Alfonso Gómez Gómez
Vanguardia Liberal, Bucaramanga
Noviembre 21 de 2009
El País, de Madrid, lo publica: “Cuba ya no puede repartir comida”. Agrega: “En medio de la crisis actual, la cartilla de racionamiento se ha convertido en fardo demasiado pesado para el gobierno de Castro, que busca apuntalar un sistema “sustentable” basado en números y no en sueños imposibles. Cuba importa más del 80% de alimentos; la subvención de libreta de racionamiento cuesta 800 millones de dólares. El “realismo raulista” lo ha hecho saber. Estatizaron todo, y la burocracia sirve para algunas cosas menos para producir alimentos. “Esa cartilla garantiza 3.5 kilos de arroz, 2,5 kilos de azúcar, medio kilo de fríjoles, 230 gramos de aceite, 10 huevos, 460 gramos de espaguetis, 230 gramos de picadillo de soya, 115 gramos de café y un pan diario”. El salario medio es 415 pesos cubanos, (13 euros), y la cartilla alcanza para 12 días”.
Un autor refiere que de 150 y más ingenios azucareros que incautó Castro, queda la tercera parte en actividad, la mitad produciendo melazas. Hoy importan azúcar de Brasil, y de remolacha de Rusia; antes exportó azúcar a la ex Unión Soviética. ¿El embargo norteamericano sirve de excusa? El gobierno busca desesperadamente ahorrar, pero, dice El País, para generar riqueza no basta desearlo, hay que producir. Más del 70% de los alimentos lo producen los campesinos privados, que sólo tienen el 20% de las tierras. “¿Por qué no soltar lo que el Estado no es capaz de ofrecer con calidad? ¿Por qué no dar mayores márgenes a la iniciativa privada?
El gobierno ve que las reformas son urgentes. Un taxista me dijo: “Me dan gasolina para un día, y el resto la consigo comprándola a chóferes oficiales”. Corrupción se llama la figura, cuando hay escasez. Agregó: “Como no hay repuestos, me las ingenio para yo mismo arreglar el taxi, ruso, porque ahora no se importan repuestos”.
En Cuba hay varias “vidas”. La del turismo de “Varadero”, la de los altos funcionarios, y la de hoteles de categoría, y la precaria de los nacionales. Hay gentes que nacieron en tal sistema, no conocen otro. Raúl Castro, aparente gobernante, ha dicho que “la libreta de racionamiento y otros “millonarios subsidios” son “insostenibles”. “Ningún país puede gastar más de lo que ingresa”. La solución será dar libertad de producción, de comercio, abandonando el socialismo utópico, que algunos gobiernos quieren copiar.
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