrero de 2010

¿Le falló la Corte a la participación ciudadana?

Luis Carvajal Basto

El Espectador, Bogotá

Febrero 27 de 2010

Por sancionar la chapucería de los promotores del referendo, el fallo desconoció los derechos de millones que firmaron. Pero, como es debido, será acatado. Es un desmentido a quienes afirmaron que se había terminado la independencia del poder judicial, usando ese criterio como argumento político. Varios de los Magistrados que declararon la Ley inexequible fueron nominados por Uribe. Los escenarios que se abren no son tan ciertos como lo creen muchos candidatos. ¿Por quién votará el 48% que sigue respaldando a Uribe?, ¿Votará?

Pudo ser esta o cualquier solicitud del soberano que en cualquier democracia es el pueblo. Con frecuencia se olvida que se trataba de una solicitud para ejercer el derecho de votar. El antecedente creado es lamentable. Nadie cree que una pregunta mal redactada y peor interpretada diera lugar a la nulidad de la voluntad popular. Es de conocimiento público que quienes firmaron lo hicieron para 2010.

Se sabía que solo un fallo jurídico y/o la falta de ganas del Presidente para reelegirse podían evitar una nueva elección. Se puede creer que aquí concurrieron los dos hechos. La recolección de firmas etc., parecería adelantada por competidores o posibles sucesores del Presidente. Pero se equivocan quienes consideran que el fallo modifica las preferencias políticas de los colombianos; que los votos son endosables o que alguien tiene asegurada su elección. La razón es sencilla: el Uribismo es Uribe.

Las encuestas realizadas hasta hoy revelan que una candidatura de Uribe superaba, en el peor de los casos, seis veces, a su más inmediato contendor. Sin empezar ninguna campaña y a pesar del escándalo de AIS y la terrible manera como se manejó la expedición de los decretos de emergencia. ¿Para donde van a “coger” esos votos?

Lo más fácil es pensar en herederos “naturales”. Sin embargo, los procesos de percepción que desencadenan las decisiones electorales son más complejos que la voz o deseos de candidatos interesados o barones. Acertará quien ponga en duda la heredad, no del dedo del Presidente, sino de la forma en que lo recibirá la opinión. Uribe sigue siendo el mayor elector.

Hablando de escenarios electorales habría que considerar los obvios que surgen de las encuestas realizadas hasta ahora. Juan Manuel Santos y Nohemí Sanín en una segunda vuelta. Pero la formación de la opinión no es estática ni se puede calcular con regla de tres o de manera probabilística. Ni siquiera considerando que no se producirán más hechos políticos (el fallo lo es) importantes de ahora hasta mayo.

En las alianzas entre candidatos en juego nada se puede descartar .Ni siquiera una entre Nohemí Sanín y Rafael Pardo, de partidos anteriormente antagónicos pero que además de su anti reeleccionismo comparten antecedentes en la causa del Ex Presidente Pastrana. Los llamados tenores son un buen ejemplo de la manera en que al calor de las ambiciones electorales todo es posible. Es seguro que de alguna manera todos apostaran a parecerse a Uribe, para reclamar su parte del 48%.

Sin embargo existen otros argumentos que surgen de la Constitución y de la reforma política que podrían jugar. El más importante, lo que ocurriría si una mayoría simple vota en blanco en las presidenciales o si la participación decrece, por ejemplo. Amanecerá y veremos. Faltan más que tres meses hasta Mayo.

sábado, 20 de febrero de 2010

Verdades y mentiras de la Emergencia Social: 40 y 20

Luis Carvajal Basto

El Espectador, Bogotá

Febrero 20 de 2010

En un año electoral vale la pena observar los hechos, más que los discursos. Todos queremos un mejor servicio de salud, pero es difícil conseguirlo solo con comentarios parcializados e injustos. Sigue haciendo falta el debate televisado.

Existe una fórmula “mágica” para solucionar los problemas de los ciudadanos: Qué el Estado les “regale” o reemplace. Pero eso en el mundo real es mentira y parece más testimonio de magos y malos políticos. Populismo. En el fondo, es aprovecharse de su desconocimiento e ignorancia. Ese tipo de argumentos se cae con una pregunta sencilla: ¿Y el Estado, en la Colombia de hoy, de donde obtiene recursos para ofrecer mejor salud, para todos y gratis?

Si el sistema se quiebra, solo tendrían acceso los que puedan pagar. ¿Y, los millones que hoy están subsidiados? No se recuerda, por ejemplo, que este asunto está ligado al de empleo y que se trata de buscar un equilibrio en el servicio que reciben quienes pagan y quienes no pueden hacerlo.

¿Será que mientras averiguamos, y algún candidato trae al mago, paralizamos el sistema de salud o dejamos que colapse? O, más bien, hacemos más eficientes los recursos disponibles, los adicionamos, como lo hace la reforma al inyectarle 1.2 billones de pesos más, mientras en la calle, sin fundamento, se comenta que “recortaron los recursos de la salud”, lo cual es mentira. Otra cosa es que se transfieran directamente a los interesados, sin pasar por las entidades territoriales.

Los protocolos por los que se cuestionan los decretos, se venían practicando por parte de las entidades y ahora fueron reglados, para proteger el interés de todos. ¿Acaso no es eso lo que esperamos los ciudadanos por parte del Estado, su más elemental función en la defensa del interés general?

Impacta tremendamente en un país pobre, en el que la palabra “contrato” está tan desprestigiada, con razón, escuchar que “se gastaron 125.000 millones”, sin explicar que se refiere a los últimos cuatro gobiernos. Esa afirmación, clasifica en la categoría de “mentiras verdaderas” y aumenta de tamaño si se considera que en ese periodo su ejecución fue supervisada por el BID; que con esos recursos se pagaron innumerables análisis, estudios y trabajos, etc., por años y que está relacionada con la duplicación del número de colombianos atendidos por el sistema.

Si alguien duda de que el debate se politizó y que cualquier tema como este pasa por el filtro de las elecciones que vienen, vale la pena recordar una frase expresada la semana que pasó: “Hacen de esto un tema de campaña electoral. Se equivocan y tacan burro”. No es de Uribe, sino del Alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, y no se refiere a la emergencia sino al debate sobre los contratos de vías en la capital. Por cierto, los copartidarios del Alcalde marcharon en todo el país contra los decretos de emergencia.

Con los decretos y su cuestionamiento político comenzó en serio la campaña presidencial, sacrificando, en aras de los intereses políticos de candidatos oportunistas, un asunto de Estado que merece una discusión pública y de gran altura. Sectores de la oposición encontraron servido un argumento que no tenían (Un plato de papaya), lo cual en política es apenas natural, pero no deja de ser perverso.

Existen verdades que no se pueden tapar. Crudas, precisas y frías pero indiscutibles: se expresan en cifras .Y una de ellas nos dice que el sistema de salud en Colombia pasó de algo más de 20 a casi 40 millones de afiliados. Ese solo hecho justifica la emergencia decretada, al margen de la manera en que se hizo.

domingo, 14 de febrero de 2010

Debate en la televisión a la Emergencia Social

Luis Carvajal Basto

El Espectador, Bogotá

Febrero 13 de 2010

Los considerandos del decreto que establece la emergencia social parecen suficientes para un comité de expertos, pero la acidez del momento político ha permitido que este asunto tan delicado se convierta en argumento electoral.

Ante la incertidumbre y expectativa generada convendría, como lo propuso el Presidente Obama en Estados Unidos, que se debata de cara al país en un debate televisado y en horario triple A.

Los sistemas de salud y la seguridad social requieren cada vez más recursos de los gobiernos en la medida que aumenta la esperanza de vida.¿ Crecen los recaudos de manera comparable?¿ La eficiencia en la administración de recursos, económicos científicos y tecnológicos? No siempre. La mayoría de veces, la población sí y sus necesidades.

Por otra parte, ¿Será un asunto médico o uno de administración? El asunto se complica al observar que la legislación, en todos los países, no permite que las deudas personales sean heredadas, pero las públicas y de empresas sí. Un gobierno irresponsable siempre tendrá el recurso de endeudarse ofreciendo Pan hoy y garantizando hambre mañana-.Lo primero que se debe reconocer es que en Colombia hemos actuado con responsabilidad, sin caer en medidas de corte populista.

Con sus imperfecciones, la Ley 100 permitió que el sistema de salud avanzara hacia la universalidad otorgando un trato igualitario a todos los afiliados. Antes de ella, quienes podían pagaban a prestigiosos médicos y quienes no, recurrían al sálvese quien pueda. Todavía, se escuchan comentarios quejándose de la atención a pacientes del POS en clínicas de renombre que creían reservadas para los ciudadanos de mayores recursos.

No debemos olvidar los efectos del SISBEN, que hizo posible el acceso al sistema de salud de millones de colombianos de escasos recursos. Todo lo anterior para decir que nuestro sistema ha permitido una cobertura con que no soñábamos hace 20 años y es sinónimo de igualdad no en los discursos, sí en la vida real, por lo que los colombianos debemos defenderlo y mejorarlo.

La salud pública es un asunto de Estado pero no parecen entenderlo así quienes quieren convertirlo en argumento electoral. El Presidente ha salido a apagar un incendio ocasionado por un Ministro “técnico”, que presionado por circunstancias e intereses no buscó consensos reales e informó a la opinión, antes de la expedición de los decretos de manera debida, aunque otra cosa debió creer él mismo al informar al Presidente.

No hemos visto a Uribe en plan de candidato sino asumiendo el desgaste y defendiendo el sistema, como corresponde. Ha pedido eficiencia y explicado que lo cobros no POS se triplicaron entre 2007 y 2009, llegando a 1.8 billones de pesos, que la intermediación hace que muchos recursos de salud se dediquen a otros menesteres; que la deuda de las entidades territoriales con las EPS se ha multiplicado por 10 en un periodo breve; que las mismas entidades deben a hospitales y clínicas más de medio billón; que muchos procedimientos no incluidos estaban desfalcando el sistema y en fin, que una situación así no podía continuar y amenazaba su viabilidad , justificando la emergencia decretada.

Pero ¿Debía el gobierno darse esa “pela”, incluyendo impuestos a licores y tabaco, en un año electoral y de la manera en que lo hizo? Sí y no. No, en razón de buscar de manera previa con los interesados y la opinión el consenso necesario antes y no después. No, porque no consideró el impacto político que tendría en un año electoral en que muchos están pendientes de un estornudo del Presidente; no, porque no existió una adecuada estrategia de comunicaciones basada en encuestas previas; pero sí, porque los gobernantes en todo momento deben afrontar sus responsabilidades, “poner la cara” como lo hace el Presidente.

A todas estas, lo mejor sería que los ciudadanos tengan la oportunidad de informarse y escuchar los diferentes puntos de vista en un debate televisado; al fin de cuentas se trata de la salud de los colombianos.

sábado, 6 de febrero de 2010

¿Encrucijadas "del alma" en la Corte?

Luis Carvajal Basto

El Espectador, Bogotá

Febrero 6 de 2010

Difícil tarea para el Magistrado Sierra justificar ante el País y la Historia, las razones según las cuales vicios de forma son más importantes que el sentir de millones de Colombianos que firmaron una solicitud para votar Libremente. En democracia, el pueblo es soberano. Es la visión del Magistrado no la de la Corte.

La Corte Constitucional se encuentra en la tarea de convertir una controversia política en una decisión jurídica. Al final, todos esperamos un fallo en derecho, pero sobre todo, oportuno, en medio de un ambiente cargado de presiones e intereses. La táctica parlamentaria de dilatar, aplazar y posponer, no puede imponerse en nuestro más alto Tribunal.

De alguna manera, sostener que los vicios de forma son más importantes que la voluntad popular, quiere decir que sin las trampas no habrían firmado por el referendo los cinco millones de colombianos que lo hicieron. Cualquiera que viva en Colombia, amigo o contradictor del referendo, sabe que eso no es verdad. Una solicitud clara, en el momento del referendo, por parte del Presidente (qué no la hubo) y no consigue cinco sino algunos millones más de votos. ¿Error del Presidente?¿Falta de “ganas”? ¿Alguien lo sabe?

Luego de discutir la ponencia del Magistrado Sierra, la Corte debatirá y si una mayoría es negativa a su postura, nombrará nuevo ponente que tendría la misión de fundamentar la decisión colegiada en que se expresaría la opinión mayoritaria. Pero el tiempo apremia y no sería la primera vez que la Justicia no actúa por extemporaneidad. Permanentemente evaden la cárcel delincuentes comprobados por vencimiento de términos, por ejemplo.

La verdad es que los enemigos de la reelección han apostado, para impedirla, por encontrar la manera en que las mayorías no ejerzan sus derechos. La razón es tan obvia como elemental: hoy día, a pesar del desgaste ocasionado por el debate, la falta de “ganas” del Presidente, la ineptitud de miembros de su gobierno (una cosa es la imagen de Uribe y otra la de su equipo) etc., si presentara su nombre sería reelegido. De lejos.

Las cuentas son sencillas y por todas partes superan las cifras alcanzadas por los firmantes del referendo. En las elecciones de 2006, con un censo electoral de 26.7 millones de votos y una participación del 45%, Uribe obtuvo 7.4 millones de votos. Ahora el censo, (sin depurar) se acerca a los 29 millones y si se mantienen las cifras históricas de participación podrían esperarse en las presidenciales 13 millones. Puede que en el referendo disminuya la constante histórica de participación, pero nunca por debajo de los 7.5 millones que necesitaría. El sí ganaría por demolición.

Las encuestas más recientes de Datexco y el Centro Nacional de consultoría, confirman que, si la corte lo permite, Uribe obtendría al menos el 46% de los votos, seis veces más que el siguiente aspirante de cualquier partido. Eso explica que la artillería anti reelección esté centrada en que los colombianos no podamos votar, encontrando eco hasta ahora, en ciudadanos como el Magistrado Sierra, el mismo Presidente, quien no se define y no ejerce como candidato, pero sin afectar la tendencia mayoritaria entre los colombianos.

La Corte Constitucional, al resolver este cruce de caminos en que se encuentra no ella sino Colombia, señalará, en su sabiduría, el rumbo que seguiremos como Nación. Es, una inmensa responsabilidad en la que han apostado “duro” las presiones y ganas de poder de políticos dispuestos casi a todo para acceder al gobierno y que en el medio encuentran como obstáculo el fundamento de nuestro sistema político: La soberanía popular, la regla de oro de las mayorías. Es esa la verdadera encrucijada.

Posdata: El Señor Rector de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en un foro realizado la semana que pasó, comparó a la opinión pública colombiana, que reconoce como mayoritariamente afecta al Presidente, con la actitud del populacho que prefirió a Barrabas que a Jesús. La comparación no cabe por ninguna parte y solo puede ser explicada por su condición de matemático (supongo, puro) y opositor. Pero, en su comparación ¿Quién será Jesús, quien Barrabas y quien Pilatos?

sábado, 30 de enero de 2010

¿Conflicto entre Colombia y Venezuela?

Luis Carvajal Basto

El Espectador, Bogotá

Enero 30 de 2010

El episodio de un helicóptero que cruzó sin autorización la frontera colombiana en un centro poblado, como la capital de Arauca, deja muchas dudas y solo dos certezas: la prudencia como regla y única respuesta posible por parte de las autoridades Colombianas, y la existencia de interesados en que las relaciones se compliquen.

Resulta complejo establecer tan pronto la percepción de la opinión internacional sobre episodios como este, la voladura de puentes o el asesinato de un grupo de compatriotas en la zona de frontera, del lado venezolano, ocurrido hace unos meses. Pero es imposible poner de acuerdo a toda una población, encabezada por un gobernador civil, y la evidencia de varios documentos fílmicos como prueba de la ocurrencia del hecho.

Por eso resulta increíble que el canciller Venezolano lo negara en la forma en que lo hizo, con la infaltable ofensa añadida, que ya parece un sello.¿ Será ese, definitivamente, el sentido de diplomacia y responsabilidad en el ejercicio de la autoridad del gobierno del país hermano? De ser así dejaría de ser un interlocutor válido, casi para cualquier cosa.

Como personas e instituciones no deben ser evaluados por lo que dicen de si mismos, sino por lo que efectivamente hacen, un análisis más a fondo en el que sofismas, disculpas y excusas se acaban, revelando el verdadero talante, se puede constatar en el aumento desmesurado de su armamento y la destrucción deliberada de una integración e intercambio comercial que se ha construido durante siglos, independientemente de las actitudes de los gobiernos.

Usualmente se afirma que las motivaciones de Chávez para crear un conflicto con Colombia pueden ser la necesidad de un distractor de la opinión pública en su país o el convencimiento de lo indispensable de ampliar las fronteras de su “revolución” .En síntesis mantenerse en el gobierno o extender su frontera.

En el primer caso, se trata de un asunto interno de los venezolanos y en el segundo, parece una opción poco factible o imposible. En Colombia no consideramos a Venezuela como un enemigo ni siquiera después de tantas ofensas e interferencias. Lo que no se puede descartar es el interés que puedan tener personas y entidades ajenas en desatar un conflicto.

Es por lo menos curioso que los problemas actuales no tengan que ver con los que se esgrimieron en el pasado, como la delimitación de fronteras, sino con las percepciones de un gobernante que gradúa de enemigos suyos a una variada constelación de países, entidades y personas entre los que se encuentran los colombianos, quienes le aborrecen según todas las encuestas.

Si uno quiere conocer los principios teóricos de la revolución chavista, no los va a encontrar en documento alguno, generalmente repleto de trasnochados conceptos, sino en expresiones como que “un arma secreta ocasionó el sismo en Haití” ; en hechos como el control gubernamental a los medios y el ejercicio de la Libertad de prensa; en la inseguridad jurídica que ha paralizado la inversión privada; en la intervención gubernamental equivocada en la economía con consecuencias como la inflación más alta de América , la crisis cambiaria y el empeoramiento de los niveles de pobreza o en la inseguridad que se ha apoderado de Caracas y de toda Venezuela, con cifras de homicidios muy superiores a las de Colombia.

Si eso no es desgobierno, se parece mucho. Y en una situación así, no es raro que no vieran el helicóptero que cruzó la frontera en Arauca y que tampoco observen a los comerciantes de armas que quitan el dinero de la educación y la salud a los venezolanos por la pretensión de promocionar y jugar con la posibilidad de una guerra absurda e infame. Hoy Venezuela es uno de los más importantes compradores de armas Rusas, que no demoran en venir a ofrecernos aquí. Están esperando otro helicóptero que traspase la frontera o cualquier chispa que “prenda la candela” en este intenso verano. Se aconseja más prudencia.

sábado, 23 de enero de 2010

Telecomunicaciones: una revolución de verdad

Luis Carvajal Basto

El Espectador, Bogotá

Enero 23 de 2010

El impacto de las nuevas tecnologías en Educación, Justicia, competitividad empresarial, calificación laboral y Salud está produciendo las transformaciones sociales más grandes observadas en la Historia. Sus efectos en los cambios culturales, la política y el ejercicio del gobierno, apenas se empiezan a sentir.

Tecnología es productividad. Al punto que Los economistas la han integrado como factor de producción. Pero es mucho más. Para empezar, una característica sin la que sería inimaginable la sociedad contemporánea. El cambio como regla para beneficio del hombre y la revelación de que lo inmaterial, también es real.

Por su cuenta, hemos conocido que la debida y oportuna administración de Justicia, por ejemplo, no es solo un principio o un discurso. Tiene que ver con capacidad de gestión o lo que es casi lo mismo, productividad. Que el acceso a la mejor educación puede no ser tan costoso y estar disponible en óptimas condiciones para todos. Que los mejores médicos pueden diagnosticar e intervenir, también a menores costos, a cualquier paciente en cualquier lugar. Etc.

Así como la globalización no es una opción, la utilización de estas nuevas tecnologías, tampoco. No es un asunto filosófico, más bien uno de supervivencia y bienestar.

Así lo han entendido los gobiernos y el nuestro, en particular. El plan Tic, que se viene ejecutando, las reconoce como un eje transversal.

Las cifras conocidas comprometen al País en su ejecución, reconociendo la existencia de al menos dos grandes retos: su financiación suficiente y la universalización del acceso.

A pesar de que existen más de veinte millones de colombianos conectados a internet y el 90% de las conexiones son de banda ancha, tenemos que conseguir la ampliación de la oferta del servicio en los estratos bajos, hoy en una desproporción de uno a tres en relación con los altos. Algo similar ocurre con el estrato medio, en una correlación inferior.

En el sector educativo, el acceso creciente de las instituciones escolares públicas y la mejora de los indicadores de gestión, aunque indispensable no parece suficiente. El asunto podría pasar por una más completa integración de las nuevas tecnologías en el modelo educativo y una mejor formación y capacitación de docentes.

En el ámbito de la Justicia, además de la integración del sistema , manejo de software y capacitación a todos los niveles, las cifras de conectividad y disponibilidad de hardware y software apropiado en los juzgados municipales, son más que preocupantes. Aquí, pronta y cumplida Justicia es algo más que un eslogan.

Las aplicaciones en telemedicina están por desarrollar. El Plan obligatorio de salud puede reducir costos inmensos utilizando aplicaciones disponibles hoy para prevención, diagnostico y tratamiento. Por ejemplo, la Universidad Nacional de Colombia ha desarrollado una gran cantidad de software médico con utilidad real que actualmente no está siendo utilizado.

El Gobierno, el sector privado y la academia han tomado en nuestro país muy en serio este asunto y eso nos ha permitido un desempeño más que decoroso a nivel internacional, pero son numerosas las asignaturas pendientes, comenzando por el cumplimiento de las metas de universalización.

Estímulos y prerrequisitos para la adjudicación de nuevas licencias de construcción, como se hace con los servicios básicos, popularizar el acceso e internet móvil, como meta de los gobiernos departamentales y locales, pueden ser la mejor “traducción” de igualdad de oportunidades. Par y paso (y pesos) con la transformación de todos los establecimientos educativos a manera de aulas virtuales, entre tanto internet y televisión se integran aún mejor.

Se trata de poner a Colombia a tono con la realidad de una revolución sin violencia que ha transformado al mundo y de maximizar unos recursos que siempre serán escasos, para que nuestros compatriotas vivan mejor.

sábado, 16 de enero de 2010

¿Retorno del populismo en América Latina?

Luis Carvajal Basto

El Espectador, Bogotá

Enero 16 de 2010

El aumento del gasto en que incurrieron los gobiernos del mundo para salir de la crisis, explica en buena medida el déficit fiscal en muchos países. Pero lo que ocurre en Argentina, entre la Presidenta, el Banco Central y el poder judicial, así como el intervencionismo de Chávez, nos recuerda al populismo, en sus peores épocas.

Tuvimos periodos en que los gobiernos en Latinoamérica controlaban la moneda y las tasas de interés. Los bancos centrales emitían billetes a chorros, generando procesos inflacionarios que no se detenían nunca y se endeudaban más allá de sus posibilidades. En algunos países se llegó al absurdo e ilustrativo caso de tener que llevar una caja de billetes para comprar unos cigarrillos.

En Venezuela, donde el gobierno es como en esos tiempos, todopoderoso, han “aprendido” de los errores del pasado y para que nuestros hermanos no tengan que llevar “cajas de dinero”, han recurrido al “Bolivar fuerte” e implementado el control de cambios a discreción, introduciendo elementos políticos poco deseables. Resultado: una inflación del 30% y empeorando, y un grave desajuste cambiario.

Si no fuera porque la Historia es bastante conocida y la inflación el peor de los impuestos, como lo reconocieron las reformas Constitucionales que elevaron a esa categoría la independencia de los bancos centrales en los 90s, poco se puede decir a favor de estas novedades del “Socialismo del Siglo 21” que convierten las decisiones monetarias y fiscales en apéndices de un discurso ideológico poco claro.

Pero lo que ocurre en Argentina no es menos deplorable. El uso de las reservas para atender compromisos de gobierno, es diferente a orientar el gasto público para salir de la crisis. Así lo entendió el director del Banco central, quien se opuso, costándole su empleo.

Los malabares al estilo Kirchner, no se reducen a su concepto de reelección familiar. El despido ocasionó una decisión judicial reintegrando al funcionario, con lo cual se abrió un choque entre poderes.

Hechos como estos recuerdan inevitablemente los tiempos en que se consideró a Latinoamérica una región no viable, con hiperinflación y una deuda impagable, antes de las reformas estructurales que permitieron estabilizar las economías y en periodos críticos como el actual, mostrar mejores resultados y expectativas que otras regiones del mundo.

¿Estaremos retornando al populismo? Lo que ocurre en Colombia, México, Brasil, Chile y Perú, por ejemplo, no confirma tal hipótesis pero tampoco descarta las oscilaciones naturales en un periodo de crisis y grandes transformaciones. En un mundo globalizado, competitividad debería ser el único seguro estable contra el desempleo, aun cuando Brasil comienza a mostrar que el crecimiento del mercado interno es una alternativa factible y viable, lo cual no hace más que confirmar que las condiciones de cada país son diferentes y el pragmatismo se impone a las recetas abstractas cargadas de ideología.

En todo caso, contra lo que podrían pensar muchos extremistas que preferirían que funcionara un solo hemisferio de su cerebro, se está demostrando que no son excluyentes competitividad y desarrollo del mercado interno.

¿Es el buen gobierno un asunto de eficiencia en la gestión pública? Indudablemente. Los discursos e intenciones no son suficientes en una sociedad cada vez más informada que permanentemente evalúa el desempeño del gobierno mediante encuestas o elecciones. Por otra parte, los instrumentos de medición, son cada vez más precisos. Los indicadores de Inflación, desempleo y pobreza, explican mejor la realidad que los discursos de gobernantes al estilo Chávez.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Profetas del desastre (de nuevo) erraron sus pronósticos

Luis Carvajal Basto

El espectador, Bogotá

Diciembre 28 de 2009

Cuando los efectos de la crisis mundial se empezaron a sentir, abundaron las opiniones sobre 2009 como un año apocalíptico para la Economía Colombiana. Se cuidaban, quienes emitían tales conceptos, de minimizar los efectos externos e imputarlos todos a errores de política, sin considerar que se trataba de un asunto de Estado. Afortunadamente no ha sido así.

Advirtiendo que los factores sicológicos (pérdida de confianza, etc.) constituían un fundamento de la crisis mundial y sopesando la dinámica positiva que ha mostrado nuestra economía, decíamos hace un año en esta columna: “No tendremos el crecimiento de años anteriores pero catástrofe, tampoco. Las exportaciones, el empleo y las finanzas públicas se resentirán. La probable caída en la inversión privada, debe “reemplazarse” con gasto público. Los remedios habituales no servirán y el gobierno y el Banco de la República deben actuar con audacia y jugarse a fondo”.

Los gobiernos en el mundo están saliendo de la crisis aumentando el gasto público y generando el respectivo déficit fiscal. Un panorama de esas economías muestra que Estados Unidos, donde se perdieron 20 millones de empleos, comienza a “salir”, con un crecimiento del PIB del 2.2% en el tercer trimestre, mientras Europa al final del año mostrará cifras negativas aun y solo China sigue creciendo a una tasa esperada del 8%.

La hermana Venezuela, al cierre del tercer trimestre, mostró cifras negativas superiores al 2%.Entre tanto Colombia cerrará con una cifra positiva entre 0 y 1 %, cifra que se puede considerar aceptable teniendo en cuenta el entorno de crisis mundial y factores como el arbitrario cierre de nuestras exportaciones a Venezuela, -17%, la reducción de las compras de Estados Unidos,-22% y la reducción en la inversión extranjera Directa.

Pero no se puede afirmar que la crisis esté superada y, por el contrario, debe tenerse en cuenta que la salida se relacionará inevitablemente con un aumento de productividad y perdida o reasignación de empleos. Valga de ejemplo lo que ocurre en Estados Unidos donde la productividad crece a niveles del 8% y el costo del trabajo cae a tasas cercanas al 5%.

Tenemos sectores en que la inversión sigue creciendo, como el de minas y petróleos, pero desafortunadamente no se generan los empleos suficientes. La construcción, tan importante, muestra unas cifras preocupantes de caída en las licencias cercana al 25% hasta octubre, contrario a Estados Unidos, donde comenzó la crisis y el precio de las viviendas se empieza a estabilizar. Es de esperar que la confianza se recupere por parte de familias e inversionistas.

En ese campo, cerramos el año con expectativas positivas. El Índice de confianza industrial, con base en la encuesta de opinión empresarial, ha mejorado en el último mes en un 1.6% y El Índice de Confianza del Consumidor (ICC), medido por Fedesarrollo, mejoró en 8,5 puntos en noviembre.

Aunque no ocurrió el desastre que muchos esperaban, olvidando “que van subidos en el mismo avión”, muchas cosas tenemos pendientes, además de la socorrida diversificación de mercados. La ejecución del gasto en obras públicas debe superar el discurso; una clara política de estímulos, de ser necesario subsidios, al comercio en las zonas de frontera que supere la demencial voladura de puentes, y el traslado efectivo en la baja en las tasas de interés a compradores de vivienda y consumidores, podría ser urgente.

sábado, 19 de diciembre de 2009

El Palacio: justicia y política

Luis Carvajal Basto

El Espectador, Bogotá

Diciembre 19 de 2009

Si alguien quiere saber de ironías en nuestra historia, basta con confrontar lo ocurrido en el Palacio de Justicia, hace veintitantos, años con la actualidad política observando el giro de las Instituciones, pero también de las personas.

El informe de la comisión de la verdad es, más bien, de las verdades: Qué la toma del Palacio fue una alianza entre el M19 y la mafia; qué se cometieron muchos homicidios no explicados y, qué mientras varios actores disfrutan hoy día de las “mieles” del establecimiento a la vez que lo cuestionan, otros están muertos o, como el Coronel Plazas, en la cárcel.

Pero hay otras verdades que refrescan nuestra memoria tras los hechos del palacio, como la utilización de secuestro y asesinato a manera de arma política, método que puso de moda en Colombia el M 19 con José Raquel Mercado y Álvaro Gómez y luego se generalizó, abriendo la escalada de violencia que hemos padecido desde entonces. El origen de los paramilitares se relaciona con otro de sus secuestros.

Que lo del Palacio fue un asunto de barbaros, se sabía. Lo que no conocíamos era la capacidad de caos del gobierno de la época. No sale muy bien librada la ex Ministra Sanín, quien para evitar otro nueve de Abril, según sus palabras, censuró la difusión de los hechos, recordándonos que el “camino del infierno está lleno de buenas intenciones”. Pero mucho hay de miopía política y desconocimiento de la Historia, inusuales en un Ministro de Estado: el M 19 jamás tuvo una base popular. Menos en Bogotá. No caben comparaciones. Como disculpa, es mala.

Tampoco queda bien el Presidente Betancur. En esos días no hubo gobierno sino lo contrario. Dejó que el asunto se resolviera a tiros sin tener en cuenta las vidas de los Magistrados y Ciudadanos que se encontraban allí. Sobre todo, olvidó que él era el Presidente. Una comparación inevitable con la forma como el Gobierno del ex Presidente Turbay manejo el tema de la Embajada nos enseña que a las sociedades, dependiendo del momento y condiciones, les conviene más una Democracia con autoridad para garantizar las Libertades que una en que se difumina.

Lo del Palacio es un hito fundamental en la desinstitucionalización de Colombia. Por eso resulta extraño que, asumiendo la vocería de los Magistrados asesinados, el actual Presidente de la Corte Suprema proponga “otro cese al fuego”. ¿Entre quienes?¿ Se referirá a la reciente intervención política de la Corte con movidas como dejar al país sin fiscal, pretendiendo un maltrato histórico a la Rama Judicial? De ser así reconocería estar echando leña al fuego de manera intencional, desconociendo, entre otras, las diferencias entre el gobierno de entonces y el actual y que en el medio, el país tiene otra Constitución.

La primera ironía que a cualquiera se le ocurre, resulta de confrontar el estatus de Robín Hood, que algunos concedieron al M 19, con la realidad de un grupo armado alquilado a la mafia según el informe. Eso no es grave sino gravísimo y tiene razón el Doctor Carlos Medellín al solicitar explicaciones al Gobernador Navarro y al Candidato Presidencial Petro.

Este último debe mucho de su popularidad a su condición de ex del M 19 y otro tanto a las sindicaciones sin fundamento que hizo en todas partes del mundo contra el Estado Colombiano, del cual ahora, como hace veintitantos años, hace parte activa y ha derivado prerrogativas de Senador. Está moralmente impedido hasta tanto las responsabilidades del M 19 no sean aclaradas o asumidas . (¿La carta del candidato Pardo invitándole a una coalición se produciría antes o después del informe de la comisión de la Verdad?)

Luego de conocer el informe, no se puede menos que enaltecer el trabajo y el valor del Magistrado Pinilla y sus colegas; Lamentar que hasta ahora el país conozca unas verdades que jamás serán completas, y aterrarse con las lecciones irónicas de nuestra actualidad, en que los pájaros le “tiran a las escopetas” y los lobos se disfrazan de ovejas sin que nadie recuerde o se percate. Es hora de que cuente su versión de esos hechos el candidato Petro.