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sábado, 27 de febrero de 2010

Ejército y Farc no son lo mismo

Carlos Andrés Pérez

El Colombiano, Medellín

Febrero 27 de 2010

Hace pocos días la Universidad de Salamanca en España, abrió un espacio para que dos ONG colombianas hablaran de un tema sensible que mueve emociones: los niños en combate. Y es que si algún nicho de población debería excluirse de todos los horrores de la confrontación armada son precisamente los más pequeños, que sufren al perder a sus familias o tener que abandonar sus lugares de origen sin explicación.


Desde este punto de vista, es muy destacable la campaña que realizan estas organizaciones: viajan sensibilizando a quienes sólo conocen la guerra por televisión, contándoles que a diez horas de vuelo hay lugares en los que todavía nos matamos sin ningún sentido y que esa guerra se cobra la vida de miles de personas al año, sin discriminar nivel social, raza y mucho menos edad.


Sin embargo, luego de la presentación que hicieron quedó la sensación de haber conseguido los resultados, pero a costa de un elemento muy grave: situar a las Fuerzas Armadas colombianas al mismo nivel de grupos como las Farc y las autodefensas. Presentaron un video en el que se recrean, con actores, tomas de la guerrilla, masacres de los paramilitares y al mismo tiempo muestran al Ejército atacando a la población.


Igualmente fueron reiterativos en que los gobiernos de Colombia sólo invierten en la guerra y no en resolver el conflicto dialogando. En ningún momento recordaron que hace sólo ocho años se hizo un proceso de paz en el que se despejaron 42.000 kilómetros cuadrados, donde cabrían más de mil ciudades de la extensión de Salamanca, lugar donde generosamente eran recibidos. Ni tampoco contaron que al Caguán fueron embajadores de algunos países europeos a verificar el avance de los diálogos, ni que en el año 2000 a los guerrilleros se les organizó un viaje por Europa para involucrar a más naciones al proceso. Ni mucho menos las causas por las que se terminó.


Esas cosas no las cuentan porque se habrían tumbado sus propios argumentos, y como el público que los veía tiene poca memoria sobre estos temas, creyeron sin cuestionarlo que efectivamente el diálogo no había sido nunca una opción.


El punto es que estas organizaciones saben muy bien cuál es el discurso que les gusta a algunos europeos y creen que siguiendo ese hilo consiguen más apoyo para causas nobles, repito, pero que no tendrían por qué terminar en comparaciones que hacen mucho más daño del que se cree. El Ejército es una de las fuerzas constitucionales de Colombia y como tal cumple una función heroica, por cierto. Hay errores, claro que sí, pero estos no son sistemáticos ni son parte de lo que se les instruye a hacer: en sus manuales no está el reclutamiento de menores, ni el ataque a la población civil, ni la destrucción de pueblos.

Para próximas giras bastaría mostrar cuál es el papel de cada uno de los actores en el conflicto, sin acomodarlo a lo que algunas ONG europeas quieren escuchar. Se conseguirían los mismos resultados, porque el reclutamiento de menores de por sí es tan aberrante que no hay quien esté en contra de su erradicación.

sábado, 20 de febrero de 2010

El momento de Aníbal Gaviria

Carlos Andrés Pérez

El Colombiano, Medellín

Febrero 20 de 2010

Se viene diciendo en varios medios de comunicación que Rafael Pardo estaría pensando en Aníbal Gaviria como fórmula en las elecciones presidenciales. Para Pardo sería una buena maniobra porque conseguiría un compañero que tiene frescura y cercanía con la gente, lo que a él le falta; para Aníbal sería una apuesta muy arriesgada de la que no saldría bien librado. Las razones para afirmar esto vienen de tres variables presentes en un momento tan decisivo de la vida política del ex gobernador.


Como primera medida no hay un solo Partido Liberal, hay varios; esta es una colectividad que responde a diferentes intereses y la candidatura oficial no podrá estar en sintonía con todos ellos. Precisamente para tratar de interferir menos y buscar algo de unidad se apartó el ex presidente César Gaviria, porque una de las vertientes con más fuerza es la que depende de él. En este mismo sentido no puede desconocerse la influencia que tiene Ernesto Samper sobre otro sector, además del creciente inconformismo de un grupo de congresistas que no responden ni al uno ni al otro. La candidatura oficial nació de uno de los grupos, y aún cuando ésta se complete -siendo realistas- no podrá concitar unidad y en una colectividad tan partida, cualquier manejo que se le dé a la campaña generará heridas irreparables hacia el futuro.


En segunda instancia, es claro que Aníbal Gaviria no es antiuribista per sé, sino antirreeleccionista. Y como sin duda el respaldo o rechazo al actual Presidente será el eje de la campaña, la fórmula opositora tendrá que tomar una posición, y en ese momento ¿qué discurso adoptará Aníbal sabiendo que las dos grandes tendencias de su partido se han mostrado abiertamente antiuribistas?


Finalmente, meterse en este preciso momento en el día a día de la oficialidad del liberalismo es entrar a la boca del lobo: los peores enemigos los tendrá dentro, porque una figura atractiva políticamente e independiente como el ex gobernador, es la peor amenaza que puede llegarles a los dirigentes tradicionales que controlan la élite del partido. Otro cantar será cuando él pueda tirar línea y organizar el liberalismo en las grandes ciudades y en las regiones, pero eso no es trabajo de una sola jornada y apenas lo está empezando.


El momento de un político no es cuando alcanza la cumbre de su carrera, sino cuando se hace viable la subida hasta ella. El de Obama por ejemplo, se hizo evidente en la convención demócrata de 2004 cuando era un político desconocido de Chicago y pronunció su famoso discurso; el de Piñera, el nuevo presidente chileno, cuando se impuso ante Joaquín Lavín, su rival de la antigua alianza de la derecha, en la primera vuelta de 2005. El momento de Aníbal Gaviria claramente se marcó desde septiembre del año pasado cuando consiguió el segundo lugar en la consulta interna.


Mantener ese momento vivo no es fácil y la candidatura a la vicepresidencia lo alejaría del camino que ya se trazó.

sábado, 6 de febrero de 2010

Ganas de hacerle daño a Colombia

Carlos Andrés Pérez

El Colombiano, Medellín

Febrero 6 de 2010

En marzo de 2009, el senador Jorge Enrique Robledo, que perteneció al Moir (movimiento que se hizo famoso por quemar banderas de otros países), y hoy es candidato nuevamente al Senado por el Polo Democrático, estaba haciendo lo que mejor sabe hacer: tratando de convencer a personas que no conocen la realidad de Colombia, de que este es un Estado cuyo único fin es violar los derechos humanos y matar sistemáticamente a los opositores.


Lo infame de su sermón, además de no ser cierto, es que este 'padre de la patria' echó sus discursos desde Canadá, donde fue a buscar micrófonos y aulas universitarias, para que le escucharan lo que aquí no es capaz de hacer oír en medio de una campaña como en la que estamos. La idea de su viaje era bloquear el TLC con ese país, el quinto del mundo en volumen de comercio.


En diciembre de 2009, el mismo senador se fue a los salones del Parlamento Europeo con un discurso calcado del que llevó a Canadá, para tratar de que a Colombia le frenaran las posibilidades de vender sus productos a una población de más de 500 millones de personas; como lo hacen hoy México y Chile y seguramente lo hará Perú primero que nosotros. La semana pasada recibimos la noticia de que un bloque parlamentario europeo pidió detener el proceso con Colombia, porque según Robledo y otros más, este país viola metódicamente y como política de Estado los más elementales derechos, y tiene en la mira a los sindicatos para exterminarlos.


Claro que el senador Jorge Robledo no contó ni en Canadá ni en Europa, que la cifra de sindicalistas asesinados se ha disminuido en 74% desde 2002 hasta 2008, según un estudio realizado por la Universidad de los Andes el año anterior. Nadie niega que sigan ocurriendo lamentables asesinatos y la presión por reducir ese número a cero, no puede parar.


Qué imagen tan distorsionada está creando este senador fuera de nuestras fronteras, el problema es que aunque aquí pocos le creen, afuera hay quienes sí lo hacen: la semana pasada el congresista de los Estados Unidos Jim McGovern dijo que "el pueblo de Colombia no sólo necesita estar protegido de las Farc, también de sus propias Fuerzas Armadas". Lamentable frase que contrasta con el 77% de los colombianos, que según Gallup y lo que se percibe en la calle, respaldamos a nuestras fuerzas constitucionales.

La cosa es que el que paga los platos rotos no es Uribe, como quisiera Robledo; somos todos los colombianos que nos aislamos a la fuerza, a causa del interés de este senador por figurar como estadista en una tribuna internacional.


P.S.: Dice Héctor Abad en su columna del domingo pasado que como Medellín no es gobernada por un uribista, entonces el presidente prefiere que aumenten los homicidios y que por eso no hace nada para frenarlos. Esta es la lógica y el nivel de los análisis cuando se hacen con el hígado y no con la cabeza.

sábado, 23 de enero de 2010

El nuevo enemigo de Chávez

Carlos Andrés Pérez

El Colombiano, Medellín

Enero 23 de 2010

Al día siguiente de haber sido elegido presidente de Chile, Sebastián Piñera hizo referencia a la gran distancia ideológica que tiene con el mandatario venezolano Hugo Chávez. "Quiero decirlo con mucha claridad: Esas diferencias son profundas y tienen que ver con la forma en que se concibe y practica la democracia". Así lo dijo en una rueda de prensa después de encontrarse con Michelle Bachelet.


Piñera reúne todos los elementos que le molestan a Chávez: es millonario gracias al capitalismo, es de la oligarquía y es de derecha. Y esas tres razones, además de haber hecho visible que la izquierda no tiene ganada la región por completo como se ha querido presentar, son más que suficientes para prever una nueva línea de fuego que saldrá desde el Palacio de Miraflores.


No puede decirse, ni mucho menos que con la salida de la Concertación del poder en Chile, la llamada revolución bolivariana haya perdido un aliado. A pesar de ser de izquierda, ninguno de los grandes partidos de esa alianza política, se parece en lo más mínimo al comandante del Alba. Pero lo que sí puede asegurarse sin temor a errar, es que Sebastián Piñera se convertirá en una piedra en el zapato de los que hasta el domingo pasado, consideraban a Chile como un país que no entraba en la pugna ideológica que hay en América Latina.


Los chilenos respaldarán a su mandatario cuando reciba los primeros embates por sus posiciones; en ese país no existe, ni de asomo, un sentimiento de apoyo al dictador petrolero. Hay que recordar el fuerte respaldo popular que tuvo Bachelet cuando en abril del año pasado, Chávez la criticó por invitar a Joe Biden y a Gordon Brown a una cumbre realizada en Viña del Mar. La llamó burlonamente "progresista" y la acusó de poner en peligro "la unidad suramericana".


Para Colombia, la llegada de Piñera será un respaldo en las desabridas cumbres regionales, y aunque las relaciones con el gobierno que termina nunca han sido malas, Bachelet manejó siempre una neutralidad injusta con nuestro país. El nuevo presidente, por su parte, ha sido muy claro: dijo en su campaña que hay dos caminos en América Latina, uno democrático y otro autoritario. El primero lo ejemplificó con Colombia, Perú y Brasil y el segundo con Venezuela y Cuba. En un momento en el que estamos dejando nuestra dependencia comercial con los vecinos colindantes, Chile es una buena alternativa y Piñera tendrá que ver mucho con eso.


Preparémonos para la pesadez que implicarán las frases de grueso calibre en contra del nuevo jefe de Estado que vendrán desde Aló Presidente. El gobierno de Piñera se sumará así al clan de los que huelen a azufre y la causa de alguno de los males que hoy padece Venezuela será adjudicada en pocos días a la oligarquía chilena.

P.S.: Muy burdos los enfrentamientos de Noemí y Arias. ¿Estarán pensando que tratar de acabar el uno con el otro es una buena estrategia electoral?

sábado, 16 de enero de 2010

La obsesión de Daniel Coronell

Carlos Andrés Pérez

El Colombiano, Medellín

Enero 16 de 2010

Al no existir oposición organizada en Colombia, en cabeza de partidos políticos con capacidad de debatir en el Congreso como debe ser, este oficio de vital importancia en cualquier democracia se traslada a personajes que quieren aprovechar espacios de alta sintonía o lectura para graduarse a sí mismos como jefes de la contraparte del gobierno de turno. Así lo vemos a diario en los medios, en los que algunos, haciendo mal uso de la legitimidad que dan reconocidas casas periodísticas, se dedican a fabricar historias o lo que es peor: a mentir abiertamente.


Mentir no es sólo acudir a informaciones irreales, también lo es presentar datos fuera de contexto para producir un efecto dañino. Los consultores políticos que hacen campaña sucia dicen con frecuencia que "lo que es cierto y lo que se cree que es cierto producen los mismos resultados". Es la perversidad de la mentira con datos distorsionados, sacados de lugar, a tal modo que una acción corriente se hace pasar como la más baja de las mezquindades.


El papel de la oposición, como quiere hacernos creer Daniel Coronell, no es simplemente decir no a todo lo que el Presidente diga sí, ni minar los cimientos de un gobierno haciendo daño a toda costa. Y como este periodista dejó su labor como tal y se graduó de jefe opositor, tenemos derecho a exigirle que abandone los ataques personales y sus críticas tengan bases más allá de lo que hagan o dejen de hacer el círculo de delincuentes que según él rodea al Gobierno.


Pero eso sería pedirle demasiado, le pasaría seguramente lo que a Aznar en España, luego del primer debate contra González en 1993.


Ese lo ganó porque sólo iba preparado para atacar y cumplió el objetivo; pero en el segundo, realizado una semana después, calló descolorido frente a su rival, cuando éste le cuestionó su propuesta sobre el desempleo: "no es capaz de decir qué prevé su programa para los desempleados porque no hay ni una sola línea en su programa dedicada a eso", dijo González. Atacar es muy fácil, argumentar no.


En el nuevo rol que se autoimpuso Coronell, hace falta tener una regla de principios éticos: destruir al presidente Uribe y a su gobierno, no implica arrasar con todo lo que esté cercano, ni con lo que ideológicamente se le parezca. Tratar de hacer pasar, como lo hizo en Semana , a doña Ana Mercedes Gómez como una persona sin moral, pone en evidencia la saña con la que actúa cada semana este inquisidor.

Es muy seguro que por el bajo perfil que siempre quiere mantener doña Ana Mercedes, habría sido mejor que esta columna no se escribiera. Primero, porque una persona de su honra no necesita defensores y, segundo, porque seguir alimentando el ego del nuevo jefe de la oposición es una de las herramientas que él busca para hacerse más visible.


Pero es tan venenosa la actitud de investigador privado con mezcla de enredador profesional, que esta nueva salida en falso de Coronell no podía dejarse pasar.

sábado, 12 de diciembre de 2009

¿Presidente ilegítimo o contradicciones insaciables?

Carlos Andrés Pérez

El colombiano, Medellín

Diciembre 12 de 2009

Nada le sirve al grupo de mesías latinoamericanos comandados desde el Palacio de Miraflores en Venezuela. A las elecciones que acaban de pasar en Honduras, con alta participación y legitimadas por las fuerzas vivas (empresarios, medios de comunicación, Iglesia, entre otros); hay que sumarle la disposición del presidente electo, Pepe Lobo, de cumplir a cabalidad el Acuerdo de Tegucigalpa/San José, que es la exigencia principal de la comunidad internacional para reconocer al nuevo gobierno.


Este acuerdo incluye la necesidad de que el presidente golpista Roberto Micheletti renuncie a su cargo y se conforme un gobierno de unidad nacional para que termine el actual período que va hasta el 27 de enero cuando se posesionará Lobo.

Sin embargo todos los presidentes que han sido financiados por Chávez y que se encuentran de vez en cuando para hacerle eco a la voz de su líder, emitieron un comunicado en el que se niegan a reconocer la voluntad de los hondureños y, sin posibilidad de darle paso al perfeccionamiento de este acuerdo, decidieron que no validarán un gobierno diferente al de Manuel Zelaya.


Está más que hablado que el golpe perpetrado por los militares pertenece a épocas que creíamos superadas y es incuestionable que de los actos cometidos ese 28 de junio deberían rodar cabezas para pagar la lamentable parálisis en la que se ha sumido el país desde el cambio de gobierno. Pero lo que no se puede seguir justificando es el bloqueo en el que está sumido el pueblo hondureño: los programas de ayuda están congelados y se mantienen suspendidos todos los créditos con organismos multilaterales como el BID y el Banco Mundial. ¿Lo sufre Micheletti o Zelaya? Claramente no. Lo padecen los millones de personas que pagan las relaciones de poder, a veces tan insensatas y difíciles de entender.

Hizo muy bien el Presidente Álvaro Uribe al reconocer las elecciones y tender una mano al nuevo gobierno. Igualmente lo han hecho otros mandatarios y unos más piden que se cumpla el Acuerdo de Tegucigalpa/San José para ponerle fin a la interinidad.


Mientras eso pasa en un país desangrado por la pobreza y la corrupción, los líderes de Mercosur aupados por el socio petrolero-capitalista prefieren que sigan congelados indefinidamente los millones de dólares que se dejan de recibir en apoyo extranjero para los hondureños de a pie, antes que ver a uno de los suyos dejar el poder.


P.S.: Ojalá los ex secuestrados de las Farc que hoy aspiran al Congreso no se aprovechen de la simpatía recibida a raíz de su tragedia, para ponerla al servicio de una causa política sin mayores fundamentos que su historia personal. Ahora que decidieron recorrer el difícil camino de los votos volverán a tener atención, pero esta vez mucho más crítica.

sábado, 28 de noviembre de 2009

El hombre nuclear merodea a Colombia

Carlos Andrés Pérez

El Colombiano, Medellín

Noviembre 28 de 2009

Mahmud Ahmadineyad, el polémico presidente de Irán, anda cerca. Esta semana se ha entrevistado con varios líderes latinoamericanos y ha dejado bien en claro su propósito de quedarse en la región, con inversiones y apoyo para sus aliados, pero más importante para él: con presencia política, como lo han dicho varios analistas que conocen al detalle su país. ¿Y qué problema habría en que un presidente elegido en las urnas, tenga relaciones con otras naciones? En principio ninguno, si nos olvidamos de las dudas que sobre un posible fraude hicieron notar Inglaterra, Francia y Alemania, entre otros, en las elecciones iraníes de este año, donde salió reelegido.


Tendríamos que olvidarnos también de la reprimenda pública que le hicieron el año pasado en una rueda de prensa, el mismo Secretario General y la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, por "dividir e incitar" al racismo. Y por si lo anterior fuera poco, habría que borrar de los registros de los medios de comunicación y de cualquier buscador de Internet una frase que Ahmadineyad pronunció en un discurso en la Universidad de Teherán en 2008: "Si el Holocausto, como ellos dicen, es verdad, ¿por qué no ofrecen pruebas?", refiriéndose a la matanza de millones de judíos en los campos de exterminio nazi.


Aunque todas estas cosas son preocupantes de por sí para cualquier demócrata promedio, lo problemático en la coyuntura actual es que este es el tipo de aliados que están llegando para apoyar el proceso expansionista que impulsan desde el Alba, organismo del que Ahmadineyad solicitó ser miembro observador.

Inquieta bastante, además, que Irán haya sido sancionado por el Consejo de Seguridad de la ONU en tres ocasiones por la falta de cooperación en los procesos de inspección a su programa nuclear. Este no es el dirigente de un país que lucha valientemente contra la opresión de otros, como lo pretenden hacer ver algunos de nuestros vecinos; sino una amenaza real de la que previene el máximo organismo de integración mundial.


Podría estar hilando muy delgadito, pero es que no generan ni cinco de confianza las intenciones de este hombre que viene a una región a buscar aliados en un momento en el que precisamente esos mismos socios están concentrados en aumentar sus componentes militares, sin que haya una razón de orden interno ni externo en sus países para hacerlo: Evo Morales, que esta semana recibió jovialmente al líder iraní, prepara un crédito con Rusia para este fin y Venezuela ni se diga, todos sabemos de las últimas compras de Chávez.


¿Qué estarán preparando nuestros vecinos con esa clase de compadres que pavonean tan orgullosos por América Latina?


P. S.: Juan Manuel Santos, de la U, se reunió con Fernando Araújo, del Partido Conservador, con el fin de avanzar en la consolidación de una sola fuerza uribista para la primera vuelta, ¿qué pensará de eso Noemí Sanín, que ha estado tan arisca últimamente?

sábado, 3 de octubre de 2009

Todos contra Uribe

Carlos Andrés Pérez

El Colombiano, Medellín

Octubre 3 de 2009

Ahora que se conforma de manera más clara el abanico de los candidatos presidenciales que llegarán a la elección de 2010, los abanderados de dos partidos tan importantes como el Liberal y el Polo, dicen mucho de la calidad de la contienda a la que asistimos los colombianos desde el domingo pasado. Lo primero sería reconocer, así no lo quieran César Gaviria y Rafael Pardo, que el golpe para los liberales fue estruendoso y deberían estar concentrados en buscar ese millón de votos que se les quedó en deseos y no llegó a las cuentas previstas (esperaban dos millones y votaron un millón de personas por los precandidatos).


En segundo lugar, a los directivos del Polo Democrático les demostraron que iban en contra del pensamiento de los colombianos que siguen esa tendencia política: la maquinaria y el establecimiento del partido respaldaba a Carlos Gaviria y ganó Gustavo Petro. Sin embargo ahora se cierne la amenaza de bloquearle al candidato ganador la posibilidad de hacer una alianza para las elecciones presidenciales. ¿Temor de abrir el partido?


La izquierda históricamente ha criticado a la oligarquía porque unos pocos controlan al pueblo y ahora el partido de esa tendencia en Colombia hace lo mismo.


Algunos podrían pensar que con la victoria de Petro, siendo quien representa el ala moderada del Polo, que además últimamente se ha apartado de las decisiones del sector duro criticando a sus compañeros más sectarios y que ha hablado en contra de las Farc; tendrían tranquilidad de que ese partido no será el brazo de Chávez y sus amigos en Colombia, y que con su triunfo, el Polo Democrático se acercó más al centro. Personalmente recuerdo la entrevista que le hizo Jorge Ramos de Univisión al entonces presidente electo venezolano en la que apareció como una mansa paloma mostrándose como el más centrista. ¡Y veámoslo ahora! No es extraño ver a Petro tan conciliador en este momento, haciendo lo que los politólogos estadounidenses llaman triangulación: acercarse al límite del contrario para robarle votantes y luego, una vez pasada la contienda, volver a su posición ideológica inicial.


Si algo está claro en lo que viene después de los resultados del pasado fin de semana es que los nuevos candidatos de los partidos opositores adoptarán una estrategia fundamentada en ir contra Álvaro Uribe, no contra su ideología, ni sus ejecutorias de estos siete años de gobierno. Será la reedición del Toconser (Todos contra Serpa de 1998), pero esta vez veremos la suma de uniones temporales sin fundamento conceptual y ningún tipo de afinidad: todo el que esté contra Uribe, sirve.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Dejen a Antioquia tranquila

Por Carlos Andrés Pérez

El Colombiano, Medellín

Septiembre 19 de 2009

Cada vez se calienta más esta campaña presidencial y si tenemos en cuenta que hay en el camino otras elecciones que polarizan la opinión (referendos, Congreso, consultas partidistas), entendemos las turbulencias que afectan los ánimos de la gente y por esto veremos a más de uno intentando ganar visibilidad a costa de temas sensibles. Así ha pasado en contiendas anteriores y así seguramente ocurrirá para esta en particular. Lo aburridor de la actual campaña es que, al parecer, algunos el tema que quieren convertir en trapo de cocina es a Antioquia.

Una vez aprobado el referendo reeleccionista en el Congreso de la República, la única frase que se le ocurrió pronunciar al senador Rodrigo Lara por todos los medios, es que con ese trámite había ganado el Cartel de Medellín. La verdad fue tan salida de tono la declaración de este político, que una persona con una mínima cota de inteligencia no entiende cómo alguien en medio de una campaña en la que espera conseguir votos para regresar al Senado, se haya creado por voluntad propia, una enemistad en un departamento que aporta más del 12% de la votación nacional.

Independiente de que a Lara le guste o no el referendo, no hay ninguna razón para equiparar ese trámite con una de las empresas criminales más grandes de la historia de Colombia. Sería tanto como que en alguna votación en la que participen diputados alemanes en el Parlamento Europeo, salga alguien de otro país a decir que el triunfador es el Partido Nazi de Hitler. Debería de pensar primero en vez de lanzar frases que buscan efectos mediáticos y concentrarse más bien en posiciones reflexivas.

De otro lado, en el afán por atacar al actual gobierno, hay quienes están montados sobre el caballo de decir que no se aguantan un paisa más y que la verdadera campaña debe ser para impedir que llegue alguien de Antioquia a gobernar. Las capacidades para conducir el Estado no pueden medirse, ni mucho menos, por el lugar de procedencia de los aspirantes; porque si las cosas son así, habría que descalificar por esa simple razón a por lo menos siete de los candidatos.

Esto no se trata de regionalismos caducos ni de creer que Antioquia o sus gentes son superiores a los de otras regiones. Simplemente es entender que por la hostilidad que cargan muchas veces las campañas electorales, hay temas que hieren los ánimos y se van creando unas rivalidades que desbordan el plano político.

P. S. : Cómo van a hacer de falta en estas páginas las orientaciones del Padre Calixto para todos, pero especialmente para quienes tenemos en el mensaje de Cristo una fuente inspiradora no sólo de doctrina religiosa, sino un modelo de vida.

domingo, 6 de septiembre de 2009

El referendo noqueó a la oposición

Por Carlos Andrés Pérez

El Colombiano, Medellín

Septiembre 5 de 2009

Decir que la oposición es la culpable de que el gobierno esté ad portas de mantenerse otros cuatro años, sería hilar muy delgadito. No reconocer la aplanadora en la que se convirtió (y se va a convertir aún más) el uribismo, sería cosa de necios; pero luego del manejo que tuvo el trámite del referendo reeleccionista a todas luces accidentado desde sus inicios, sí deja mucho que decir de quienes hoy están al otro lado de Uribe.

Errores como la mala redacción de la pregunta, la falta de coordinación entre los responsables del proceso, amistades cuestionadas con los de DMG, mutismo del presidente Álvaro Uribe sobre el tema y una dilación dentro de la misma coalición de gobierno que no se entiende; deberían haber sido suficientes para darle sepultura a un proceso que lo único rescatable son los casi cuatro millones de firmantes. De resto nada más sostenía al referendo: de no haber salido como una iniciativa popular, habría naufragado hacía mucho rato.

Y aún a pesar de todos esos tropiezos, los de la oposición no tuvieron la cabeza fría para planear una estrategia que los sacara del apuro en el que ahora quedan metidos: frente a Uribe de candidato, no tienen nada qué hacer, están barridos aún sin empezar la campaña. Repito que no es fácil luchar contra una aplanadora que además concentra el 70% de opinión favorable, pero el referendo como tal nunca tuvo el teflón con el que todavía cuenta el Presidente de la República, ni en la opinión ni mucho menos entre los congresistas a los que casi se les muere en las manos (se necesitaban 84 votos y se aprobó con 85).

Salvo algunas voces con argumentos como la de Carlos Arturo Piedrahíta, la oposición para defender sus puntos de vista, se apoyó en las joviales intervenciones de personajes como María Isabel Urrutia y Orsinia Polanco -la vocera del Polo en la Cámara-, que se paseó por todo el recinto buscando las cámaras de televisión para mostrar un cartelito amarillo con todo su argumento: ¡No al referendo!

Mucha falta le hace a la oposición en Colombia tener una sola voz y que esa voz sea una de las muy calificadas que tiene. Se me está pareciendo a la venezolana, que en diez años de estar por fuera del gobierno no han podido siquiera establecer una ruta de regreso.

P. S.: ¿Qué idea, sacada de un sombrero de mago, propondrán Cecilia López, Juan Manuel Galán y Gustavo Petro en reemplazo de la ayuda militar norteamericana? Ninguna, porque nunca lo hacen; sólo se dedican a mandarle cartas a Obama que no están hechas para que se las respondan, sino para que las publiquen los medios.

sábado, 29 de agosto de 2009

¿Peleas de ex presidentes o de verduleras?

Por Carlos Andrés Pérez

El Colombiano, Medellín

Agoto 29 de 2009

En Colombia no vamos a poder saber nunca para qué sirve un ex presidente. En la gran mayoría de los casos, los ex mandatarios conservan una nostalgia por el poder que les impide alejarse de la política activa y entender que quienes gobiernan ahora son otros, con recetas diferentes a las suyas y con resultados buenos o malos, pero legitimados por los colombianos que salimos a votar cada cuatro años.


Ernesto Samper decía que lo mejor de haber sido elegido presidente es saber que se tendrá el título de ex, porque al terminar el mandato se ingresa a un club muy selecto al que pocos pertenecen.


Es cierto lo del club. Pero también es verdad que al no querer alejarse del poder y pretender conservar su influencia y dar directrices a diestro y siniestro como si tuvieran aún la banda presidencial en el pecho; los lleva a enfrentarse entre ellos mismos, con la acostumbrada resonancia que eso genera en los medios de comunicación. Es decir, los colombianos nos enteramos al detalle de las peleas que generan y aunque creo que nunca fue tan acertado eso de que ponen "a pensar al país" como decían de Alfonso López Michelsen, en estos casos sí generan un ruido que desgasta aún más la credibilidad en la política y en quienes la representan.


El último round lo protagonizaron César Gaviria y Ernesto Samper en un cruce de acusaciones inicialmente de manera verbal, trasladado luego a escritos que empezaron muy respetuosos con el encabezado de "Señor Presidente", pero terminaron llenos de insinuaciones muy graves sobre las actuaciones u omisiones de estos dirigentes.


Gaviria sugirió vínculos de Samper con los mafiosos de Cali y Samper le respondió con la alianza del ex secretario de la OEA y los infaustos Pepes para terminar con Pablo Escobar. Así lo disfracen con palabras suaves, eso fue lo que quisieron decir.


Como siempre ocurre, estos desencuentros no pasan de ser un par de comunicaciones cruzadas que no levantan mayores ampollas en ellos y seguramente cuando se encuentren por azar en algún evento público veremos sus fotografías sonrientes, mientras pusieron al país no a pensar, sino a polarizarse en torno a sus rencillas.


Si algún símbolo de unidad debe tener nuestra nación, son los ex presidentes. Representaron a Colombia entera durante sus mandatos y ahora, aunque no les guste a ellos, su vida pública debe estar más centrada en los consejos y en las recomendaciones prudentes, que en ir por la vida añorando el poder y buscando figuración a costa de peleas.

sábado, 15 de agosto de 2009

Chávez y Samper, las pobres viejecitas

Por Carlos Andrés Pérez

El Colombiano, Medellín

Agosto 15 de 2009

Se encontraron hace pocos días en Caracas dos pobres viejecitas para lamentarse, como en el poema de Rafael Pombo, de lo maltratados que han sido en la vida.

Ernesto Samper llegó enfundado en un traje color gris elefante a visitar al presidente Hugo Chávez que lo esperaba para una reunión, la cual no supimos quién solicitó: el venezolano la atribuyó a Samper y dijo que aceptó porque el ex presidente "es una de las voces de Colombia que Venezuela debe oír".

Samper, por su parte, señaló que "Chávez me invitó a hablar sobre las relaciones bilaterales". Tan presente tienen ambos que no son para nada personajes modelo, que tienen que pasarle al otro la iniciativa de la invitación.

Para autolamentarse más y lograr compasión hacia su visitante, Chávez gritó a los cuatro vientos que Samper fue víctima de lo que ellos llaman el "imperio yanqui". Dijo que "le hicieron la guerra, le sembraron droga en el avión presidencial (...) porque no entregó la soberanía de Colombia". ¿No la entregó?, yo recuerdo haber escuchado con mucha claridad unos casetes donde se decía lo contrario.

Recuerdo además haber visto cómo logró que la plenaria de la Cámara de Representantes de entonces, al filo de la media noche (cuando se hacen las cosas turbias) lo absolviera y lo mantuviera en el poder hasta el "último minuto, del último día, del último año", como el mismo ex presidente se jactaba en decir.

Tras la visita de Samper llegaron los de Colombianos y Colombianas por la Paz y la cúpula del Polo Democrático, pretendiendo privatizar el manejo de las relaciones exteriores de nuestro país al creerse cada uno canciller.

En un hecho absolutamente bochornoso en medio de estas reuniones, Piedad Córdoba pidió el regreso del embajador venezolano a Bogotá y cuando le dieron la orden al diplomático de volver, se hizo la felizmente sorprendida como si el acto en el que Chávez la premiaba, no hubiera sido acordado con anterioridad. Todo esto transmitido obviamente por Telesur.

Lo más triste de todo este episodio, que no pasaría de ser anecdótico por lo folclórico de los dos protagonistas, es que parece que a algunos en Colombia se les borró de la memoria el lugar en el mundo que ocupó nuestro país en el gobierno de Ernesto Samper; y que además del daño que hizo, ahora pretende justificar la bravuconería de su anfitrión en Caracas al decir que el presidente venezolano "se sintió maltratado" porque no le avisaron con anticipación del convenio con los Estados Unidos.

Así se compadecen el uno al otro. Dios los cría y ellos se juntan.

sábado, 25 de julio de 2009

OEA investigará a Correa: ¡qué mal chiste!

Por Carlos Andrés Pérez

El Colombiano, Medellín

Julio 25 de 2009

Luego de conocerse el video en el que el Mono Jojoy asegura ante su gente que las Farc financiaron la campaña de Rafael Correa en Ecuador, la respuesta del ecuatoriano se veía venir cargada de cinismo y de una tranquilidad pasmosa porque sabía que la OEA investigaría la veracidad de esa afirmación. Risa le debió dar.

Desde hace más de un año, el Gobierno colombiano entregó a la OEA la totalidad de la información encontrada en el campamento de Raúl Reyes, que previamente había sido certificada como auténtica. La respuesta del organismo interamericano: ninguna. No tenían que verificar ni siquiera que fuera real, el secretario general de la Interpol, Ronald Noble, aseguró en mayo de 2008 que el contenido de los discos duros y demás no había sido manipulado, lo que debería darle suficientes garantías a la OEA para seguir su investigación y pronunciarse.

El señor José Miguel Insulza (Insulso, como le dice Hugo Chávez), cabeza del organismo, ha demostrado por todos los medios que le tiene pavor al presidente venezolano y parecería que eso lo ha llevado a dejar que pasen los meses sin emitir dictamen alguno sobre la información que tiene en su poder. Desde esta semana la OEA tiene, además, el video de Jojoy para su estudio. ¿Por qué nos esperanzamos entonces en que el mismo funcionario que ha dilatado su pronunciamiento sobre los computadores de Reyes, vaya ahora a expresar una condena porque las Farc financiaron a Correa?

Sin embargo, algunas veces hace falta que ocurra este tipo de descontentos para medir la eficacia de un organismo como la OEA y que los gobiernos realmente democráticos del continente evalúen si se justifica mantener, sin ajustes, una entidad que se amedrenta y no actúa, por ejemplo, cuando en Venezuela se cierran canales de televisión o cuando un grupo de presidentes amenaza con llegar a la fuerza a Honduras para restituir al "bueno" de Zelaya. Insulza no habla cuando debe y enmudece cuando no debe.

Correa tratará de lanzar cuantas cortinas de humo hagan falta para hacer olvidar la gravedad de la información, que de ser analizada con seriedad, podría llevarlo la cárcel: anda diciendo que Obama está en riesgo y que lo sucedido en Honduras lo están planeando también para "gobiernos progresistas", como el suyo; y además en estos momentos debe estar agradeciendo que la investigación del video de Jojoy esté en manos de la OEA. Mientras tanto, el secretario Insulza esperará el final de su período en el organismo huyéndole a las controversias y evitando emitir dictámenes que le corresponden, pero harían que Chávez le llamara "pendejo", como alguna vez lo hizo.

sábado, 20 de junio de 2009

Revolucionarios arcaicos en Medellín

Por Carlos Andrés Pérez

El Colombiano, Medellín

Junio 20 de 2009

Hay pasajes de la historia que no pueden justificarse desde ningún punto de vista. Pretender por ejemplo que quienes construyeron el muro de Berlín lo hicieron con objetivos loables o que deberíamos recordar en actos culturales a los movimientos que propiciaron el racismo tan marcado de la segunda mitad del siglo pasado en los Estados Unidos; son cosas que no se le ocurrirían a nadie en sus cinco sentidos. Sin embargo en la próxima Fiesta del Libro que se llevará a cabo en Medellín en septiembre, se realizarán varios actos en conmemoración de los 50 años de la revolución cubana.

Los invitados llegarán a las tertulias rememorando sus faenas de 1959 cuando se hicieron con el poder que no han querido soltar. No recordarán, eso sí, los fusilamientos a los disidentes, ni mencionarán las persecuciones a la población civil. No hablarán de los desaparecidos ni de los que hoy no tienen libertad ni para tener un correo electrónico. Es más, con seguridad no dirán que en Cuba restringen el ingreso de libros y que muy seguramente muchos de los textos que se distribuyen en el evento de Medellín en el que ellos estarán participando, no llegarán nunca a conocerse en su país.

Un funcionario de la Secretaría de Cultura de la ciudad aclaró que el evento no estará dedicado en su totalidad a la revolución cubana, pero que sí se harán actividades alusivas a ese episodio. ¿El alcalde Alonso Salazar estará al tanto de que su administración va a usar recursos públicos para darle vitrina a un régimen en el que se mantienen presos políticos desprovistos de las más elementales condiciones humanas?

Nadie discute el impulso que se le ha dado desde la administración anterior a este evento, pero eso no les da licencia a unos 'ingeniosos' organizadores para que en Medellín brille este episodio, que después de medio siglo sigue viéndose con simpatía por algunos sectores. Si a esos funcionarios los seducen las imágenes del Che Guevara o de Fidel Castro con fusiles al hombro, están en su derecho; pero no creo que promover 50 años de abusos sea el marco adecuado para un encuentro cultural.

Una recomendación para el Alcalde y sus colaboradores: dediquen algunos eventos de la Feria de las Flores de este año a recordar en actos culturales a los que ejecutaron el genocidio de Ruanda y en los alumbrados de Navidad en el río Medellín, inviten a los que planearon la dictadura de Pinochet en Chile. Así esto último sea una insinuación irónica, la verdad es que no le encuentro nada de diferencia con lo que nos van a meter en la Fiesta del Libro.

sábado, 6 de junio de 2009

Los tiranos no debaten, ¡imponen!

Por Carlos Andrés Pérez

El Colombiano, Medellín

Junio 6 de 2009

Confieso que soy del grupo de ingenuos que nos alegramos cuando Hugo Chávez dijo la semana anterior que el canal de televisión del Estado transmitiría en directo un debate desde el palacio presidencial, con los intelectuales que visitaban Caracas invitados a un foro en el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico. Confieso también que me pregunté si un hombre que aceptaba debatir sus ideas con abiertos opositores, en un espacio de televisión que sería visto por unos 300 millones de personas en el mundo (según cálculos de analistas venezolanos), merecería seguir calificándose como dictador.

Sin embargo, cuando los intelectuales le respondieron con la nominación de Mario Vargas Llosa como su contendor, y el presidente venezolano alzó la voz como suele hacerlo diciendo que él era un soldado y el contrincante designado un intelectual, y que de la única manera que debatiría con Vargas Llosa sería cuando el peruano ganase la presidencia de su país, entendí que no hay nada más artificial que un dictador pretendiendo no serlo. Chávez no debatió con nadie el cierre de RCTV hace más de dos años, ni debatió con nadie el retiro de las funciones al alcalde opositor de Caracas hace unos meses. Chávez no ha citado, ni lo hará tampoco a un debate para discutir las amenazas de cierre de Globovisión. Simplemente se impondrá.

De igual manera como se viene imponiendo otro tirano a miles de kilómetros, que cada día amanece con caprichosos deseos de llamar la atención del mundo al realizar ensayos nucleares.

A Kim Jong II, el presidente de Corea del Norte, no le sirvieron las invitaciones a razonar que le hizo la administración Bush sobre su carrera armamentista, ni que el norteamericano lo hubiera sacado de la lista negra para fomentar una diplomacia más abierta. La diplomacia se basa en el debate y a los opresores no les interesa debatir.

El presidente Barack Obama está siendo cuestionado en su país y en el mundo entero porque su propuesta de mano tendida con "los enemigos de Estados Unidos" como lo dijo en la campaña, parece que no está funcionando. Los medios de comunicación de tendencia demócrata (el partido de Obama) empezaron a cuestionar su debilidad y a exigirle al presidente que fortalezca su posición y sirva de contrapeso en los organismos multilaterales como la ONU para aprobar sanciones efectivas a personajes tan peligrosos como el norcoreano.

En cuanto a Chávez, que pretende emular a los grandes tiranos que atemorizan al mundo cargados de armamento, habrá que mantenerle un ojo encima; porque aunque hoy siga siendo un espontáneo dictador tropical, no hay que olvidar que siempre toma sus decisiones fuera del debate y amenazando públicamente a quienes se atrevan a criticarlo.

lunes, 25 de mayo de 2009

¿Qué irá a hacer Santos?

Por Carlos Andrés Pérez

El Colombiano, Medellín

Mayo 24 de 2009

La respuesta al titular de esta columna parece obvia y según él mismo lo ha dicho, muy seguramente será candidato presidencial. Sin embargo, de aquí hasta que su campaña se cristalice, lo que haga o deje de hacer Juan Manuel Santos podría impulsarlo o frenar sus aspiraciones.

En un país tan políticamente polarizado como el nuestro y con tantos candidatos dentro de la coalición de gobierno, cualquier paso en falso podría sepultar la posibilidad de ganar de una persona tan visible como Santos.

Lo primero que debería hacer Juan Manuel es aprender de los errores ajenos y no repetirlos, me refiero específicamente a su declaración del lunes en el sentido de viajar al exterior a realizar estudios en temas económicos.

Estamos a seis meses de saber si al fin el presidente Uribe querrá repetir mandato, y una ausencia de Santos en este período causaría el mismo efecto que el catastrófico viaje de Germán Vargas Lleras en junio de 2008 para estudiar en España: regresó al país cuando era tarde y Cambio Radical ya no estaba en sus manos.

Santos tiene además de una carga de buenos resultados en el Ministerio de Defensa, la ventaja de que Luis Carlos Restrepo, el presidente de su partido (la U), nunca pudo proyectar un liderazgo entre su bancada y el ex ministro podría retomar el que mostró claramente en la campaña de 2006. En ese entonces el Partido de la U acataba unánimemente a Juan Manuel Santos y hoy por el contrario parece ser una colectividad sin cabeza.

La salida digna de Restrepo sería ofrecerle el primer lugar en la lista al Senado en 2010 y quitarle el peso enorme que lo debe estar ahogando, al no tener el tacto para conducir un partido político.

A partir de ayer sábado, cuando ya no ejerce más su responsabilidad ministerial, Santos debería demostrar públicamente, además, que toma en sus manos el referendo reeleccionista -que va encaminado a prosperar- y mostrársele así al país como el más fiel de los uribistas: un aspirante que con buenas posibilidades decide renunciar a hacer su propia campaña por hacer la de Uribe, merecería ser visto como el perfecto sucesor.

En ese escenario cuenta a su favor con tres elementos que le darán solidez a su aspiración: primero, lealtad del 100% al Presidente; segundo, haber demostrado buenos resultados en el tema bandera de este gobierno (seguridad) y tercero, por su renuncia reciente y el afecto que le tienen los militares, tiene un aura de estar entre adentro y afuera del gobierno, situación que mantendrá a los medios expectantes de sus pronunciamientos y, para beneficio suyo, reforzará su vigencia en estos seis meses cruciales en los que todo se decide.