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miércoles, 17 de febrero de 2010

Salario mínimo por regiones

Boris F. Zapata Romero*

El Universal, Cartagena

Febrero 17 de 2010

Si bien es cierto que la política ocupa la mayor parte de nuestros debates y discusiones, no se pueden dejar de lado discusiones tan importantes, e incluso urgentes, como el empleo.

Si, efectivamente el empleo pertenece al ámbito de la política, pero cuando afirmo que la gente está pendiente de la política me refiero a que es la política desde lo electoral, pues los temas profundos que a ella atañen parecen no importar a la mayoría, incluyendo a la generalidad de los políticos de carrera.
Precisamente esta semana, el empleo fue abordado con una propuesta para enfrentar el desempleo en Colombia del Director de Planeación Nacional, Esteban Piedrahita, que consistió en que era el momento de comenzar a discutir un salario mínimo diferenciado por regiones.

El argumento bajo el cual abrió el debate en un diario reconocido, consiste en que el salario mínimo en el país es de alrededor de 3.000 dólares anuales, mientras que el PIB per cápita es de 5.000, lo que hace porcentualmente al salario mínimo ser aproximadamente el 60% del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita.

Tal razón llevó a Esteban Piedrahita a preguntar: ¿Por qué no pensar en un salario mínimo para Bogotá, que tiene el mismo ingreso per cápita que Uruguay, y otro para un departamento como Chocó, que tiene un ingreso per cápita como Bolivia?

En medio de la discusión del Voto por la Región Caribe, papeleta que se debe pedir el próximo 14 de marzo, creo en la pertinencia de la propuesta, bajo las razones que bien expone el Director del Departamento de Planeación Nacional.

Es claro que los detractores de la propuesta tienen razón en cuanto a que ésta en sí misma no resuelve el problema del desempleo, pero si se logra que haga parte de una serie de medidas de choque, sin duda ayudaría a bajar los índices de desempleo del país.

En cuanto a la Región Caribe, considero que es beneficioso en la medida en que puede ayudar a mitigar las desigualdades enormes que hay; por ejemplo, citando cifras del Observatorio del Caribe Colombiano, mientras el crecimiento del PIB de la región es de alrededor de 5 puntos porcentuales, la media nacional llega casi al 7%, o que la pobreza por ingresos en el Caribe Colombiano es del 56,7% mientras que para el país el promedio es de 49,7%.

La propuesta de diferenciar el salario mínimo por regiones a mi parecer traería consecuencias positivas, todas ellas a favor del empleo, como el mejoramiento de la productividad regional, una distribución de la inversión privada mayor y más equitativa, una distribución del ingreso mejor, así como también en aspectos conexos como la cualificación y capacitación de la mano de obra, la formalización de miles de empresas que ejercen sus actividades sin legalizarse y que hacen parte del problema del empleo mal remunerado e inestable.

Ahora bien, lo que sí es necesario es que tal medida sea adoptada de manera que no genere salarios de hambre; no se debe olvidar que la idea de que exista un salario mínimo legal, en otras palabras, de que este no sea impuesto por el sector privado a su leal entender y parecer, es el de proteger a los trabajadores y sectores vulnerables, asegurándoles un ingreso vital.

*Abogado y Analista Político

miércoles, 6 de mayo de 2009

El liberal uribismo

Boris F. Zapata Romero

El Universal, Cartagena

Mayo 6 de 2009

El 30 de abril pasado se cumplió el plazo para que las personas que buscan el aval liberal como candidato a la Presidencia de la República, se inscribieran en la Dirección Nacional Liberal; cumplida la fecha se inscribieron ocho precandidatos, todos y todas con las más altas condiciones personales.

Sin embargo hay un hecho que resaltar: el ex senador Rodrigo Rivera Salazar, una de las más prestigiosas y prominentes figuras del liberalismo no se inscribió como precandidato liberal. Las razones para no hacerlo, las plasmó en un comunicado que tituló “Rivera sigue adelante con el Tour de la Unidad, y no acepta las condiciones para participar en la consulta Liberal”.

 

En ese documento, su equipo de trabajo indica que Rivera se abstuvo de inscribir su nombre para participar en la consulta popular que definirá en el mes de septiembre el candidato presidencial del Partido Liberal para los comicios del 2010, a pesar de haber recibido el respaldo de más de 30 congresistas liberales, que dicho sea de paso es más de la mitad de la bancada liberal en el Congreso de la República, así como de numerosos Presidentes de Directorios Departamentales, de acompañar su nombre como precandidato presidencial en la consulta Liberal.

 

Tal hecho tiene origen en que la Dirección Nacional Liberal impuso a quienes se inscribían firmar un documento en el que declaraban bajo juramento que eran opositores acérrimos del presidente Uribe y contradictores dogmáticos de la reelección presidencial; puntos en los que Rivera ha tomado total distancia de las directivas de su partido.

 

Es por ello que Rivera, en su condición de liberal amigo del Presidente Uribe, continúa liderando una intensa campaña temática por Colombia, que ha dado llamar el “Tour de la Unidad”, con propuestas concentradas en la continuidad de la seguridad democrática y la búsqueda de la prosperidad económica para Colombia.

 

El Tour de la Unidad es una iniciativa ciudadana para afianzar la Seguridad Democrática con los elementos que le hacen faltan como son el consenso nacional para convertirla en una Política de Estado, de modo que se garantice a futuro, independientemente de quien sea el próximo Gobierno o el próximo Presidente de la República.

 

Sumado a ello, Rodrigo Rivera ha explicado que el Tour propone unir a los colombianos para dar el siguiente paso para la prosperidad económica de Colombia. En ese sentido ha dicho que “Ha llegado el momento de desconectar el piloto automático y ponernos en lo que he llamado como ‘modo de crisis’, que implica unas acciones y comportamientos en momentos especiales como el que vive el mundo.

 

Es necesario, primero, dejar las peleas a un lado, y unirnos, arremangarnos, ponernos el overol y empezar a trabajar juntos. Estamos planteando la necesidad de que haya un plan de choque para generar empleo que tiene que concentrarse en obras públicas pequeñas, y que tiene que blindarse contra riesgos de desviación de recursos en politiquería o en corrupción. Estamos proponiendo también que se impulse en el Congreso un proyecto de reformas estructurales en materia tributaria, fiscal, de comercio exterior y de salud pública”.

 

Queda claro pues que hay una opción para quien siendo liberal, también es uribista: Rodrigo Rivera Salazar.