lunes, 23 de noviembre de 2009

Ecuador y la prensa libre

Editorial

El País, Cali

Noviembre 23 de 2009

La llamada Comisión Ocasional de Comunicaciones del Ecuador, integrada por una mayoría de legisladores de Alianza País, entregó a la Asamblea Nacional el proyecto de ley de comunicación que venía discutiendo desde mediados del año. Esa parece ser la respuesta del partido de gobierno a la libertad de crítica.

La primera reacción de los medios ecuatorianos y de los miembros de la oposición al presidente Correa ha sido pedir el archivo del proyecto, porque atenta contra la libertad de información y expresión. Mas aún, deja todo a decisión de una nueva autoridad, el Consejo Nacional de Comunicación e Información, que, por su composición, será fácilmente controlado por el partido en el poder.

Esta nueva autoridad estaría integrada por dos miembros del Gobierno, un representante de las universidades y tres de la ciudadanía. Su prerrogativa sería procesar las quejas y denuncias que se produzcan contra los medios de comunicación y proferir las sanciones, que van de amonestaciones hasta cierres, pasando por multas y suspensiones temporales.

Para algunos miembros de la oposición esto significa la creación de una jurisdicción especial no prevista en la Constitución y ajena a la tradición de libertad de prensa que ha estado vigente en el hermano país. Y consideran que es la materialización de las medidas contra la libertad de prensa en que el presidente Correa ha estado interesado desde los inicios de su gobierno.

Este intento del Gobierno ecuatoriano se encuentra en el camino de los esfuerzos que se han manifestado en Venezuela y Argentina y que tiene su máxima expresión en Cuba. Con ello se pretende acallar toda crítica a regímenes, en especial los populistas. Para los gobiernos de corte autocrático la libertad de prensa y su capacidad de investigar y denunciar son obstáculos difíciles de controlar, como lo han hecho con los poderes Legislativo y Judicial.

Lo que la Sociedad Interamericana de Prensa pide y lo que la ciudadanía reclama es la existencia de medios de comunicación independientes de los gobiernos de turno. Y un periodismo no parcializado o dedicado a labores de propaganda, bien sea de partidos políticos, ideologías o intereses que atenten contra el interés común. Por eso la autorregulación de los medios es la mejor forma de garantizar una prensa libre y responsable. Nada afecta más a un medio de comunicación que la falta de credibilidad.

Esto no lo entienden los gobiernos que quieren concentrar el poder para imponer su pensamiento. Sólo aceptan medios dedicados a la alabanza del régimen, sin capacidad de denunciar sus abusos. Y dado que eso no lo pueden lograr de la misma manera en que lo hacen cuando cooptan los otros poderes, crean leyes, prevalidos de sus mayorías, para tratar de colocar a la prensa en inferioridad de condiciones frente a organismos como el Consejo propuesto en Ecuador, que será dependiente del Ejecutivo.

Con una amplia mayoría del movimiento Alianza País, el partido del presidente Correa está listo para asestar el golpe. Infortunadamente, es previsible la aprobación de la ley de medios en el vecino país.

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