John Londoño
El Tiempo, Bogotá
Noviembre 14 de 2009
En 1991, después del colapso de
Por eso hoy, cuando después de algunos periodos de escasez de ciertos alimentos básicos, el presidente Chávez recomienda a los venezolanos bañarse en tres minutos, ir con linterna al baño y no usar agua caliente, ni aire acondicionado, debido al racionamiento de agua y energía al que está sometido su país, es bueno preguntarse si no están entrando nuestros vecinos en su 'periodo especial'. Las circunstancias venezolanas son, por supuesto, muy diferentes de las de Cuba de los
La revolución bolivariana, que se empeña en convertir al Estado en el único productor de bienes y servicios en Venezuela, poco aprendió de la historia. Una y otra vez, el Estado, a costa de la miseria de millones en todo el planeta, ha demostrado ser un pésimo e ineficiente empresario. A Chávez, después de 10 años en el poder, le queda muy difícil culpar a alguien diferente a su ineficiente administración de la deplorable situación actual venezolana. Él, desdeñoso, sigue con su descabellado empeño ideológico: en vez de ocuparse de su infraestructura (no genera la electricidad necesaria), productividad (PDVSA produce un millón de barriles de petróleo menos que hace una década) y seguridad interna (en 1999 hubo 4.000 muertes violentas; este año van 18.000), prefiere, por ejemplo, comprar deudas externas ajenas, regalar millones de barriles de petróleo y armarse para un inexistente conflicto internacional.
Esto, sin embargo, no debe sorprendernos: hace un par de meses, Chávez compartió su máxima filosófica al advertir lo malo que resultaba aspirar a ser rico (de ahí tal vez la consecuente situación actual). A él, que recurre a diario al materialismo dialéctico, deberíamos compartirle, con fraternal firmeza, la filosofía simple y clara de un hombre que, como Pambelé, vivió las dos caras de la moneda: "Es mejor ser rico que pobre". Pues odiaría ver a nuestros hermanos venezolanos, durante el periodo especial que al parecer se avecina, incorporar a su dieta diaria de almuerzo un par de lindos gatitos siameses.
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