lunes, 9 de febrero de 2009

El despiste de Alan Jara

Por Alfredo Rangel

Revista Semana, Bogota

7 de febrero de 2009

Aseverar que a Uribe le conviene la guerra, y que a las Farc les conviene Uribe, es un total y absoluto disparate

Por supuesto que celebro y me alegra la liberación de todos los secuestrados. Pero creo que las opiniones políticas que expuso Alan Jara en la prolongada rueda de prensa que realizó recién liberado, están llenas de equivocaciones.

En primer lugar, es injusto y no corresponde a la verdad afirmar que el gobierno no ha hecho "nada" por la liberación de los secuestrados. Sí ha hecho, y mucho. Sólo enumeraré algunas iniciativas. El gobierno autorizó y apoyó a Francia, España y Suiza en sus gestiones por el acuerdo humanitario. Más aun, aceptó su propuesta para negociar con la guerrilla en una parte de Florida y Pradera, que rechazó las Farc. Adicionalmente, ha retirado sus anteriores condiciones, como exigirle a la guerrilla una tregua previa, liberar a todos los secuestrados y no volver a secuestrar. Liberó sin contraprestaciones a Granda y a varias decenas de guerrilleros de las Farc por solicitud de Sarkozy. Realizó la Operación 'Jaque'. Y, recientemente, para destrabar el acuerdo humanitario, le propuso a la guerrilla realizar un encuentro en una zona despoblada del país y sin presencia de la fuerza pública. En contraste, la guerrilla no se ha movido un ápice en sus posiciones y ha rechazado todas las ofertas. Sin embargo, Jara no le reconoce al gobierno ninguna de sus iniciativas, lo acusa dizque de aplicar la "pena de muerte por omisión" (¡!), y le carga la responsabilidad del cautiverio de los secuestrados y de la no realización del acuerdo humanitario, cuando en realidad las Farc son las únicas responsables.

De otra parte, aseverar que a Uribe le conviene la guerra y que a las Farc les conviene Uribe es un total y absoluto disparate. De hecho, Uribe está acabando con la guerra y, de paso, también con las Farc. En efecto, luego de seis años de gobierno de Uribe la guerra ha disminuido su intensidad. En relación con el año 2002, el año pasado hubo 32 por ciento menos combates por iniciativa de la fuerza pública, 67 por ciento menos ataques de los grupos armados irregulares, el homicidio se redujo a la mitad y el secuestro disminuyó un 89 por ciento. La desmovilización de los paramilitares y el debilitamiento crítico de los grupos guerrilleros explican el incremento de la seguridad así como los enormes avances en la pacificación del país. ¿Esto les conviene a las Farc? Lo dudo. Seguramente Jara no se ha enterado de que el 'Mono Jojoy' dijo en reciente ocasión que el mayor error de las Farc era haber permitido que Uribe llegara a la Presidencia y no haberlo asesinado antes, a pesar de que -no hay que olvidarlo- lo intentaron en varias ocasiones.

También afirmó Jara que las Farc no están derrotadas. Depende. El hecho es que debido a la ofensiva de las fuerzas militares ese grupo guerrillero ha perdido en seis años más de la mitad de sus combatientes, el número de sus acciones armadas es sólo el 30 por ciento de lo que era antes y el 60 por ciento de sus frentes se encuentran inactivos. Claro, no están aniquiladas, pero esto es lo más parecido a una derrota porque debido a su aislamiento político y social su situación no sólo es irreversible, sino que se agravará en el futuro. Además, en términos estratégicos ya no tienen ninguna opción de triunfo, lo cual equivale a una derrota.

Por todo lo anterior, y aun cuando Jara haya visto algunos campesinos jóvenes en las filas de la guerrilla, el hecho es que su capacidad de reclutamiento se ha disminuido a tal punto que ya no compensa las numerosas deserciones ocasionadas por la desmoralización, la fatiga de guerra, el maltrato, y el derrumbe de las expectativas de triunfo. Debido a su debilitamiento y a su desprestigio, la guerrilla es cada vez menos una opción de vida para la juventud campesina, no obstante la pobreza que sigue imperando en algunas zonas rurales de Colombia. Por eso tampoco es cierto que mientras no acabemos totalmente con la pobreza en el campo, seguirá existiendo la guerrilla. Decenas de estudios internacionales demuestran que no existe una relación mecánica entre pobreza y violencia. La violencia tiene su propia dinámica y se puede solucionar en forma autónoma.

Finalmente, Jara es injusto cuando insinúa que Uribe no quiere diálogos de paz con la guerrilla. El gobierno siempre ha mantenido la puerta abierta a esta posibilidad. Lo demostró con el ELN en Cuba. A las Farc les propuso realizar una Asamblea Constituyente al final de un acuerdo de paz, y esta propuesta sigue vigente. Lo que no quiere Uribe es la frustración de otro Caguán, sino diálogos serios y definitivos.

Alan Jara, bienvenido a la democracia del debate entre ciudadanos libres en un país cada vez más seguro, libre y democrático.

 

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