jueves, 15 de enero de 2009

Cuba, un fracaso del bien.

Por: Eduardo Escobar
El Tiempo
Publicado el 13 de Enero de 2009

La televisión hizo que la imagen trágica diera varias veces la vuelta al mundo. Fidel avanza por el auditorio atestado, da un paso falso, se precipita. Sin los reflejos del antiguo deportista, la cosa habría sido peor. Ese día marcó el comienzo de la decadencia de un titán. Un gran hombre por el peso de unos sueños que ya no soportan las rodillas, y por el tamaño de sus defectos más que por sus realizaciones, digamos la verdad.

Símbolo del fracaso del Bien contra lo real, Fidel es para vastos sectores de la generación que estaba en la adolescencia cuando entró en La Habana con su horda de profetas barbudos un libertador desgraciado. Los periódicos nos habían acostumbrado a la figura crística, los ojos límpidos en el cielo, apoyado en un fusil, cuando contaba con la simpatía universal. Ícono de la rebelión planetaria contra lo viejo en medio de los pavores atómicos de la guerra fría, las viles dictaduras militares latinoamericanas, el rock protestante del jipismo, y las revueltas universitarias de los años sesenta, según su ejemplo montones de idealistas en todas partes se tragaron el cuento de la infalibilidad de la guerra de guerrillas y se fueron al monte a matar y a morir.

En su génesis la revolución cubana fue una fiesta. Y una pedagogía. La Habana, la capital de la inteligencia occidental. Allá pasaban Sartre y su mujer, los escritores del boom indoamericano, los poetas disidentes de Norteamérica, Allen Ginsberg, los nadaístas, los teólogos de la liberación, Ernesto Cardenal. Casa de las Américas propiciaba encuentros. Patrocinaba concursos prestigiosos. Pero el milagro pronto empezó a pisar suelo de erizos bajo la superficie tersa de la ilusión renovadora.

Las lacras del dogmatismo, los fiascos en la economía, las multitudinarias frustraciones de las zafras se unieron en una cadena de acontecimientos siniestros a los dilemas sobre el sentido de la revolución y las divergencias con el partido comunista encarnado en personajes como Aníbal Escalante. El juicio del poeta Heberto Padilla evidenció las restricciones a la libertad de expresión y opinión. Los militares fusilados por narcotráfico, las corrupciones. Las fugas masivas de cubanos del estrambótico paraíso hacia los espejismos del capitalismo montados en neumáticos viejos y tablas podridas, la insatisfacción. Luego, la bancarrota de los bolcheviques en Rusia dejó sin amparo a Fidel y comenzó a quedarse solo en medio de su nación arruinada.

Por el bloqueo, dice la ortodoxia burocrática. Por la falta de realismo político, dice la autocrítica.
La torpeza del bloqueo yanqui afianzó el poder del discípulo de los jesuitas, dice el sentido común. No hay que ser profeta para saber que el día cuando acabe el bloqueo la revolución se va a desbaratar en un santiamén ante el hambre de novedades del capitalismo, el derecho de acceder a la tecnología de una simple licuadora, a fundar periódicos y hablar en voz alta. Aterran los intelectuales de izquierda haciéndose agua la boca en los periódicos con declaraciones viciosas nacidas de la emoción y el orgullo herido más que de la razón en los 50 años de la revolución. La dignidad socialista, las conquistas de la equidad fidelista son delirios, fábulas, consuelos en el destrozo de las buenas intenciones. Condenaron a muerte lenta en una dialéctica escabrosa varias generaciones de cubanos vivos en favor de unos cubanos por nacer. Alguien dijo que con Fidel los oprimidos de Cuba tomaron la palabra. Pero hace seis meses carecían de teléfonos celulares. Y qué es la libertad de palabra sin la libertad de hablar por teléfono.

La izquierda exquisita se niega a aceptar el fracaso de la revolución cubana en un socialismo surrealista a la Maldoror. Y que por eso Fidel, que puede ser todo lo que uno quiera menos bobo, lleva esa cara de tristeza infinita como una cruz que parte el alma de quienes aún lo admiramos como a un padre con desmesuras y fiascos y todo con una admiración grande como la piedad que nos inspira.

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