lunes, 20 de octubre de 2008

Venezuela y Nicaragua: el ataque constante a los medios de comunicación opositores

Por Jaime Restrepo Vásquez.
Director de Atrabilioso.
El día que capturaron al senador Álvaro Araujo -en el momento en que era trasladado del búnker de la Fiscalía a la cárcel de La Picota- se escucharon los gritos e insultos proferidos por uno de los periodistas que cubrían la noticia. El protagonista de la andanada fue Ignacio Gómez de Noticias Uno.

No me imagino en qué lugar le enseñaron ética, ni los motivos que tenía para pasar por encima de la presunción de inocencia a la que, en teoría, tenemos derecho todos los colombianos.

Lo cierto es que los medios de comunicación del país han destrozado ese derecho fundamental y ahora, con el tema de la para-política, han contribuido a difundir un clima amenazante en el que la apertura de una investigación por parte de la “honorable” Corte Suprema de Justicia, es asumido por los periodistas como una condena que resulta inapelable. En otras palabras, aquel que sea llamado a indagatoria es juzgado y sentenciado de una vez por el público que atiende los preceptos de esos medios de comunicación.

Pese a la cacería de brujas de la oposición, a la que se han sumado entusiastas Noticias Uno y El Espectador, esos medios no tienen restricciones en su accionar, ni han sido amenazados con procesos penales, ni sus instalaciones han sido objeto de ataques. A lo sumo, algún colombiano airado les ha expresado su inconformidad con el manejo político que hacen de la información. Y cuando el director de Noticias Uno ha incurrido presuntamente en un delito, el propio Presidente ha solicitado que lo investiguen, como ocurrió en el caso de Daniel Coronell y su inexplicable y nada profesional ocultamiento de la entrevista de Yidis Medina.

Sin embargo, esos mismos sectores opositores que tildan a Uribe de fachista, autista y una cantidad de cosas más, ven admirados los procesos totalitarios que avanzan en Venezuela y Nicaragua.

En el país del coronel golpista Hugo Chávez, la situación de los medios de comunicación es crítica. Esta semana, para solo citar los últimos acontecimientos, el ministro de información Andrés Izarra anunció que él era el encargado del presupuesto para medios de comunicación y que nunca entregaría ni un centavo para los medios “golpistas”.

A la mañana siguiente, un equipo del canal opositor Globovisión fue atacado en el barrio 23 de enero: un grupo de encapuchados pertenecientes a una banda criminal que se hace llamar La piedrita, delante de las autoridades, les arrebataron la cámara y el micrófono al equipo de comunicadores.

Un día después, el periodista Rafael Poleo, director del periódico Tal Cuál, concedió una entrevista en el canal Globovisión. En ella comparó al coronel golpista con Benito Mussolini y advirtió que Chávez podría terminar como el dictador italiano… ¡Ira socialista! El gobierno de inmediato solicitó investigar al canal, al periodista que lo estaba entrevistando (que dicho sea de paso, cortó al entrevistado y le llamó la atención, pues el programa se transmite en directo) y por supuesto al entrevistado. La solicitud fue respaldada por la Asamblea Nacional Bolivariana y ya la denuncia está en curso en la Fiscalía de ese país.

Unas horas más tarde volvió a aparecer La piedrita, pero esta vez en la casa del periodista que entrevistó a Poelo, y lanzaron granadas de gas lacrimógeno contra su casa. Es bueno recordar que el canal Globovisión también había sido atacado con estos mismos artefactos -que no se consiguen ni en las droguerías, ni el los puestos de revistas- por integrantes de La piedrita.

En Nicaragua la situación es semejante. Ese 24% de aprobación de los ciudadanos a la gestión de Daniel Ortega tiene con los nervios de punta a los totalitarios nicaragüenses. Los sandinistas, hermanitos de las Farc como el propio Ortega lo ha reconocido, utilizan unas bandas denominadas Consejos del Poder Ciudadano (CPC) para agredir a los medios de comunicación que no respaldan el desgobierno de Daniel Ortega.

En los últimos meses, tres emisoras opositoras –La Corporación, El Pensamiento y La 15 de septiembre- han padecido la persecución: les han robado las antenas, los cables y los equipos de emisión para intentar sacarlas del aire. Además, la justicia adelanta dos procesos contra el diario La Prensa.

El jueves pasado, los miembros de los CPC (La piedrita nicaragüense) agredieron a varios defensores de derechos humanos que cuestionan la gestión de Daniel Ortega.

Cada día las tensiones aumentan tanto en Venezuela como en Nicaragua y la respuesta de sus gobiernos totalitarios es la represión, a como dé lugar, de los medios de comunicación que no son afines al proyecto comunista que sus gobernantes quieren instaurar a la fuerza.

Pero eso no lo ven los simpatizantes colombianos del totalitarismo, quienes pretenden homologar la democracia inmadura e imperfecta que existe en Colombia, con el caos totalitario en el que sobreviven los venezolanos y los nicaragüenses.

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