jueves, 28 de agosto de 2008

Mario Uribe vs el oráculo del paramilitarismo.

Por: Toño Sánchez Jr.
El Meridiano de Córdoba, de Montería
Los testigos, al igual que los buenos narradores de historias, tienen la virtud de saber 'hilvanar' un cuento para hacerlo creíble o insólito. Pero con la gran diferencia de que los segundos lo hacen para recrear sus crónicas o novelas y los primeros por dinero o algún tipo de beneficio.
A un excelente cronista sólo le basta conocer unos cuantos detalles y precisar las circunstancias de lugar, modo y tiempo, para armar un capítulo de la más emocionante novela negra moderna, que haría revolcar de orgullo en sus tumbas a los grandes maestros del género, Dashiell Hammett y Raymond Chandler.
Asimismo, un testigo avezado, sediento de beneficios judiciales y orientado por mentes maquiavélicas, puede construir testimonios que pongan en duda o destruyan la reputación de los hombres más honestos y rectos de una sociedad.Una de las estrategias más certeras que se está usando para 'alimentar el 'conocimiento' de crímenes de los testigos a utilizar, es enviándoles expedientes completos de acciones paramilitares en donde nunca estuvieron.
Es decir, les entregan el expediente para que lean sobre las investigaciones que han hecho los organismos del Estado y se aprendan los testimonios de los verdaderos testigos de los hechos, para que monten su 'versión'.Jairo Castillo Peralta, alias 'Pitirri', no es un testigo cualquiera, es todo un oráculo.
Es más, tiene varios dones: el de la ubicuidad, el del discernimiento y, el más importante, el de escuchar. Ya comentan que las predicciones meteorológicas habrá que consultárselas a él. Ni hablar del futuro, lotería, chance, carreras de caballo y todo tipo de apuestas. Este sujeto, que era un simple chofer y quien nunca fue ni ha sido reconocido como mando medio o jefe del paramilitarismo, tuvo la suerte, según él, de conocer los más recónditos secretos de ese grupo ilegal armado.
Al parecer, su jefe no tenía ni oficina ni casa ni finca, ya que todo lo hablaba delante de él en el carro. Que 'Pitirri' tenga información de algunos hechos de su jefe o sus secuaces, puede ser evaluado con beneficio de inventario. Que conozca de algunos crímenes, pueda que sí, ya que él es acusado de varios, pero que sepa de todo lo humano y lo divino se me hace imposible de creer.Desafortunadamente para poder desmantelar a grupos criminales se ha necesitado siempre de la ayuda de informantes o de criminales que cambian de bando.
Esto es valedero y acertado, además, nuestra legislación penal permite los beneficios por colaboración eficaz. Lo terrorífico de esta figura jurídica está en que muchas veces las autoridades, por el afán de judicializar a los implicados, no constatan lo que les dice su fuente y capturan de inmediato a todos los implicados. Por supuesto, que habrá casos en donde hay que actuar con celeridad, pero el largo brazo de nuestra justicia no puede darse el lujo de moverse al antojo de los criminales.
Otra situación que se presenta es que siempre hay "terceros interesados", quienes tienen como meta valerse de los hechos para sacar del camino a sus contradictores o enemigos, por lo que hacen al declarante todo tipo de indecentes propuestas. Todas estas prácticas lo que hacen es "contaminar" el testimonio de la persona que está revelando y soplando los crímenes o delitos. La rebaja de penas por colaboración no puede manejarse como un arma de retaliación o de venganza por parte de los criminales. El sistema judicial norteamericano, que está soportado en la colaboración y en las recompensas, nos da lecciones en este tema.
En el sentido de que a los criminales los obligan a decir sólo la verdad, no suposiciones o versiones de oídas. No podemos negar que con esta figura jurídica se han desmantelado y acabado grandes organizaciones criminales. Lo que ha sucedido con el ex senador Mario Uribe Escobar hace parte de la crítica y desconfianza que generan algunos famosos testigos hoy de la llamada parapolítica. Personalmente me es imposible creer lo que afirma 'Pitirri', en el sentido de que él escuchó, en una finca de Córdoba, cuando Mario Uribe propuso a unos ganaderos matar a una gente para quitarle las fincas. Todas las personas que medio conocen a Uribe Escobar saben que esto es una bellaquería del testigo.
Los cordobeses, en especial los líderes políticos, saben que Mario Uribe se rebuscaba siempre unos voticos en Sahagún, con la ayuda de sus amigos allí, a la cabeza de Otto Bula. Y pretender presentarlos como producto de una alianza con el paramilitarismo es otra canallada. La reunión Mario Uribe–Mancuso han querido mostrarla como una alianza para las elecciones de 2002, pero hay testimonios en donde se precisa que fue posterior a ese debate electoral. No es un secreto que muchos políticos visitaron a comandantes paramilitares, a motu proprio, con el único fin de buscar una salida negociada al conflicto colombiano. Considero al vicefiscal Guillermo Mendoza Diago un operador judicial probo, inflexible con respecto a su trabajo. Y que sabía lo que se le venía para encima con esta medida, ya que muchísimos colombianos y periodistas quieren despedazar toda carne que sepa a 'Uribe'.
Pero impuso su recto criterio de justicia y sustentó su escrito con serios argumentos jurídicos. Aquí nace una gran pregunta, ¿la verdad, para qué? La mejor verdad es la que nos reconcilie, la que cure las heridas y nos sosiegue el alma. Tratemos de perdonarnos y la reconciliación dejémosla a Dios.

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