viernes, 20 de noviembre de 2009

Factores del crecimiento agrícola

Juan José Perfetti

El Colombiano, Medellín

Noviembre 20 de 2009

En un reciente seminario realizado por el Crece en la ciudad de Manizales, que tuvo como tema el desarrollo agropecuario colombiano, se presentaron una serie de trabajos académicos que ayudan a entender por qué el sector agropecuario colombiano no logra avanzar a ritmos de crecimiento más acelerados.

Entre los trabajos que se dieron a conocer en esa ocasión está el estudio "Determinantes de la producción agrícola departamental en Colombia (1990-2005)", realizado por José Leibovich, Laura Estrada y Hernando Vásquez, del Crece.

El estudio tiene como principal objetivo "identificar los determinantes de la producción agrícola, usando el valor agregado agrícola como proxy de ésta, así como la estimación de las elasticidades de los factores productivos para 23 departamentos de Colombia entre 1990 y 2005".

Entre los resultados que reporta el estudio del Crece se encuentran los siguientes: entre 1990 y 2005, que constituye el período de estudio, el valor agregado bruto agrícola estuvo ligeramente estancado. La productividad media del capital permaneció prácticamente estancada durante el mismo período.

La productividad de la tierra presentó una tendencia ligeramente creciente en el período observado. Por su parte, la productividad del trabajo se caracterizó por su volatilidad y por su tendencia ligeramente creciente.

El comportamiento de los precios del sector agrícola, relativo a los del resto de la economía, ha mostrado, en las cuatro regiones estudiadas, una tendencia negativa, siendo la región Atlántica la de mayor pendiente.

Dicen los autores del estudio que "si se toma esta variable [los precios agrícolas] como proxy de rentabilidad, no debe sorprender que la agricultura no crezca, en el largo plazo.

Nótese que lo anterior se da pese a que la política gubernamental ancestral ha sido la de subsidiar (a través de los consumidores nacionales) los precios de algunos productos agrícolas como el arroz, el azúcar, o el aceite de palma".

El estudio confirma, asimismo, lo que otros estudios han encontrado respecto al hecho de que, en general, la población rural tiene un bajo nivel educativo.

Sin embargo, los autores del estudio señalan que "dados los grandes esfuerzos estatales en aumentar el nivel de educación en el país, el cambio en la pendiente en el período 1993-2005, nos puede estar indicando que a mayores niveles educativos y dadas las bajas productividades de las labores del campo, la gente migra hacia la ciudad en busca de mejores trabajos, quedando así aquellos que tienen menos años de estudio".

Los resultados del modelo econométrico utilizado, en el que se especifica la productividad total de los factores, muestran cosas interesantes.

En particular, las elasticidades de los factores de producción son las siguientes: la del trabajo es 0,42, la del capital es de 0,26 y la de la tierra es de 0,32.

En palabras de los investigadores, esto "confirma en este aspecto, que la agricultura colombiana podría seguir creciendo con un uso más intensivo en trabajo, aunque en algunas regiones puede estar comenzando a escasear debido a la migración y desplazamiento forzado que ha habido en las últimas décadas.

De otra parte, tiene sentido aumentar el uso de la tierra, pues hay regiones como la Atlántica en las que el desempleo de la tierra con vocación agrícola es enorme. En cuanto al capital, el aporte de éste al valor agregado agrícola es positivo pero menor. Llama la atención en contraste con lo anterior, que las políticas agrícolas en los últimos años han estado sesgadas a abaratar el uso del capital".

La conclusión a la que llega el estudio, y que es pertinente en el momento actual, es que el Estado debe promover el mayor uso del trabajo y de la tierra con políticas específicas para ello y debe dejar de subsidiar el capital.

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