domingo, 22 de noviembre de 2009

Conversando con la Reina Noor

Jorge Ramos

El País, Cali

Noviembre 22 de 2009

¿Puede una reina acabar con todas las armas nucleares en el mundo? La reina Noor de Jordania no lo sabe. Pero lo está intentando.

La viuda del rey Hussein (1935-1999) está promoviendo la iniciativa llamada Global Zero, cuyo objetivo es terminar con las armas nucleares en el año 2030.

“¿Es realista?”, le pregunté a la reina Noor en una entrevista reciente.

“Tendremos que ver. En los últimos 20 años nos hemos desecho de 40.000 armas. Quedan 23.000 armas”, dijo la reina. “¿Por qué no podemos deshacernos de esas 23.000 armas (nucleares) cuando hay un consenso de que no tienen ya valor alguno para evitar guerras y hay un enorme peligro de que caigan en manos de grupos terroristas?”.

La reina Noor -quien divide su tiempo entre Londres y Ammán, y lleva 30 años promoviendo causas sociales- tiene el mismo temor que ha expresado el presidente norteamericano Barack Obama.

“Todos tememos que la proliferación de armas nucleares llevará a que sean usadas por grupos terroristas o por gente que no está vinculada con ningún gobierno. Las posibilidades crecen día con día”, añadió.

“Tras los actos terroristas del 11 de septiembre del 2001 y las guerras en Iraq y Afganistán, ¿vivimos en un mundo más seguro?”, le pregunté.

“No lo creo”, respondió. “Creo que vivimos en un mundo cada vez más peligroso. Entre el cambio climático y la proliferación de armas nucleares corremos el riesgo de dejarles a nuestros hijos y a sus hijos un mundo imposiblemente peligroso y lleno de amenazas”.

México y Costa Rica apoyaron recientemente la propuesta del presidente Barack Obama en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas para eliminar todas las armas nucleares. Y la reina me recordó que fue un mexicano, Alfonso García Robles, quien, en 1967, negoció el Tratado de Tlatelolco para evitar la construcción y emplazamiento de armas nucleares en América Latina y el Caribe. Pero 1967 no es el 2009.

Venezuela ha pedido la ayuda de Irán para buscar depósitos de uranio en su territorio, confirmó a periodistas Rodolfo Sáenz, ministro de Industrias Básicas y Minería del gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez. El reporte fue publicado por The New York Times. Pero luego el Gobierno de Venezuela se quiso deslindar de Irán -que ha anunciado una segunda instalación nuclear en su territorio- y aclaró que era Rusia (y no Irán) quien les estaba ayudando a buscar reservas de metales radioactivos.

Con Irán, Rusia o con los dos, Chávez insiste en que su objetivo es la creación de energía con fines pacíficos, no para hacer bombas nucleares. Pero, ¿es esto un peligro para la región?

“Como ambientalista”, contestó la reina, quien actualmente tiene a una hija estudiando español en Centroamérica, “estoy preocupada, incluso, por el uso del poder nuclear entre civiles: los desechos nucleares es un asunto que no se ha resuelto y existe el peligro de daños al medio ambiente y accidentes”.

Y terminé la entrevista con dos preguntas personales.

Primero, ¿cuál es el principal malentendido que hay sobre el mundo árabe y musulmán?

“Uno de los problemas es que en un país como Estados Unidos, por ejemplo, es muy difícil tener una cobertura de prensa balanceada sobre el mundo árabe y musulmán... la mayor parte de la cobertura es tendenciosa”.

Y segundo, ¿qué es lo que la mayor parte de la gente, particularmente los que no somos parte de una familia real, no comprende sobre el hecho de ser reina?

“Sólo puedo hablar por mí misma y por mi esposo”, concluyó, “pero los dos vimos nuestra responsabilidad como servidores públicos y no como gobernantes”.

Noor, que significa ‘luz’ en árabe, sabe que su visibilidad puede atraer la atención del mundo al delicado e impostergable asunto del desarme nuclear. Es una misión casi imposible: Sabe que basta una sola bomba para terminar con su sueño... y con la vida de millones de personas.

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