martes, 2 de septiembre de 2008

¡Arriba Presidente!

Por Raúl Lombana Hernández
El país político está convulsionado por cuenta de los enfrentamientos entre el gobierno, la oposición y el poder judicial. Algunos sectores, como ha ocurrido en el pasado, le piden al presidente Uribe que le baje el tono al debate; otros, proponen que se saque la bandera blanca. En ambos casos, la propuesta es válida sí también los otros involucrados atemperan sus ataques en contra del mandatario.
La actitud de los detractores del gobierno, desde que el presidente Uribe asumió la presidencia de la república, ha sido la de atacar sistemáticamente al mandatario. No ha pasado un solo día de este gobierno que los enemigos del pueblo colombiano no se vayan lanza en ristre en contra del gobernante. Todos estos ataques obedecen a un plan fraguado en contra de la institucionalidad.
En este plan han participado miembros de la oposición política como también del poder judicial, estos últimos, representados a través de la Corte Suprema de Justicia. El colombiano del común se pregunta: ¿Es posible que detrás de estos ataques en contra del presidente Uribe estén recursos del gobierno venezolano? El anterior interrogante tiene su sustento en las últimas declaraciones dadas por el ministro del interior y de justicia, Fabio Valencia Cossio, en la comisión primera del senado durante un debate.
Este denunció que, el senador Gustavo Petro y Piedad Córdoba, andaban repartiendo dineros a borbotones a los ex miembros de las autodefensas ilegales para que acusaran al presidente Uribe de tener nexos con esta organización. El pueblo colombiano se ha dado cuenta que todo en torno al tema de la parapolítica no es más que una cortina de humo que ha sido usada por los enemigos de Colombia para obstaculizar los avances que se han dado en todos los sectores del país. El colombiano del común entiende que no tiene fundamento alguno tratar de enlodar al presidente Uribe sobre acusaciones falsas. Además, los vínculos de congresistas con los grupos ilegales no tienen porque afectar la imagen presidencial.
Lo que buscan estos enemigos del pueblo colombiano es desestabilizar a nuestro país para entregárselo en bandeja de plata a los que actúan detrás de estos propósitos. El presidente Uribe ha sido el mejor mandatario que haya tenido el país durante nuestra historia republicana. Los logros que se han venido obteniendo marcan la diferencia con sus antecesores. Nunca antes en nuestra historia un presidente ha gozado de tanto respaldo popular. Hay que recordar, para los detractores del mandatario, que tal respaldo es irrestricto y real.
El colombiano del común se pregunta: ¿Podrían estar los ex presidentes confabulados en contra del mandatario? El interrogante surge, debido a que los avances que ha tenido el país en los últimos 6 años desnudan la ineptitud de los gobiernos anteriores. Los logros del presidente Uribe son el espejo al cual los ex presidentes temen mirarse.
Los logros del presidente Uribe son el resultado de un deseo del mandatario por quitarle el yugo impuesto a la sociedad colombiana por parte de los grupos terroristas. El colombiano del común se pregunta: ¿A quiénes no les conviene que estos grupos terroristas sean exterminados? El pueblo colombiano debe respaldar al mandatario durante estos tiempos aciagos en donde los embates de los enemigos de Colombia han aumentado.
El frenesí, de los ataques, desnudan a los huérfanos del poder. Ahora más que nunca hay que rodear al mandatario. Los logros que se perciben en todos los campos deben ser protegidos por el pueblo. Ante los ataques en contra de la figura presidencial el pueblo colombiano debe pronunciarse. El colombiano del común sabe que todos aquellos que conforman la logia anti-Uribe son los mismos que pueden estar comiendo de las migajas que les envía Chávez.
El pueblo colombiano, también debe respaldar a nuestras gloriosas fuerzas armadas y de policía. Los ataques en contra de la democracia Colombiana se hacen extensivos a la fuerza pública. Los enemigos del estado social de derecho saben que ellos son el pilar en donde se asienta nuestra democracia. De ahí, que recurran a atacar a los miembros de las fuerzas armadas desde la civilidad.
De ahí, que haya organismos que persigan a estos respetables miembros de la fuerza pública como si fueran delincuentes, mientras que a sus protegidos les brindan inmunidad. El caso más aberrante es el del Palacio de Justicia, hoy se persigue a los valerosos hombres que retomaron el control haciendo respetar la libertad y el orden, mientras que a los perpetradores de tan horrenda acción han sido arropados con el manto de la impunidad.
Hoy, esos perpetradores del pasado, quieren engañar al pueblo con su nuevo antifaz de demócratas (¿?) Así que, el presidente Uribe debe seguir en la ardua tarea de proteger la democracia colombiana, para ello cuenta con el respaldo irrestricto del pueblo colombiano y sus fuerzas armadas. Por último, ahora, más que nunca, se hace extremadamente necesario una nueva reelección del mandatario. Ahora, más que nunca, no se puede dejar en manos de los enemigos del pueblo colombiano el poder. Ahora, más que nunca, hay que permitirle al presidente Uribe que siga gobernando este país por cuatro años más.
La ñapa: Los opositores a la segunda reelección de Uribe tratan equivocadamente de presionar al mandatario para que no aspire en caso de que se reforme la constitución. Estos personajes están equivocados, debido a que la decisión no es del mandatario, sino del colombiano del común. Así que, no se deben desgastar más amenazando al presidente, pues es el pueblo el que está decidido a mantener al mandatario en el poder.

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