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sábado, 28 de noviembre de 2009

Brasil y el cambio climático

Darío Morón Díaz*

El Universal, Cartagena

Noviembre 28 de 2009


El Presidente Luis Inacio Lula da Silva convocó a los países amazónicos en Manaos con la finalidad de elaborar una propuesta eficaz y de avanzada en la próxima conferencia sobre el Cambio Climático en Copenhague (Dinamarca).

A Manaos asistió, también, el mandatario francés Nicolás Sarkozy, que mancomunadamente con el grupo impulsará una posición firme en defensa y protección del medio ambiente.

Bolivia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam, Venezuela, Colombia y Brasil hacen parte de la Amazonía. A la convocatoria no acudieron los presidentes de Colombia, Venezuela ni Ecuador; con excusas varias. Los motivos de las mismas se intuyen, pero no es menester entrar a analizarlas.

Lula quiere comprometer a las naciones desarrolladas a disminuir al máximo la emisión de gases causantes del calentamiento global. Brasil se comprometió a disminuir un alto porcentaje de la deforestación de la selva amazónica, lo que representa más de 500 toneladas menos de gas carbónico anualmente. China y los Estados Unidos son los mayores productores de gas carbónico.

Vale la pena, a manera de digresión, destacar lo que dice un texto de Geografía de David Norman utilizado en los Estados Unidos: “la Amazonía es una extensión de 7.000 Kilómetros cuadrados en Suramérica. Es la primera reserva internacional. ¡Desde mediados de los años 80 la más importante floresta del mundo pasó a ser responsabilidad de los Estados Unidos y de las Naciones Unidas! Es una de las regiones más pobres del mundo, rodeada por países irresponsables, crueles, autoritarios, diferentes y extraños. Que en su mayoría son reinos de la violencia, del tráfico de drogas, ignorantes, primitivos y sin inteligencia. Los Estados Unidos no permitirán a esos países explotar y destruir esa propiedad de toda la humanidad”.

Por contraste, el humanista brasileño Cristováo Buarque, ante una la pregunta de un estudiante norteamericano: ¿de qué pensaba sobre la internacionalización de la Amazonía? Contestó: “realmente, como brasileño hablaría en contra de la internacionalización de la Amazonía; a pesar de que nuestros gobiernos no cuiden debidamente ese patrimonio. Como humanista, sintiendo el riesgo de la degradación ambiental que sufre la Amazonía, puedo imaginar su internacionalización, como también de todo lo que es de suma importancia para la humanidad. Desde una ética humanista, si la Amazonía debe ser internacionalizada, también internacionalicemos las reservas de petróleo del mundo entero. El petróleo es importante para el bienestar de la humanidad. De la misma forma, el capital financiero de los países ricos debería ser internacionalizado. Quemar la Amazonía es tan grave como el desempleo provocado por las decisiones arbitrarias de los especuladores globales. Las reservas financieras sirven para arruinar países enteros en la voluptuosidad de la especulación. Así mismo, internacionalicemos los arsenales nucleares de Estados Unidos, ellos ya demostraron que son capaces de usar esas armas provocando más destrucción que las quemas en Brasil”.

Para Lula da Silva es esencial que la región participe de manera activa en Copenhague y que el Grupo, con Francia, presenten unas propuestas relevantes encaminadas a la preservación del medio ambiente.

*Médico Cardiólogo. Ex Director de El Universal. Académico de Número de la Academia Nacional de Medicina, de la de Cartagena y de la de Historia.

sábado, 1 de agosto de 2009

Bach, 1750-2009

Por Darío Morón Díaz

El Universal, Cartagena

Agosto 1 de 2009

En Leipzig, en 1749, Juan Sebastián Bach se estaba quedando ciego. En la misma época llegó a Leipzig el cirujano inglés, John Taylor, quien realizaba una operación para eliminar las cataratas.


Bach decidió someterse a la intervención, pero fue un rotundo fracaso. No se conocía la asepsia, el cuidado postoperatorio consistía en aplicar bálsamo del Perú y agua caliente directamente en los ojos, como colirio usaban sangre de paloma, sal quemada, azúcar pulverizada, además de sangría y laxantes.


Finalmente quedó totalmente ciego, con el agravante de una infección en ambos ojos. Las molestias continuaron y más tarde sufrió un accidente cerebral, cayó en coma, y así permaneció diez días y falleció a las 6 de la tarde del 28 de julio de 1750.


Bach nació en 1685 en Eisenach, Alemania. Su padre Juan Ambrosio fue director de música de dicha ciudad. Él enseñó a Juan Sebastian a tocar el violín y el clavecín. En 1695 murió Juan Ambrosio y el niño quedó bajo la tutela de su hermano Juan Christoph, éste le enseñó a tocar los instrumentos de teclado, el órgano y el clave.


Bach, aún niño, tuvo algunas dificultades con Juan Christoph de acuerdo a la siguiente anécdota: “El hermano le prohibió, sin motivo, utilizar un cuaderno que contenía piezas para clavicémbalo de los maestros más famosos de aquel tiempo: Froberger, Kerll, Pachelbel. El cuaderno era guardado en un armario cerrado cuya puerta tenía una rejilla. En la noche, Juan Sebastián metía sus pequeñas manos por ella, doblaba el cuaderno y lograba sacarlo. Escondido y a la luz de la luna lo copió íntegramente, en seis meses ese tesoro musical estaba en su poder. Intentó utilizarlo, pero su hermano se dio cuenta y le arrebató la copia”.


De la extensa obra musical de Bach puede afirmarse que es considerada: “como la cumbre de la música barroca, de la música universal y del pensamiento musical occidental, por su profundidad intelectual, su perfección técnica y belleza artística”.


Vivió en una época en que la sociedad alemana estaba bajo la influencia de la religión luterana y calvinista, circunstancias que incidieron en el ambiente intelectual y musical. Era una sociedad cortesana, el poder casi omnímodo de los príncipes y señores situaban a los músicos y compositores en una condición de siervos. En 1717, murió el Maestro de
la Capilla de la corte, Bach solicitó el puesto vacante, pero el duque Wilhelm Ernst no lo complació. Bach, decepcionado, renunció a la corte.
Más tarde el príncipe Leopoldo de Anhalt-Cothen lo nombró como Maestro de Capilla. El príncipe apreciaba su talento, le pagaba bien y además podía componer. Las obras de Bach de este período fueron: las Suites orquestales, las seis Suites para violoncelo solo, las Sonatas para violín y los Conciertos de Bradenburgo.

Bach fue el maestro del arte del contrapunto, es considerado el más grande compositor de todos los tiempos. Fue la fuente de inspiración e influencia para otros compositores: Mozart, Beethoven, Schoenberg, Brahms, Strauss y Shostakovich. La mayoría de los compositores le han rendido su tributo de admiración en una forma u otra.

*Médico cardiólogo. Ex Director de EL UNIVERSAL. Académico de Número de la Academia Nacional de Medicina, de la de Cartagena y de la de Historia.