viernes, 27 de febrero de 2009

Sobre el Das y algo más...

Por Edmundo López Gómez

El Nuevo Siglo, Bogotá

Febrero 27 de 2009



ME gustó la entrevista que le hizo al Director del DAS, doctor Felipe Muñoz, el periodista Yamid Amat el pasado lunes. El funcionario contestó con acierto el exigente interrogatorio del veterano periodista. También me causaron buena impresión sus declaraciones a otros periódicos. 


Hizo énfasis el doctor Muñoz en que tanto la Procuraduría como la Fiscalía deberán investigar los hechos denunciados hasta su total esclarecimiento. Pienso, en verdad, que ante las delicadas denuncias, el aparato estatal debe poner en acción sus propias defensas para evitar su desestabilización, porque comparto la apreciación del actual Director del DAS en el sentido de que “hay una mafia que quiere afectar la seguridad nacional” (El Espectador, 26-02-09) 


De otra parte, en Hora 20, el exprocurador Carlos Gustavo Arrieta dio un buen consejo: tratar con cuidado el tema del DAS, y sobre todo, no deducir responsabilidades sin fundamentos. Porque fue notoria la inclinación de otros personajes que intervinieron en ese mismo programa, de cortarle la cabeza al actual Jefe de Estado, al presumir su responsabilidad, pero sin exhibir prueba alguna, en las “chuzadas” telefónicas a periodistas y a miembros de la magistratura, etc. etc.


Apreciaciones tan ligeras significan acaso “pensar con el deseo” pero no con sindéresis -como debe ser- al interpretar asuntos de interés público como los contenidos en las revelaciones hechas por la revista Semana. 


No veo, de otra parte, que la solución sea la de eliminar el DAS, como lo propuso el ministro Santos. En las democracias más abiertas del mundo, los servicios de inteligencia están adscritos al Gobierno, especialmente cuado en éste reposa -como en Colombia- la responsabilidad del orden público. 


En un régimen de gobierno presidencial como el nuestro la propuesta de Santos suena a despropósito, lo que no quiere decir que la estructura del DAS -que ha mostrado tantas grietas- no sea sometida a reformas que lo pongan a salvo de sismos morales que tienen mayor poder destructivo que los propios terremotos. 


No soy “neutral” en el sentido de no asumir un compromiso ético, político o moral frente a los graves hechos denunciados. Tengo bien presente que esta posición no la debe asumir ningún ciudadano de bien. Ya lo dijo Dante Alighieri: “Los lugares más calientes del infierno están reservados para aquellos que, en tiempos de crisis morales, mantienen su neutralidad”.


Considero, por ello, que el gran propósito debe ser el de preservar la seguridad nacional y los valores democráticos ante las pretensiones de la mafia, como lo ha advertido el doctor Felipe Muñoz. 

 

No hay comentarios: