George Hill
Diario de América, Nueva York
Noviembre 23 de 2009
Durante muchos años, la mayor parte del crudo se utilizó para iluminar y lubricar, y las cantidades extraídas eran modestas. Más tarde, en 1901, un pozo nuevo que debe su nombre a una colina al este de Texas, Spindletop, empezó a escupir más al día que todos los demás pozos estadounidenses juntos.
Desde entonces, América ha agotado sus yacimientos petroleros. Repetidamente.
En 1914,
Pero sin duda ahora América podrá emanciparse rápidamente de los hidrocarburos, con la adopción de las energías alternativas -- ¿la eólica, la solar, la nuclear? No.
Keith O. Rattie, consejero delegado de Questar Corporation, una compañía especializada en gaseoductos y gas natural, afirma que hacia el año 2050 podría haber 10.000 millones de personas pidiendo energía -- una perspectiva desalentadora, considerando que de los 6.200 millones de habitantes de hoy en día, casi 2.000 millones "ni siquiera dispone de electricidad -- nunca ha tocado un interruptor de la luz". Rattie afirma que la demanda energética crecerá entre un 30 y un 50% durante los 20 próximos años y que no hay alternativas a corto plazo a los combustibles fósiles.
En la actualidad, la energía solar y la energía eólica suponen apenas la sexta parte del 1% del consumo energético estadounidense. ¿La nuclear? Los Estados Unidos entre otras naciones ricas apoyan la reducción de las emisiones contaminantes en un 80% antes del año 2050. Pero Oliver Morton, un escritor científico, afirma que si la energía nuclear tuviera que proporcionar apenas el 10% de la energía libre de contaminantes necesaria, el mundo tendría que construir más de 50 plantas nucleares grandes al año. En la actualidad se están construyendo cinco. Rattie afirma que como parte de "el auge a nivel mundial en la construcción de centrales térmicas", las alrededor de una treintena que se están construyendo en los Estados Unidos "consumirán cerca de 70 millones de toneladas de carbón al año."
Edward L. Morse, un funcionario de la oficina de energía del Departamento de Estado de Carter, escribe en Foreign Affairs que las reservas petroleras y gasistas del mundo en el subsuelo marino son significativamente mayores de lo que se pensaba hace apenas una década, y que los elevados precios han estimulado el desarrollo de tecnologías -- un buque perforador puede costar alrededor de 1.000 millones de dólares -- para extraerlas. El costo de explotar los yacimientos de alquitrán al aire libre -- Canadá podría albergar más petróleo del que tiene Arabia Saudí -- está bajando, de manera que los proyectos que el año pasado no eran económicamente viables con el precio del barril por debajo de los 90 dólares son ahora viables con el barril a 79.
Morse afirma que las nuevas tecnologías también están acelerando la explotación del gas natural contenido en los yacimientos de pizarra estadounidenses.
Rattie afirma que las reservas estadounidenses conocidas de gas natural, que es seguro que serán mayores, superan los 100 años de suministro al ritmo de consumo actual. BP anunciaba hace poco el descubrimiento de un yacimiento petrolero "gigante" bajo las aguas del Golfo de México. Yergin, escribiendo en Foreign Policy, dice que "el examen cuidadoso de los yacimientos mundiales conocidos... indica que la cantidad de recursos que tiene el planeta bastan para soportar la demanda durante las próximas décadas".
Una noticia tan buena horroriza a la gente que depende de la escasez porque exige -- o eso dicen ellos -- que el gobierno racione lo que es escaso y que las personas derrochadoras en sus hábitos remedien su comportamiento: “¡Le habla la policía!” ¡Suelte esa bombilla incandescente y aléjese del casquillo!”
Hoy existe un nombre para la doctrina política que disfruta de la escasez de todo excepto de gobierno. El nombre es medioambientalismo.
© 2009, Washington Post Writers Group
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