miércoles, 21 de enero de 2009

Colombianos: ¡Ayuden a su país, en vez de destruirlo!

Por: Jacques Thomet
Un Journalisme d'investigation
http://jacquesthomet.unblog.fr/
14 de enero de 2009

Mi respeto impregnado de admiración por su pueblo, a pesar del dolor de las víctimas de un conflicto sin final, me obliga a llamarles la atención. Quién ama bien castiga bien, dice el sabio proverbio. ¡Ayuden a su país, en vez de menospreciarlo sin cesar! Por haber vivido y trabajado en Colombia como periodista extranjero (en la AFP) durante cerca de seis años, puedo decirles con certeza: ustedes llegarán a ser parte del Primer mundo el día en que guarden sus armas en el desván.

No hablo sólo de los grupos armados, ni de sus metas desconectadas de la realidad económica actual, en un mundo enfrentado a una mundialización global. Vivir de los rehenes y de la cocaína los llevará ineluctablemente al fracaso final, a un lamentable baño de sangre si no le ponen fin a su violencia. Esto que digo es válido para las FARC, para el ELN y para las AUC (o sus continuadores). La rendición de todas esas organizaciones permitirá su reintegración a la vida civil, como ya pudieron hacerlo miles de otros como ustedes y sin sufrir la exterminación que tanto temen cuando evocan el precedente de la Unión patriótica. Me dirijo también a otros actores importantes de la sociedad colombiana, es decir, a los medios de comunicación. En mi calidad de periodista francés, puedo decirles que sólo su régimen democrático tolera, sin reaccionar, sus insultos repetidos contra el Presidente de Colombia. Les guste o no,
Alvaro Uribe fue elegido y luego reelegido, en la primera vuelta de cada elección, en 2002 y 2006.

Si yo escribiera sobre el jefe del Estado francés lo que ustedes eructan, semana tras semana, sobre su presidente, yo sería objeto de reacciones judiciales inmediatas en este París que ustedes ven erróneamente como el paraíso de los Derechos humanos. ¿Saben ustedes acaso que el ex director del diario Liberation sufrió recientemente una violenta detención (fue maltratado delante de sus niños, aislado e interrogado por la policía durante 48 horas, le hicieron un control anal, le retiron la corbata y los cordones de sus zapatos para evitar, probablemente, un posible intento de suicidio)? ¿Todo eso por qué? ¿Cual fue su fechoría? Por el comentario que un internauta dejó en la página web de ese diario. ¡Cuando yo leo las reacciones que los lectores dejan en los diarios colombianos me digo que todos ustedes serían detenidos si sus periódicos se publicaran en Francia!

Las FARC anunciaron en diciembre pasado la liberación eventual de seis de sus rehenes, quienes han estado encadenados desde hace seis o más años, y su entrega a Piedad Córdoba. Ese es el último ejemplo hasta hoy de un escándalo que ustedes no sólo ignoraron sino que dejaron desarrollar. Sus editoriales, en lugar de denunciar los repetidos chantajes de la guerrilla sanguinaria antes de cumplir sus promesas, toman por objetivo al presidente, quien se opone, entre otras cosas, a la presencia de Hugo Chavez en esa liberación. ¿Debo recordarles lo que haría Venezuela de su país si ese aprendiz de dictador pudiera anexarse a Colombia en su sueño de una nueva Gran Colombia? Ustedes serían convertidos en peones o, peor, en siniestros "colaboradores" de un sistema comunista que el mundo entero detesta. Reaccionen entonces, y cesen sus peleas para hacer de su país un faro de la América Latina del siglo XXI.

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