martes, 13 de enero de 2009

El drama en Gaza

Por: Alfonso Monsalve Solórzano
almonsol@hotmail.com
El conflicto entre palestinos e israelíes entró en una fase nueva y terrible desde que Hamas -organización político-militar-religiosa fundamentalista islámica, fundada en octubre de 1987 por el jeque Ahmed Yassin, que busca la destrucción del Estado de Israel y la implantación en Palestina de un gobierno confesional radical- ganó las elecciones parlamentarias palestinas el 20 de febrero de 2006 y rompió el gobierno de unidad nacional, acordado el 24 de septiembre del mismo año con Al Fatah, la organización de tipo laico creada por Yasser Arafat en 1964 y quien lideró el reconocimiento de la independencia de Palestina en diciembre de 1998, la aceptación internacional, incluido Israel, de la necesidad de crear un Estado palestino y los largos años del difícil acercamiento entre palestinos y judíos, mediado por la comunidad internacional.

El enfrentamiento entre los dos sectores palestinos tuvo su último episodio (por ahora) el 14 de julio del 2007, cuando Hamas derrotó en la franja de Gaza a las fuerzas de Al Fatah que defendían la legitimidad de la Autoridad Nacional Palestina, ANP, en cabeza de su presidente Mahmud Abbas, elegido el 9 de enero de 2005.

Este verdadero golpe de estado realizado por Hamas en el área bajo su control, cerró todo posible acercamiento entre Israel y Palestina y creó las condiciones para confrontar militarmente a Israel con un concepto de guerra total en el que la destrucción del enemigo, sin distinción entre civiles y militares, porque todos los civiles judíos son culpables por el solo hecho de habitar en dicho Estado, va acompañado del involucramiento en la guerra de todos los civiles palestinos, incluyendo los niños y los ancianos, a quienes consideran combatientes de una justa causa.

La actitud de Hamas prolongará indefinidamente el conflicto. La destrucción del Estado de Israel, fundado en 1948, no puede ser invocada como justa causa porque la Onu en 1947 aprobó un plan de partición de Palestina, que en ese entonces era un protectorado británico, para crear dos Estados, uno judío y otro palestino y porque allí viven hace más de cincuenta años millones de judíos, muchos de ellos nacidos posteriormente a la fundación de dicho Estado en 1948 que han hecho de ese territorio su hogar. Lo pertinente, entonces, es asumir ese hecho y llegar a un acuerdo en el que los derechos del pueblo palestino a tener un Estado y a vivir en paz puedan, por fin, realizarse.

Adicionalmente, atacar civiles israelíes, usar bombas humanas para causar bajas indiscriminadas y utilizar a civiles palestinos como escudos y para disfrazar sus acciones terroristas y para luego culpar a los israelíes de genocidio, cuando estos disparan contra los sitios desde los cuales salen los cohetes que destruyen su territorio, es altamente reprochable y moralmente inaceptable. No hay causa que justifique usar a los propios ciudadanos que se dice defender como carne de cañón. A esta organización le cabe una enorme responsabilidad en la muerte de sus gentes. No actúan como soldados de la libertad de su pueblo sino como sus victimarios. De esa manera aumentan el sufrimiento de los palestinos, que ya dura más de cincuenta años, con la vana esperanza de que el dolor, propiciado por ellos, los llevará a la victoria final. Piensan que con estos métodos y la presión de la comunidad internacional logrará doblegar la voluntad de supervivencia de los israelíes, algo que parece altamente improbable, si se tiene en cuenta la historia de ese Estado y ese pueblo, que están luchando por la supervivencia.

Y no es que yo defienda que los israelíes hayan siempre actuado con humanidad y proporcionalidad. Para nada. Han cometido crímenes de guerra y oprimido al pueblo palestino. De lo que aquí se trata es de cómo el fanatismo religioso y el odio visceral pueden destruir cualquier causa y amenazar la existencia misma de un pueblo.

No hay comentarios: