Editorial
El Mundo, Medellín
Noviembre 13 de 2009
Medellín se vio gravemente afectada ayer en su movilidad, especialmente en los sectores de Campos de Paz,
Para entender qué está pasando con el famoso RUNT y no juzgar a la ligera a los encargados de ponerlo en marcha, hay que saber de qué se trata. El Registro Único Nacional de Tránsito fue creado, a instancias del Gobierno y con el liderazgo del ministro del Transporte, Andrés Uriel Gallego, por Ley 769 de 2002 y perfeccionado mediante Ley 1005 de 2006, constituyéndose en uno de los más revolucionarios avances en la solución de los múltiples problemas que se venían presentando de mucho tiempo atrás. En términos sencillos, como lo explica el Ministerio en su página web, “es un sistema que aporta al Estado la información necesaria para el control y la planificación de la industria del transporte, así como para la adopción de políticas públicas en materia de transportes y tránsito”.
Hay seguramente normativas que son susceptibles de ser asignadas a los organismos de decisión en los niveles municipal, regional y departamental, pero si hay algo que en este momento amerite estar centralizado y nacionalizado es el manejo del transporte, sobre todo cuando estamos pretendiendo construir una red de carreteras para la competitividad y cuando la inmensa mayoría de los automotores de servicio particular comparten las vías nacionales con los de transporte público, a diferencia de lo que podía ocurrir hace 20 o 30 años, cuando el turismo por carretera era incipiente y poco amplio era el marco de movilidad de quienes tenían el privilegio de poseer un automóvil.
Estábamos en mora de poner a funcionar un sistema de información con el registro actualizado, centralizado, autorizado y validado de todos los automotores, las licencias de tránsito, las empresas de transporte público, los infractores, los accidentes de tránsito, los seguros del transporte, y un largo etcétera de asuntos relacionados con el complejo mundo del transporte. Entre otros beneficios, porque reduce los tiempos de respuesta al ciudadano por parte de los Organismos de Tránsito y el Ministerio de Transporte; porque hay mayor transparencia en los trámites, toda vez que se podrán consultar en línea y en tiempo real los datos de cada vehículo; hay mayor seguridad en los trámites relacionados con la compra o venta de vehículos registrados en el sistema, porque allí quedarán consignados todos los datos relacionados con la propiedad del vehículo, por ejemplo, si tiene prenda, embargo o cualquier otra condición; porque se puede consultar el registro de infracciones de tránsito para que las autoridades y la ciudadanía tengan información sobre las mismas.
Como siempre pasa, y es un síntoma típico del subdesarrollo, son tantos los vicios que se busca corregir con una innovación de esa clase – que implica no sólo una aplicación de la tecnología a la mejora de los procedimientos sino, fundamentalmente, un cambio de actitud de todos los afectados y concurrentes en la solución – que a la hora de la verdad, a nivel local y regional pocos cumplen su parte, y ante las fallas o tropiezos que suelen presentarse con la puesta en marcha de algo tan complejo, toda el agua sucia cae sobre la autoridad superior de carácter nacional que se echó encima la responsabilidad del cambio.
Nos complace saber que Medellín cargó la información en el RUNT desde hace varios meses, siendo la primera ciudad del país en elaborar la declaración de vehículos, sin que la mayoría de los usuarios tuvieran que hacerla.
El ministro Gallego ha sido claro: “Hoy al RUNT le está funcionando bien lo del Soat, que había ilegalidad; está funcionando bien la información de los centros de diagnóstico, los CDA; tenemos problemas con el procesamiento de matrícula inicial y tenemos problemas con unos trámites en organismos de tránsito... Hay mucha gente, mucha, mucha, interesada en que eso no funcione. ¡Mucha, mucha! Para que el usuario no tenga problemas en esos trámites de tránsito, van a seguir en el proceso antiguo de papelería directa, con intermediarios, con todas esas vagabunderías, que sigan, en un período corto, que yo espero que no sea más de tres meses”.
¡Adelante, señor Ministro. ¡“P’atrás, como decimos en Antioquia, ni pa’ coger impulso”!
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