Eduardo Herrera Berbel
El Colombiano, Medellín
Noviembre 20 de 2009
Son varias las hipótesis que se tejen acerca de la hostilidad manifiesta del comandante Chávez.
Parece que con esa retórica anticolombiana buscara generar una sensación de inseguridad de origen externo en la frontera, mantener una actitud pasiva frente a las masacres de colombianos, negar la cooperación bilateral de inteligencia para esclarecer estos abominables crímenes, cuyas víctimas fueron compatriotas dedicados al cotidiano "rebusque" en la frontera viva con Venezuela.
Al pasar los días, el comandante-presidente, continúa con la increíble hipótesis de ser víctima de un complot de paramilitares o de una agresión del Imperio (Estados Unidos), para impedir la consolidación de la revolución chavista.
¡Qué despropósito comandante Chávez! Como buen paracaidista que es, le recomiendo saltar pronto de esa nube bolivariana al escenario geopolítico regional que usted alteró, por su afán de equilibrio estratégico, su desmedida carrera armamentista, su propósito expansionista del socialismo del siglo XXI, su pública y manifiesta solidaridad con grupos guerrilleros colombianos, y como si fuera poco, por conseguir aliados como Irán, que puede alterar la seguridad y la estabilidad regional y hemisférica.
Cabría preguntarnos, entonces: ¿Cuál es el trasfondo de todo esto, comandante Chávez?
También podríamos pensar que su discurso mediático y sus destempladas amenazas de guerra pueden obedecer a un plan siniestro para acallar sectores de oposición al régimen chavista, que tienen como bastión los Estados fronterizos de Táchira y Zulia, y asegurar de contera, un despliegue de unidades militares sobre la frontera, logrando de esta manera el control absoluto sobre los Estados opositores.
Pareciera que su andanada de irrespeto contra el Presidente de los colombianos y sus instituciones sólo hace parte de un Plan Siniestro, soportado en la agresión del coco imperialista de los Estados Unidos y orientado a acallar las pocas voces disonantes contra su cacareada revolución bolivariana.
No nos asombra comandante-presidente, este tipo de jugada estratégica a dos bandas. Sin lugar a dudas, tiene la reconocida impronta chavista.
Enorme preocupación han generado en la línea fronteriza, las milicias chavistas convertidas por reciente ley, en el quinto componente de
Usted sabe comandante Chávez, que no es descabellado pensar que estas milicias se conviertan en un ejército privado y entonces, estaríamos frente a una nueva versión de una fuerza paramilitar de izquierda.
Si a lo anterior, se le suma una acción directa en la frontera de las autodenominadas Fuerzas Bolivarianas de Liberación (FBL), que desde su óptica violenta, son defensores de la revolución chavista, es una perspectiva de inseguridad que afecta a los moradores colombianos en la frontera y en su país.
Por todo lo anterior, a los colombianos sólo nos queda como compromiso ineludible unirnos alrededor de la defensa de los intereses nacionales.
El Acuerdo firmado con Estados Unidos resulta necesario y a su vez impostergable, en el marco de un tratado de alianza legítimo para fortalecer nuestra capacidad disuasiva y enfrentar amenazas transnacionales como son: el narcotráfico y el terrorismo.
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