viernes, 13 de noviembre de 2009

La energía de España

Editorial

El Heraldo, Barranquilla

Noviembre 13 de 2009

Los cables internacionales registraron esta semana una noticia de que gran relevancia para la comunidad científica que muy seguramente tendrá grandes consecuencias económicas.

La producción de energía eólica, es decir la producida por la fuerza del viento, alcanzó recientemente en España uno niveles récord al punto que logró abastecer más de la mitad de su demanda total de un día.

Se trata, sin duda, de un acontecimiento sin precedentes que ocurre en buen momento cuando todos los países están buscando afanosamente fuentes limpias de energía que sustituyan las tradicionales como el petróleo, el carbón o el gas.

La degradación del medio ambiente, la contaminación de la atmósfera, el calentamiento global y demás fenómenos producidos por la generación de energía a partir de aquellos recursos, ha hecho imperativa la búsqueda de nuevas fuentes que, a la vez que sean limpias, puedan ser una alternativa viable de consumo masivo.

Es así como de tiempo atrás se viene realizando diversos ensayos con relativo éxito, en particular en países como España que no disponen de reservas de petróleo, como tampoco de grandes recursos hídricos, que los obliga a depender en exceso de la energía nuclear.

El aprovechamiento de los rayos solares, de la fuerza de los vientos o de las mareas, son alternativas que se han estado desarrollando con especial intensidad a medida que las reservas de petróleo se agotan y la atmosfera del planeta se contamina más.

Hasta ahora, sin embargo, los avances y logros eran muy limitados. Si bien las nuevas fuentes resultan muy atractivas, su capacidad de sustituir a gran escala las fuentes tradicionales aún es precaria y dista de remplazarla en su totalidad. Como solución para pequeñas localidades alejadas de aquellas son ideales pero no para la totalidad de la demanda de un país desarrollado.

Pero de ahí precisamente el logro alcanzado por España en estos días, cuando los molinos de viento esparcidos por su geografía mediterránea lograron producir más de la mitad de la energía de un domingo. Un hito que habrá de estimular a muchos otros países a seguir su ejemplo.

No solo por razones estrictamente económicas, sino ambientales como lo han venido comprendiendo casi que a marchas forzadas los grandes países industrializados y que próximamente se reunirán en Copenhague para tratar de buscar nuevos compromisos que mitiguen el acelerado cambio climático y sus consecuencias.

La noticia de España no debe quedar como una mera curiosidad que solo interese a la comunidad científica. O como algo ajeno a nuestra realidad. Por el contrario, creemos que las universidades, Colciencias y los ministerios de Energía y Medio Ambiente tienen que seguir incrementando los recursos destinados a la investigación de fuentes limpias y alternas de energía que aprovechen nuestros recursos naturales.

Sabemos que se vienen realizando algunos ensayos en La Guajira aprovechando los fuertes vientos de sotavento que soplan gran parte del año en la península. Aunque aún no se tienen resultados alentadores hay que preservar los esfuerzos en ese sentido.

De la misma manera, se deben retomar las investigaciones que en otros años realizaba Pesenca, programa adscrito a Corelca, en particular los relacionados con la producción de energía solar. Al fin y al cabo la cantidad de tiempo que tenemos de rayos solares debe ser aprovechada al máximo como un gran recurso natural que tenemos.

Los recursos que las sociedades les invierten a la ciencia y la tecnología son vitales para preservar el nivel de vida de las generaciones futuras y hoy son prácticamente un imperativo si también se quiere preservar la vida en el Planeta.

El disponer de grandes yacimientos de carbón, por cierto uno de los recursos naturales más contaminantes del medio ambiente, nos ha hecho apáticos y pasivos en materia de tecnologías para la producción de nuevas fuentes alternas de energía.

Las exigencias de la comunidad internacional el agotamiento de las reservas de petróleo, sus altos precios y demás factores, sin embargo, nos van a obligar a tener que invertir más en ciencia y tecnología. Campo en el cual las universidades de la región debieran tomar el liderazgo.

El ejemplo de España no debe pasar desapercibido. Es quizás la demostración que estaban esperando muchas empresas y estados, para apostarle, ahora sí con todo, a las fuentes alternas de energía limpia. La verdadera alternativa hacia el futuro.

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