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martes, 16 de marzo de 2010

Noticias de elecciones

Luis Ernesto Gilibert

El Nuevo Siglo, Bogotá

Marzo 16 de 2010

Son muchas las noticias sobre los comicios electorales efectuados el pasado fin de semana en el país, solo que cada entidad, medio de comunicación o ciudadano del común tiene un enfoque diferente, acorde con sus puntos de vista, casi siempre acompañados de los intereses propios del sector. Por ejemplo, podemos enfocar las cosas desde el nuestro, es decir mirando el entorno de la seguridad en el evento y podemos analizar varios escenarios.


En los sitios de votación, la organización fue bien planeada, con esquemas de seguridad consolidados, tanto al interior como en el exterior, cubriendo un área bastante extensa, acompañada de una estrategia para requisas ágiles. Todo ello complementado por rutas demarcadas que condujeron a los asistentes hacia las diferentes mesas de votación sin demoras. El control ejercido por las unidades policiales fue exitoso y quedó demostrado el grado de instrucción impartida días antes del evento, comprometiendo el recurso humano con la seguridad de los ciudadanos. Pero si la seguridad fue exitosa, la organización presentó falencias, sobre todo al atardecer ante una masiva asistencia de votantes, teniendo como inconvenientes en algunas instalaciones la falta de espacio, dificultándose el desplazamiento y creando confusiones entre los sufragantes.


Pero el aspecto más importante para nuestra perspectiva es la seguridad en general, pues la historia nos permite recordar hechos dolorosos en este tipo de eventos, en los que los armados ilegales hicieron protagonismo tratando de entorpecer el normal desarrollo de los comicios. En esta oportunidad las cosas fueron diferentes y la noticia se enfoca en la paz reinante este fin de semana. Claro está que los grupos subversivos trataron de alterar el orden y actuaron en diferentes frentes buscando protagonismo pero la Fuerza Pública les cerró el paso y neutralizó cualquier intento de perturbar la tranquilidad, produciendo una victoria nada fácil de alcanzar por los múltiples motivos y situaciones que facilitan el proceder delictivo. Me permito a continuación hacer un resumen sobre los escenarios riesgosos afrontados por los militares y policías en estos sucesos: Primero, tenemos el desplazamiento de refuerzos a las cabeceras municipales, donde la Fuerza Pública no es suficiente. Este traslado, por anunciado, es sumamente riesgoso. Segundo, deshacer el ejercicio conlleva un peligro igual pues los enemigos del orden conocen la necesidad de retornar a las bases. Tercero, los traslados de la documentación nos dejan un margen de riesgo muy alto, debido al interés ciudadano por conocer el resultado de los comicios. Cuarto, la afluencia de personas en los municipios para el día de elecciones dificulta el control e identificación de individuos ajenos al lugar… En fin, me haría interminable si de narrar los peligros se trata, de manera que resumo pidiendo un parte de victoria para la Fuerza Pública comprometida como la que más en la jornada electoral.


Por experiencia debo reconocer los esfuerzos de los hombres y mujeres que visten el uniforme patrio, buscando asegurar la tranquilidad y buen desarrollo del evento. Ante esto quiero convertirme en el abanderado del aplauso.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Analicemos el paro

Luis Ernesto Gillibert

El Nuevo Siglo, Bogotá

Marzo 10 de 2010


Cómo no hablar del paro de transporte que se presento la semana pasada en Bogotá, nunca la ciudad había sobrellevado una suspensión del transporte público de esas dimensiones; los invito a revisar algunos puntos que nos pueden llamar la atención pues no es posible vivir una situación tan grave y no hacer un examen para sacar enseñanzas y conclusiones.


Me atrae poderosamente la atención el orden y la obediencia como se movieron los transportadores en la tarea, demostraron envidiable disciplina y una coordinación a prueba de saboteos, ¿sería que el movimiento contaba con auditores o controladores que, minuto a minuto, estaban monitoreando el comportamiento de los comprometidos con el paro, o a lo mejor se logró ese estado de organización con algo de coacción y amenaza? Sólo pregunto para claridad de mis amigos lectores. Quisiera un poco de ilustración sobre la participación de los taxistas en el movimiento de protesta, se sumaron a un tema totalmente ajeno, pregunto de nuevo ¿quién o quienes conformaron las fuerzas generadoras de este apoyo, hasta donde entiendo nunca solicitado? -por lo menos públicamente-. La verdad debemos felicitar a los organizadores por el planeamiento del acto, digno creo de mejores y más altruistas fines.


Aunque no creo que sea el caso, -¿o será que me equivoco?- quiero recordar que en estas protestas con riesgo de alteración, los dirigentes acuñan planes alternos contemplando jugadas maquiavélicas, donde programan acciones tendientes a generar desórdenes encaminados a mover una insurrección popular acorde con sus deseos, para lo cual utilizan jóvenes, en algunas ocasiones vestidos de estudiantes luciendo uniformes de diferentes colegios o simplemente adolescentes dispuestos a seguir consignas de protesta por convicciones distorsionadas, dejándose utilizar sin medir las consecuencias de sus actos; en otro sentido tenemos los muchachos manejados económicamente, comprometiéndose a efectuar acciones vandálicas a cambio de reconocimientos monetarios.


En el caso que nos ocupa la fuerza pública logró neutralizar esos brotes de violencia no obstante presentarse desmanes y vandalismo, seguramente hoy investigados minuciosamente. La verdad debemos nuevamente felicitar a los organizadores, pues los veo marginados de estos hechos, porque de lo contrario se encuadran en el Código Penal.


De las consideraciones anteriores podemos sacar conclusiones, pero son más importantes las enseñanzas y debemos pensar que esta situación muy posiblemente se puede volver a presentar, pues de todo lo vivido se adivina una intención concebida por parte de los transportadores de impedir la implantación del Sistema Integrado de Transporte, lo que para nadie es un secreto ante la dimensión del movimiento de protesta soportado por los bogotanos, quedandó demostrada por la profundidad de la carga utilizada en el movimiento; escenario que en el caso de repetirse dejaría mal parados los gobiernos y el futuro del trasporte. Infortunadamente ante estas negociaciones lo primero que exigen los organizadores es el desistimiento de actuaciones jurídicas y judiciales en contra de organizaciones y organizadores, quedando por lo tanto libres de cargos pero nunca de sospechas los directores de estos movimientos.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Propuestas de campaña

Luis Ernesto Gilibert

El Nuevo Siglo, Bogotá

Marzo 3 de 2010


Seguramente los diferentes candidatos a la Presidencia de la República, en el transcurso de la corta compaña, presentarán sus planes de gobierno donde contemplarán muchos aspectos, pues como todos sabemos, el país esta agobiado por numerosos problemas. Temas como la economía figurarán en la primera línea, la salud ni hablar, los colombianos esperamos una salida acertada y rápida, la educación no da tregua tocando hogares y el futuro de muchas gentes, en fin, no quiero extenderme ante un abanico tan amplio, sin embargo, para mi sentir, la seguridad y en especial la urbana es uno de los pilares donde se deben apoyar estos compatriotas dispuestos a jugársela por la patria aspirando al primer cargo de la Nación.


Debemos reconocer y esto es llover sobre mojado, que el gobierno del presidente Álvaro Uribe desde el comienzo de campaña presentó un documento compuesto de cien puntos identificado como Manifiesto Democrático, contemplando entre ellos la seguridad, denominada como Seguridad Democrática, aspecto muy trabajado y tenido en cuenta por el mandatario, convirtiéndolo en bandera de gobierno y blanco permanente de seguimiento y evaluación, logrando resultados halagadores sobre todo en el sector rural, al enfrentar con éxito los movimientos armados ilegales enquistados en el país. La ciudadanía ha calificado como acertada la estrategia, salvo un fracción que no logró cubrir la seguridad democrática, como fue la seguridad ciudadana donde pese a los esfuerzos institucionales, las principales ciudades de Colombia debieron soportar el accionar delictivo; aspecto hoy urgido de atención tan especial como la brindada en el área rural por el gobierno que termina.


Por lo tanto los candidatos no pueden desconocer ese reto y deben presentar al electorado en su campaña las estrategias para enfrentar la delincuencia que hace presencia en las principales ciudades del país, afortunadamente todos tienen a su alcance personas con vastos conocimientos sobre el tema, quienes los podrán orientar con lujo de competencia sobre las tácticas y alternativas para diseñar un plan nacional de seguridad ciudadana que abarque los diferentes frentes, beneficiando los centros urbanos y residentes en nuestra querida Colombia .


Sin el ánimo de pontificar o posar como erudito en el tema, me permito recordar que el camino ideal para alcanzar una convivencia segura cerrándoles el paso a delincuentes de todo pelambre, es aquel donde las autoridades, en especial las policiales mantengan una cercanía permanente con los residentes de cada zona, bario o municipio, para lo cual es urgente motivar tanto a los ciudadanos como a los miembros de la institución, creando un tejido social donde se potencien las relaciones y el objetivo de lograr que la seguridad, se convierta en prioridad.


La referida motivación debe contemplar una serie de incentivos, orientados al reconocimiento y exaltación por parte de las autoridades y mandos, a los ciudadanos que en cumplimiento de la misión demuestren el compromiso permanente con el programa, donde se lucha en busca de resultados tangibles para lograr seguridad ciudadana y tranquilidad social.

miércoles, 27 de enero de 2010

La protesta del alcalde Char

General (r ) Luis Ernesto Gilibert

El Nuevo Siglo, Bogotá

Enero 27 de 2010


Muy sorprendida quedó la ciudadanía ante el pronunciamiento del alcalde Alejandro Char, donde manifiesta que se presenta una mala gestión policial en su municipio, sorprendida porque hasta la fecha el burgomaestre se había mostrado un aliado incondicional de la institución. La administración Char desde los inicios apoyó irrestrictamente la lucha institucional contra la criminalidad para alcanzar una seguridad permanente en la ciudad. La gran complacencia del mandatario se puso de presente en varias oportunidades ante los logros en defensa de la colectividad. ¡Habrá tanta extrañeza que los secretarios del despacho en ‘bajo tono’ han manifestado asombro por la postura del señor Char!


Si tenemos en cuenta la popularidad y admiración ciudadana hacia el mandatario, aunada a la buena calificación de su gestión, podríamos pensar que este jefe de policía es eficiente y coordina con las fuerzas del orden la actividad policial de su zona, pero ante una delincuencia desbordada en los primeros días del año y un aumento sorprendente de estadísticas delictivas, se descontroló y viendo amenazada su imagen prefirió buscar responsables en el entorno para direccionar la atención y evitar el desgaste producido por la situación, o mejor, podríamos pensar que perdió el norte y olvidó que el jefe de policía en su jurisdicción es él y como tal es responsable del orden público, contando para el cumplimiento de la misión con las fuerzas de policía asignadas por la ley y comandadas por un oficial, quien se encarga de transmitir las decisiones, coordinar las estrategias y desarrollar programas concertados con la primera autoridad municipal; de lo contrario no encuentro una explicación válida para esa salida infortunada. Que tenemos problemas delictivos, no tiene discusión, pero descalificar públicamente de un plumazo la institución, sin análisis ni investigaciones previas, sin reuniones de coordinación donde se estudien las causas del incremento delictivo, no es aconsejable y mucho menos justo, pues nadie puede poner en tela de juicio la entrega al servicio y ese empeño para alcanzar la excelencia de su unidad demostradas por el comandante de la Policía en Barraquilla, general Jorge Miguel Gutiérrez, hombre de calificada trayectoria profesional, menos el Alcalde, quien conoce las cualidades de su Comandante y ha exaltado la institución al reconocer públicamente los resultados operativos obtenidos.


Podríamos recomendar al Alcalde cambiar de estrategia -con la utilizada nadie gana-, los antisociales se regocijan al saber las diferencias, y cedemos un espacio en detrimento de la seguridad ciudadana. La panacea sería ver al burgomaestre en compañía del Comandante organizando foros sobre seguridad, comprometiendo las empresas de vigilancia privada en la recolección de información, organizando escuelas de seguridad en los colegios, empresas y las zonas industriales, buenísimo convocar al transporte público para tener una red comprometida con la institución y qué decir de los estímulos a ciudadanos colaboradores reconociendo el compromiso ciudadano; es decir, hay mucho por hacer antes de dividir.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Algo sobre puentes

Gral. (r. ) Luis Ernesto Gilibert

El Nuevo Siglo, Bogotá

Diciembre 2 de 2009


LAS personas que hemos tenido la oportunidad de vivir o trabajar en ciudades y pueblos fronterizos donde la margen divisoria la compone una corriente de agua, sabemos la importancia que para los habitantes de los municipios marginales tienen los puentes, tanto que en la mayoría de estos lugares dichas infraestructuras fueron construidas en épocas inmemoriales, con medios, recursos y mano de obra propia de las comunidades pertenecientes a los países colindantes; con el tiempo las autoridades reconociendo su importancia y necesidad, terminaron apropiando recursos para complementarlos o reconstruirlos de la mejor forma posible.


Como sabemos, la totalidad de los habitantes fronterizos vive o trabaja en los dos lados del límite, compartiendo territorio de uno y otro país, a más de tener como se ha venido sosteniendo vínculos de tipo comercial, laboral, estudiantil, familiar y otros, todos de carácter eminentemente legal, por lo tanto el desplazamiento permanente de una margen a otra de los ríos es vital, requiriéndose para ello el medio de comunicación que proporcionan los valorados puentes, convertidos en joyas y orgullo del poco progreso de estas tierras olvidadas de las administraciones centrales.


La delincuencia que hace presencia por estos sectores, en un alto porcentaje dedicada al contrabando, no utiliza los caminos ni las vías regulares para alcanzar sus fines, por el contrario, el desplazamiento se efectúa apoyándose en los desechos o trochas despejadas por ellos mismos, burlando la presencia de las autoridades del lugar. Otro tipo de actividades un poco al margen de la ley como son los migrantes ilegales, que buscan una mejor forma de vida en otros países diferentes al propio, también violan las normas que regulan esta actividad, empleando los caminos secundarios controlados por organizaciones dedicadas a esta labor, utilizando en el recorrido regiones distantes de la civilización, donde nuestros estimados puentes facilitan los desplazamientos de gentes trabajadoras y honestas.


Ahora; en cuanto a los armados ilegales, permítanme evocar mis años de instrucción sobre el tema en las escuelas de formación: durante las prácticas se nos enseñó que los desplazamientos de los combatientes nunca se efectúan por las carreteras ni vías principales o secundarias, al contrario, se debe recurrir a el monte para evitar enemigos y pasar inadvertidos de cara a la población civil, ¡si existe un lugar de riesgo para una emboscada son los puentes¡, por lo tanto recurrir a estos durante la practica era una falla y el hacerlo en el combate una estupidez. Seguramente no faltaran los críticos sobre el tema, sosteniendo que el Ejército necesita de puentes para pasar los tanques, vehículos y demás armamento pesado, a ellos les recuerdo que las fuerzas militares construyen los puentes cuando los necesitan, y los desmontan una vez apoyado el personal para esto existen los ingenieros militares. No me explico cómo un militar puede sostener que hay necesidad de volar puentes para evitar el uso de estos recursos por parte de los armados ilegales, olvidando la gran necesidad que las comunidades tienen de éstos.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Relevo de responsabilidad

General (r) Luis Ernesto Gilibert

El Nuevo Siglo, Bogotá

Septiembre 16 de 2009



Lejos de querer fungir como defensor de oficio del señor general Miguel Alfredo Maza Márquez, pero sí muy preocupado por la situación que lo rodea luego de muchos años en uso de buen retiro, quiero poner en conocimiento de las personas que me honran con su lectura, algunos informes buscando claridad sobre actuaciones que rodearon los hechos relacionados con el fallecimiento del doctor Luis Carlos Galán.


Una de las preguntas que ronda el ambiente hace referencia al cambio del jefe de escoltas, dirigiendo la atención hacia el Director del DAS por ser la persona quien recibió la solicitud de relevo por parte del Dr. Galán. Visto en un contexto general podríamos pensar que al recaer la solicitud en la persona del general Maza, fue él quien produjo el movimiento, escogió la persona destinada al relevo y ejecuto todo el procedimiento de empalme; lo que en realidad no es cierto. Como Director escucho la solicitud evaluándola y responsabilizando de su cumplimiento a las personas encargadas del manejo, dirección y control en la respectiva área. Por lo tanto nos estaríamos refiriendo al coronel Manuel Antonio González Enríquez, quien se desempeñaba para la época como jefe de la Dirección de Protección, donde de acuerdo con la estructura orgánica del DAS residían las funciones especificas de coordinar y dirigir lo concerniente a la seguridad de las personas puestas bajo la responsabilidad del Departamento Administrativo.


La citada Dirección manejaba dos divisiones, una responsable de la seguridad a personas, teniendo como jefe al mayor Carlos Codina Escallón, retirado de la Policía Nacional, en cuanto a la otra, encargada de las avanzadas liderada por el teniente coronel Homero Rodríguez oficial en uso de buen retiro del Ejército Nacional. A más de las anteriores, esta Dirección cumplía otras funciones, las que para el caso quedarían sobrando lo cierto es que el coronel González Enríquez, en su declaración ante la Fiscalía General de la Nación, reconoce que en cumplimiento de sus obligaciones y siguiendo instrucciones impartidas por el Director del Departamento Administrativo de Seguridad DAS, escogió un funcionario de su área para cubrir la seguridad del Dr. Galán, pues se debía efectuar un relevo en el esquema; ante lo cual tomó contacto con la secretaria del candidato, solicitando una cita a fin de informarle quien sería la persona que en adelante se encargaría de la seguridad, ¡sostiene haber hablado personalmente con el Dr. Luis Carlos¡ conversación donde le requiero la razón para el referido cambio recibiendo por respuesta falta de seriedad y madurez de parte del actual jefe de escoltas en la conducción del servicio. Reconoce el coronel González, que fue él quien ubicó a Jacobo Torregrosa, oficial que tenía bajo su responsabilidad la seguridad interna del edificio donde funciona el DAS, como jefe de la seguridad del candidato. Por lo tanto con esta declaración el coronel Manuel González Enríquez, tácitamente esta relevando al general Maza, de cualquier responsabilidad frente a los hechos.

miércoles, 10 de junio de 2009

El mayo de las Farc

Por General (r) Luis Ernesto Gilibert

Nuevo Siglo, Bogotá

Junio 10 de 2009


Mayo fue preocupante para todos los colombianos, ya que se esperaban muchas actividades armadas por parte de las Farc, movimiento compuesto de armados ilegales que en esta época cumple 45 años de establecido, se creía que estábamos en la antesala de actividades tendientes a demostrar ante el país su vigencia armada, sin embargo, no obstante haber hecho algunos esfuerzos por protagonizar actos armados de diferente índole -pues se presentaron asaltos en varios departamentos a unidades de la Fuerza Pública, como fue el caso del Guaviare con un triste saldo de soldados muertos, voladuras de torres energéticas que dejaron sin luz varios municipios de Arauca y el secuestro de un concejal en el municipio de Garzón (Huila)- no lograron amedrentar a las autoridades ni al país en la dimensión que seguramente se proponían. No porque estén acabadas o exterminadas sino porque hoy ese tipo de actividades necesitan un mayor esfuerzo.

Son muchas las cosas que se dicen de las Farc, algunos sostienen que estamos viviendo el principio de su final, otros aseguran que están acorraladas y desorientadas, se escuchan voces que sostienen que su capacidad económica sustentada en el narcotráfico está reducida en una apreciable proporción, no faltan quienes piensan que estos armados ilegales se han replegado con el fin de evitar un enfrentamiento con la Fuerza Pública y lógico existen opiniones tendientes a afirmar que están concentradas en el interior de la selva (preocupante porque proyectan) esperando revitalizar su capacidad bélica o una salida política.

Todo lo anterior es posible, pero no podemos olvidar que las acciones efectuadas en el pasado por estos delincuentes necesitaron una infraestructura económica de grandes proporciones; independiente de la táctica utilizada, la información recolectada y la misma programación del asalto, fue necesario un respaldo económico y una capacidad en hombres, sustentando como lo sabemos una supremacía numérica, maniobra recomendada por los grandes estrategas en el ámbito bélico, debiendo contar por lo menos con superioridad de 15 hombres por uno para asegurar la victoria, requisitos que hoy difícilmente podrían lograr. Si bien sus intenciones por hacer mal no han cesado, la Fuerza Pública cuenta con una mejor infraestructura y reconocida capacidad de respuesta superior al pasado.

Si en mayo se cumple un año más de iniciadas las Farc, como un movimiento guerrillero campesino, también debemos fijar un punto de referencia que marque la época en que se revitalizó la Fuerza Pública, pues a partir del gobierno Pastrana se iniciaron ingentes esfuerzos para dar al Ejército y la Policía de Colombia, una capacidad de respuesta a los diferentes ataques perpetrados por las fuerzas subversivas, esfuerzos estos que es bueno reconocer fueron continuados y potenciados por el actual gobierno, por lo tanto si no estamos en el principio del fin o frente a los conceptos anteriormente esbozados, sí podemos pensar con optimismo que esos éxitos anteriores de la subversión son cosa del pasado.