miércoles, 13 de agosto de 2008

5 en Democracia

Por: Alfredo Sarmiento Narváez

Al haber recuperado Colombia ese bien común que es la seguridad después de encontrarse seriamente amenazada por actores violentos, ilegítimos, criminales, mafiosos, como paramilitares, guerrilleros, narcotraficantes, bien puede nuestra nación disponerse a caminar con entusiasmo, paso firme y confianza plena, en el sendero que le permita tupir su contextura política, buscando en los próximos años la excelente calificación de un 5 sobre 5 en DEMOCRACIA, para lo que será necesario garantizar que ésta se caracterice por ser : 1) Segura, 2) Justa, 3) Incluyente, 4) Institucional y 5) Soberana.

La Democracia Segura tiene que ser el destino ineludible de la Seguridad Democrática. Del carácter sustantivo de la Seguridad hay que pasar a la apuesta sustantiva de la Democracia. Del carácter adjetivo de lo Democrática, hay que pasar al tono adjetivo de lo Segura.

En la Democracia Segura los ciudadanos no verán en la seguridad la oportunidad de una recompensa, sino un bien común, ante el cual, sujetos privados, públicos y comunitarios tendrán el derecho de solidarizarse y el deber de actuar de manera socialmente competente.

El flagelo paramilitar no tendrá justificación alguna para agitar la bandera de la seguridad. No será menester contar con una bolsa de recompensa para informantes porque las autoridades competentes contarán con una red de cooperantes que entienden la seguridad de todos y para todos, como rasgo inseparable de las virtudes ciudadanas.

El monopolio de las armas será creciente únicamente en manos legítimas de la Fuerza Pública, quienes harán el uso ponderado de las mismas bajo el estricto acatamiento de las normas del Derecho Humanitario, sendero por el cual ya están transitando con gran compromiso y resultados tangibles.

La Democracia Justa entenderá que el desarrollo económico de la sociedad no puede excluir los esfuerzos necesarios para saldar la deuda social que existe en Colombia.

Enhorabuena la inmensa mayoría de los sectores ya entienden que no le asiste a la guerrilla ninguna legitimidad política para reivindicar una agenda social.

La ineludible agenda social está en manos de los empresarios públicos, privados y del sector solidario de la economía. El igualitarismo no es la apuesta, como sí una digna diversidad que supone oportunidades reales de educación, salud y vivienda con calidad. Será menester avanzar hacia oportunidades en dignas formas de generación de ingreso, acceso al crédito, a la seguridad social y participación en la riqueza económica de la sociedad. Habrá que contener las prácticas rentísticas e improductivas tanto del capital, de la tierra, del trabajo y del clientelismo político. Más empresarios generadores de capital social y riqueza económica y menos negociantes que busquen lucro por los atajos, será una consigna en la construcción de una Democracia Justa.

La Democracia Incluyente hará especial énfasis en garantizar que grupos históricamente excluidos, se sientan orgullosos y participes de los avances económicos, sociales, culturales y políticos de Colombia. La Democracia Incluyente enfrentará con ahínco la pobreza, el desplazamiento y la reincorporación integral de aquellos que inteligentemente abandonen las armas: La inclusión digital y cultural estará entre sus apuestas así como la reparación real a las víctimas de la violencia paramilitar y guerrillera. La Democracia Incluyente será la clave de la reconciliación entre los colombianos y supondrá conocer nuevas verdades y desarrollar creativas formas de perdón y justicia soberana.

Colombia se graduará como Democracia Institucional cuando no dependa de liderazgos caudillistas para su consolidación. Será institucional cuando los partidos sean empresas políticas con identidad doctrinaria y coherencia programática y no meros negocios electoreros que reducen su agenda programática en atender apetitos clientelistas y politiqueros.

Será una Democracia Institucional cuando se superen los atavismos presidencialistas y el parlamento vuelva a ser legítimo foro de deliberación y decisiones comunitarias y cuando el equilibrio de poderes no diluya la coherencia y autoridad del Estado como un todo. La Democracia Institucional ganará terreno si se abre el debate hacia la adopción de un sistema parlamentario y si se profundiza en la autonomía socialmente responsable de las regiones. Rescatada la seguridad en todo el territorio nacional, bienvenido el federalismo o un modelo de autonomías regionales al estilo español.

Colombia será una Democracia Institucional cuando se asuma que la sociedad civil es el espacio necesario para el ejercicio de la autonomía socialmente competente.

La Democracia será Soberana cuando nuestras más radicales decisiones en materia de paz, desarrollo espiritual, político, económico y social, inserción en la comunidad de las naciones, agenda ambiental, científica y tecnológica no quede al vaivén de las cartillas y vocaciones expansionistas y hegemónicas de ningún otro país o Estado por cercano o lejano geográficamente que se encuentre.

Colombia ha ganado autoridad y dignidad en el concierto internacional de las naciones. No somos pueriles aprendices de derechos humanos o de democracia. No somos advenedizos en el compromiso de la lucha contra el terrorismo y el corrosivo narcotráfico. Somos legítimos interlocutores de las demás naciones y Estados del mundo y ello nos da autoridad y vigor ético para proponer en foros internacionales, creativas, alternativas y audaces fórmulas que permitan superar flagelos como los del narcotráfico, el terrorismo y el deterioro ambiental.

Nuestra Democracia consolidará su Soberanía cuando, sin despreciar mediaciones que puedan ayudar a resolver las dificultades internas que necesitamos para alcanzar la plena convivencia, exijamos claridad por parte de dichas mediaciones en los criterios éticos y políticos que las animan y demuestren respeto a la sociedad colombiana y los representantes de su institucionalidad democrática.

Nada de mediaciones oportunistas y de doble moral. Nada de mediaciones que predican los más caros principios de altruismo y humanidad, Libertad, Igualdad y Fraternidad, cuando por debajo de cuerda patrocinan becas y asilos a miembros de grupos terroristas o sus familiares o quieren hacer de nuestros dramas humanos un libreto de película o una oportunidad para alimentar egos mesiánicos de dictadorzuelos tropicales. Nada de mediaciones de personas que fingen de humanitarias y fungen como cobradores y chepitos de terroristas. Nada de mediaciones que no tengan asumida una corresponsabilidad real y disposición para explorar fórmulas alternas con respecto al flagelo del narcotráfico que es urgente vencer y al cual no hemos logrado vencer del todo, dentro del modelo vigente con el cual se está librando esta batalla.

Colombia es para sus hijos e hijas, para la humanidad entera, una oportunidad de PURO SENTIDO DE LO COMUN, con derecho para alcanzar un 5 en democracia, una democracia segura, justa, incluyente, institucional y soberana.
Debate Nacional

No hay comentarios: