lunes, 25 de agosto de 2008

¿Cuál ideología?

Por Jaime Restrepo Vásquez

Muchos años después de su conformación, el Polo Democrático Alternativo sigue siendo una inmensa colcha de retazos ideológicos que se desvanecen, ajustan o contradicen sin ningún pudor.
Dirán ellos que eso es pluralismo, que es cuestión de esa inmensa apertura que aseguran profesar… simples justificaciones que solo sirven para convencer a los ingenuos que siguen a esa agrupación política.

En el Polo hay de todo como en botica: los de izquierda radical, los ex integrantes del Comité del Partido Comunista, los social-bacanes, los que no creen en la Constitución del 91 y los que dicen defenderla a muerte; los que ven a los homosexuales, travestis y lesbianas como un nicho de “mercado” político que hay que conquistar y, en la misma colcha, los que siguen las doctrinas de Stalin, justamente uno de los tiranos que persiguió con mayor saña a los homosexuales: da grima ver a la comunidad de LGTV en Bogotá batiendo la bandera comunista que tantas veces se enarboló para perseguirlos… cuestión de ignorancia y manipulación.

Y claro: en esa misma agrupación están los que defienden radicalmente la combinación de todas las formas de lucha con aquellos que les gusta la fórmula pero solo a medias: en estos días escuchaba a la “flamante” Secretaria de Gobierno de Bogotá hablando de su esposo, el ex concejal comunista Carlos Romero. Ella señaló que Romero se retiró desde el 90 del Comité del PC por su divergencia con la combinación de todas las formas de lucha, pero luego aclaró que las diferencias se concentraron en la práctica del secuestro. Es decir, según Clara López, a su marido le molestaba el secuestro (ahora llamado por el Polo como toma de rehenes o de prisioneros de guerra) pero parece que el asesinato de policías y militares, además de miles de civiles, era algo tolerable en aras de la revolución.

Es más: en esa misma colcha de retazos se encuentran pronunciamientos como el de Luis Eduardo Garzón en el que cuestiona la manipulación de los términos y esa indefinición del Polo en temas importantes para el país:

“El próximo congreso del Polo Democrático no es un evento más. Debe dirimir entre si éste es un proyecto político para la oposición o si construye una agenda de gobierno. Si hace coaliciones sólo alrededor de sí mismo o si reconoce también a los distintos. Si es un movimiento o un partido. Si se condena la violencia venga de donde venga o se mantiene el criterio absurdo de que hay homicidios que se justifican so pretexto de un supuesto valor altruista. Si al secuestrado dejamos de llamarlo rehén. Si tenemos la misma decisión para defender la justicia cuando es contra nosotros o contra los otros.”

No hay que creerle a Garzón, quien está en plena campaña para la Presidencia de la República, pero los cuestionamientos son de enorme gravedad, pues entra directo al corazón de una de las más profundas diferencias que existen entre el Polo y los colombianos: el del asesinato altruista. De repente el ex alcalde asalta al “gran intelectual” Carlos Gaviria en una de las premisas que más ha defendido, pues el actual presidente del PDA ha dicho hasta el cansancio que los asesinatos que cometen las Farc son altruistas y por lo tanto merecen tratamiento político.

Esa diferencia es sustancial al interior del Polo, pues no resulta fácil conciliar la posición del asesinato altruista con aquella que exige la condena de cualquier homicidio, provenga de donde provenga. Más claro aún: lo que Garzón pide es que, por lo menos en apariencia, el Polo les de la espalda a las Farc y deje en el ostracismo a los influyentes miembros del partido que oficializó a ‘Tirofijo’ y sus muchachos como revolucionarios latinoamericanos: el Partido Comunista.

En ese apego a las Farc, el Polo ha incurrido en errores que ahora cuestiona Garzón, como el manejo del lenguaje al llamar rehenes a los secuestrados por el grupo terrorista. Se queda corto el ex alcalde, pues el Polo debería revisar la manipulación de palabras como democracia, paz, política social y justicia entre muchos otros.

Ya en lo político Garzón pide definiciones, pues lo que está diciendo es que el Polo no ha decidido si seguirá siendo la cabeza de una inmadura oposición o si construye una agenda de gobierno… lo que Garzón debería responder es si el PDA es capaz de elaborar un programa coherente y serio que responda a las expectativas de sus seguidores, pero por lo visto hasta el momento, esa agrupación política está muy lejos de conseguirlo.

Son muchas las divergencias, enormes las diferencias irreconciliables, profundos los abismos que separan las múltiples ideas que intentan arroparse en el partido amarillo y enormes las distancias que se enarbolan en el PDA; tan grandes que resulta absurdo pensar en que pueden siquiera hablar de ideología y mucho menos mencionar la posibilidad de acordar una agenda de gobierno.

Por lo visto el Polo debe estar haciendo novenas -¡claro, los que no son ateos!- para que Uribe siga en el poder, pues es lo único que tienen en común: el antiuribismo y si el Presidente sale de escena, el Polo se derrumbará como un castillo de naipes.

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