José Félix Escobar
El País, Cali
Noviembre 02 de 2009
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Dentro de su megalomanía de opereta, el ex coronel Hugo Chávez Frías debe tomarse a sí mismo como un fuera de serie, un iluminado, un súper héroe. Podría decirse que él se considera un “adelantado”, en el sentido que los monarcas españoles dieron a esta expresión: un valeroso capitán que abre el camino y se lo muestra a la enorme masa de quienes, absortos, le siguen.
Es quizá la única razón por la cual este grotesco Maradona de la política llamó hace poco “retardado mental” a nuestro ministro de Defensa, Gabriel Silva Luján. Sin embargo, la historia -a dos columnas entre ellos- es bien distinta. Mientras Chávez recibía el duro trato propio de las barracas en que se formó, Silva optaba por una instrucción de excelencia en centros académicos de primer nivel. De hecho nuestro ministro es politólogo, economista y experto en relaciones internacionales.
Cuando en 1992 Chávez y sus conmilitones dieron un golpe de estado, ya Silva Luján había sido asesor de dos presidentes de Colombia. Por la época en que el ex coronel golpista purgaba pena de cárcel por traición a las instituciones de su país, Gabriel Silva se desempeñaba con lujo de detalles como embajador de Colombia en Estados Unidos.
Mientras el adelantado Chávez Frías cocinaba el ajiaco de ideas populistas que lo llevaría a la presidencia de Venezuela, Silva Luján desempeñaba con competencia el cargo de consejero de
No cabe duda de que la actitud de provocar al loco de al lado es arriesgada e inconveniente, y las declaraciones de Silva Luján fueron poco diplomáticas. Pero de allí a descalificarlo con la soberbia que demostró el adelantado del vecindario hay un océano de distancia. Entre otras cosas, ¿de qué presume Chávez Frías?
Los últimos exabruptos del ex coronel golpista dejan en claro que el dictador se le salió por todos los poros. Hace unas semanas el vanidoso ex coronel se sintió maltratado en un hotel de la isla Margarita, sólo porque no se le atendió con celeridad inusitada. Terminada la reunión que se había programado en el sitio, este adelantado de la política dispuso lo que mejor sabe hacer: nacionalizó el hotel.
Como el ego de Chávez carece de límites, el aforo de sus gastos para 2009 no le fue suficiente. Por ello, el perspicaz ex coronel acaba de ordenar que su presupuesto de bolsillo se reajuste para 2010 en un 638%. Dentro de los US$1.500 millones de que dispondrá, se destacan US$361.000 ($722.000.000) que este sultán excéntrico gastará en trajes y zapatos. Casi $2.000.000 por día.
Mientras el adelantado Chávez vive en medio de sus fantasías, Venezuela sufre una inflación de dos dígitos, anuncia cortes en el suministro de agua, muestra uno de los más elevados índices de homicidios en el mundo y tiene que racionar la electricidad. No cabe duda: cuando eligieron a Chávez, a los venezolanos se les fueron las luces…
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