domingo, 8 de noviembre de 2009

¿Por qué quiere Lula reunir a Uribe con Chávez?

Eduardo Mackenzie

Blog Debate Nacional, París

8 de noviembre de 2009

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva quiere erigirse un pedestal desde donde pueda aparecer ante Europa y Estados Unidos como el gran patrón de la gobernancia latinoamericana. Lleno de suficiencia y con un dejo visible de desprecio, su anuncio inconsulto hecho en Londres ante los editores del Financial Times en el sentido de que él “reunirá” el 26 de noviembre, en Manaos, a Hugo Chávez y Álvaro Uribe “para que resuelvan sus diferencias” es un insulto a Colombia y una burla a la realidad de lo que está ocurriendo en el continente.

Después de haber apoyado, por acción y omisión, el expansionismo totalitario del jefe de Estado venezolano, Lula quiere darle a éste una virginidad y presentarlo como una víctima de los Estados Unidos y de Colombia.

El falso árbitro de las elegancias latinoamericanas, después de hacerle creer a Bogotá que el pacto colombo-americano sobre las siete bases militares colombianas no le quitaba el sueño a Brasilia, echa marcha atrás y ataca violentamente en Londres ese mismo pacto y pide a Bogotá nuevas “garantías”, como si éstas no hubieran sido ya dadas. Y se alinea con el eje Chávez-Castro al decir: "No sé si los estadounidenses deberían estar preocupados con Chávez o Chávez con los estadounidenses. Un discurso justifica el otro".

Para Lula, además, la destrucción del comercio binacional y las tensiones fronterizas, dos calamidades cuya autoría sólo puede ser atribuida a Hugo Chávez, es puro viento: “No se puede hacer política a partir de titulares de prensa”, metaforiza Lula.

Un jefe de Estado con una visión tal parcial se inhabilita para jugar un papel de mediador entre Colombia y Venezuela. El presidente Uribe mal podría aceptar el encuentro de Manaos en esas condiciones. Lula pretende allí ser juez y parte. Lula se esfuerza por poner un signo de igualdad entre Álvaro Uribe y Hugo Chávez. Colombia, sin embargo, no está secuestrando y asesinando venezolanos en su territorio. No está expropiando a venezolanos afincados legalmente en su territorio, como si lo están haciendo las bandas armadas de la llamada “revolución bolivariana” con colombianos en Venezuela. Colombia no está apoyando bandidos venezolanos que van a secuestrar y asesinar en Venezuela. Chávez lo hace al proteger, financiar y dotar a las Farc y al Eln y al permitirles que construyan baluartes y guaridas en Venezuela.

El presidente Uribe no está cerrando radios y televisiones, ni destruyendo las libertades, no está expropiando empresas privadas ni retirando los poderes de los gobernadores y alcaldes de la oposición. No ha concentrado todos los poderes en sus manos, como lo ha hecho, con la venia de Lula, Hugo Chávez. Uribe no amenaza a Chávez con enviar aviones militares contra Caracas ni ha dado la orden de trasladar “diez batallones” de tropas hacia la frontera, como sí lo está haciendo el régimen chavista.

El encuentro Uribe-Chávez que propone Lula mal podría ayudar a Latinoamérica a contener un régimen demente que amenaza la democracia, y que empobrece y esclaviza a los venezolanos por razones ideológicas. Lula busca esa reunión para socavar y anular los alcances del acuerdo sobre las bases militares, de suerte que cuando se desate la invasión chavista contra Colombia, Uribe y Obama se encuentren con las manos atadas para ripostar.

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