Mostrando entradas con la etiqueta Luis Alberto Moreno. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Luis Alberto Moreno. Mostrar todas las entradas

domingo, 30 de agosto de 2009

La educación temprana de los niños. Una revolución educativa para América Latina

Por Luis Alberto Moreno

El Tiempo, Bogotá

Agosto 30 de 2009

Nuestros países deberían invertir en una amplia variedad de acciones para que nuestros niños lleguen a la escuela listos para aprender.

¿Pueden los estudiantes de América Latina y el Caribe alcanzar a sus pares de países desarrollados?

La evidencia más reciente no es alentadora. A pesar de que el acceso a la educación se ha expandido considerablemente en nuestra región, las pruebas de evaluación de rendimiento estudiantil muestran que la calidad de nuestra educación pública está en los últimos peldaños de la escala internacional. Un tercio de nuestros estudiantes de tercer grado no entienden oraciones que comienzan con "había una vez" y casi la mitad de los de sexto grado no pueden resolver problemas con fracciones.

Hasta hace poco, los esfuerzos para mejorar los logros educativos se enfocaban casi exclusivamente en mejorar la educación para niños mayores de seis años. Pero para entonces puede ser demasiado tarde. Para cerrar la brecha educativa, nuestros gobiernos y nuestras sociedades deberían asegurar que todos los niños reciban una estimulación adecuada, así como educación, salud y nutrición, antes de ingresar al primer grado.

Numerosas investigaciones señalan que el período entre el nacimiento y el ingreso a la escuela es crítico, ya que 80 por ciento de desarrollo cerebral tiene lugar antes de los tres años de edad. Sin una adecuada estimulación y nutrientes apropiados durante esta etapa clave, los niños pueden padecer retrasos de aprendizaje.

Las conclusiones de dichos estudios tienen enormes consecuencias para América Latina y el Caribe, donde unos 46 millones de niños menores de seis años (muchos de ellos provenientes de hogares humildes) no están matriculados en programas de desarrollo infantil temprano o de preparación para el aprendizaje.

Los niños de familias pobres que participan en buenos programas de desarrollo infantil temprano tienen 40 por ciento menos probabilidades de requerir educación especial o de tener bajas calificaciones, en comparación con aquellos que no participan en tales programas. Además, tienen 30 por ciento más probabilidades de terminar la secundaria y el doble de probabilidades de llegar a la universidad.

Estas podrían ser razones suficientes para darle prioridad a la educación infantil temprana, pero estos programas resultan atractivos hasta desde un punto de vista estrictamente económico. En los Estados Unidos, las evaluaciones de un vasto programa de educación infantil temprana indican que cada dólar invertido generó un retorno de 17 dólares. Los beneficios se acumulan tanto en los niños, ya que como adultos pueden ganar mejores salarios, como en toda la sociedad, porque se reduce la dependencia de programas de asistencia social y disminuye la tasa de delincuencia. Tan sólo los ahorros asociados con el hecho de evitar delitos sumaron 11 veces el costo del programa.

Algunos gobiernos de América Latina y el Caribe están haciendo hincapié en la importancia de la educación infantil temprana y la preparación para el aprendizaje. Varios países están desarrollando planes nacionales de educación infantil temprana y una ampliación gradual de iniciativas prometedoras, muchas de las cuales han surgido en el seno de gobiernos municipales u organizaciones no gubernamentales.

Como parte de una estrategia de largo plazo, Trinidad y Tobago ha decidido invertir una parte significativa de su renta petrolera en un plan integral de educación que comienza con un acceso ampliado a jardines infantiles de alta calidad. El programa prioriza a niños de hogares más modestos e incluye la creación de alianzas público-privadas y la implementación de normas nacionales de calidad. El Banco Interamericano de Desarrollo está apoyando el programa de Trinidad y Tobago, al igual que otros esfuerzos similares en Bahamas, Paraguay y Perú.

Con base en lo que sabemos sobre los beneficios y recompensas de estos programas, nuestra recomendación es muy simple: nuestros países deberían invertir en una amplia variedad de acciones para que nuestros niños lleguen a la escuela listos para aprender. Tanto las sociedades como los gobiernos deben asumir responsabilidad por estas inversiones, por lo cual estos programas deben ser rigurosamente evaluados. Es por esto que los especialistas de educación del BID están apoyando un sistema regional de medición.

Según nuestros cálculos, los países de la región tendrían que invertir unos 14.000 millones de dólares al año para reducir la brecha en preparación para el aprendizaje entre los niños de hogares más y menos pudientes. Esa suma puede parecer exorbitante en estas épocas de estrechez. Pero en el último año la región gastó tres veces más en sus fuerzas armadas y en subsidios para reducir el precio de combustibles.

Si bien la defensa y el transporte tienen su lugar en los presupuestos nacionales, darles a 46 millones de niños las oportunidades que se merecen ayudaría a emprender en mejores condiciones la larga batalla contra la desigualdad. ¿Cuál es el precio de esa victoria posible y necesaria?

* Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo

lunes, 8 de junio de 2009

Rodeemos al presidente Álvaro Uribe

Por Luis Alberto Moreno *

6 de junio de 2009


El fin esencial de la política es construir patria. Para que los colombianos podamos dirimir nuestras contradicciones, primero necesitamos tener país. Si no tenemos nación propia, las utopías y sueños sociales son metas vacías. Y no tendremos nación, si la violencia de paramilitares, guerrilleros y narcotraficantes vuelve a dominar el territorio y a violentar los derechos humanos.

Colombia parece amnésica. Olvida pronto. Para combatir la amnesia vamos a recordar seguidamente, muy seguidamente, pues se dice que la historia solo recuerda a los exagerados. Antes de llegar Uribe a la Presidencia, la mitad del territorio estaba en manos de paramilitares y la otra mitad en manos de la guerrilla. Y paras y guerrilla eran líderes multinacionales del narcotráfico. Prácticamente no teníamos nación. Muchos Alcaldes y Gobernadores trabajaban bajo la presión o dirección de alzados en armas. Más de 150 municipios no tenían en su territorio ni siquiera un policía. Alzados en armas expropiaban a su gusto la tierra que les provocaba. La movilidad era restringida por ilegales. Las tierras no tenían comercio. Los derechos humanos eran a gusto de quienes dominaban ilegalmente el territorio. Los empresarios se veían intimidados y vacunados para poder hacer empresa.

Los crueles crímenes ocultos, hoy conocidos, ni siquiera los imaginaba la sociedad.. Y lo peor, las victimas y la legión de desplazados eran incontables. Colombia era una nación extorsionada por quienes dominaban ilegalmente el territorio.

Con Álvaro Uribe la patria ha recuperado un camino digno; Uribe nos ha devuelto la esperanza de tener patria. En su Presidencia, la cultura de la legalidad vuelve a reinar. La intimidación, el secuestro y la violencia están en agonía. Los avances de la autoridad como virtud de la democracia son los más importantes en los últimos 100 años. Es Uribe el gran reformador contemporáneo del Principio de la Autoridad. Contrario a lo que creían sus críticos, el Presidente fue capaz de rendir el paramilitarismo y sus jefes. Y en su gobierno es donde más verdades se han conocido sobre los actos inhumanos de paramilitares y guerrilleros. Y también, el gobierno actual es el que más triunfos militares recopila sobre la violencia guerrillera. Y lo ha hecho más o menos con el mismo ejército de otros Presidentes. Esto resalta el pundonor personal de Álvaro Uribe.

Hoy el Estado ha recuperado casi todo el territorio para el imperio de la ley. Y paralelo a su valentía, nadie puede negar que Colombia no había tenido un Presidente más cercano a la gente, más sencillo, más identificado con los problemas sociales, más sensible a los dolores de los ciudadanos, más conocedor del territorio Colombiano. Trabaja día y noche con humildad, como si fuese un misionero buscando aliviar los dolores de la patria. No gasta tiempo en cocteles ni en banalidades sociales, tan usados por los poderosos para esclavizar y capturar el Estado. Y más, el valor civil del Presidente Uribe es admirable e inigualable. No le importa su vida, la ofrece entera por sus convicciones. Su erguida posición contra la guerrilla, su indeclinable lucha contra la delincuencia, y su decisión de extraditar una generación de paramilitares, son señales sobresalientes de valor civil inigualables en la historia de Colombia.

Otro gobernante sería esclavo de sus preocupaciones sobre cómo ser, su seguridad luego de salir de la Presidencia. En medio de tanta turbulencia, hay que respetar las disensiones de los demás. No obstante, con la decisión del Presidente de extraditar a una generación de paras, el país respira mejor. Se siente un aire fresco. Se desenreda un poco la complejidad de la crisis. El pensamiento colectivo sale de
una rutina maleva, para volverse más optimista. La sociedad estaba en un remolino de confusión movido por fuerzas ocultas que dejaba demasiado espacio a los oportunistas.

Los enemigos del Presidente siempre decían que era incapaz de extraditar paras porque tenía pactos secretos con ellos. Ahora que los extradita, se quejan que dejó al país sin la verdad. Es admirable que el Presidente Uribe no se haya reunido ni construido pactos en el pasado con paramilitares, como muchos lo anunciaban. En gobiernos pasados, incapaces de superar la violencia, los paras hacían parte de la legalidad y de la alta sociedad, y era casi imposible, saber quién era legal o ilegal. Hoy es fácil apartarse. Pero un político que recorría el país día y noche, tenía alto riesgo de reunirse con quien se le acercara. Y para bien de la nación, no existe a hoy una sola prueba, que Uribe haya hecho pactos ilegales con paramilitares.

Precisamente por los crónicos problemas de violencia que enfrenta el Presidente, es por lo que la nación vive momentos de turbulencia. Y por eso es que urge rodear al Presidente. No se puede ignorar, que la fortaleza institucional de la Nación empieza por el Presidente de la República. La Constitución y la ley le asignan poderes omnipotentes al ejecutivo para dirigir la nación. Bueno o malo, esa es la realidad. Defendamos primero una patria libre, sin las ataduras de la violencia, y por eso, en estos momentos de decisiones trascendentales urge rodear al Presidente Uribe, y luchar para que el próximo presidente reciba una patria libre.

* Presidente del BID.

lunes, 4 de agosto de 2008

¿Por qué el BID apoya los biocombustibles?

Por Luis Alberto Moreno. Presidente, Banco Interamericano de Desarrollo.

Hace menos de un año, los biocombustibles eran aclamados en todo el mundo por su potencial para reducir las importaciones de petróleo y beneficiar a los agricultores. Hoy, los biocombustibles son acusados de todo, desde las desmedidas alzas en los precios de los alimentos hasta la pérdida de biodiversidad.

Si esto es así, ¿por qué entonces el Banco Interamericano de Desarrollo, la institución multilateral que presido, acaba de aprobar un crédito de US$260 millones a una empresa privada que está construyendo tres plantas de etanol al sur del Brasil a un costo de casi US$1.000 millones?

La respuesta se basa en una diferencia que ha sido olvidada en el encendido debate sobre las crisis alimentaria y energética. Hay dos tipos de biocombustibles: aquellos derivados de cultivos que rinden poca energía, como el maíz, en países con climas templados y con limitada disponibilidad de tierras agrícolas; y aquellos derivados de cultivos de alta energía como la caña de azúcar, en países tropicales con vastas reservas de agua, sol y tierras subutilizadas.

Existen preocupaciones legítimas que indican que el etanol de maíz está contribuyendo a la inflación de los precios de los alimentos. Pero la situación en América Latina y el Caribe, que producen etanol casi exclusivamente a partir de la caña de azúcar, es completamente diferente. Estudios llevados a cabo por el BID indican que en la mayoría de países productores de azúcar en la región, el etanol puede rendir beneficios sociales, ambientales y económicos, sin impactar en los precios de los alimentos.

Nosotros nos proponemos ayudar a esos países a aprovechar esta oportunidad con los más altos estándares de sostenibilidad ambiental.

Las ventajas comparativas de América Latina como productor eficiente de etanol son asombrosas. Colombia ha reemplazado el 7 por ciento de su gasolina de transporte con etanol en menos de tres años, usando para ello caña de azúcar que anteriormente se exportaba como azúcar refinado. La caña de azúcar produce hasta 8 unidades de energía por cada unidad de energía usada en el cultivo y producción de etanol, en comparación con 1,3 unidades del maíz. Colombia necesitará menos de 120.000 hectáreas de caña de azúcar para sustituir con etanol el 20 por ciento de su consumo de gasolina en el 2012 -en un país donde 41 millones de hectáreas son usadas como praderas de uso reducido.

En Brasil, el área dedicada actualmente a la caña de azúcar es casi 45 veces más pequeña que la disponibilidad total de tierras agrícolas y de pastoreo. Incluso si el 100 por ciento de la gasolina para el transporte fuera sustituida con etanol (por encima del 50 por ciento de la actualidad), la tierra requerida para producirla sería cerca de la mitad de lo que actualmente Brasil destina al maíz. Y contrario a lo que algunos sostienen, la caña de azúcar no se está sembrando en las selvas amazónicas. La caña no tolera humedad constante, por lo que es cultivada casi exclusivamente en la región sur-central de Brasil.

Las tres nuevas plantas que el BID está ayudando a financiar en Brasil están ubicadas en los estados de Minas Gerais y Goias, muy lejos del Amazonas o de cualquier área protegida. Los proyectos arrendarán tierras a pequeños y medianos propietarios que opten por mejores utilidades con la caña de azúcar que con el pastoreo de ganado -la actividad tradicional de la región.

Las nuevas plantas utilizarán cosechadoras mecanizadas en más del 80 por ciento de la extensión de sus terrenos, y crearán unos 4.500 empleos permanentes de alta calidad. Producirán anualmente hasta 110 millones de galones de etanol destinado al mercado nacional y generarán su propia electricidad mediante la combustión de bagazo (los desechos de planta). En efecto, producirán un excedente de electricidad para abastecer a 400.000 hogares brasileños.

Beneficios similares, a una escala menor, podrían ser alcanzados por otros países de América Latina y el Caribe que hoy dependen de la importación de petróleo. Entre otros países, Guatemala, El Salvador, y República Dominicana se están preparando para convertir el exceso de caña de azúcar en etanol o producirlo a partir de las tierras no utilizadas.

En lugar de atacar indiscriminadamente a los biocombustibles, los políticos deben apoyar los esfuerzos que aseguren su sostenibilidad. Las autoridades de Brasil y Colombia ya están desarrollando sistemas de certificación que permitirán a los productores garantizar el cumplimiento de normas internacionalmente aceptadas. Y el BID pronto divulgará una 'guía de sostenibilidad' que facilitará la evaluación de los proyectos potenciales de biocombustibles por parte de todos los agentes interesados en ese proceso.

Los biocombustibles pueden satisfacer solo una pequeña fracción de las necesidades mundiales de energía, y en muchos lugares no serán una buena opción. Pero aquellos países que han sido bendecidos con condiciones ideales para producirlos en forma sostenible deben ser alentados, no condenados.

Tomado de Portafolio.