Maria Isabel Rueda
El Tiempo, Bogotá
Noviembre 22 de 2009
El país le perdona casi todo a Piedad Córdoba. Es cierto que a veces la insultan en la calle, pero esas voces son la excepción a un estatus de tolerancia en el que la mantienen los colombianos, porque entienden sus descaches de carácter en medio de las complejidades de su misión humanitaria.
Por eso, los colombianos le pasan a Piedad asuntos que le cobrarían a cualquier otro colombiano. Le han perdonado cosas no tan graves, como sus chorros de babas cuando se ha tomado la vocería del control político en el Congreso, como hace unos años en el famoso debate sobre Invercolsa contra el entonces ministro Fernando Londoño. Tan mal sustentado por Piedad, que casi quedamos debiéndole a Londoño la devolución de las acciones de Ecopetrol. O cuando hace quince días dijo 45 minutos de bobadas sobre el campo, pero ni siquiera se apareció por el Capitolio a votar la moción de censura contra el Ministro de Agricultura.
El país, incluso, le ha perdonado a Piedad cosas graves. Como su invitación a los países del continente, durante un foro en México en el
Pero la semana pasada sí creo que Piedad se pasó. Tuvo una actitud casi cómplice en la liberación de un peligroso miliciano de las Farc, alias 'Danilo', a quien tuvieron que soltar unos detectives del DAS por presión de una turba enfurecida, y quien, según Piedad, no iba a ser capturado, sino "sometido a una tentativa de desaparición forzada".
Alias 'Danilo' tiene una condena vigente de 50 meses de prisión por el delito de rebelión. Una orden de detención por narcotráfico y una de captura como sospechoso de brindar apoyo logístico al frente sexto de las Farc, que mantiene asoleados a Corinto, Miranda, Toribío y Tacueyó.
Es verdad que la captura de alias 'Danilo' se produjo, de manera bastante ingenua por cierto, en inmediaciones de un foro del Derecho Internacional Humanitario, que en realidad era un acto de campaña política de la senadora Córdoba. De ahí salieron las personas que a la fuerza redujeron a los detectives, los golpearon, saquearon sus pertenencias, los despojaron de sus identificaciones y chalecos antibalas, USB y armas de dotación, amenazando con cortarle la mano con una segueta al detective que resolvió esposarse al miliciano para evitar su fuga, al tiempo que este ordenaba que "desaparecieran" a los detectives gritándoles "hijos de Uribe". A la mujer detective incluso la despidieron con un "su familia se va a morir, h.p.".
Ignoro si Piedad desconocía que este "dirigente popular", este "líder campesino" lleva una doble vida, porque en la otra es visto por la justicia como un peligroso miliciano de las Farc. Ha querido empaquetar el incidente entre una "matriz de opinión", que, según ella, crecientemente tiende a "asociar a las organizaciones populares con grupos terroristas". No, senadora Piedad. Por ahí no es la cosa.
Se ha dicho mentirosamente que los detectives no iban identificados, pero son visibles las huellas de cómo les arrancaron a la fuerza sus identificaciones del cuello. Se ha intentado mostrarlos como irregulares porque se desplazaban en taxi, cosa que es habitual entre detectives del DAS. Y que no llevaban orden de captura, cuando el documento sí existe y fue legítimamente expedido por un fiscal Roa Arias.
Senadora: siga ejerciendo su labor humanitaria, para la que cuenta con todo el apoyo de los colombianos. Pero no use una patente de corso para desafiar la benevolencia que se le ha brindado. Es cierto que su carácter explosivo y con frecuencia tan poco coherente a veces le ha impedido ejercer la razón cuando la ha tenido. Pero, desde luego, no se la concede cuando no la tiene, como ahora.
¡SE ME OLVIDA! ¿La tumbada de los puentes peatonales de humildes pobladores de las zonas fronterizas las planeará Hugo Chávez en sus noches de insomnio?
No hay comentarios:
Publicar un comentario