viernes, 6 de noviembre de 2009

La inocencia de Arango Bacci

Editorial

El Colombiano, Medellín

Noviembre 6 de 2009

La digna batalla que ha librado el Contraalmirante Gabriel Arango Bacci para demostrar su inocencia por presuntos nexos con el narcotráfico, está dando sus frutos. Confiamos en que la Corte Suprema le dará su libertad, la que nunca debió haber perdido.Todo ha sido producto de un montaje, mentiras y torcidos fines. ¿De quién o quiénes?¿Quién responderá por estos 16 meses de dolor?

Siempre hemos creído en la inocencia del Contraalmirante de la Armada Nacional, Gabriel Arango Bacci. Su impecable hoja de vida y su reconocida trayectoria son plena garantía de esta presunción que nos ha acompañado durante su tortuoso proceso judicial, que por fortuna ya parece llegar a su fin. Todo indica que se le hará justicia, como bien se la merece quien ha sido víctima de montajes, mentiras y torcidos fines.


Arango Bacci lleva detenido 16 meses en
la Escuela de Infantería de Bogotá, en el Cantón Norte, por cuenta de una acusación en su contra por una supuesta alianza con narcotraficantes, lo que a su vez produjo su desvinculación de la Armada Nacional, en forma indignante y ligera. ¡Cuánto dolor se le ha causado a quien honrosamente prestó sus servicios a la Patria!


De tal tamaño es la imprudencia con que se obró en este caso, que la misma Fiscalía considera que las pruebas presentadas en el juicio no demuestran la culpabilidad del Contraalmirante, y solicita a
la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia la absolución de Arango Bacci, por los delitos de concierto para delinquir agravado, cohecho propio, prevaricato y revelación de secreto, de que se le acusa.


La Procuraduría va más allá de lo ordenado por la Fiscalía. No sólo pide absolverlo, sino que solicita a la Corte que se investigue disciplinaria y penalmente al Almirante Guillermo Barrera, Comandante de la Armada Nacional; al Jefe de Inteligencia de la Institución para la época de los hechos, y al Capitán de Navío, Luis Tovar Neira, quien hoy dirige el buque Gloria. Nos identificamos con esta petición, ya que como colombianos respetuosos de la ley y la justicia queremos y debemos conocer la verdad de lo ocurrido.


A pesar de que hay que esperar el fallo definitivo de
la Corte Suprema, es evidente la perversa tramoya contra Arango Bacci: la elaboración de un recibo por 115 mil dólares en un presunto negocio con narcotraficantes en el que Arango Bacci supuestamente había estampado su huella y firma, que no fueron puestas por él pero que aparecen allí gracias a un habilidoso montaje, tal como lo probó el DAS. Esto llevó al traste con la prueba fundamental en que se basa la infamia que por más de un año ha tenido al Contraalmirante y a su familia en un perpetuo martirio.


Como la huella y la firma, prueba reina, perdió su valor, los responsables del complot trataron de crear otras a través de falsos testigos, grabaciones y videos, para relacionar al Contraalmirante con narcotraficantes que realizaban sus negocios en el Mar Caribe, con su supuesta complacencia y coautoría. Se llegó al extremo de asegurar haber visto a Arango Bacci con reconocidos narcos, que para la fecha de los supuestos encuentros no se hallaban en el país, tal como se demostró en el proceso.


Sorprende la creatividad de los autores del montaje para desprestigiar a uno de los oficiales más queridos de
la Armada. Pretendieron vincular una anotación encontrada en el computador de alias "Chupeta", con el Contraalmirante Arango, tan sólo porque allí se leía: "fechado 22 de enero del 2004...Cuadre movida fragata". Y aunque el desplazamiento de una fragata, la Almirante Padilla, se dio en esa fecha, su objetivo fue interceptar una lancha con droga que había sido detectada por un avión de servicio británico. Nunca la intención de Arango Bacci ha sido la de facilitar el tráfico de drogas por el Mar Caribe.


La digna batalla de Arango Bacci está a punto de dar sus frutos. Estamos seguros de que no habrá la más mínima duda de su inocencia, la que nosotros presumíamos sin necesidad de esperar los resultados del juicio. Sin embargo, nos queda la reflexión: ¿Quién responde por estos 16 meses de dolor? ¿Qué intereses oscuros había y hay? ¿A quién se pretende encubrir?

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