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domingo, 24 de enero de 2010

Venezuela, "missing in action"

Salud Hernández-Mora

El Tiempo, Bogotá

Enero 24 de 2010

La ONU fracasó en Haití. Mostró su cara más real, la que habla de una organización paquidérmica, que soporta una burocracia atrofiada, gigantesca, condenada a repetir sus errores. Y Brasil demostró de nuevo que está biche para ser potencia.

El organismo internacional no llegó el día del terremoto a la isla, como algunos pensarán dada la lentitud con que se movió para enfrentar la catástrofe, sino que lleva seis años en el terreno con una misión especial, bajo el nombre de Minustah, gastando unos seiscientos millones de dólares anuales. Pero, como dijo alguien que conoce su trabajo, si mañana empacan y se van, no habrán dejado huella.

Basta pasearse por los parqueaderos donde guardan sus estupendas camionetas, todas brillantes pese a las calles polvorientas de la capital haitiana, para hacerse una idea del destino de sus ingentes gastos. Siempre pierdo la cuenta cuando llego a setenta.

Los tres primeros días tras el sismo, todo lo que se les ocurrió fue acantonar a sus funcionarios en la sede de la misión. Su otro centro de trabajo, instalado en el antiguo hotel Cristhopher, se desplomó matando a un elevado número de funcionarios, jefes incluidos. Es lógico que se preocuparan de los suyos, pero no les exime de su responsabilidad para con los haitianos, abandonados a su suerte en la peor catástrofe que ha sufrido nuestro hemisferio.

Preocupados como estaban de recuperar vivos a sus empleados, lo cual, insisto, es comprensible, ignoraron no sólo a Puerto Príncipe sino a otras localidades que fueron devastadas. A Leogane, a dos horas de camino de la capital, demoraron cinco días en llegar para evaluar el desastre, y aún más a los pueblos circundantes.

Cuando escribo es viernes y todo lo que han conseguido es hacer unos pocos repartos de alimentos y agua y generar caos porque los ciudadanos, hambrientos, sedientos y agotados, se abalanzan desesperados sobre los camiones para hacerse con los víveres. También han denunciado, cuando el mal está hecho, que se robaron unos niños huérfanos, igual que ocurrió en el tsunami. A estas alturas y con tantas catástrofes naturales vividas, una pensaría que ya tendrían preparado un plan de contingencia para desarrollarlo en 24 horas.

Tampoco los brasileños, que lideraron en estos años el contingente militar de los cascos azules, conformado por nueve mil hombres de distintas nacionalidades, pudieron garantizar la seguridad. De ahí que los gringos tuvieran que acudir a imponer orden. Luego los criticarán y repetirán la tradicional cantaleta de que quieren invadir el país o le darán crédito a la última majadería chavista, esa que afirma que los gringos poseen una máquina para provocar terremotos de grandes magnitudes. Lo cierto es que con ellos en las calles los haitianos se sienten seguros, su sola presencia serena los ánimos de los violentos si bien, hasta el momento, es esporádica y fugaz, como fueron escasos los brotes violentos aunque algunos medios de comunicación los magnificaran.

También ellos, y no los brasileños, tomaron el control del aeropuerto y después del puerto, dañado por el terremoto, y que pusieron de nuevo en funcionamiento.

No sólo Brasil quedó en un plano invisible, sino Venezuela, inexistente en estas crisis donde intervienen las potencias serias y los países que tienen instituciones. No enviaron ni rescatistas, ni bomberos, ná de ná, comandante. Tan sólo unos médicos se aparecieron un día por el Hospital de la Paz que manejan cubanos, españoles, chilenos y colombianos, y desaparecieron al poco tiempo. Dejaron, eso sí, su bandera junto a las otras, porque el de Chávez es el gobierno de las gesticulaciones, los pantallazas y las pocas obras. Ahí les dimos un buen repaso porque nuestra gente, doy fe, tanto uniformados como civiles, dio ejemplo de profesionalidad, entrega y generosidad.

domingo, 10 de enero de 2010

Los y las neutrales

Salud Hernández-Mora

El Tiempo, Bogotá

Enero 10 de 2010

No sé qué fue peor si el asesinato o la excusa. Alegar que solo querían hacer un juicio político al gobernador, reafirma la tesis de que no hay camino distinto que enfrentarlos a bala hasta lograr que se sometan a la Ley de Justicia y Paz.

Imposible dialogar con una organización criminal que considera legítimo irrumpir a sangre y fuego en un hogar, arrancar de su familia a un señor de 69 años, matar fríamente a un policía y herir a otros dos para lograr su objetivo, degollar después a su rehén al sentirse acorralados, y todo por llevarlo ante sus supuestos tribunales.

Y qué decir de las voces que suplicaron a las Farc que reconocieran la autoría de su última salvajada. Era evidente, dada la forma y lugar donde se produjo, que solo ellos podían realizarlo. Pero siguen existiendo bobos útiles, dentro y fuera de estas fronteras, que aún creen que esa banda de delincuentes tiene escrúpulos y motivaciones políticas.

Algún día se darán cuenta de que no les importan ni los contrarios ni su propia gente. Porque al prontuario de 'Alfonso Cano' tenemos que agregar la veintena de guerrilleros dados de baja por las Fuerzas Militares en el campamento del Meta; no incluyo a los cabecillas, que murieron en su ley, sino a los jóvenes que se alistaron engañados, que son utilizados como carne de cañón y que sufren una existencia esclavizante, desgraciada.

Por eso, y por el respeto que merece la labor de Colombianos y Colombianas por la Paz, sorprende su último comunicado:

"Expresamos nuestra inquebrantable voluntad de aunar esfuerzos para que Colombia transite rápidamente en mecanismos que permitan el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario por parte de los actores involucrados en el conflicto armado, como un mecanismo para humanizar la guerra, mientras se encuentran los espacios para la negociación política y la construcción de la paz" (copiado de Semana).

En cristiano puro significa que se declaran neutrales en el conflicto. Ponen al mismo nivel a las Farc que al 98 por ciento de ciudadanos que las rechazan, y a los policías y militares que los combaten para cubrirnos las espaldas. Pese a encontrar aberrante su postura, es un punto de vista permitido y por eso no entiendo que recurran a un lenguaje confuso, casi que vergonzante. A diferencia de ellos, pienso que las Farc conquistan espacios a golpe de matanzas, secuestros y narcotráfico, que mordieron la mano que les tendimos y que ya no merecen ninguna consideración adicional.

El mundo democrático erró su estrategia frente a esas bandas terroristas. Creyó ver generosidad donde solo había cobardía de la sociedad; toleró la combinación de formas de lucha como una expresión política más, mientras los pistoleros, que tenían nítido el fin que perseguían, se alimentaron de nuestra sangre y nuestros miedos, de la certeza de que tarde o temprano cederíamos porque somos incapaces de unirnos frente a la barbarie y porque siempre habrá quienes los comprendan y justifiquen.

Pero el terrorismo no se confronta solo con balas. Mientras la Justicia siga en pañales, sin recursos suficientes y sin mucha credibilidad, no avanzaremos. Es inadmisible que dejen libre al sindicalista de Fensuagro y a sus seis compinches, capturados en el campamento del 'negro Antonio', por vencimiento de términos. Cualquier día se fugan. O que suelten a los militares implicados en los falsos positivos porque también excedieron los plazos del nuevo sistema penal acusatorio. Absurdo pensar que en solo tres meses pueden cerrar los expedientes a tantos acusados de procesos complejos.

NOTA. Craso error del canciller darle una importancia que no tiene a un documental chimbo. Pasará desapercibido si no le arman bulla. Más bien exhiban en el exterior la estremecedora serie de lienzos del pintor opita Mario Ayerbe sobre el secuestro de su paisana Consuelo González. Impactan más que un libro.

domingo, 3 de enero de 2010

El inepto del decenio

Salud Hernández-Mora

El Tiempo, Bogotá

Enero 3 de 2009

Nada que hacer. Mientras Rodríguez Zapatero gobierne España, lo siento por los inmigrantes colombianos y por los cuarenta millones de españoles. La Madre Patria seguirá en la olla más profunda, a la cola de Europa, a la par tan solo de Grecia y Letonia, con los niveles de desempleo más altos jamás conocidos -por encima de los cuatro millones- y sin solución a corto y medio plazo. Es difícil encontrar un Presidente tan inepto, tan acomplejado, tan resentido. Y, lo que es peor, tenerlo de timonel de los destinos colectivos en el peor momento. Pero los pueblos merecen su suerte.

Tiene gracia que en Colombia lo crean un prócer, todo un visionario, un líder de los progresistas. ¿Y qué ha hecho para merecer tal admiración? El matrimonio gay, proponer el aborto a los 16 años sin el consentimiento paterno y, supongo, tener en su gabinete mentes privilegiadas que afirman que "el PIB es claramente masculino", en esa obsesión zapateril por la igualdad de género; popularizar, dentro de la misma tendencia, la expresión "miembros y miembras"; el proclamar a los cuatro vientos que está científicamente demostrado que "un feto es un ser vivo pero no un ser humano", esto es, una cachama; predicar que se avecina un "acontecimiento planetario" porque coincidirán en el primer semestre de este año que comienza los liderazgos de Obama y Zapatero, sin ruborizarse lo más mínimo; y un sinfín de pendejadas semejantes. De verdad que si uno pasa unos días en España, como yo estoy haciendo, y tiene la desgracia de escuchar al gobierno, empieza el nuevo año en depresión extrema.

España se hunde sin remedio en las profundidades del pesimismo. Dice una encuesta oficial, del CIS, que es el equivalente al Dane nuestro, que el 78 por ciento de los españoles piensa que el 2010 será igual o peor que el ejercicio pasado. Y eso teniendo en cuenta que el número de desempleados ya supera la terrible cifra de cuatro millones, el hecho de que han desaparecido 123.000 pequeñas y medianas empresas, que el Estado se gasta ¡el 75 por ciento más de lo que ingresa!, y que el encefalograma plano del sonriente Zapatero propone soluciones irrisorias que, según él solito, auguran una recuperación en la que ningún organismo internacional ni público ni privado cree.

Preside un licenciado en Derecho que jamás se ganó un salario fuera de su partido porque nadie de la empresa privada le habría dado un puesto, unos ministros tan grises como él mismo. No soporta que nadie le haga sombra por miedo a que se le note su falta de conocimientos, piensa que sabe de todo cuando incluso sus más fervorosos adeptos admiten su inconsistencia casi enfermiza. Y desde este mes que apenas comienza, el inestimable Zapatero presidirá la Unión Europea. Pero no se crean que logró engañar a los europeos como lo hizo con los españoles. Cuando lean que es anfitrión de tal o cual evento, sepan siempre que la presidencia es rotativa y que le toca a cada país cada tanto. Y que en Europa España es considerada un fracaso, un desastre, un fraude. Que Zapatero para sus iguales es lo que dijo en una ocasión en privado Sarkozy, ese otro político que creímos inteligente antes de que hiciese el ridículo con Carla Bruni en las ardientes arenas de las ruinas egipcias: "Quizá no es un hombre inteligente". Pero alabó el que ganara en las urnas.

Porque eso tiene la política. Encumbra a los profesionales que nunca lograrían destacar en el mundo de la empresa privada.

La crisis que asuela al mundo desde el 2008 demostró en Europa precisamente eso, que no elegimos bien a nuestros dirigentes. A cualquier desocupado lo elevamos a la condición de jefe supremo de nuestros destinos. Y así nos va. Y así es normal que haya quienes piensen que Uribe es un genio. Si lo comparo con Zapatero, con Berlusconi o con Brown, a mí también me lo parece.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Las nada navideñas alimañas

Salud Hernández-Mora

El Tiempo, Bogota

Diciembre 27 de 2009

No hay justificación alguna. Ordenar el rescate militar de un rehén no otorga el derecho a asesinarlo a sangre fría. La crueldad de las Farc, su sevicia, debe ahuyentar de una vez por todas la opción de la salida política. Si quieren entregar las armas, perfecto, que sigan el camino de los paramilitares y paguen unos años de cárcel después de confesar sus horrores. Con ellos no hay diálogo político que sirva. Una sociedad no puede morder el polvo ante unas bestias.

Pero eso no significa que debamos abandonar a su suerte a Pablo Emilio Moncayo y al resto de sus compañeros. Siete años de seguridad democrática y no han podido rescatarlos. Que permitan que Piedad vaya a por ellos, pero con máxima discreción y sin espectáculo en los medios. Ojalá fuésemos los periodistas y, sobre todo nuestros jefes que son quienes mandan, capaces de acordar una cobertura sobria, casi espartana. Las Farc no merecen que recibamos como gesto condescendiente la libertad con cuentagotas de quienes nunca debieron perderla.

Insisto por enésima vez. Los policías y militares son, como los civiles en Colombia, merecedores de todo respeto. No son prisioneros sino rehenes inocentes. Si las Farc y el Eln se han unido para fastidiarnos aún más la vida, hay que darles más duro y dejarles claro, nítido, que no habrá jamás un diálogo político con quienes no entienden sino de balas y machetes. Da lástima tener que hablar en estos términos en fiestas navideñas, pero una no es la madre Teresa de Calcuta y cada día desprecia más a esas alimañas. Estuve unos días en una zona cocalera nariñense, para hacer un reportaje, y pocas veces en mi vida había conocido un lugar tan paradisíaco. Pero entre las Farc, el Eln y los herederos del paramilitarismo narco, lo acabaron todo. Se tiran nuestro país y aún hay quienes pretenden que les otorguemos a los asesinos algo distinto a la extremadamente generosa Ley de Justicia y Paz. Ni un milímetro más que esas concesiones.

El crimen de Luis Francisco Cuéllar, que tenía 69 años, no lo olvidemos, 69, debe marcar un punto de no retorno. Si las Farc quisieron tumbar la quimérica negociación política, allá ellos. No aceptemos excusas de si es que era un paramilitar, de si es que era ganadero, de si es que no debió dar papaya y salir corriendo de su tierra a refugiarse al otro lado de las fronteras como si debiera algo. No sé quién fue Cuéllar y si tenía pecados; de lo que estoy convencida es de que una sociedad no puede ser tan cobarde como para correr a pedir cacao a unos desalmados.

Todo ello no implica que no admitamos que la seguridad democrática lleva tiempo haciendo aguas, de punto llegó al punto de incompetencia y hay que darle un giro. No es posible que en Florencia, donde casi cuentan con más soldados que reses, haya semejante falla de inteligencia y de custodia a un personaje tan amenazado. Un gobernador no puede tener un policía mal armado, carne de los terroristas, y otros dos inservibles.

Si sigo creyendo que las recompensas son un error, más aún llenar los montes de batallones. Esto es de inteligencia, hermano, y de más nada. Las Farc no tienen más de quince mil hombres y nosotros medio millón de uniformados. Es preciso hacer algo para cambiar la tendencia y aplastarlos al punto de obligarles a dejar las armas. Es un diciembre triste, como casi todos. En uno asesinaron a la familia Turbay; en otro, a 29 soldados. Ahora, al gobernador. Está bien que le pidamos al Niño Dios que nos ayude a erradicar la violencia, pero si no ponemos de nuestra parte, no esperemos milagros.

jueves, 3 de diciembre de 2009

La cara más decadente de las Farc sale a la luz

Salud Hernández

El Mundo, Madrid

Noviembre 2 de 2009


Guerrilleros borrachos, niñas reclutas, partes de guerra desesperados, pagos a prostitutas, relaciones de viejos comandantes con niñas, ejecuciones sumarias, paranoia de los altos mandos... Las FARC están en franca decadencia, una verdad que reflejan los cientos de miles de fotos y documentos guardados en cuarenta y dos ordenadores e infinidad de memorias UBS y CDs que las Fuerzas Militares encontraron en diversos campamentos guerrilleros cuando los asaltaron.

Nunca imaginaron los comandantes subversivos que sus enemigos llegarían al corazón de sus guaridas y les arrebatarían información valiosa. En unos casos detallan la estructura de narcotráfico, con socios y cifras de envíos; en otros aparecen las fichas de inscripción de los integrantes de los Frentes o los nombres de los guerrilleros ajusticiados porque sospechaban de ellos.

Uno de los más jugosos, revelado, al igual que el resto, por la revista Semana, es el encontrado a “John 40”, cabeza del Frente 43. Famoso por su comportamiento mafioso, el material incautado no hace sino confirmar lo que las autoridades conocían del mayor comandante narcotraficante que tiene en estos momentos las FARC. Facturas de billetes de avión a prostitutas de Antioquia y el Eje Cafetero para animar sus fiestas en plena selva, compra de caballos caros, grabación de los llamados narcocorridos, cirugías estéticas para algunas mujeres.

"Preocupado por la situación del Frente... los gastos extravagantes dejaron huella en el subconsciente de las masas y por supuesto de los guerrilleros y de la jefatura que se formó al calor de esas actividades. Los casos de la traída (y los gastos que eso implica) de mujeres modelos, es una debilidad, una falta de uno autodisciplinarse, un socavamiento moral de las unidades. Una debilidad no invalida toda una vida de lucha, pero sí la mancha”, le reprimen con delicadeza a “John 40” sus jefes del Secretariado.

Sin embargo, el regañado no es tan magnánimo con los suyos. Registra en sus archivos los castigos severos y fusilamientos a los miembros de su tropa por pasarse de copas, “desperdiciar comida” o “robarse una panela”.

"Nuestro talón de Aquiles es la débil formación de los mandos medios e incluso de miembros de Estados Mayores de los Frentes. Más que los méritos del enemigo, esta es la causa de la gran mayoría de los golpes que hemos recibido. Falta don de mando con carácter. Nos hace falta crear una escuela para formación de mandos con rescate de la doctrina fariana. Las relaciones entre los propios mandos y entre estos y los guerrilleros deben ser replanteadas. Se ve mucha flojera, compinchería, alcahuetería, amiguismo", señalaba el comandante “Iván Ríos”.

Sus apreciaciones se quedaron cortas. Murió asesinado en 2008, mientras dormía, por uno de sus hombres de confianza que le cortó la mano para mostrar a los militares lo que había hecho y cobrar la recompensa multimillonaria que se ofrecía por el citado guerrillero. Y eso que durante dos años “Iván Ríos” celebró trescientos consejos de guerra, según dejó documentado, con igual número de ejecuciones, por causas como “desmoralización insuperable” o sospechas de que se trataban de infiltrados de los paramilitares o el Ejército.

Para compensar las pérdidas, se lanzó a una campaña de reclutamiento obligatorio masivo en donde abundaban los menores de edad. Muchos de ellos, tanto en los Frentes del fallecido comandante como en otros, son sometidos a duros castigos y hasta fusilados por dormirse en una guardia o ser sospechosos de deserción. Y son sus propios compañeros, que conforman el jurado, los que los sentencian a muerte.

"En lo que va corrido del año han desertado 112, se capturaron 33, se les hizo consejo de guerra y salieron fusilados 22. Más 6 que en la persecución se dieron de baja. Se entregaron al enemigo 26 con 23 fusiles, 14 pistolas y 260 millones de pesos... Les va mi abrazo. Jorge". Quien envía el correo es Jorge Briceo, alias “Mono Jojoy”, miembro del Secretariado y el jefe más popular entre la tropa de las FARC. Desde hace meses sobrevive en cuevas y en los lugares más inhóspitos de la Cordillera Oriental, sometido a una cacería implacable de los militares, rodeado de una guardia pretoriaza compuesta por familiares e íntimos porque no se fía de nadie.

El rosario de datos no deja lugar a dudas: las FARC están infectadas de los virus que corroen las bandas terroristas y mafiosas.

http://www.elmundo.es/america/2009/12/02/colombia/1259771849.html

domingo, 29 de noviembre de 2009

Otra imposible conspiración

Salud Hernández-Mora

El Tiempo, Bogotá

Noviembre 29 de 2009


Hace unos años, cuando las Auc existían y eran poderosas, crucé el golfo de Urabá, de Acandí a Necoclí, en un fueraborda. Pilotaba el comandante 'Alemán' e íbamos acompañados por su escolta, seis hombres armados vestidos de camuflado. El jefe del bloque Élmer Cárdenas navegaba con destreza por la desembocadura del caudaloso Atrato, que vomita troncos y ramas tras su recorrido por la selva chocoana. Arrancamos sobre las 11 de la mañana, fuimos tranquilos y llegamos sin novedad.

Desde aquel día supe que en la Armada, ciega a nuestro paso, había demasiadas manzanas podridas. Por eso, no me extrañaron las revelaciones sobre un contraalmirante y un recibo con huella. Sí me sorprendió y lamenté que fuese Arango Bacci el señalado, dada su impecable trayectoria y prestigio.

No sé si es inocente o culpable, pero en ese juicio confío en la Corte Suprema. No veo que los magistrados tengan interés distinto de valorar las pruebas conforme a su criterio jurídico.

Lo que no me trago es la manida tesis de la conspiración. Puede tener enemigos, pese a ser Arango muy afable, pero no encuentro cómo y por qué causa y fines las siguientes personas e instituciones se confabularon para hundirlo: 1) Capitán Tovar, jefe de contrainteligencia, cuerpo imprescindible para acabar con las manzanas podridas. Lo nombra el almirante Soto, del bando de Arango. 2) Unaim de Barranquilla. Abre investigación tras la interdicción de la motonave Guayacán, donde aparecen las cartas de navegación que muestran que los narcotraficantes conocían la posición de las fragatas de las Armadas de Colombia, de USA, Gran Bretaña y Holanda en el Caribe. Desarticularon la red -16 detenidos- que compraba dicha información y enviaba go-fast con coca a Centroamérica. 3) Las dos expertas criminalísticas del CTI de Cartagena, primeras en examinar el famoso recibo de la huella. Confirmaron su autenticidad. 4) Dos peritos independientes del DAS que concluyeron lo mismo. 5) El embajador Brownfield. Cuando metió las narices en el caso Arango, dando a entender que Washington sabía algo, no lo hizo porque sí. Su país identificó a quien trabajaba en su Fuerza Naval con la red colombiana, aunque no quieran admitirlo. 6) 'Chupeta' y su computador. En él aparece el pago por el movimiento de la fragata 'Almirante Padilla', bajo mando de Arango, que permitió el paso libre de una go-fast. 7) Eyssin Matos, testigo de dos reuniones de Arango con mafiosos. Esta semana explicó en la Defensoría del Pueblo por qué se retractó y las razones para sostenerse en sus primeras declaraciones. 8) Capitán de corbeta Jorge Ahumada. En una conversación grabada le dice a un traqueto que Arango permitirá que habiliten en Cotecmar un buque para encaletar droga. 9) Juan Manuel Santos. Recibió el recibo con la huella y decidió, una vez comprobada su autenticidad, enviarlo a la Fiscalía. 10) Almirante Echandía, ex director de Inteligencia. 11) Juvenal Serna. Testigo de la Fiscalía. Presente en un encuentro con mafiosos, grabado, en donde se refieren a Arango como colaborador. 12) Comandante de la Armada, almirante Barrera. Mostró a una periodista el recibo de la huella para certificar su existencia. 13) Ex fiscal Iguarán halla pruebas para iniciar el caso; ex fiscal Zarabanda, investigador que concluye que hay méritos para acusar a Arango.

Por falta de espacio dejo fuera indicios y participantes. De todo hay fechas, nombres y lugares. Es imposible que tanta gente diversa, sin nexos ni rumbos comunes, conspiraran contra el contraalmirante para cerrarle el paso a su futuro. Si la Corte lo declara inocente, perfecto. Pero no podemos inventar contubernios, perseguir tanto a funcionarios como a los cuerpos que combaten la corrupción dentro de las Fuerzas Armadas y pedir cabezas cada vez que cumplen con su deber, sólo porque nos cae bien el supuesto culpable. La próxima vez, cuando descubran otro alto mando, taparán pruebas para evitarse líos.

Nota de Eltiempo.com: Por solicitud del autor, los comentarios han sido deshabilitados de esta columna.

domingo, 8 de noviembre de 2009

En pie de guerra

Salud Hernández-Mora

El Tiempo, Bogotá

Noviembre 8 de 2009


Tienen la misma obsesión con Álvaro Uribe que el Presidente con ellos. Con su empecinamiento en meter preso al ex senador Mario Uribe y a todo lo que le duela al Jefe del Estado, los magistrados de la Corte Suprema están perdiendo el juicio. Les tengo una sugerencia para que queden tranquilos: entierren el hacha de guerra y vuelvan a ejercer la Justicia con profesionalidad y objetividad, superando, además, ese vicio tan berraco que padecen algunos togados de aparecer en los medios. La justicia, señores magistrados, es silencio.

Convenzan a Raúl Hasbún, al Tuso Sierra y a Felipe Sierra de que cuenten todo lo que saben del primo, lo meten preso y pasan página. Porque así no hay justicia que avance.

Un día se les ocurre filtrar que van a investigar a José Antonio Chavarro, quien fuese presidente de la Comisión de Acusaciones de la Cámara hasta que dimitió con su equipo por falta de recursos. Lo acusaban de dilatar el caso del Presidente y el magistrado Valencia y se les olvidó que hay otro expediente en la Comisión contra el magistrado Yesid Ramírez que está estancado. Además, con qué legitimidad acusan a otros de inoperantes si la Corte tiene investigaciones abiertas más de año y medio, pese a que el plazo para recopilar pruebas y resolver es de seis meses. Para ellos no hay reglas.

Además, se amilanan en privado y son gallitos en público. El día que la Sala de Gobierno de la Corte fue a la Casa de Nariño, no se atrevieron a transmitir al Jefe de Estado el mensaje nítido de sus compañeros: bajo ningún concepto piensan escoger un fiscal de bolsillo. Sólo acertaron a descalificar a Ángel Palacio, el Presidente lo cambió y volvieron a declarar la terna inviable.

El último síntoma de que algo falla es la propuesta esperpéntica del presidente de la Corte, Augusto Ibáñez, de consultar con la sociedad la idoneidad de los tres candidatos. Repiten el exabrupto del Presidente, cuando dijo en Ibagué que debe ser el pueblo el que conozca de la guerra de vanidades y poderes que libran todos ellos. Lo que quiere el ciudadano es que se pongan de acuerdo el presidente Uribe y los jueces, porque el ejemplo de intolerancia, torpeza y arrogancia que nos dan es patético.

Podría ayudar Andrés Pastrana, que tiene ascendencia sobre Ibáñez, que lo asesoró en temas de CPI, y sobre el vicepresidente de la Corte, Jaime Arrubla, que fue su secretario jurídico.

Y mientras se pelean, ocurren cosas preocupantes en la Fiscalía. Javier Cáceres, presidente del Senado, quien ayudó en su día a que nombraran vice-fiscal a su íntimo amigo Guillermo Mendoza, movió los hilos para colocar al hermano del hoy Fiscal como gobernador encargado de Bolívar. Cáceres consiguió que el Gobierno ignorara una opinión que pidió Carlos Holguín al Consejo de Estado cuando era Ministro, sobre inhabilidades de posibles gobernadores encargados. Conceptuaron que no podían designar a quien tuviera lazos de consanguinidad con funcionarios que ocupan altos cargos.

Hay más. Una fiscal, a la que acaban de botar, dijo que llevaba el caso de Etesa, empresa que se estaban robando entre varios y que era un fortín de Cáceres. Ella insinuó que la declararon insubsistente porque llegó a la conclusión de que las famosas chuzadas del DAS, otro caso que investigaba, no las hizo dicho organismo sino la Fiscalía. Si la echaron para callarla, por qué no pensar que fue por las averiguaciones sobre Etesa, en estado avanzado, con testigos dispuestos a cantar 'La Traviata' en un tono más que comprometedor para el senador.

En todo caso, el día que firmen el armisticio, los poderes Ejecutivo, Judicial y Legislativo tendrían que pensar en desterrar la politiquería, las nefastas influencias y las exigencias de burocracia de todos ellos. Habría que preguntarle a Mendoza, por ejemplo, a cuántos recomendados de los jueces Quintero, Ramírez o Espinosa mantuvo en los puestos que les regaló Iguarán, y a cuántos de su buen amigo Ricaurte nombró ahora en la Fiscalía.

Nota de Eltiempo.com: Por solicitud del autor, los comentarios han sido deshabilitados de esta columna

domingo, 25 de octubre de 2009

Jugar a dioses

Salud Hernández-Mora

El Tiempo, Bogotá

Octubre 25 de 2009


Será todo un ejercicio de malabarismo educativo. Los profesores tendrán que explicar a sus alumnos las razones por las cuales los niños con síndrome de Down, que son sus compañeros de salón, no fueron abortados a tiempo. Por un lado, el Ministerio pretende integrarlos a la sociedad, pero, como la Corte Constitucional acaba de ordenar dar clases de aborto en los tres supuestos que marca la ley, estarán obligados a enseñarles que las niñas que queden embarazadas podrán aniquilar los fetos que tengan esa malformación. ¿Por qué?, podrán preguntar los pequeños. Pues porque ahora queremos gente que nazca sin discapacidad, les contestarán.

Algún niño quizá insista y quiera conocer qué pasará con los que adquieran alguna terrible enfermedad en el camino, tipo Stephen Hawkins. ¿Tienen aún el derecho de deshacerse de ellos o ya lo perdieron porque no abortaron cuando podían? Claro que si luego te sale un genio como el citado físico, no importa tanto darlos a luz, pensarán unos niños. ¿Qué hacer, entonces?

La mente de los escolares podrá continuar argumentando que como aún no conocemos a nadie con parálisis cerebral que haya atesorado la admiración universal de Hawkins, ellos sí son material desechable. Es decir, a partir de las estupendas clases sobre el derecho a interrumpir el embarazo en caso de malformación del feto, los niños con serias limitaciones físicas o psíquicas adquirirán una categoría especial en los salones: abortos fallidos.

Es una desgracia que el Procurador se haya metido en la pelea, porque polarizará un debate de interés social que nada tiene que ver ni con la reelección, ni con la guerra que libra Ordóñez con las altas Cortes y menos aún con que si es ultraconservador.

Enseñar aborto en los colegios es una cuestión que afecta a las familias y al modelo de sociedad que queremos. Que un puñado de magistrados se hayan erigido en legisladores y en gobierno, pasándose por la faja el mínimo consenso que debe existir en normas polémicas que afectan principios fundamentales, supone un abuso de autoridad.

Para los colegios que no estén de acuerdo será legítimo desobedecer la orden y si son católicos, con más razón. Nadie los puede obligar a impartir clases contrarias a sus creencias. La Corte Constitucional cruzó las fronteras judiciales, porque les pidieron resolver el caso de una mujer madura, que no pudo abortar al apelar jueces y médicos a la objeción de conciencia, y acabaron ordenando una campaña masiva que fomentará el aborto y enviará mensajes equívocos a los menores de edad.

Con su sentencia, además, los magistrados violan el derecho de los padres a elegir el tipo de educación de sus hijos. Si escogen un colegio religioso, buscan una formación integral que abarque cuestiones morales. Y entre ellas no entra, desde luego, el derecho al aborto como una materia más. En caso de abordar esa cuestión, esos centros lo hacen desde un punto de vista que va en contravía de la orden judicial, porque en su lenguaje no mencionan la palabra derecho, sino atentado contra la vida. Pero, incluso, muchos papás que los mandan a centros laicos, seguro que no les parecerá edificante que les muestren a sus retoños que abortar es una posibilidad más de planificación.

Porque no hay que llamarse a engaño. En un país donde el embarazo de adolescentes es un problema de enormes magnitudes, que responde más a una cultura machista que a falta de condones, difundir el derecho al aborto, así sea con todos los matices del caso, terminará siendo recibido como un método extremo de control. También les quedará el concepto de que el ser que nacerá no es humano sino un despojo, a veces imperfecto, y, por ende, susceptible de ser eliminado. Y que los actos irresponsables no tienen consecuencias. O que es legítimo jugar a dioses. Serán los rectores y los profesores, pues, los que ahora apelarán a la objeción de conciencia.

domingo, 11 de octubre de 2009

Los talibanes del TransMilenio

Salud Hernández-Mora

El Tiempo, Bogotá

Octubre 11 de 2009

¿Hasta cuándo nos tendremos que aguantar las falacias de Enrique Peñalosa y compañía sobre el metro? ¿Acaso es el único dirigente, del siglo pasado y del presente, con una visión superior al resto? ¿Será cierto que Dios nos premió enviándonos al más preclaro alcalde jamás imaginado?

Que alguien que nunca salga del país proclame que lo mejor para el transporte en una populosa capital es TransMilenio, vaya y juegue. Pero una persona que viaja por el mundo, conoce grandes urbes, no tiene derecho a engañar a los bogotanos.

"Los que más quieren el metro son los ciudadanos de carro, que no tienen la más mínima intención de subirse al metro; lo que quieren es echar a los ciudadanos pobres debajo de tierra para que no los estorben los buses en las calles", declaró el oráculo. Pues no, populista Peñalosa. Los que queremos metro son, por un lado, los que están más que hartos de ir apretaditos en los buses rojos, de tener que dejar pasar varios porque van llenos, de aguardar quince, veinte minutos a que lleguen; y los que no tenemos camioneta con chofer como usted, vamos en buseta, taxi y carro, odiamos los interminables trancones y sabemos que en metro llegaríamos rápido.

Si fuese honesto, debería promocionarlo como el medio de transporte ideal para capitales pobres que quieren permanecer en el atraso. Declarar que el metro es caro, que son más baratos unos simples buses, es una obviedad que ofende. También es más barato viajar en flota por trochas sin pagar peajes. Para qué túneles, para qué dobles vías, para qué computadores, para qué trenes, aviones, sigamos en las cavernas.

TransMilenio, por los años que demora en su construcción, nace siempre saturado. Antes sólo vivía lleno en horas punta, ahora es todo el rato. Y así será siempre porque una megalópolis de ocho millones de habitantes que no para de crecer no podrá movilizarse con solo transporte de superficie. Menos aún en una Bogotá desordenada, donde no se construyen nuevas vías -en 1978 tenía 14.000 kilómetros y hoy sólo 1.000 más- y se levantan edificios sin pensar en las consecuencias para la movilidad.

No niego que soñaba con la vuelta del tenor a la Alcaldía, porque la capital necesita mano dura y un hombre muy capaz; los carros parquean donde se les da la gana, los vendedores ambulantes conquistan nuevos terrenos, está sucia, no plantan árboles y cunde una sensación de dejadez peligrosa. Pero Dios nos libre de un talibán del TransMilenio que predica que el paraíso está en los buses rojos, los únicos, los verdaderos, los salvadores, y emprende la cruzada contra la herejía del metro, con más pasión que el rey Arturo y enarbolando unos datos que sonrojan.

Resulta que París, Londres, Nueva York, Madrid, Washington, Berlín, Tokio, Fráncfort, Copenhague, Estocolmo, Ámsterdam, Hong Kong, Pekín, Shanghái, Kuala Lumpur, Sydney, El Cairo, Buenos Aires, Sao Paulo, Santiago... cometieron un histórico error al apostar por el metro subterráneo y no haber previsto cuando los crearon -algunos tienen más de cien años- que era el TransMilenio, ¡stupid!, lo que las elevaría al Olimpo del desarrollo.

No daré cifras porque los talibanes las tergiversan y hacen comparaciones peregrinas. Como estoy en Madrid, en una estación de metro se me ocurrió esta adivinanza para bogotanos de 1 año de edad en adelante: ¿qué mueve más gente y a mayor velocidad: un bus doble, que tiene semáforos y frecuencias de quince y más minutos y que debe hacer fila para que los otros lo dejen detenerse en la estación, o cinco vagones más anchos y largos, que pasan cada dos minutos y que ni hacen cola ni paran en rojo? ¿Qué contamina más, TransMilenio o metro?

NOTA. Ana Marta de Pizarro presentó un espectacular Festival Iberoamericano de Teatro. Alisten el paseo los de fuera y ahorren para boletas los capitalinos, porque es extraordinario. Tan bueno como los clásicos de Carlos Vives.

domingo, 4 de octubre de 2009

Candidatos desechables

Salud Hernández-Mora

El Tiempo, Bogotá

Octubre 4 de 2009

Si yo fuese el Presidente, estaría feliz. Los liberales aún creen que César Gaviria es de temer, un rival de peso para él. Pero cada vez que abre la boca, el oyente pone en marcha el espejo retrovisor y, en la comparación, el Partido Liberal pasa de atacante a defensor. Y, cuando no es Gaviria, echan a pelear a Samper, otro retrovisor que Uribe rompe con solo soplar.

El trapo rojo da lo que da, que es muy poco en este momento, y si algunos decimos que el domingo los liberales se estrellaron, no es por querer hundirlos, sino porque ellos mismos pusieron el listón alto. Apostaron por dos millones largos de votos, y Pardo por la mitad de esa cifra para él solo. Como quedaron lejos, fracasaron. De acuerdo en que no es motivo para arrojarse al abismo ni llorar como plañideras, sino para pensar que, como van, no llegan.

Lo primero que debieron hacer es filtrar los candidatos desechables. Si ellos aceptan a cualquiera y no se toman las primarias en serio, que no esperen apoyos masivos. Pardo tendría que sacar de escena y no perder su tiempo ni con el sempiterno aspirante a nada, ni con el oligarca hijo de papi y menos repartir puestos entre los vástagos de sus contrincantes para ganar adeptos. Más bien que proponga no permitir presentarse en las primarias a desocupados o aburridos que solo aspiran a salir en los medios. Eso no es democracia, sino tomadura de pelo.

También tendría que renovarse en su presentación pública. Alguien que aspira a regir el país no puede leer el discurso del vencedor sin levantar la mirada del papel, como un novato de poca monta. En todo caso, triunfó y aunque fuese un partido malo contra rivales con cara de perdedores, lo que cuenta son los tres puntos.

Eso sí, se equivocó al pedir enseguida la gran alianza. Le hizo un enorme favor a Vargas Lleras al ponerlo a su mismo nivel sin tener en cuenta la distancia de tamaño y tradición que separa al Liberal de Cambio Radical.

Que lo proponga Gustavo Petro, tiene lógica. Las opciones de la izquierda en estas épocas furibistas son cercanas a cero y, además, tiene que centrar el partido para sacudirse el inmovilismo y la politiquería de quienes pugnaban por vencerlo. Su reto será mantener unido y a flote al Polo, que ya tendrá su día, y lograr una representación airosa en el Legislativo. Debería atraer para su causa a gentes como el senador Robledo, un valor indiscutible aunque sea izquierda pura y dura. Y si los demás se alejan porque no han asimilado la derrota, puente de plata para ellos. Mejor que Carlos Gaviria se lleve su ego y a Dussán para la casa que mantenerlos dentro.

En ese Polo renovado, Antonio Navarro recupera protagonismo y si Lucho no hubiese sido tan impaciente, tendría sitio. Por desgracia para él, la embarrada de Bucaramanga le costará muchos puntos, como los que pagó Mockus con su triangulito.

Al final del día, solo está claro que todo sigue revuelto a la espera del dichoso referendo. Y que si Uribe llega a mayo, tripite.

NOTA. Turno para la 'Farcpolítica', sin alharacas ni nombres llamativos. Enrique Bahamón, dos veces alcalde de Prado (Tolima), pueblo que la guerrilla despejó por años de turistas a base de secuestro y extorsión, se encargaba de señalar objetivos. Para satisfacer las exigencias de las Farc, remover enemigos o quedarse con tierras, disfrazaba a sus víctimas con el falaz ropaje de aliados de las Auc y justificar así la ignominia. Eso afirman autores materiales de algunos plagios.

Pero no sólo él. Otros testimonios de ex guerrilleros implican a quien fue su asesor jurídico y ahora congresista, Pedro Pablo Trujillo. Y a Germán Vargas, ex director del hospital de Dolores y ahora en la Secretaría de Salud del Tolima. Dicen que les proveía de medicinas y equipos de cirugía.

Confiemos en que la Justicia no lo tome como una batalla a favor o en contra del Gobierno y actúe con diligencia y sin presiones. Se lo deben a las víctimas.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Rescate del olvido

Salud Hernández-Mora

El Tiempo, Bogotá

Septiembre 27 de 2009

Son paracos. Una bandada de explotadores, de parásitos. Merecen su aciaga suerte. Algo así deben pensar las ONG, los organismos externos y ciertas embajadas, prontas a gritar su rechazo ante el planeta cuando alguno de los sectores sociales que santifican sufre las atrocidades de la guerra. Pero los ganaderos no están en su lista. Bueno, sí, en su lista negra.

Por eso no presiona para que los reparen y ni siquiera los consideran desplazados cuando huyen; ni fuerzan que declaren de lesa humanidad los crímenes que padecieron a fin de que no prescriban, ni protestan por una impunidad del 95 por ciento.

¿Dónde están los comisionados de la ONU exigiendo justicia para los 3.293 ganaderos que fueron asesinados, secuestrados y desaparecidos por todos los grupos terroristas y que Fedegán registra en una reciente publicación? Y no están todos los que son. Cientos siguen en el olvido.

Ganaderos hay de diversa ideología y condición social; es innegable que una pequeña parte conformó una alianza diabólica con el paramilitarismo. No lo hicieron, salvo excepciones, por instinto asesino ni por sevicia, ni siquiera por codicia, sino desesperados ante el abandono estatal de sus territorios. Pensaron que financiando ejércitos tan sanguinarios como sus enemigos, podrían aniquilar la plaga que los azotaba, una tesis monstruosa que luego pagarían incluso con la vida. El saberse despreciados por el Estado centralista podría ser un atenuante de su conducta inicial, pero en ningún caso la justificaba.

Como tampoco la cercanía de algunos con las Auc disculpó la persecución que contra ellos emprendieron las guerrillas. También en la UP había colaboradores y miembros de la subversión, gentes que apoyaban "todas las formas de lucha", que señalaron adversarios para que las Farc los mataran, y no por ello merecieron que les segaran la vida.

En el Epl tenían la consigna de que diez reses era acumulación de capital y su propietario, un legítimo objetivo militar. Eln y Farc secuestraron, extorsionaron y asesinaron a humildes ganaderos, no solo a los grandes, como la sociedad citadina piensa. A un conocido mío, que sólo tenía unos pocos marranos, nada de dinero, y que había cancelado el rescate por un familiar, lo raptaron. A una amiga, a quien acompañé a negociar en una vereda lejana, le quitaron cien reses, le obligaron a entregar otras cien a una persona que indicaron y le dejaron las cincuenta restantes. Y estuvo de buenas. El comandante confesó que habían planeado secuestrarla, pero permitió que se fuera.

A Julio Calderón, el primer ganadero plagiado en La Guajira, lo asesinaron y solo cinco años después su familia pudo recuperar sus restos tras largas e intensas negociaciones con la guerrilla. A Jorge Vila y a su hijo Jorge los asesinaron en Venadillo (Tolima), al intentar llevárselos. Al muchacho lo acribillaron a balazos por resistirse y al papá lo cargaron herido. Cuando se les murió, lo arrojaron a un río.

He escuchado con frecuencia en Bogotá, en tono indignante, que los ganaderos no pagaban impuestos, una de tantas falacias. Pagaban, y mucho, al Eln, Farc y Auc, a veces a los tres al tiempo, y hubiera sido el colmo que encima de no recibir protección alguna de las autoridades y tener sus propiedades casi abandonadas, trabajándolas a distancia para pagar vacunas y evitar males mayores, con mínimos beneficios, aún tuviesen que cotizar a la Dian.

Ser ganadero de Córdoba o del Cesar no es sinónimo de para-ganadero criminal. No son menos víctimas ni menos inocentes que los sindicalistas o los profesores asesinados y estigmatizados como guerrilleros. En esos gremios hay un puñado mínimo de culpables y miles de inocentes. Si queremos algún día reconciliarnos, dejar de decir Y-tú-más, de medir padecimientos, de echarnos en cara rencores y odios, deberíamos empezar por llorarlos a todos y recordarlos sin distingos.

domingo, 13 de septiembre de 2009

El tinto frío

Por Salud Hernández Mora

El Tiempo, Bogotá

Septiembre 13 de 2009


Sugiero hacer una colecta y reunir los 150.000 pesos que necesita Robert Alexánder López para recobrar su libertad, cantidad que su abogado dice que no tiene. Así contribuiremos, como ciudadanos responsables, a que se cumpla la ley. Al pobre hombre le vencieron los términos en esa perenne discusión entre tribunales de si te toca a vos el caso o me toca a mí. Puesto que sólo había asesinado de forma despiadada a una joven psicóloga y luego descuartizado su cadáver para ocultarlo, el juez pensó que lo correcto era devolver a las calles al apacible sujeto, tras nueve meses en prisión, a cambio de la multa antes citada.

También deberíamos promover otra para recoger los 150 millones que el futbolista Javier Flórez acordó pagar a la familia del hombre que mató a bala. Un juez acordó cambiar plata por justicia, decisión aleccionadora en un país que cada fin de semana registra decenas de muertes causadas por las peleas y el alcohol, al margen de la violencia que generan las barras bravas. Gracias a la magnanimidad del magistrado, Flórez sólo cumplió tres meses de cárcel por acabar con un padre de familia autor, eso sí, del execrable delito de reírse de su mala actuación en un partido.

Creo que podremos ahorrarnos el dinero para ayudar al bueno de Ramiro Balbuena, miliciano que llevaba las pruebas de vida de los oficiales secuestrados y que una bendita jueza de garantías soltó alegando algo oscuro sobre su captura. No sé si fue que el tinto que pidió se lo llevaron frío los malvados del CTI o que tenía dulce y a él le gusta amargo, el caso es que el detenido se quejó y con buen criterio la señora lo soltó. Supongo que sus colegas de las Farc podrán colaborarle.

Leo que en marzo de este año dos adolescentes aparecieron desmembradas en una caneca. Los vecinos alertaron a unos policías por los nauseabundos olores que despedía el apartamento donde estaban. Los agentes acudieron y se toparon con dos individuos, uno de los cuales intentó fugarse. El juez dejó en libertad a ambos sospechosos a las pocas horas por detención ilegal. Los uniformados no tenían una orden judicial.

Y hace unos meses, en una emisora de radio, escuché la amarga queja de unos ciudadanos que detuvieron in fraganti a una banda de peligrosos ladrones. Estupefactos e indignados, fueron testigos de cómo una jueza los soltaba porque no consideró correcta la detención.

Sería conveniente que los jueces comprendieran que la sociedad necesita que los criminales paguen por lo que hacen, aunque eso no devuelva la vida a sus víctimas, y que les dejen muchos años a buen recaudo para sentir que la Justicia funciona y la seguridad ciudadana es un valor que tienen en cuenta. A veces da la impresión de que los magistrados viven en una burbuja y compiten en una carrera de esnobismo jurídico para ver cuál de ellos se ajusta mejor al pernicioso y pusilánime criterio de que no hay que castigar con dureza a los malhechores, despreciando el dolor que provocan, ni dictar sentencias ejemplarizantes ni aislarlos de la sociedad. Que cualquier vericueto jurídico que los beneficie hay que aplicárselo con todo el rigor.

No somos los únicos que contamos con jueces sensibles a los derechos de los delincuentes y alejados del sentir general. En agosto, Francia extraditó a España a una terrorista de Eta. El juez español le concedió la libertad con la condición de presentarse al juzgado cada quince días. Adivinen qué pasó.

NOTA. Se equivoca Juanes al cantar, junto con algunos lacayos del régimen castrista y con tres españoles irrelevantes, en la plaza habanera, símbolo por excelencia de una dictadura que encarcela y manda al exilio a artistas y escritores disidentes. ¿Por qué no organizó un concierto por la libertad? Eso sería valiente y solidario. Lo de la paz en un país sin guerra suena a lenguaje hueco de reina de belleza. Y a juego de incautos, que los dos tiranos sabrán capitalizar.