Por Mauricio Velásquez F.
El Colombiano, Medellín
Agosto 17 de 2009
Los golpes militares internos son contrarrestados con la solidez externa a través de sus copartidarios, amigos y jefes políticos Chávez y Correa. Paradójicamente los triunfos que no lograron a nivel interno sí los consiguieron en el plano externo. A través de Venezuela compran el armamento que aquí se les incauta; en Ecuador instalan los campamentos que les destruyen en Colombia; y estos dos gobernantes generan los conflictos que no son capaces de crear la organización criminal. Pareciera perder toda lógica que las Farc quieran gobernar a Colombia cuando ya cogobiernan dos países: Ecuador y Venezuela.
Las Farc y los gobernantes de estos países vecinos usan el mismo lenguaje, expiden los mismos comunicados, critican con la misma vulgaridad a nuestro gobierno, tienen la misma repulsión por la democracia y parece que también sienten similar atractivo por el negocio del narcotráfico. Chillan con la misma intensidad por las muertes en sus filas y hasta el momento no han superado el duelo por la muerte del socio y colega Raúl Reyes. La dupla chavista le exige a Colombia lo que no es capaz de exigirle al grupo criminal. Y para rematar, rompen relaciones internacionales cuando nosotros pretendemos defendernos.
Es evidente la soledad de Colombia en su conflicto. Cada que se desata una controversia por la forma como pretendemos enfrentar la arremetida de la organización terrorista, se arma el alboroto por parte de casi todos los países suramericanos, y aquí seguimos ignorando que no podemos contar con nadie. La mayoría nos abandonó, pero a su vez nos exigen cuentas sobre los mecanismos de defensa que estamos obligados a implementar. Uribe debería aprovechar el rechazo a Unasur para acudir de una vez por todas a otras instancias internacionales de mayor credibilidad y eficacia. Que sea el Consejo de Seguridad de
El conflicto cambió. Además de la derrota militar interna de las Farc, lo que le corresponde a Colombia es su derrota internacional, por eso se debe empezar por aislar a Chávez y a Correa, pero como eso depende en primer lugar de los electores de sus propios países, lo que es lejano y difícil, la única alternativa es luchar por el aislamiento diplomático y para eso hay que iniciar la tarea, en la que ha existido negligencia y temor, y en donde ha primado más el tema comercial que la dignidad de la nación.
Lo que está ocurriendo conduce a que el gobierno piense seriamente en no tener relaciones diplomáticas con Venezuela. Tan solo debemos conservar relaciones comerciales. Mientras la dupla Chávez-Correa continúen siendo cómplices de las Farc no merecen nuestras relaciones diplomáticas.